lunes, 30 de septiembre de 2013

AT MADRID: TODO-FÚTBOL


Real Madrid: ¿En construcción? o  plena “destrucción masiva”




Por Miguel Miró

Nos sorprendió sinceramente la apuesta de Atlético de Madrid ante Real Madrid en Chamartín. Renunció a la provocación de su eterno rival y también a la protesta reiterada al árbitro...
(El técnico colchonero recriminó a Diego Costa cuando se encaró con el colegiado valenciano que permitió todo. Y Arda Turán, con toda su barba, mandó callar al brasileño. La incidencia se produjo en una banda. El delantero rojiblanco hizo un amago por levantar la pierna a la cara de Ramos y aminoró la maniobra. La distancia entre ambos fue de casi dos metros, pero depende del ángulo de percepción. De todas formas, pitó “acción peligrosa” y le mostró la tarjeta amarilla).
Es verdad que tenía un ejemplo del Real Madrid-Getafe. El equipo azulón intentó la provocación y terminó trasquilado. El cuadro blanco sigue con los vicios de las últimas temporadas. Amedrentar al árbitro y la ley de la selva.
Nos sorprendió. Presumíamos que el clásico madrileño iba a ser una guerra “barriobajera” entre Sergio Ramos, Pepe, Diego Costa y Álvaro Arbeloa, que, en lugar de ser profesionales parecen “los niños malos de la película”. Se lo tienen ganado a pulso por sus artimañas, golpes y engaños.
(Diego Costa se llevó de Chamartín la marca de los tacos de aluminio de Álvaro Arbeloa, sin que el juez pitara nada. Fue curado en la banda y se vio perfectamente no sólo las marcas, sino por la sangre en la tibia izquierda y en las medias).
Pensábamos que iba a terminar como en los anteriores matches de Liga de la última temporada entre ambos equipos. Sin embargo, no fue así.
“Mambrú” Simeone no se fue a la guerra. El equipo rojiblanco se olvidó de la provocación y todas las picardías –por llamarlo de alguna forma–que se producen en el juego. Apostó por “todo fútbol”.
Atlético de Madrid ganó el lance con autoridad, actitud, comunión y en honor a la verdad nadie se hubiese extrañado: mereció una diferencia más amplia. Bastantes ocasiones crearon en el área de su eterno rival. Basta con el pase en profundidad de Villa a Diego Costa que le deja mano-a-mano con Diego López y la rosca exquisita de Kike que hizo temblar el larguero.


DECEPCIONANTE REAL MADRID

No es la primera vez que lo escribimos. El equipo merengue sólo tiene únicamente dos jugadores “creativos” en el plantel.
El malagueño Isco (Francisco Alarcón) y el brasileño Carlos Henrique Casemiro, ambos de 21 años. Los dos  necesitan adaptarse a su nuevo equipo. Esta es su primera temporada de blanco. Isco, procedente de Málaga (pero de la cantera de Valencia) y el club merengue pagó €30 millones. Casemiro, de la cantera madridista.
El traspaso del alemán Mesut Özil lo está notando y mucho Real Madrid desde el comienzo de la temporada. Tal es así que Carlo Ancelotti ya probó a Modric y a Kedhira (dos stoppers) como organizadores de juego en el eje del campo sin buenos resultados.
Igualmente insistió el técnico italiano con Isco para conducir al conjunto merengue, pero sin lograrlo. En los últimos dos partidos le colocó en el centro, y por la inercia o porque no quiere dicha responsabilidad, el malagueño se inclina siempre hacia la banda izquierda. Más bien como media punta que como referencia de “cerebro” del equipo.
Como jugaba en el conjunto de la Costa del Sol.
Lo inédito ha sido lo ocurrido en el Real-Atlético. Los distribuidores del juego fueron los dos centrales (Pepe y Ramos). Aunque parezca mentira fueron ellos “líderes” del paupérrimo juego del equipo. Los que de una forma (con malas artes) u otra (centros largos) los dos full-backs intentaron sacar adelante el partido por la fuerza, pero sin ideas.
Una fórmula que parecía desterrada del fútbol (centros “a la olla”, como vulgarmente se dice) y solo aparece en los equipos en la angustia y la desesperanza ante las agujas del reloj. Ni tan siquiera Gareth Bale, el jugador de los €100,5 millones, pudo sacar del aprieto a Real Madrid. Incapaz de ligar tres pases seguidos y la constante pérdida del balón en la zona central ante un equipo mejor ordenado y con mucho fútbol en sus botas. 


¿POR QUÉ GANA ATLÉTICO DE MADRID?

El cuadro rojiblanco ha sido el único equipo que no perdió el tiempo en la pre-temporada. Con stage en lugares exóticos de luces y colores. Se preparó como en los viejos tiempos, cuando el fútbol se corría más que se jugaba. Un concepto que los aficionados valoraban mucho más –erróneamente– a la técnica y la inteligencia de un deporte que depende de la fluidez y velocidad del balón en lugar del músculo.
Una dura pre-temporada en la que no faltó una gira por Sudamérica, para ver el rendimiento de los jugadores en un terreno donde predomina la técnica y el dominio de la pelota. El resultado fue lo de menos, pero también sirvió como estímulo.
Ganó el equipo rojiblanco porque siempre está bien plantado en la defensa y tiene las ideas claras en la elaboración para llegar al área. Esta vez, jugó dos partidos en uno. La primera parte, aceptando el reto de la iniciativa, adelantando las líneas bien juntas para cerrar espacios, y con muchas ideas, apoyos, relevos, concentración y juego asociativo para que corra más el cuero que el hombre. Cerró las bandas al rival y por dentro, un comodín con experiencia (Gabi) delante del colchón de la línea de zagueros (Juanfran, Miranda, Godín y Filipe Luiz), cubriera en el cruce o posición intermedia de una “escoba”. 


