miércoles, 15 de agosto de 2012

El US PGA pone Holiwood en el mapa



Un “marciano” llamado Rory McIlroy desconcierta a la NASA

Holiwood, con una sola  "ele", es la ciudad donde nació Rory McIlroy en Irlanda del Norte.
¿Están locos los de la NASA?
Para qué mandaron un robot explorador (Curiosity) a Marte, que está años luz de la tierra, si tenemos un marciano en Holiwood. En un punto perdido en el mapa de Irlanda del Norte que ahora tiene una estrella que brilla con luz roja.
Un marciano que es menudo como un lechuguino, nariz afilada, ojos de halcón, pecoso, pelo revuelto y una cabeza-computer. Además, con un “don” muy especial para el endemoniado juego del golf.
Tan pequeño, tan tierno, tan frágil.
No obstante, se transforma cuando pisa un course o link-park.
Sin perder su fácil sonrisa.
Se convierte en UN MARCIANO… en un mundo de pequeños “terrícolas”.
Segundo año del “Marciano-Rory” y dos torneos grandes del Grand Slam en sus alforjas. (Seve Ballesteros llamaba “salmones”).  El US Open Championship en el Congressional Club y 14 meses después el US PGA Championship en las arenas movedizas del Kiawah Island GC, al borde del Océano. 

Por Miguel Miró
Ya pasó con el irrepetible Severiano Ballesteros en el Masters Tournament 1980. Los pross estadounidenses le llamaron “ET o extraterrestre”. Se repite –guardando las distancias en swing y drive–  con Rory McIlroy, en el US PGA Championship. Salida espectacular (67, sin bogeys) y final espectacular (66, sin bogeys). El norirlandés demostró que también es un “marciano”.
Batió el record del jugador más joven (23 años, tres meses y ocho días) que ostentaba el campeón español, al ganar su segundo torneo del Grand Slam. Siempre contando desde el cambio de modalidad (match-play al medal-play) en el US PGA.
Ganó el campeonato con 275 golpes, 13 bajo par, y una ventaja de ocho sobre el segundo (el runner-up inglés David Lynn) rompiendo la marca del mejor jugador del S. XX, Jack Nicklaus en el certamen que cierra el Grand Slam, después de 32 años (siete golpes de ventaja). Igualmente, es la primera vez en el US PGA que un vencedor gana sin ningún bogey en la ronda final.
Además, los números del norirlandés son realmente espectaculares.
McIlroy arrancó 10 golpes a los par 5 (-7) y par 3 (-3). Aunque lo más importante de su actuación ha sido que hizo 1 bogey en los largos y también 1 bogey en los cortos. Unas cifras que marcan un total de 20 birdies, 45 pares, 7 bogeys para los 72 hoyos del campeonato.

FINAL DE PELÍCULA
Los 27 hoyos del domingo (mañana: 9 hoyos para completar R3 y tarde: los 18 de la R4) son para grabarlos en vídeo. Una lección de golf de altísimo nivel. Sin manchar sus tarjetas –mejor, una y media–  dejando atrás su último bogey en el hoyo 9-R3 (sábado, 45 del campeonato).
Al final tenían razón los que decían:
 “No se arruga ante la presión; la presión se la impone él en el campo”.
Su juego valiente, preciso, arriesgado –siempre al límite. Con piñón-fijo a la bandera. Añadiendo también  una confianza infinita en cada uno de sus golpes. Prácticamente… teledirigidos. Sería hasta difícil calibrar, a fuer de ser sincero, su juego largo, el approach o el juego corto. Una auténtica maravilla, una auténtica máquina.
¿Por qué?
Su drive, un winchester de repetición, con un promedio de 295 metros, llegando incluso a los 300 metros en los par 5. El approach más de lo mismo. El wedge de Rory parecía la prolongación de su brazo. Y en el green, una verdadera pasada por su exquisito felling, toque y frialdad. Un auténtico solo de violín.
Bastaría con decir que falló solo 24 greenes durante el campeonato (incluyendo la negra segunda ronda del vendaval). Un porcentaje altísimo (75%), 48 greenes de 72.  Pero lo más increíble son los putts (109 putts en 72 greenes). Si quitáramos la segunda ronda (75 golpes, 34 putts) su promedio resulta increíble: 25 en cada una de las tres vueltas.
En relación a los 9 primeros y 9 segundos hoyos, totalmente diferentes en su conjunto, Rory sacó petróleo de los dos bucles. Siete bajo par en el front-nine y seis bajo par en el back-nine. 

