sábado, 14 de noviembre de 2015

Valencia y su Down & Up con sorpresa

Incertidumbre y claridad de ideas


Por Miguel Miró
Aunque parezca un tema demasiado complicado, no lo es. Ni tan siquiera es “delicado” de acuerdo a los vaivenes del equipo y el subidón inesperado en el estadio de Balaidos. Una goleada que puso en su sitio a Valencia ante un rival considerado como la revelación de la Liga, Real Club Celta de Vigo.
Por éste motivo deberíamos entender tres cuestiones:
(a) La idiosincrasia del valenciano y los aficionados.
(b) Lo que supone el equipo de la ciudad y ...
(c), los acontecimientos que se produjeron.
Si evaluamos correctamente, en una rápida reflexión en cada uno de los tres puntos, podemos comprender, en cierta medida, las razones del Down&Up del equipo en la Copa de Europa y en el Campeonato de Liga.

IDIOSINCRASIA
Existe, sin duda, un arquetipo empírico muy difundido en toda España de un “Levante feliz” que no se corresponde a la realidad.
Una frase hecha, muy trillada y bastante desafortunada que se convirtió en un topicazo más pintoresco que real.
El Levante de España -no nos equivoquemos- se encuentra en Murcia, concretamente está en Águilas, un lugar paradisíaco sin explotar. Lo de feliz, resulta tan genérico como amplio.
Una acepción más o menos acertada en el plano del optimismo, salud mental y física -que lo da el clima templado- y con respecto a la unidad familiar, algo importante y muy arraigado.
Sucintamente el valenciano es tradicional, lúdico, tolerante, trabajador, emprendedor, culto y católico. Supera a las distintas regiones españolas en relativismo moral y en la búsqueda del sentido de la vida, que pueden entenderse como índices de post materialismo. Y desborda en tolerancia, solidaridad moral y permisividad de actitudes y conductas, presididas todas ellas por la solidez de la propia familia como pilar social. 

 
AFICIONADOS
Los aficionados, como los clientes, siempre tienen razón. Cambiantes como el viento y el mar y sumamente críticos con el juego del equipo y asimismo por las circunstancias que vive el club. Un grupo bullanguero de lo más efervescente, en la que respecta al viento de levante o de poniente. Lo que puede variar de la risa al llanto internamente en cuestión de segundos o minutos.
El histerismo de los fanáticos, que no son mayoría, podríamos considerarles como socarras, capaces de reirse de sí mismo como de armar la marimorena para divertirse con buenas y malas maneras con el prójimo.
Aunque la mayoría de los aficionados valencianos no dejan de considerar al fútbol como un deporte lúdico, un mero espectáculo sin más, teniendo en cuenta la templanza en algunos momentos y la reacción inmediata, como una ebullición ante el mal juego del equipo o la política que sigue el club. De ahí la variedad, de grupos y comportamientos. Aunque en el presente millenium se ha unido el sexo femenino en tono festivo al espectáculo.

EQUIPO DE LA CIUDAD
Si nos basamos estrictamente a la historia del club podemos afirmar que el equipo significa desde sus inicios a un apego incondicional que se corresponde con el sentimiento. No sólo de la capital, sino también en los pueblos de los alrededores.
Un sentimiento tan grande como el jazz en la música.
El Valencia Club de Fútbol estuvo plagado de mecenas, entregados de buena fe a una buena causa (deportiva y local), hasta la década de los sesenta.
Los llamados mecenas tienen nombres y apellidos. Una forma de ser y actuar que se rompió por la presencia de presidentes ambiciosos y sin prejuicios, que terminaron por arruinar su brillante historia. Algunos por desconocimiento -un club deportivo no es una empresa por más que se empeñen en decir lo contrario- y otros por abusos de dirigentes sin escrúpulos.
Los errores cometidos, temporada sí y temporada también, provocaron la definitiva venta del club a una empresa extranjera. Así de claro.


