jueves, 26 de febrero de 2015

Málaga da en la tecla azulgrana



Su sistema, un calco de
Villarreal en Copa



Por Miguel Miró
El técnico de Barcelona, Luis Enrique Martínez, deja entrever que es un sabelotodo o por lo menos lo aparenta. Tanto que presume… carece de lo más elemental en un entrenador:
“No sabe leer los partidos y vuelve a bloquearse con sus dudas ante cualquier adversidad”.
Por más de tener muchos ayudantes, tal vez demasiados, y la “máquina de datos” inteligente? (Los jugadores no son máquinas). Su error en la alineación ante Málaga y los cambios… Lo pagó muy caro. Se mostró como un entrenador novato, despistado o desesperado:
“Más delanteros, cuando el balón no llega al área”.
Pero lo más determinante, sin duda, ha sido su incompetencia para solventar los errores a pesar de que Málaga realiza el <<mismo sistema de juego que Villarreal>> en Copa. Barcelona ya se enfrentó tres veces al submarino amarillo y supo contrarrestarlo. Más por sus individuales que por la “indicación” del banquillo.
El equipo azulgrana fue previsible al insistir por la banda izquierda, en la que Alba y Neymar estuvieron “negados”. No lograron ganar “nunca” a los defensas. Luis Suárez pegado a los centrales fue blanco fácil para frenarle con faltas, eso sí repartiendo los “golpes” entre centrales y mediocampistas. Y Messi siempre estuvo rodeado por tres o cuatro jugadores albicelestes.
Es verdad que el único tanto del match ha sido un autogol (cesión corta al guardameta) de Daniel Alves. Igualmente es verdad que no se descompuso Barcelona en la primera mitad.
Sin embargo, al buscar el empate dejó un agujero a sus espaldas. Su rival, en cambio, con la velocidad de sus jugadores (delanteros y volantes) no supo liquidar la contienda en las oportunidades clarísimas que se le presentaron.



SISTEMA: NO ES NUEVO
El sistema 1-4-4-2 nació en la década de los años sesenta. Es una variante del 4-2-4, inventado por tres húngaros, en el que sobresalía Bella Gutman para el Mundial de Suiza 1954. La misma fórmula que precisamente empleó Manuel Pellegrini cuando dirigió Málaga en la Copa de Europa. Con una diferencia: cinco líneas de dos que se replegaba y se desplegaba en bloque.
El 1-4-4-2 lo perfeccionó el ex manager escocés Alex Fergusson en Manchester United durante los últimos años, con distintos planes de juego, para los encuentros fuera de su campo.
José Guardiola, por otra parte, siempre se inventaba un plan para contrarrestarlo, basándose en la calidad individual de Iniesta, Xavi y Messi, un equipo bien comprometido, y una defensa muy seria y escalonada. Incluso en la final de la Copa de Europa 2011… y con el equipo “reventado” de tantos partidos.


MÁLAGA NO PIERDE “LA ZONA”
El planteamiento (1-4-4-2) funciona por el trabajo colectivo. Un comprometido equipo-equipo bien coordinado, con intensidad y presión en la parte defensiva. Un trabajo en el que todos son “obreros” en el trabajo de destrucción del rival, y que posee inteligencia, juventud y velocidad en el contraataque.
De esta manera Málaga, que no perdió nunca “el marcaje a la zona” con intensidad y anticipación, se llevó tres “puntazos” del Camp Nou.
El conjunto albiceleste, que se encontró con un apetitoso regalo de Alves y los llamados 10 minutos de gracia (la ventaja sube de golpe la autoestima de los jugadores), no renunció tampoco al contragolpe.
El técnico Javier Gracia acertó, además, al situar a Miguel Torres en lugar de Antúnez como zaguero derecho. Una grata sorpresa para el equipo. Torres, tercer central en la banda de Messi y Alves.
Tres centrales (Angeleri, Welinton y Torres) y un lateral pegajoso –“con el aliento en la nuca del rival” se suele decir en la jerga del fútbol– como Rosales. La última línea del equipo, al mismo tiempo, fue importantísima por el apoyo y los relevos en salidas/cruces. Y se complementaba, al mismo tiempo, por la distancia corta de los volantes con una doble función por dentro.
La segunda línea (Horta, Darder, Recio, Samu Castillejo) bien junta y dos teóricos delanteros (Samu y Juanmi) que trabajaban igual que sus compañeros en la parte defensiva. Al mismo tiempo, realizaban un movimiento de basculación (3X3) acumulando efectivos según la dirección del balón, sin perder su posición en el campo.
Una forma de cerrar los pasillos, ya que Samu, Horta y Rosales taponaban los espacios y rivales en la banda izquierda malacitana  y por la derecha, Juanmi-Castillejo-Torres.
De la misma manera cerraban por dentro (centro) cuatro jugadores: Angeleri-Welinton (atrás) y Darder-Recio (delante).
La llave de Málaga estuvo en multiplicarse para anular a las estrellas de Barcelona. Juanmi-Castillejo y Torres frenaban las carreras de Alves y Messi, mientras que Samu-Horta y Rosales hacían lo propio con Alba y Neymar. Darder-Recio-Castillejo intentaban atar a Iniesta y  Busquets. Por último, Suárez, que se turnaban para hacerle faltas hasta desquiciarlo, pegado a los dos centrales.


