sábado, 29 de enero de 2011

Erradicar el juego sucio

“Del pisotón, goma, paralítica, plancha… hasta el escupitajo”

La plancha en alto, tarjeta roja directa.
Existe una “jerga” que utilizan los futbolistas –amateurs o profesionales- que tiene su gracia, pero referente a los “trucos” resulta inaceptable. Un juego sucio que aparentemente no aprecian los aficionados en las gradas. Decimos “aparentemente” porque hemos asistido a algunos partidos en los que se pedía “¡Sangre, Sangre…!” igual que en el boxeo y otros deportes que también tienen sus bemoles.
Sin embargo, se puede comprobar a través de la pequeña pantalla, que se ha convertido en el ojo-delator de tales atropellos y cómplice a veces, cuando se trata de proteger a éste o aquél jugador.
¿Se acuerdan de aquél anuncio de la tele? “Qué bochorno, papi”. Ese spot dejaba en evidencia al forofo. En este caso no queremos dejar en evidencia a nadie en particular, pero pretendemos que en el fútbol se elimine el juego sucio y se practique el fair-play.
Los que han jugado al fútbol conocen bien la “jerga” futbolística. Sobre todo, quienes lo han padecido. Son palabros como “goma”, “paralítica”, “tijera2” –algo que parecía haberse eliminado en los campos españoles-, “patadas en los tobillos”, “pisotón en el empeine”, “plancha”, “avión”, etcétera, etcétera.

Miguel Miró
Lo más sencillo sería “cargar” contra el árbitro por ser permisible a tales picardías de mal gusto, pero no sería justo. Para erradicar estas malas artes tenemos que tirar de la oreja a jugadores, entrenadores, dirigentes, árbitros y periodistas.
A muchos clubes porque, desde la presidencia hasta el último directivo, consienten y aplauden estos desmanes. A los jugadores por practicarlos en los partidos. A muchos técnicos por ensayarlo en los entrenamientos. A muchos árbitros, por no sancionar como corresponde y a muchos periodistas por mirar a otro lado y no ser rigurosos en las crónicas y comentarios para erradicar este juego “sucio y teatral” de los futbolistas.
Vamos a citar algunas de las palabras que debemos eliminar de dicha “jerga”. Las que, a nuestro entender, más daño hacen al fútbol como deporte.


La goma. Vieja argucia poco vista. Se trata de clavar los tacos en la pierna del rival a la altura del gemelo y deslizarlos hacia abajo. Lo vimos hacer en el clásico madrileño de Copa.
Pisar al caer. Por lo general, suele ser el desquite del ariete, después de recibir patadas hasta en el escudo de la camiseta. De cualquier manera, es una jugada sucia que debe eliminarse del fútbol.
Pisar sin contemplación. Aprovechando que el adversario está en el suelo, pisarle sin piedad en el muslo. Se pudo comprobar en un partido de la Copa de Europa, en el Giuseppe Meassa de Milán.
La plancha. Hay una regla muy dura para este tipo de acción entre los jugadores. El que la hace la paga. Quién abusa, termina lesionado. Se trata de levantar la bota (los tacos -cortos o largos- son de aluminio) a la altura de la pierna del rival. Muchos le llaman juego subterráneo. Se hace normalmente durante la disputa de un balón.
La plancha 2. También está la plancha a la altura de la cintura, más grave todavía.
La plancha 3. La plancha en alto, golpeando el pecho o la cara. Por lo general, en busca del balón y sin percibir que está delante un rival. Sin embargo, siempre debe ser de tarjeta roja. Lo vimos en la final de la Copa del Mundo, pero también en la Liga, Athletic Bilbao-Barcelona.


