lunes, 12 de noviembre de 2012

VILANOVA NO ES GUARDIOLA


El técnico anterior, inventaba;
el actual prueba y prueba…

José Guardiola “inventa”, “exige”, “motiva”, “insiste”, “vive intensamente” y se entrega en cuerpo y alma por el equipo. Y en la sala de prensa, habla de fútbol, de los errores y los aciertos del equipo. Es el mejor entrenador del mundo, porque es “ganador nato”. Sin trampas ni cartón. Es ganador apostando por el fútbol ofensivo. Lo mismo que Eldrick Johannes Cruyff en el llamado “dream team” del FC Barcelona.
Fabio Capello no ha descubierto nada nuevo al decir que Guardiola “inventa” y que él es incapaz de hacerlo.
Hay pocos entrenadores que “inventen” sobre la marcha. En pleno partido. Cruyff al igual que Alfredo Di Stéfano fueron durante su carrera rutilantes estrellas mundiales, pero también jugadores técnico-tácticos dentro del campo. No sólo inventaban para su propio beneficio sino también para beneficio de su propio equipo. En una palabra, jugadores-entrenadores irrepetibles.
Puede decirse, aunque hay gustos para todos, que José Guardiola tiene una doble y dilatada experiencia. Ya supo lo que es ganar el Oro Olímpico, varias Ligas, Copas de España y Copa de Europa con el FC Barcelona durante su brillante trayectoria como jugador… Su sapiencia, su gran talento, lo ha sabido transmitir como entrenador.
Pero no son únicamente los títulos y los trofeos quienes avalan a Guardiola. Sobresale también su personalidad, su carisma, su predisposición, su esfuerzo, su mesura, su don de palabra… y, por descontado: su entrega en cuerpo y alma por su equipo.  


   
Por Miguel Miró
Sabemos que aún es pronto para valorar la labor de Vilanova en el Barcelona. Sabemos también que se han cumplido los 100 días, pero no una temporada completa para sopesar los aciertos y los desaciertos. No obstante, al cumplirse ya varias jornadas y el FC Barcelona se mantiene en la cima de la clasificación en la Liga, ya es momento para analizar algunos aspectos tácticos.
No podemos quedarnos callados cuando se continúa repitiendo con música incluida de que Francisco Vilanova sigue la línea de José Guardiola.
Tampoco podemos quedarnos callados cuando se multiplican los adjetivos –malos, por supuesto– ante la endeblez y poca sólida defensa del FC Barcelona.

CAPRICHO DE VILANOVA
Francisco Vilanova no es José Guardiola, esto que quede claro. Vilanova prueba y prueba… y por el momento acierta. Pero tiene su propia personalidad y punto de vista. Tampoco sigue la línea de su antecesor. Tiene, eso sí, un plantel heredado de José Guardiola. Un grupo de excelentes jugadores. En el momento que cambia el sistema defensivo deja de seguir la línea de Guardiola. Por tanto, no hay continuismo. Aunque son amigos, son diferentes y ven el fútbol también de forma diferente a pesar de coincidir en algunos puntos.
El patrón es una guía para proponer el esqueleto de un equipo. Siempre partiendo de atrás hacia delante. Una vez que se consigue esta primera fase se pasa al plan de juego según las características de los futbolistas. Vilanova “rompió” todas esas normas teniendo en cuenta el trabajo de Guardiola.
¿Por qué?
El patrón no encaja. Algo así como un sastre de alta costura. No es el modelo, la calidad de la tela o la estética. Si carga mucho los hombros y las mangas, los pantalones se quedan cortos. Similar a la moda de los pantalones deportivos llamados “piratas”, más encantadores en las damas que en los caballeros.
En una palabra, si Vilanova pretende reforzar la defensa con un hombre más, tendrá que eliminar un delantero y siempre se queda corto, si su pretensión es practicar un juego ofensivo. De esta forma, además de las variaciones obligadas o no, nunca cubrirá el largo de los pantalones. Y según cómo lo está haciendo: le seguirán quedando cortas las mangas (bandas).
Este es uno de los problemas “gordos” de Vilanova.


PATRÓN DE GUARDIOLA
El patrón que impuso Guardiola ha sido siempre ofensivo combinando presión-intensidad con la posesión del balón. Con respecto al sistema defensivo siempre lo ha tenido claro.
Tan claro que supera a su “maestro” Johann Cruyff.
Defendía sin complejos arriba. Y de ser posible, en campo del adversario con la estricta misión de la recuperación del balón. Un pressing intenso que cumplían delanteros y mediocampistas. Además todo lo compaginaba con una movilidad frenética sin balón. Una forma más directa y tener el camino corto hacia el gol. Fijando y arrastrando zagueros para llegar al área por fuera y por dentro a través de jugadas pre-establecidas.
Por ese motivo la función defensiva se la repartían todos los jugadores. Y los zagueros –tres zagueros– también participaban según las circunstancias en dicho patrón bien diseñado y su esqueleto de equipo-equipo. También es verdad que suponía mucho riesgo jugar con tres defensas.
No obstante, los “full-backs” cumplían una función de forma escalonada (nunca fija, ni tampoco desordenada como le está ocurriendo ahora al equipo) y  controlaban los espacios en su territorio (su zona), con la colaboración extraordinaria de un stopper (Sergio Busquets), casi siempre a las espaldas de Xavi e Iniesta.  