SORPRESA COORDINADA
En la recuperación del balón estaba la sorpresa del plan de juego. No obstante, el cuadro andaluz se benefició por el adelantamiento de líneas de los azulgranas, incluido Piqué. Un riesgo que aprovecharon en más de una ocasión los visitantes.
La clave: robar el balón a Iniesta, Messi y Busquets, los distribuidores de juego. Al mismo tiempo, explotar al máximo los puntos frágiles del adversario (las bandas) aprovechando las subidas Alves-Alba.
No suponía, además, una función preparada exclusivamente para los delanteros (Samu-Juanmi), aunque también participaban.
La sorpresa se multiplicaba en el contragolpe de Málaga al recuperar el balón. Ante y sobre todo por cambios de posición. Castillejo subía por banda o salía en diagonal, Juanmi por el centro, acompañado de Horta y Samu, por banda. No había una sóla  fórmula. Variaba según el sitio de la recuperación del balón.
Tampoco sosprendió la aparición de Darder y Castillejo desde atrás y  por dentro.


DESESPERACIÓN Y CAMBIOS
Málaga, igualmente, salió favorecido por la ceguera de Luis Enrique, que no hizo ninguna variación táctica en el vestuario. Mantuvo el mismo equipo. Insistió con Alba-Neymar, anulados completamente. 
Ningún cambio de posiciones (rotaciones en el campo, no por hombre), que era lo normal. Situar a Suárez a la izquierda o derecha, intercambiar la zona de Iniesta por Rafinha. Colocar a Neymar en el centro, arrancando desde atrás. Decirle a Jorge Alba que no suba, si lo hace Alves. Juntar a Messi-Iniesta, con la pantalla de Busquets. Lo lógico en el descanso: buscar fórmulas para cambiar la situación.
Nada de nada.
Y después llegó la desesperación y el juego de los errores.
Cambio de Rakitic por Rafinha.
El croata es un jugador de músculo, no para jugar pocos minutos. Además, Rafinha no lo estaba haciendo mal.
Cambio de Pedro por Iniesta.
¿Otro delantero?
En lugar de ser dos alicientes los cambios, produjo el efecto contrario: la desesperación, el desánimo y el nudo en la garganta.
Pero si el balón no llegaba al área, y se jugaba al “centro a la olla”.
El equipo necesitaba “LUCES E IDEAS”, más visión de juego para desarmar el sistema defensivo de Málaga.
Sin luces y sin ideas… el equipo azulgrana se apagó.






