domingo, 17 de junio de 2012

DEL BOSQUE SORPRENDE…

Valora: Defensa, recuperación y “la unión” de equipo-equipo

 Cada partido es distinto y el equipo, cualquier equipo o selección, debe amoldarse a cada situación. Está claro. El rival siempre cuenta. No obstante, son muy pocos los que comprenden este pequeño y gran detalle.
Vicente del Bosque lo sabe, y por eso nos sigue sorprendiendo…
No lo decimos como algo reciente. Actual. Lo hizo como jugador, uno de los “cerebros” más técnicos y más criticados del fútbol español. Algo parecido como “el ronco Onega” en River Plate (Argentina).
En su faceta de jugador se le acusaba de “lento,” pero su cabeza funcionaba como una máquina a 6.000rpm. Todos los balones pasaban por él, y cuando fallaba uno o cinco, los Medios no tenían piedad. Amnesia repentina. Nada decían de los otros 64 o 74 pases.
¿Por qué pasaban por él todos los balones?
Por su exquisita técnica que le permitía “aguantar” el balón en la zona central, pausar el ritmo y hacer pases con tiralíneas. Además, no era fácil quitarle el balón –como Andrés Iniesta o David Silva– salvo con una patada o una falta.
Günter Netzer se convirtió en un espectáculo por sus pases largos en profundidad. Del Bosque siempre ha sido más completo que el alemán del Borussia Moenchengladbach (Un equipo que hizo historia en la Bundesliga y en Europa). Un auténtico “centrehalf” que mandaba y distribuía juego.
El salmantino, en su época juvenil empezó como delantero y goleador. Le dio lustre también a los “orejuts”. El CD Castellón llegó a una final de Copa, tras una brillante trayectoria (1973).
Solamente una vez le hemos visto enfadado como jugador. Sucedió en el partido de vuelta de las semifinales, Copa de Europa-1979: Hamburgo-Real Madrid. El equipo merengue perdió por goleada (5-1). El célebre match que, por diversas causas, no pudo ser televisado.
Los goles de Hrubesch, que desparramaba defensas como Terminator y la exhibición del inglés Kevin Keegan, con una calidad impresionante.
Del Bosque, ante la impotencia de frenar al extremo británico, en los últimos minutos del encuentro le dio una colleja a Keegan, lo que supuso su expulsión.


Miguel Miró
Al ex jugador salmantino le sucedió lo mismo que Alfredo Di Stéfano –salvando las circunstancias, por supuesto– como entrenador en el Real Madrid. A los dos, no les renovaron su contrato.
(Les destituyeron, les echaron “con sordina” y de manera cruel)
A la Saeta por llegar a cuatro finales –incluida la Copa de Europa– durante una temporada gloriosa y no ganar ninguna de ellas. Una rabieta del entonces presidente, Luis de Carlos, apoyado por el secretario técnico Luis Molowny, que después ocuparía el cargo de técnico.
Di Stéfano pidió refuerzos al principio de temporada –entre ellos: Jorge Valdano, delantero del Real Zaragoza– y el club se los negó, amparándose en tiempos difíciles para la economía del club. Cumplió su trabajo con creces. ¡Cuatro Finales! Cuatro frentes y más de 60 partidos, con un plantel “cojo” en experiencia, ya que se tuvo que recurrir a la cantera (entre ellos Butragueño) para cubrir lesiones, sanciones y cientos de problemas.
Lo primero que hizo Luis Molowny al año siguiente ha sido fichar a un delantero. ¿A ver si adivinan su nombre? Jorge Valdano, que había marcado 25 goles en el conjunto aragonés.
Parecido le ocurrió a Del Bosque, aunque las circunstancias fueron diferentes. Provocaron, eso sí, “carcajadas” de histeria entre los buenos aficionados al fútbol. El Real Madrid con él como técnico y buenos jugadores consiguió: 2 Copas de Europa; 2 Ligas y 1 Mundial de Clubes, entre otras copas. No fue cuestión de títulos y mucho menos de fichajes de jugadores.
Ha sido un “capricho” del entonces flamante presidente del club, que poco sabía de fútbol.
Quién destituyó al técnico salmantino ha sido Florentino Pérez en pleno furor de de su gran “pelotazo” (€500 millones y otros terrenos públicos) por la venta de la Ciudad Deportiva del Real Madrid al Ayuntamiento de Madrid. Un ex político (UCD) y empresario que presume de “ministro” como Ramón Mendoza en su tiempo.
Su argumento resulta triste y lamentable:
“No sabe sacarle jugo a las estrellas de mi primer proyecto y su fútbol resulta muy aburrido”.
Y para rematar sus asesores dieron el visto bueno: el director deportivo Jorge Alberto Valdano y su adjunto, Emilio Butragueño.