El pisotón. Algo que se puso nuevamente de moda, después del Mundial. Recordamos el partido Brasil-Corea del Norte o la final. Por lo general el pisotón se suele hacer en la parte delantera de la bota. Sin embargo, se ha puesto de moda en Europa. El pisotón en el empeine ya es clásico (At Madrid-Barcelona y Sevilla-R Madrid, de Copa).
La paralítica. Consiste en golpear en seco con la rodilla el muslo del adversario. Vieja treta que sigue existiendo en el fútbol. Al no tener apoyo el pie, el jugador se resiente y renquea. Dura 10 o 15 minutos, pero es doloroso. Se pudo ver en el Barcelona-Almería y otros partidos.
El avión. Por lo general, los brazos ayudan en el arranque del jugador explosivo. Lo que no se puede es exagerar. La acción consiste en abrir los brazos como un avión, para quitarse los rivales de encima. Esto ocurre en muchos partidos. Si en lugar de brazos son aspas, seguro que se cortan muchas cabezas.
El agarrón. Depende de las circunstancias y el momento. El agarrón es común en el área, aunque se produzca una amonestación verbal. Durante el juego se realiza para desequilibrar o frenar al rival, en la que ambos se van al suelo. El más común es agarrar y soltar en el área.
El empujón. Existen varios tipos de empujones, que normalmente no se pitan. En corto, con las manos y en largo, usando el cuerpo y el choque. Principalmente, cuando el jugador está en desventaja. Otros, sin embargo, lo hacen todos los partidos y el árbitro mira para otro lado.
El toque mágico. Propio de los zagueros que desequilibran al delantero en un contacto rápido y prácticamente inadvertido. Fórmulas hay muchas en un salto como también a la hora del remate. Una picardía que se utiliza en un “scrimage” (acumulación de jugadores en el área).


El codazo. De por sí, las manos ayudan mucho para el salto, pero muchos jugadores pecan de utilizar por norma el codo contra la cabeza del rival.
La caída simulada. El zaguero, cuando ve que no llega en el cruce se tira encima del delantero. El otro truco es cuando le tocan el brazo para ayudarle a levantar del suelo… su contrincante simula un golpe en la cara. Más sorprendente todavía, cuando le empujan y se tira al suelo cogiéndose la pierna. Un teatro innoble para un deporte.
El piscinazo. Simular el contacto dentro del área para que el colegiado pique. Es el pan nuestro de cada día. Sobre todo cuando hay que ganar “como sea”. Un árbitro ya denunció los piscinazos de un delantero, pero no es el único. La lista es larga en cuanto a nombres. Los delanteros se creen más listos que nadie. Es la treta más comentada entre los aficionados.
La cama. El jugador, al ver que el contrario salta en busca del balón, se queda pegado a él, sin saltar para que termine con las narices en el suelo.
Utilizar el cuerpo. No es nuevo, pero es un abuso. Se trata de la fórmula del delantero “tanque” (alto y pesado). En los corners aparece desde el punto de penalti, salta hacia delante y desparrama a los jugadores que se atraviesan en su camino. A excepción de que el guardameta sea uno de ellos… ¿Quién es el árbitro que anula el gol? Ninguno. 
Provocación. Expulsión. Un jugador famoso llegó a tener un record insólito en expulsiones de sus rivales. Le tocaba el c… a los zagueros y reaccionaban como resortes.   
Provocación 2. Insultar. La mayoría de los jugadores omiten comentar las “barbaridades” que se dicen en el campo. Malas palabras, ofensas, reírse en la cara y provocar de palabra.
Provocación 3. Esputar. Se utiliza para provocar. Escupir al adversario en la cara, cuando el árbitro está de espaldas. Surgió en la Copa del Mundo 1966 en Inglaterra, y lo utilizaron algunos jugadores alemanes.
Carga ilícita. No todo vale en la carga de un jugador. La carga con el hombro es legal, pero se abusa utilizando el cuerpo y los brazos cuando se está en desventaja en la puja por el balón.
La tijera2. Muy común en el fútbol español en la década de los setenta. Pensábamos que se había erradicado. Pues, no. La vimos en la presente Liga. No tiene nada que ver con la “tijera”, que también se utiliza para la “chilena o tijereta”. Nos referimos a una entrada por detrás, en el cual intenta pegarle el balón con la pierna derecha y le cierra (barre) los pies al contrario con la izquierda. Una acción que provoca grave lesiones.
Patadas en los tobillos. Forma parte también del repertorio. La finalidad es amedrentar al adversario para que termine desquiciado. En la acción, al ser rápida, no se aprecia. Las patadas en los tobillos se dan a la carrera.

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