martes, 10 de febrero de 2015

UN GENIO IN-COM-PA-RA-BLE




Messi, Messi, Messi, Messi



Por Miguel Miró
Desde que Álvaro Arbeloa le frenó -sin artimañas ni faltas- jugando en Liverpool en las eliminatorias de la Copa de Europa han pasado muchos años. Lionel Messi jugaba en la banda derecha, Frank Rijkaard era el entrenador del FC Barcelona.
El técnico, elegido por Johann Cruyff, para dirigir al equipo después de su excelente carrera como jugador (Ajax, Sporting Lisboa, Zaragoza, Milán). El mismo que rechazó la renovación del AC Milán ($6 millones); el mismo que “inventó” los dos diamantes (rombos); el mismo que creyó y subió al primer equipo a Lionel Messi, Pedro Rodríguez, Xavi Hernández –quién llegó a decir que “no contaba con él”–, Bojan…
Arbeloa prometía como zaguero. Con billete ida/vuelta, Liverpool/Real Madrid. Traspasado por €4millones y recuperado por €10 millones, un “negocio” (¿?) que sólo comprenden los dirigentes madridistas o la sección de fútbol del club.
Lionel Messi, en cambio, parecía un diamante en bruto. Aunque se notaba que le faltaba campo en la línea de cal. Ya se le veían maneras y cualidades pese a su juventud. Zurdo cerrado que dribleaba en una baldosa y que parecía llevar atada su bota a la pelota.
Un amigo, maño él, resaltó a Messi. Nuestra réplica fue: “le falta usar más la pierna derecha y no le vimos cabecear”. “No le puedes pedir demasiado, por su corta edad y baja estatura,” replicó nuestro amigo Julián.
(Años después nos repetía: “Ay, si Messi tuviera unos centímetros más sería indiscutible”)
La evolución se verá en los partidos (2005-06). Aunque promete y mucho tendrá que demostrarlo. Dicho y hecho. Su explosión, sin embargo, se demostró demasiado pronto. En el Mundial Sub 20. Argentina se consagró campeón y Messi, por sus goles, mejor jugador del certamen. Y había empezado de suplente, igual que Sergio Kun Agüero. Aún no habían llegado las imágenes de su etapa en el  baby-fútbol. Con la camiseta que le quedaba enorme en Newell´s Old Boys de Rosario.

EMPIEZA EL ESPECTÁCULO
Legal, tímido y sumamente crítico consigo mismo. De pocas palabras, pero “habla, enseña e inventa” dentro del campo. Los tres años de José Guardiola como técnico azulgrana, fueron decisivos.
Ya no se pudo decir que es “bajito,” una ventaja teniendo en cuenta el centro de gravedad en el futbolista. Tampoco la fortaleza de sus piernas, que parecen manos u obuses. Es ambidextro, le da igual la zurda que la diestra. Hace goles de cabeza. Y su técnica es tan exquisita como la de Xavi e Iniesta.
En la final europea frente a Manchester United y en el Mundial de Clubes ante Santos ya comprendimos que se trataba de un jugador polivalente, tremendamente competitivo y fuera de serie. Un futbolista completo, que le da lo mismo la demarcación. Ante los británicos estuvo en todos lados, como San Sebastián, y para nada se notó el cansancio del equipo. Y frente a los brasileños arrancó desde atrás, dejándole el protagonismo a Dani Alves como extremo sorpresa y rompedor.
Su cabeza funciona a 6.000 rpm, su explosión también. Inventa cada jugada, cada pase, cada gol. Y sus pies son de seda con relación al balón. De precisión matemática, igual que Xavi e Iniesta, prefiere los envíos entre líneas. Los más difíciles, como también el “balón al pie”.
El “pim–pam–pum” del Manzanares rompió la alegría de los aficionados rojiblancos. Se inició en un contraataque desde la banda derecha, en campo rival.
Nunca hace teatro –como Neymar, Alba, y muchos otros para engañar al árbitro– y le provocan en todos los partidos. Tiene la cabeza fría y las ideas calientes para mejorar el juego. Para dar el toque de calidad al fútbol que ha mamado desde su tierna edad.
Para nada es vanidoso. Al contrario, sus gestos son siempre los mismos cuando marca algún gol (los índices hacia el cielo), y no reivindica sus “medios-goles” por el pase a sus compañeros. Al contrario los festeja en grupo. Messi es un amante del fútbol. De su deporte favorito. Del fútbol bien jugado, con planes y jugadas. Y cuando faltan estos detalles él se los inventa.
Ganador nato y sumamente crítico por su actuación.  


GENIO Y FIGURA
Resulta un contrasentido comparar a Messi cuando se trata de un juego de equipo. Un deporte colectivo y donde pocos son los elegidos. Sabemos, por experiencia que entre los aficionados destaca siempre al goleador. El más caro. Tan caro como el gol. Pero no es suficiente para determinar quién es el mejor.
Ya lo dijo muchas veces Di Stéfano:
“Sin mis compañeros del equipo no sería nadie”
Y lo dijo Lionel Messi, en la gala de su tercer balón de oro:
“Sin mis compañeros no soy nadie”
El jugador argentino del FC Barcelona parece “tocado por la mano de Dios” –lo mismo que escribió, en la cima de su carrera, un periodista del golfista norteamericano Tiger Woods.
Para darle una variante, otra frase célebre:
“Es el elegido de los dioses”, como Carlo Magno.
Lionel Messi Cuccittini es como Alfredo Stéfano Di Stéfano o Johann Cruyff en sus épocas gloriosas: ini-mi-ta-ble e in-com-parable.
Un auténtico fuera de serie que rompieron el molde cuando nació.
Además, el “10” azulgrana tiene la gran virtud de haber empezado en un potrero (terreno baldío) para jugar, divertirse y para ganar. Y sigue divirtiéndose como profesional.