Contundentes los “fullbacks” en el despeje de acuerdo con la situación y templados y seguros en la salida. Los cuatro volantes se desdoblaron en sus tareas, emergiendo como directores de juego el portugués Tiago (mucho mejor que de stopper) y el turco Arda Turán que además de anular completamente a Cristiano, tenía luces para ordenar, mandar e inventar jugadas prodigiosas.
En la otra banda y basculando en diagonal, la asociación de Koke-Villa va aumentando paulatinamente. Ambos buscando el pase en profundidad y el trampolín del ataque colchonero. Y la puntada final de Diego Costa, que pese a su envergadura tiene velocidad y esconde bien la pelota.
Un juego solidario, con toque y desmarque, siempre con las espaldas bien cubiertas. En el que todos defienden y todos atacan fabricando espacios entre líneas ante una barrera defensiva del rival, que no daba crédito a la asociación y comunión del equipo dirigido por Diego Simeone que se mantiene líder junto a Barcelona en la cabeza de la tabla.
No es cuestión de destacar nombres, porque el equipo colchonero sabe lo que pretende, sabe salir de jugadas comprometidas y está siempre bien posicionado en el campo. Un grupo compacto enriquecido por jugadores de calidad contrastada como Arda Turán y Tiago en el papel de cerebros cumpliendo dobles funciones con la cabeza bien amueblada.
El segundo tiempo jugó otro partido. Le regaló el balón a su adversario para que se creciera en el dominio para después conseguir el KO. No llegó el segundo gol, a pesar de las muchas ocasiones que creo en el área madridista. Sin embargo el Atlético dejó su firma con un resultado raquítico para sus méritos, pero suficiente para salir victorioso.


¿POR QUÉ PIERDE REAL MADRID?

Las intenciones –repetimos: las intenciones– de Carlo Ancelotti son las de un esquema clásico (1-4-4-2), una defensa bien armada (como un sombrero, al retrasar unos metros a los zagueros centrales (Pepe y Ramos) y adelantamiento de laterales (Arbeloa y Coentrao) solamente hasta el centro del campo y subidas puntuales, nunca por norma).
Un nutrido centro del campo para la elaboración (Di María, Ilarramendi, Isco, Kedhira) y dos delanteros veloces (Benzema y Cristiano). Uno para despejar el camino y distraer a los defensas. Otro para la puntada final.
Un sistema que le costó mucho amoldarse a París Saint Germain, pero práctico en goles, ataque y contraataque. En las fases de grupo de la Copa de Europa acabó de líder. A pesar que al cuadro francés tuvo dificultades para coordinar ese ramillete de figuras (se creían semi-dioses), ganó la Liga  francesa (Serie A). Demostró firmeza en la última línea y seguridad en la dupla de stoppers. Como se construyen los equipos: de atrás para adelante.
Este ha sido –guardando las distancias– uno de los problemas endémicos  de Real Madrid la presente temporada. Jugadores millonarios con una publicidad “mediática”, en algunos casos exagerada. Profesionales que piensan que son “semi-dioses” y sufren calambres por intentar sobresalir entre unos y otros sin ninguna pizca de humildad y demasiada soberbia en su ego.
En el partido contra su eterno rival madrileño, Real Madrid hizo aguas en todas las líneas. Naufragó en todas sus líneas. Desajustes y desorden en el sentido posicional. Además, una pretensión equivocada de los centrales al intentar ser los “líderes y cerebros del equipo”, en lugar de rendir en su posiciones específicas.
Los zagueros laterales, más juego brusco que ideas y el mediocampo desnortado y sin mando. Con muchas pérdidas del balón y sin ligar ninguna jugada en profundidad. Desconocido Di María en su doble tarea defensiva-ofensiva y superado siempre por Koke y Filipe Luiz.




Izco, sin la adaptación adecuada en el equipo, similar a Ilarramendi mareado por el toque de su adversario. Kedhira, otro de los caprichos del anterior entrenador, con una empanada mental al ser un “stopper” todo terreno y no conductor del juego no sabía la carta que le tocaba jugar.
Los desmarques de Cristiano fueron inoperantes ante la férrea marca de Turán, y en una isla de piernas, Benzema. Ante esta expectativa poco o mucho se le ocurrió al equipo, la “enfermedad británica” de los años cincuenta-setenta: Correr y… centro a la olla. Poco más.
Demasiado individualismo. Sin ideas propias suponía muy difícil “crear juego y fabricar espacios”. Su rival le superaba en todo. De nada sirvió la entrada de otro “stopper” (otro capricho de €42 millones) Modric, un líbero adelantado de marca pero corto como director de juego.
Tampoco el jugador “barato” de Florentino Pérez. El mismo que se “rajó” en el partido ante el Getafe. Otro individualista más, sin adaptación y “espantado” por intentar justificar el precio que rompió el mercado (€101,5 millones) del verano.
Se sigue hablando de un equipo en construcción, pero con lo que estamos observando en el campeonato de Liga parece que está en “plena destrucción masiva”.


1 comentarios:

  1. El Atletico de Madrid es uno de los equipos de la Liga española de fútbol, ​​apodado Sheets Corps, y es un héroe tradicional en el fútbol europeo. El club ha ganado 10 títulos de la Liga Española de Fútbol, ​​3 subcampeonatos de la Liga de Campeones, 3 títulos de la Liga Europa, 2 títulos de Supercopa de Europa y 1 título de la Copa Intercontinental. Creo que la razón para ganar este partido es que el Atlético tiene una mejor disposición táctica que el Real Madrid.

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