lunes, 24 de febrero de 2014

REAL MADRID: LÍDER DE CALENDARIO



Barcelona cae en 4´
en “infierno” Anoeta



Por Miguel Miró
¿Se puede pensar más en el rival que en su propio equipo?
Es posible que se diga por el mal segundo tiempo en Anoeta. Es normal. Barcelona debe ser, por lo general, el “primer actor” en cada partido. Protagonista. Nunca un timorato telonero como lo fuera Real Sociedad en el segundo match de la Copa de España. Cuando se toman demasiadas precauciones del adversario está claro que se autoexcluye su verdadero potencial como equipo.
¿Se puede hacer un experimento porque salió bien otras veces?
No ha sido un experimento. El equipo que jugó ante Real Sociedad, ya lo había hecho más de una vez durante la temporada. Alex Song, Montoya y Bartra habían brillado en esos partidos. No es ningún secreto. Eso dio lugar a que el club renovara a los dos zagueros, y no traspasara al volante. Se confiaba en los tres porque darían mucho juego. Además, el entrenador intuía que los titulares iban a sufrir un “bajón físico” después del esfuerzo ante Manchester City. Algo parecido le sucedió a Atlético de Madrid en Pamplona. No hay nada nuevo bajo el sol.  
¿Se puede hacer rotaciones en un partido que puede ser trascendental?
Todos los partidos deben ser transcendentales. Las rotaciones son por necesidad. Siempre lo dijimos e incluso criticamos duramente. Por lesionados y un máximo de tres. Lo razonable. Para poder rectificar durante el juego.
No sabemos el motivo ni las razones que les induce a exagerar a ciertos medios de información. Solamente en el equipo azulgrana se hicieron estas tres rotaciones para el match ante Real Sociedad. Adriano sustituía a Jorge Alba por una lesión. Lo de Neymar como suplente nos parece de chiste. En cuanto a la posición de Sergio Busquets como volante en una zona más avanzada ya había jugado en ese puesto. En su club y en la selección nacional dirigida por Vicente del Bosque.

 
Las rotaciones-3 no fueron clave en la derrota de Barcelona en Anoeta.



































¿SE PUEDE “CEGAR” UN ENTRENADOR?
Son muchos los entrenadores que se ciegan y se mantienen en sus trece. En el pasado, desde el banquillo y en el presente, de pie chupando frío. Es innato en el ser humano. No obstante, el técnico azulgrana no se cegó. Su dibujo estaba bien planteado. Otra cuestión fue la constante provocación y las circunstancias adversas que se produjeron en el estadio. Dentro y fuera, aunque nadie hable de ello. Algunos piensan que ha sido una “encerrona”. La misma que le hicieron a Atlético de Madrid en Almería.
¿Se puede protestar por las tarjetas a los dos centrales y un volante?
Resulta normal un “calentón”. Y también por el circo “arbitral” que suelen montar algunos medios informativos. Es verdad que merma en un 50% la tarjeta amarilla: no deja de ser la antesala de la expulsión por una simple provocación del rival. Sin embargo, protestar no soluciona… perjudica.
¿Por qué?
No sirve para nada. El tinglado del fútbol está montado así.
Existe, eso sí, falta de reacción del entrenador al no hacer el cambio de Mascherano por Bartra y quitar a Song por Fábregas en el descanso. Y esperar cómo se presenta el segundo tiempo para darle entrada a Xavi por Neymar. Esto es lo que pensamos sobre el plan de Martino, pero el árbitro le expulsó sin motivo aparente. Y todo por una provocación del banquillo del equipo local. Ahora se sabe lo que dijo el técnico de Barcelona, pero se “esconde” y no se dice nada de lo que le dijo el segundo entrenador de Real Sociedad José María Lumbreras y algunos jugadores. El error fue contestarles.
¿Se puede expulsar a un entrenador por decir “pelotudo?
En absoluto, no es un insulto. Significa “vago” o “tonto” lisa y llanamente. La ignorancia de la gente –en este caso el linier– es libre de equivocarse y perjudicar a un tercero.
¿Se puede pensar en poner muchos delanteros para garantizar la victoria?
La máxima del fútbol es el gol. Pero si no se elaboran jugadas desde el mediocampo para que llegue el balón al área resulta una soberana estupidez llenar de delanteros. Un error que comenten muchos técnicos. Unay Emery tiene el diploma de honor, por ejemplo. A veces sale bien, a veces sale mal.