PALABRA DE RORY
--Necesité cuatro semanas para poder estar en forma.
--Tenía un presentimiento, sí; pero no esperaba esto. Un día increíble. Veintisiete hoyos increíbles.
--Jugué un golf sólido por la tarde. Pensaba que con -12 no podían cazarme. Aunque en el golf todo es posible y que aprovechar el tiempo apacible del increíble campo.
--Soy un privilegiado. Máxime teniendo en cuenta  las figuras que participaron en el torneo. Podía dibujar sin error todo lo que deseaba hacer. Esto es bueno, porque lo puedo hacer otra vez.
---En la segunda vuelta no estuve tan bien en varios hoyos (4 al 13), pero me recuperé bien en el 14-15. El viento, fuertísimo. Hice 75 pero según como estaba el campo habría podido hacer 77 o 78.
--Es verdad que le dije a mi caddie que iba a ganar por ocho golpes. Tenía buenas sensaciones. Y cuando sigo una estrategia no la cambio.
--Para tener una buena temporada se necesita también un gran torneo. Yo ya estoy listo para el año próximo.
--¿Por qué seguí tan agresivo en el 72? Me dije que todavía tenía mucho que hacer. Por eso no me permití especular en el último. Sabía que iba a ganar, pero gocé al enterrar el birdie-putt.
--Cierto. Pensé que otros también podrían aprovechar las condiciones del campo. Afortunadamente para mí, no sucedió.
--El lugar es increíble. El campo es increíble. Una hermosa isla al borde del océano. Es mejor así. Si el course fuera firme hubiera sido una forma muy diferente y diversa para jugarlo. El campo es fantástico.
--Ponerme un polo rojo, sí. No lo hubiera hecho si hubiese estado emparejado con Tiger Woods. Pero no era el caso.
--Es verdad. Dave Stockton (su gurú) ganó en el Congressional y también aquí. Estuve con él en Akron, y me dijo que saliera con una sonrisa y me divirtiera en el campo.
--¿Batir el record de Jack Nicklaus? No lo sabía. No estaba en mi mente hoy. También es agradable ser el número 1. 


CINCO EUROPEOS TOP-6
Cinco europeos en la cabeza de la tabla del US PGA. Un norirlandés. Un “no britian” –como decía mi amigo Richardson de la agencia Reuters. Tres ingleses (Lynn, Rose y Poulter) y un sueco (Carl Pettersson). No hay que olvidar que los ingleses a los europeos nos llaman “continentales” cuando interesa. Cambian, sin embargo, en las victorias.
Rory McIlroy es de Irlanda del Norte. Estamos casi seguro que ahora ya le denominan “británico” o “europeo” en la próxima Ryder Cup. No lo decimos por criticar, también lo hacen  en política, economía y todos los órdenes.
A los británicos les tenemos mucha estima, porque nos hemos rodeado de muchos amigos. El golf une, no separa. Para ellos –y también para los españoles– Severiano Ballesteros siempre fue un gigante de este deporte. Le adoraban. Incluso cuando no aceptó la nacionalidad británica.
¿Por qué querían los británicos su nacionalización? Para que formara parte de team de la Ryder Cup contra Estados Unidos. Al final, tuvieron que aceptar llamar al equipo Europa para que entrara Seve Ballesteros en 1981. Lo hizo junto a Antonio Garrido.
El sueco Carl Pettersson por su espíritu de lucha y por su juego podría tener una opción para la Ryder en setiembre. Además, por un error involuntario (mover una hoja) en el primer hoyo de la última vuelta, le penalizaron con dos golpes. De no ser por este motivo estaríamos hablando del sub campeón del US PGA.
Por el contrario, toda una suerte para el inglés David Lynn, de 38 años y 98º en el Ranking Mundial. Runner up del torneo con un juego excelente de tee a green en el front-nine y dos 68-68 le permitieron ganar un premio de medio millón de libras esterlinas. La clave: los últimos tres hoyos de la vuelta para mantenerse en 4 bajo: birdie, birdie par.

JUSTIN ROSE SE QUEDA CORTO
Justin Rose se quedó corto, a pesar del fenomenal 66 (32-34) y ocho birdies, pinchando en el primer y último par 3 del recorrido. Al británico se le atragantó el 79 +7 de la segunda vuelta.
El extravagante Ian Poulter ha sido el único que sí realmente atacó a McIlroy. Su última ronda ha sido espectacular. Empezó birdie, birdie, birdie, birdie, birdie, par, birdie. ¡Seis birdies en 7 hoyos!  Tropieza en el 8th y encadena dos birdies más (11 y 12). Pero al final se le acabó la gasolina y sucumbió en tres agujeros consecutivos (13-14-15) y el último, que completaba los 72 del campeonato.
El único norteamericano que terminó tercero fue el defensor del título y ganador del Bridgestone Championship, Keegan Bradley. Le desconcentró el 77+5 (R2). No obstante, mejoró en las últimas dos vueltas (71-68).   

JIMENEZ SE DESQUITA DEL HOYO 3
Por último, festejar el eagle-2 en el hoyo 3 de Miguel Ángel Jiménez. El mejor español (22º) en el US PGA Championship 2012. Puede que para algunos sea una anécdota, pero sabemos que ha sido una revancha. Dos golpes en el par 4 de 368 metros. Según la estadística del torneo, se hicieron solamente dos eagles. Uno en la tercera jornada y otro en la última.
¿Por qué nos fijamos en ese hoyo? Fue, precisamente, el que castigó a Jiménez en la segunda ronda del campeonato. Un verdadero calvario el mismo día del vendaval del viento que destrozó tarjetas. El viernes le dejó un sabor muy amargo al español, porque hizo un cuádruple bogey-8.
Miguel Ángel Jiménez, que presentó dos tarjetas bajo par (R1, 69 y R4, 71) para 289 golpes, logró desquitarse con un eagle en el tres. La cruz que rompió su juego en Kiawah Island, Carolina del Norte. 

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