¿POR QUÉ INCOMPARABLE?
Para él es un hábito, un trabajo que eligió siendo muy pegueño.
Además, posee mucha regularidad, seguridad, temple, frialdad, ritmo, actitud, sangre fría, contundencia, consistencia, concentración, humildad, imaginación, convicción, demasiada fe, intuitivo, derrocha confianza, sapiencia, talento, precisión, mucho talento y calidad.

¿POR QUÉ INIMITABLE?
Por su espontaneidad. No hay nada fingido en él. Es un genio puro. Creativo y con una personalidad remarcada. Flemático, seguro y emotivo. Dominio de sí mismo, en lo positivo y negativo. Con una fuerte personalidad, en su manera de ser aunque no le exterioriza. Carácter único por su seguridad y tranquilidad en todo. Su medio es el campo de fútbol.  
¡Ah!, nos olvidábamos:
Messi es igualmente sensible, muy sensible… por eso parece tímido.
Sabe leer los partidos y acumula la sapiencia de sus compañeros y sus técnicos. Todo el fútbol lo absorbe como una esponja.
Ha madurado demasiado pronto. Por eso titulamos un genio del fútbol técnico-táctico. Como lo dejó claro en San Mamés.
Un partido de músculo y pelotazo.
El tándem Xavi-Messi lo cambiaron radicalmente: pase corto, primer toque y al pie, con meridiana precisión. Marcaron el control y el partido. Pocos, o muy pocos apreciaron este detalle.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Copa/ Messi aprecia off-side

Gol ilegal de Neymar
 

Por Miguel Miró
La sala de prensa del Manzanares tenía, en aquél entonces, el célebre cocodrilo disecado; arriba, en primer plano. Valencia ganó por un golazo final a At Madrid, en un partido electrizante. Alfredo di Stéfano dirigía el equipo valenciano. Serio como siempre dejó a todos los periodistas perplejos:
“¿El gol? ¿Golazo? Si fue con la mano”.
Lo mismo o parecido sucedió en el At Madrid-Barcelona de Copa.
Nadie nos habíamos enterado. Fue una sorpresa.


“¿El gol de Neymar?” “Pero si fue un off-side clarísimo”.
Nadie, absolutamente nadie hizo mención a este detalle. A pesar de repitir una y otra vez la jugada por la  televisión.
Incluso en los periódicos, a través de sus webs, escribiendo las excelencias del gol.
Una jugada que comentó con el penalty y expulsión de Jorge Alba con el árbitro extremeño en el vértice del área y el linier a 12 metros.
El único que apreció a Neymar en fuera de juego ha sido Lionel Messi, que no le pasó el balón después de frenarse en la carrera, igual que Luis Suárez en la banda derecha.
No así Neymar que adelantó y se situó en fuera de juego.
Por ese motivo Messi optó por Jorge Alba que galopaba por la otra banda. Sin embargo, el zaguero llegó muy justo al balón y cedió al brasileño que remachó a gol en la misma jugada.
Claro fuera de juego. El tercer gol de Barcelona nunca tenía que haber subido al marcador en el Manzanares.


LA CUMPLEN EN INGLATERRA Y NO EN ESPAÑA
Al parecer, la nueva regla del off-side, reformada a petición de los árbitros españoles, se cumple a rajatabla en la Premier League y en la Liga española se la tragan con patatas.
Igualmente los Medios de Información, que “se comieron” el gol ilegal de Neymar. O, mejor dicho, los “papistas” del fútbol, que además pusieron por las nubes el tanto del brasileño.

Regla 11
(La polémica del off side “pasivo” que se activa cuando el jugador participa en la misma jugada. Una modificación presentada hace algunos años por Ángel Villar a petición de los colegiados españoles y aprobada por la International Board).


Tanto el árbitro Gil Manzano y el linier merecían, por su incompetencia, tener el mismo castigo de la Asociación de árbitros de la FA: condenarles a descender a Tercera División por no estar al día en las reglas e incumplirlas de manera evidente.