ACONTECIMIENTOS:
El ambiente se enturbia en el club valenciano por la guerra “entrenador vs. dirección deportiva” formada en su momento por Amadeo Salvo –como presidente del club, a través de la Fundación, con una gestión más que discutible- fue quien apostó fuerte por la venta del club a la empresa Meriton Holdings Ltd, de Peter Lim.
Un enfrentamiento que acabó con la salida de Salvo, total €4M de finiquito; además del secretario técnico y director general, ambos despedidos por alrededor de €1M a €2M según los medios.
No quedó medianamente clara la razón, aunque se especuló que entorpecían los fichajes y el intermediario Jorge Mendes, mano derecha de Peter Lim, en las sombras.
No obstante, guste o no, se puso en entredicho la elección de algunos jugadores, algo lógico, que no sentó nada bien en los vestuarios y mucho menos entre los aficionados.
A finales de septiembre se produce otro incidente al anunciar y posteriormente presentar, tras el desmentido, al mes siguiente una querella contra Lim y Mendes “por incumplimiento de contrato” a través del ex presidente del club Miguel Zorío. Las razones: “todas las pruebas e indicios apuntan de que los fichajes que está haciendo el club sirven para financiar la compra de la sociedad deportiva”.
El colectivo cuya cabeza visible es Zorío cuestiona el control del club por Lim/Mendes y la oferta elegida por la Fundación (Valencia CF) para vender sus acciones en el proceso de compra-venta. Lo estima como plataforma de defensa de su patrimonio. Objetivo: “Que Peter Lim cumpla con su promesa de poner los €500 millones prometidos y se termine el Nuevo Estadio”.

BAJÓN DEL EQUIPO
En el impasse por la querella presentada y su investigación en los tribunales de Justicia se produjo el bajón del equipo. También lógico, porque los jugadores también son personas. Igualmente, el técnico luso Nuno Espiritu Santo, empiezaría a perder credibilidad en “la cocina”. Y empieza la cantinela de “Nuno, vete ya”. Uno de los ejemplos claros es el match At Madrid-Valencia, con una pobre impresión del conjunto valencianista.
Y posteriormente, en la Champions frente a Gante. Aunque las críticas se pasaron un poco de la raya. Gante no es, ni por asomo, un equipo mediocre. Está bien posicionado en el campo y cuenta con profesionales interesantes en sus filas.
Asimismo se frenó la renovación de algunos jugadores del club (uno de ellos, Feghouli) y dio la sensación de que el entrenador Nuno había tirado la toalla, al pasar a segundo plano en la “cocina”: por su porfiada decisión de eliminar a Álvaro Negredo del equipo titular y al no ser apoyado por el dueño del club.
Sin embargo, los tribunales desestimaron la querella presentada por Miguel Zorío, y llegó la goleada contra el Real Club Celta de Vigo, revelación de la Liga. A Nuno le devolvieron “los galones” en el vestuario y apareció, como por arte de magia, Mr Peter Lim en el palco de honor de Balaidos.


CLARIDAD DE IDEAS
Hubo varios detalles importantes en el último partido de Liga. Aunque se barajara como certeras las llegadas de Valencia y sus cinco goles y poco más. Muchos se dejaron en el tintero la labor impresionante de Daniel Parejo, con mando y personalidad tomando las riendas del equipo. La libertad de líder, bien acompañado por Andre Gómez (que recuperó su estado físico y anímico) y Javier Fuego.
Ellos rompieron la “sala de máquinas” del juego gallego (Augusto Fernández, Wass y Pablo Hernández). La presencia de Vezo en la última línea, con salida a la banda en ocasiones, la seguridad que ofrece siempre Domenech y la circunstancia vital del novel Joao Cancelo.
Cancelo cumplió una doble función: apoyo en la banda a Barragán (ambos desquiciaron a Nolito, que cambió de posición) y de volante ofensivo. Su polivalencia ha sido excepcional por su maravillosa técnica, además por su arranque en las subidas y su perseverancia.
Primero, para arrastrar a Wass y después para aguantar el balón adelante, y de esta forma dar respiro al equipo. Un acierto. Por la circunstancia de la regularidad en todas sus acciones, diferente a la velocidad de Feghouli que le falta regularidad en su fútbol.
El problema de Celta ha sido su entrenador, Berizzo. Su empecinamiento de un fútbol de ataque (acaso, ¿no sabe defender?) y de no cambiar a Augusto Fernández, anulado completamente por Parejo-Andre Gomes. Asimismo, perdió al “correcaminos” Wass, al jugar retrasado a su posición.
El otro error de Celta ha sido el riesgo de los centrales al abrirse a las bandas. Riesgo grave, porque carecen de apoyo de los laterales, y provocan socavones por dentro.