SE AGRAVA EL PROBLEMA
Cualquiera que entiende algo de fútbol sabe que un buen guardameta da tranquilidad a la línea de zagueros. Sabe también que si la línea de zagueros es segura, permite que la elaboración del eje sea más distendida y funcione con más brillantez. Y si los volantes funcionan, también lo harán los delanteros en los desmarques y la creación de espacios.
Otro “capricho” de Vilanova: prueba y sigue probando. Cómo si no conociera a los jugadores y su potencial técnico–físico-anímico. Insiste con aumentar el número de zagueros (de tres a cuatro) para evitar contratiempos, olvidándose que no es suficiente. No basta poner cuatro zagueros, si no se trabaja a los centrales en salidas y cruces. Más recursos para su misión. Hay que definir también si su posición y misión. (Fija, flexible, trampa de off-side; determinar quién es el líder, quien ordena y manda).
No tiene sentido (recuerden el Osasuna-Barcelona) poner cuatro zagueros y los laterales tengan salida sin retorno. Hasta situarse de extremos, dejando todo el trabajo defensivo a los centrales. En aquella ocasión, el binomio Piqué-Puyol no tuvo su tarde y dio la sensación de que era la primera vez que jugaban juntos, por falta de entendimiento y atención… como consecuencia de los agujeros que dejaban los laterales.
Está demostrado en la presente Liga que el FC Barcelona recibe muchos goles y los errores en defensa son una jornada sí y otra también. Para ser francos, la preocupación de Vilanova y sus soluciones no han dado en la tecla. Es más, ha convertido su capricho en un problema. Y si se sigue produciendo, terminará por desestabilizar a todo el equipo y por ende a todo el plantel.

ROTACIONES: INVENTO DEL BASKET
Las rotaciones y variaciones en el plan de juego es otra de las cuestiones que sorprenden en la actualidad. Las rotaciones son un invento del baloncesto en las Universidades de EEUU. En el basket funciona porque fabrica “robots” o especialistas. Una forma de mecanizar el juego, que al final se vuelve en rutina. En el fútbol no funciona.
Otra cuestión es conocer al jugador ideal para suplir una misma función, en el momento de una lesión. Podemos dar varios ejemplos de entrenadores que se empeñaron en hacer todo tipo de rotaciones y cómo acabaron. Louis Van Gaal es uno de ellos y también Unay Emery, ex técnico del Valencia y ahora entrenador del Spartak de Moscú.
En el cuadro de Mestalla las rotaciones se hacían todas las semanas, partido a partido. Trataba a los jugadores como niños. Nadie sabía quién iba a ser titular o no. La alineación la daba en el vestuario un día antes del partido o el día del partido.
Las rotaciones, a la larga, terminan por desquiciar a cualquier plantel. Salvo que sea cambiado todas las temporadas, como así ha sido en el Valencia.
Sin la intención de confundir, los jugadores terminan con una empanada mental. Sin saber el tradicional equipo-tipo que, por lo general, siempre suele tener en su cabeza cada entrenador.
¿Rotaciones? ¿Cuántas y cuáles rotaciones?
Once partidos de Liga y once alineaciones distintas.
Dieciocho partidos en la temporada, 18 defensas diferentes.
Guardiola pensaba en Fábregas para el puesto de Xavi. Vilanova lo probó una vez con éxito. Pero el técnico se pasó de frenada. A Cesco le hizo jugar en la posición de Busquets (estuvo gris) y en la de Iniesta.  A excepción de que alguno de los tres tuviera molestias, nos parece bien; pero dejar en el banquillo a Andrés Iniesta es un “lujo” incomprensible.
La otra estupidez que se ha cometido en el Barcelona –por las dichosas rotaciones– es la rivalidad entre David Villa y Alexis Sánchez. Una rivalidad que no existe como tal. Son totalmente distintos. Pueden incluso jugar juntos.
¿No era Villa el fichaje del Barcelona?
Villa es gol, talento y personalidad en el ataque. Un jugador que inventa y siempre es peligroso. El chileno tiene su punta de velocidad, cierto, pero siempre se ha distinguido por el silencioso trabajo de recuperación de balones. Y la disponibilidad a una doble función.



TRASMISIÓN, FRENO Y ANTESALA DEL GOL
Dejamos para el final el jugador más calmado y más templado del equipo: Sergio Busquets. Del Bosque le adelantó de su posición en el primer partido de  la Eurocopa, al comprobar que Pirlo se recostaba atrás, en la línea de zagueros. El seleccionador rectificó en el segundo tiempo, pero esa nueva posición le gustó demasiado al jugador azulgrana.
Algo parecido le sucedió en el Barcelona, con las rotaciones de Vilanova. Le probó varios partidos arriba… y ahora dejó de ser el jugador regular, más templado del equipo. Resultado: expulsado en la Copa de Europa por defender a un compañero en Lisboa (dos partidos), y su última tarjeta amarilla ante el Mallorca (un partido) cumple su primer ciclo en la Liga.
El asunto de Busquets resulta esencial en la transmisión y el freno del conjunto azulgrana. Por sus características (“polivalente”) parece que está aturdido. Se ha convertido en un ascensor: Sube y Baja, según los partidos.
Una situación nueva. Algo que no le permite concentrarse y rendir al máximo en las tres competiciones que participa el FC Barcelona.
Algo más o menos similar le sucede al guardameta Víctor Valdés, que nunca había recibido tantos goles. Al ser el último hombre, la antesala del gol, no puede disculparse si no quiere herir a nadie. Pero los números son tercos. Tan tercos como que en muchos partidos le han dejan “vendido”.

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