martes, 12 de marzo de 2013

Champions/ ¿POR QUÉ…?


Decisión ”arbitraria e injusta”
elimina a United de Europa

Por Miguel Miró
 Si hubiese justicia en el fútbol –que no la hay– el match Manchester United vs. Real Madrid disputado en Old Trafford se debería repetir. A tenor de la “arbitraria e injusta” decisión del colegiado turco Türneyt Çakir al expulsar a Nani. No hay peor sospecha en cualquier deporte y menos en el fútbol… Cuando un árbitro –equivocándose o no– se convierte “juez y parte” en un partido.
Los intereses creados del organismo europeo (UEFA), de los equipos en la competición reina y la presión de las televisiones (Manchester-Real Madrid alcanzó una audiencia que rozó los 10 millones, unos 9,800.000 de tele-espectadores) no permitirían una “repetición”.
Sin embargo, ¿quién repara el daño consumado al equipo inglés?
¿Puede recurrir a la justicia Manchester United?
Rotundamente, no.
Únicamente lo puede hacer al Comité Disciplinario de la UEFA o de la FIFA?

¿ES INFALIBLE "THE BOSS" CODINA?
Aún así, no serviría para nada. Y menos después de la “nota” (seguimos en el colegio: 8,2) del omnipotente Pierluigi Codina (su imagen dio la vuelta al mundo pidiendo “respeto” a los árbitros). Precisamente el “boss” del estamento arbitral en el Comité de Árbitros de la UEFA.
Los periódicos británicos echaron mano de la hemeroteca y comprobaron que, con la tarjeta roja de Türneyt Çakir sumaban seis expulsiones a jugadores de la Premier League y la eliminación de equipos británicos en la Champions League y la Copa del Mundo de clubs. La mayoría de ellas, no obstante, expulsiones justificadas. Pero se olvidaron del partido Real Madrid-Tottenham disputado en Chamartín.
La expulsión “provocada” al delantero Peter Crouch por Ramos y Marcelo, que el árbitro alemán Felix Brych “picó”. Una expulsión “sospechosa” que dejó con 10 jugadores a los ingleses durante 76 minutos.
Seguro que el entonces manager del Tottenham Harry Redkaap se lo puede explicar con pelos y señales a Alex Ferguson.



LA EXPULSIÓN NO TIENE NI PIES NI CABEZA
La expulsión con tarjeta roja a Nani no tiene ni pies ni cabeza. Resulta totalmente injusta. Sobre todo porque en ningún momento el jugador del equipo inglés hizo la más mínima “intención” de dañar al rival. Ni tampoco se trató de una jugada violenta como así fue interpretada de forma errónea por el árbitro, junto al linier que apreció la incidencia del juego desde siete o 10 metros.
Resultan igualmente sospechosos los minutos –que no segundos– que demoró el colegiado antes de tomar su decisión en el campo.
¿Escuchaba al linier por “el pinganillo” o al cuarto árbitro? ¿O al delegado arbitral, en las tribunas? ¿Estaba midiendo la repercusión de la expulsión? ¿Las dudas, las muchas dudas?
Otra cuestión que muchos pasaron por alto. ¿Por qué rodean inmediatamente al árbitro Sergio Ramos, Javier Alonso, el propio Álvaro Arbeloa y Messut Özil? Todos le están pidiendo la tarjeta roja al juez.
En el estamento arbitral, cuando hay dudas no se pita nada para no incurrir en un error monumental. No obstante, ante la sorpresa de la mayoría muestra la tarjeta roja al jugador portugués.


NANI ENCOGE EL PIE AL VER AL RIVAL
a)    El jugador del United está de espaldas, por tanto no aprecia la llegada del rival.
b)   La pelota le pega en el pecho a Arbeloa, que simula el impacto de una patada en las costillas.  
c)    Al ver el jugador de Manchester United la llegada del adversario encoge la pierna. La imagen demuestra  que la bota de Nani le roza el brazo una vez que rechaza el balón el madridista con el pecho.
d)   La simulación de Arbeloa, sin embargo, parece perfecta.
e)    Curiosamente, el jugador madridista es el primero que se levanta y sigue jugando.
f)     No hay intencionalidad.
g)   Un lance del juego. Entre los dos contendientes está el balón.
h)   Lo que más confundió, indudablemente, fueron las distintas imágenes de la televisión. Y algunas de las fotos que se publicaron. Sobre todo por “el ángulo de foco del cameraman” o del fotógrafo. Al unir las fotografías y comprobar que Nani encoge el pie se demuestra que no hubo intención, ni tampoco “violencia” ni “temeridad” en la acción.
i)     Un ejemplo de una misma jugada se produjo en el match Levante-Real Madrid, en la que un golpe fortuito de Navarro le rompe la ceja a Cristiano. El defensa granota David Navarro  mueve los brazos al ver la “embestida” de su compañero Juanfran que quiere intervenir para despejar el balón. Por lo tanto, no hay “intencionalidad”. Así lo entendió el colegiado asturiano Muñiz Fernández: no pitó nada ni sacó ninguna tarjeta en los primeros minutos del primer tiempo, bajo una lluvia torrencial. Dejó seguir la jugada.
j)     Sin embargo, la más clara secuencia de “simulación provocada” o “engaño” –como ustedes prefieran–  se produjo el 5 de abril de 2011 en los cuartos de final de la Copa de Europa. Una trampa preparada y “festejada por los dos actores”, para eliminar al Tottenham Hostpur en el partido de ida en Chamartín (4-0). La expulsión de Peter James Crouch por doble tarjeta amarilla tras una simulación de Ramos y Marcelo.