EL “LIBRE” CONTRA IRLANDA
Vicente del Bosque nos sigue sorprendiendo…
En sus inicios como técnico encontró un diamante en bruto. Caminero (Real Madrid B). Ganó muchos partidos con él en la posición de “libre”. ¿En la defensa?
Nada de eso, en la medular. Precisamente, donde se elabora el juego. Del Bosque medía los tiempos y las subidas por sorpresa de Caminero siempre suponían una solución letal cara al gol. Primero, por su velocidad y segundo: descolocaba al adversario llegando desde atrás sin marca y… sin frenos.
Vicente del Bosque puso frente a Irlanda un “libre” en punta…
Nos demostró que el “delantero o 9” no fija a los centrales, como afirmó un papanata. El seleccionador sigue fiel a sus criterios. No se pliega a debates estériles, ni tampoco se toma en serio “el juego del 9”. La entrada de Fernando Torres ante Irlanda, intuimos, lo hizo por su apetito de gol, y por las ocasiones que les fabricaron Iniesta y Xavi frente a Italia.
Pero no como “9” clásico.
Torres no fijó para nada la defensa verde, ni jugó en punta… Marcó dos goles, es verdad. (El primero de ellos de “pillo”, al ver un balón bailando en el área). Sin embargo no tuvo la responsabilidad de arrastrar a la defensa, ni de fijar a los zagueros como afirmó –repetimos– un papanata.
¿Quién fue, entonces, el jugador más adelantado?
David Jiménez Silva, que jugó de “libre” adelantado.
No se trata de ningún juego. Silva puso de uñas a los defensas de Irlanda. Precisamente, por su labor de ardilla o de mosca cojonera entre los rivales. Fernando Torres arrancaba desde más atrás.
Todos los periódicos, deportivos o no deportivos, pusieron la foto de Torres por sus dos goles. Salvo uno: ABC de Madrid, que destaca a David Silva en su portada.
Silva ha sido para nosotros la llave de la victoria. Además de su trabajo y su calidad, fue el autor del segundo gol. Un gol “imposible” por los zagueros y el guardameta que cerraban todos los huecos. Sin embargo, encontró una rendija y “mató” el partido, después de 45 minutos con un raquítico 1-0 en el marcador, que no reflejaba los méritos y el juego que estaba desarrollando la selección española. Pero sí dejaba “viva” a Irlanda en su aspecto defensivo.



LA ORQUESTA SINFÓNICA
Del Bosque no busca un “9” para que marque los goles. Busca cuatro o cinco calles en la que circulen los jugadores camino del gol. Y que todos ellos, no uno, sean goleadores. Da igual el número que tengan en la camiseta. Una de las fórmulas –José Guardiola en el Barcelona– más convincentes para la selección y los jugadores que dispone en el plantel.
El técnico, con buen criterio, valoró al final del partido el espectáculo que ofreció España ante Irlanda, pero sobre todo al sistema defensivo. La presión y la recuperación del balón (instantánea) y que el partido se jugara (100% - 0%) en territorio irlandés.
No fue la lluvia y el campo rápido, sino la precisión y técnica de los españoles, que no perdieron tanto balón como en el partido ante Italia. Asimismo, la concentración desde atrás que con su seguridad permite un desahogo a los volantes y atacantes. En esa línea, con Busquets más retrasado –sus pases esta vez fueron al pie del compañero y no se volvió loco subiendo en demasía– y Alonso más adelantado.
Si añadimos el recorrido de los laterales, con menos metros hacia delante y hacia atrás (y no los 80m de ida y 80m de vuelta, que dejan sin aire a cualquiera). La seguridad de Piqué y a un escalón más atrás, Ramos se pudieron apreciar la efectividad de una selección que juega aparentemente con “los ojos cerrados” por su excelente técnica y calidad.

XAVI HERNÁNDEZ, MÁS ADELANTADO
El primer gol dio cierta tranquilidad, por supuesto, pero el equipo acusó la intensidad del juego. De ahí los pases horizontales, para recuperar energías. No debemos olvidar que muchos (la gran mayoría) tiene más de 70 partidos en sus respectivos clubes. El ritmo trepidante pasa factura y se deben medir los tiempos para dosificar el aspecto físico.
Durante los últimos cuatro años, siempre dijimos que si Xavi Hernández juega adelantado el triunfo es seguro del Barcelona. En este caso, su posición se repitió con la selección. Un recurso que casi siempre dio resultado. Aunque en esta ocasión no estaba Busquets sino Alonso como “guardaespaldas”. Pero no es sólo Xavi que hizo funcionar al engranaje del equipo. No. Ha sido el triángulo mágico en la que se asocian el “6” a la derecha, Iniesta, a la izquierda y en el punto del triángulo Silva, más adelantado.
David Silva de libre (como lo hizo Fábregas en el primer partido) ha sido muy positivo, pero terminó por ahogarle en el segundo tiempo. Por eso retrasó su posición, al ver la reacción del rival después del 2-0, que adelantó las líneas para buscar un gol. La consecuencia de este movimiento, como león herido, permitió que llegara el tercer gol, en un pase en profundidad de Silva que dejó completamente solo a Fernando Torres ante Given para que anotara el 3-0.
Y para completar el guión, otra entrada en diagonal de Fábregas completó la goleada.

CON RITMO PERO CON PAUSAS
No hablamos de especular –algo lógico, en los partidos de grupo– pero será difícil repetir la exhibición de España en su segundo partido. No nos referimos a la calidad y al juego super-técnico propiamente dicho. No. Hacemos hincapié en la intensidad. El equipo debe recurrir a la paciencia del campeón, para no estar ahogado en el segundo tiempo.
Con ritmo, con juego, pero con pausas ante Croacia. Aunque el rival practica un fútbol sencillo, abriendo el campo por los extremos, no hay que olvidar que los ex yugoslavos son habilidosos y físicamente fuertes.
Por último, un tirón de orejas a Cesare Prandelli, seleccionador de Italia. A) El fútbol no es una ciencia exacta como las matemáticas. B) España no tiene la culpa de que se durmiera en sus laureles ante Croacia en el segundo tiempo  y que Pirlo desapareciera del campo. C) Debería preocuparse más en preparar el partido ante Irlanda y ganar, que es su obligación. Y (D) no hacer insinuaciones ofensivas para evitar el posible ridículo.

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