¿SE PUEDE PENSAR EN PERDER LA LIGA?
Al perder el match de Anoeta en unas circunstancias anómalas y en un ambiente tenso, Barcelona se mete en un charco. Pero todavía le quedan dos cartas para jugar en los próximos dos meses. En Liga, en Chamartín y en la Copa de España, su  segundo clásico en la final de Mestalla. Todavía no hay nada escrito. El fútbol es un juego y es impredecible. Ahora bien, a nadie puede sorprender que Real Madrid esté líder. Todavía no ha jugado la Copa de Europa. Supone una ventaja de calendario, ni más ni menos. Se puede decir, sin temor a equivocarse, que “es líder favorecido por el calendario de la Champions”.
Tampoco es para ponerse nerviosos. Ya lo comentamos en un artículo anterior. Sabíamos que la Copa de España y la Champions –con un formato diferente, por eliminatorias– iba a repercutir en el Campeonato de Liga. Son partidos a tres días muy intensos y de mucha concentración y suele ser normal un relajamiento en momentos semejantes. Algo así: como si le quitáramos el relleno a un sandwich o bocadillo. El relleno es la Liga.  

ERRORES ENCADENADOS
No es que se pueda pensar… Son hechos consumados. Los errores se pueden corregir, pero pueden ser irreversibles si se producen de una manera encadenada. Mucho más si añadimos “la falta” de respuesta inmediata en el segundo tiempo en el estadio de Anoeta con el empate (1-1) en el marcador.
Y sobre todo por la solución de Gerardo Martino en el segundo match de Copa ante el mismo rival y mismo escenario (Ver Gráfico 5). Unos relevos combinados que frenaron a Real Sociedad. Cambiar esta estructura defensiva con tres jugadores distintos fue la causa del desbarajuste en la última zona. Aunque en muchos casos Adriano se cruza el ancho del campo para cubrir el agujero increíble que deja constantemente Martín Montoya (gráfico 4). Primero con la velocidad de Griezmann en la calle derecha azulgrana y después con el letal Carlos Vela en la segunda parte. Si errático es Montoya, Alex Song marca un autogol al salir a destiempo en un corner, cruzándose a Elustondo.
Y para rematar, el pase de cabeza mal dado y corto de Bartra, que se convierte en el origen del segundo gol. (Al ser un pase, nunca puede ser off-side). Barcelona adelanta demasiado las líneas (separadas, no juntas) sin dejar a un full-back para el cruce como reserva.
Y con pases largos –en este partido sí cuenta con lanzadores– de Íñigo Martínez, Miguel González, Sergio Canales y… hasta el guardameta Bravo.
El equipo azulgrana no aprovecha el “boquete” enorme dejado por el rival en el eje del campo (Gráfico 3) en los contraataques puntuales durante la primera parte. Y cuando domina la zona ancha se encuentra con una desventaja de dos goles y su adversario –todo el equipo– basculando en la jaula del área.

FACILIDADES EN LA LÍNEA DE CONTENCIÓN
Nadie discute la victoria de los blanquiazules que en esta ocasión realiza cuatro variantes, con calidad  y experiencia contrastada, tratando de engañar “sin un 9 específico”. La llave de su éxito estuvo por fuera, por las bandas y la espantada de pájaros en contras mortales en los comienzos de cada uno de los dos períodos.
Pero a Barcelona le falta intensidad y movilidad en la zona de elaboración. No está fino como “6” Busquets ni tampoco Neymar, después de su lesión. Igualmente falta la presión en campo contrario y no todos trabajaron en la recuperación del balón. Hay desajustes que se pagan. No sólo del entrenador, sino también de todo el equipo. La milonga de un guión distinto no cuela en este partido.
Las facilidades en la línea de contención –confiando en el trabajo de las otras líneas– termina con su tercera derrota en 2014. ¿Es consecuencia de la presión de la Champions?  Sin duda, porque al día siguiente le sucedió algo similar a Atlético de Madrid y otros equipos europeos. Aunque también empieza a pesar al equipo, ya que son humanos, la cantidad de errores y falsedades en el “caso Neymar” y la dimensión que está teniendo.
La plantilla puede estar unida, aceptar y comprender, pero no que el club esté enredado por las gestiones de un fichaje de un presidente irresponsable que en lugar de afrontar sus errores y consecuencias abandona la sociedad. Todo se amontona en una institución de prestigio como lo es el FC Barcelona. Si la situación convulsa de por sí empeora llega el contagio en todos los sectores, incluso el deportivo.
…Y no se trata de un resfriado o una gripe.


La presencia de lanzadores favoreció las contras del cuadro local que hizo cuatro variantes.




































Los blanquiazules dejaban vacío el eje del campo, que los azulgranas no aprovecharon.



































Real Sociedad supo aprovechar el "agujero Montoya" a través de pases largos y cortos.




































La innovación de Gerardo Martino en el sistema defensivo en el segundo match  la Copa.