 ¿POR QUE PONEMOS EL ÚLTIMO EJEMPLO?
Aún mantenemos en la retina la “complicidad” manifiesta entre Marcelo y Ramos. Especialmente del brasileño que en el suelo, con las dos manos en la rodilla, buscaba a Ramos y se reía. Las imágenes de televisión española demostraron la picaresca.
Una simulación coordinada de dos entradas del larguirucho jugador dejaría al Tottenham Hostpur con 10 jugadores durante 76 minutos del partido. Real Madrid dejó sentenciado su paso a las semifinales con un rotundo 4-0, goles de Adebayor (2), Di María y Cristiano.
El árbitro alemán Felix Brych cayó en la trampa y “picó” por el teatro de los dos jugadores madridistas, que se revolcaron de dolor en el suelo. Un juez, licenciado en Derecho, e inexperto (The Telegraph) que sacó dos tarjetas amarillas seguidas al delantero británico. A Crouch por una falta a Ramos (7´) y a Crouch por una falta a Marcelo (14´) y le mandó a la ducha.

“EMBACAUDOR MARCELO” (THE TELEGRAPH)
By Jason Burt, Santiago Bernabéu Stadium
(…) It was such a shame; a shame for Crouch, a shame for Redknapp, the club and the fans who have been swept along on this fantastic journey. When Angel Di Maria struck a thunderous third goal it was like a visitation from the Angel of Death and when Cristiano Ronaldo drove in the fourth, with Heurelho Gomes flapping, it was all over.
(…) But it all came back to Crouch. What was he thinking? How could such an experienced player have acted so foolishly? He collected a yellow card after just five minutes for lunging at Sergio Ramos and then, after Benoit Assou-Ekotto’s raking cross-field pass was cut out by the formidable trickster that is Marcelo, Crouch launched himself at him also.
It was clear what was going to happen next. A second yellow, then a red, from referee Felix Brych and Crouch was off with Mourinho ruffling his hair in sympathy as he passed by (…).
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(…) Fue una vergüenza, una vergüenza para Crouch, una vergüenza para Redknapp, el club y los aficionados que se han desplazado en este fantástico viaje. Cuando Angel Di María llegó a un tercer gol atronador fue como la visita del Ángel de la Muerte y cuando Cristiano Ronaldo empujó la cuarta, con Heurelho Gomes aleteo, que todo había terminado (…).
 (…) Pero todo se volvió hacia Crouch. ¿Qué estaba pensando? ¿Cómo podría un jugador experimentado ha actuado tan tontamente? Él recibió una tarjeta amarilla después de sólo cinco minutos para embestir a Sergio Ramos y, a continuación, después del pase cruzado de  Assou-Ekotto fue cortada por el embaucador formidable que es Marcelo, Crouch se lanzó a él también. Estaba claro lo que iba a suceder después. Una segunda tarjeta amarilla, y luego una roja, de árbitro Félix Brych y Crouch fue apagado por Mourinho, agitando el pelo con simpatía a su paso. (…).

EXPULSIÓN DE PEPE
En las semifinales se enfrentaron Real Madrid-Barcelona con escándalo incluido, tras la expulsión de Pepe, que precisamente recordó el entrenador del equipo merengue en “la sala de prensa de Old Trafford”.
La temporada lamentable de los cuatro “clásicos violentos” en 18 días y de la sanción del Comité Disciplinario de la UEFA al técnico de Real Madrid por siete partidos (la máxima, 17) tras “rajar contra los árbitros” sin pruebas y “manchar” –como es su costumbre– al FC Barcelona insultándole en su monólogo del “¿Por qué…?”   

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