viernes, 26 de noviembre de 2010

Mourinho mantiene el sistema de Pelegrini

"Desnudamos al Real Madrid

Esteban Vigo, técnico del Hércules ha dejado al descubierto cuál es la contra–táctica frente al Real Madrid. Demostró que la defensa es vulnerable. Deja vías libres por las bandas. La descoordinación de los stoppers, y las lagunas que ofrece el esquema blanco, al cortarle la fluidez de su juego.

Por Miguel Miró
El dibujo del equipo merengue en el terreno de juego no ha cambiado. Es un calco del último tercio de la pasada temporada bajo la dirección de Manuel Pelegrini. La única diferencia estriba que antes iba al rebufo del Barcelona y ahora es al revés.
José Mourinho, a pesar de su excesiva propaganda mediática, no ha enseñado nada nuevo en el planteamiento y sentido posicional del sistema.
Se han cambiado algunas piezas, por supuesto. Cada una en las cuatro líneas. Un zaguero, Ricardo Carvalho; un stopper más, Sami Khedira; un mediapunta creador, Semut Özil y un delantero, Ángel Di María. Y como se preveía de antemano, no cuenta o cuenta poco con Pedro León y Sergio Canales.
Al poner un “stopper” más en la línea central (Pelegrini también lo hacía con Mahamadou y Lass Diarra) que realiza un trabajo oscuro pero eficaz, supuso una mayor tranquilidad  y seguridad a los zagueros. (Léase pérdida de balón en el mediocampo). Por otro lado, la labor del volante de enganche “más creador” ha dado una mayor velocidad al equipo y más movilidad en el desmarque de los delanteros para apretar el gatillo.
No se ha variado el dibujo, pero el equipo blanco se ha transformado. ¿Es una contradicción?
No; no es ninguna contradicción. La transformación del equipo ha sido por la inyección de autoestima. Ese chorro de autoestima se adquiere por las victorias y los resultados. Si sumamos una dosis de carácter, otra dosis de paciencia y un poco más de concentración podemos aclarar este lavado de “cara” que está mostrando el Real Madrid en la presente temporada.
Si el jugador madridista ya estaba dotado física y técnicamente, lo único que le faltaba era la cuestión anímica y mental, que supone la autoestima. Y en el fútbol se consigue a base de resultados. No es ningún secreto y se demuestra con la fría estadística. Tanto en la cuestión defensiva – con una sola variante, más rocosa y agresiva-, en el centro del campo y en la parte ofensiva.
…Aunque Raúl Albiol es técnicamente más completo que Carvalho… Diarra, podría hacer la función de Khedira… en el actual Real Madrid predomina más la contundencia, la agresividad y el sentido práctico, en lugar de sacar rendimiento al fútbol preciosista que sí poseen varios jugadores de la plantilla.
El efecto o inyección de autoestima siempre es importante en el fútbol, porque cualquier circunstancia -al ser un juego y por ende se producen errores– lo acusa el jugador y el contagio se extiende. La mente del futbolista, por los intereses creados en su entorno, es frágil.
Y esto se está notando, no sólo en la Liga, sino también en las tres competiciones que participa. En el tercio del campeonato nacional, salvo algunos puntos negros, su actuación podría ser denominada espectacular. Por la alegría del fútbol ofensivo, algo que siempre agradecen los buenos aficionados al deporte.



SISTEMA
El conjunto merengue utiliza el 1-4-2-3-1 en el ataque y defiende con 1-4-4-1-1. Una línea de cuatro zagueros, dos stoppers con doble función, dos volantes ofensivos (que son delanteros) en cada una de las bandas, un mediapunta y un delantero. Un sistema que pretende una presión en todo el campo. Como si quisiera sentenciar el partido en los primeros 20 minutos. El despliegue es espectacular y sorpresivo.
Está muy claro que ante un rival con despistes en el centro del campo y una defensa en línea rígida le puede hacer un siete, aunque lo importante es abrir el marcador. Ahí está la clave. Si llega el primer gol pueden llegar muchos más. De eso se trata cuando un equipo mezcla un juego trenzado con la velocidad supersónica y tiene jugadores que pueden desequilibrar un partido.
Sin embargo, le sigue faltando continuidad y pausas para dosificar sus fuerzas (también le pasaba con Pelegrini, que al no llegar el gol… la ansiedad aumentaba) Ante todo porque resulta imposible mantener ese ritmo y la presión en todo el campo, incluso bien preparado físicamente sin marcar los tiempos y recargar las pilas.
Todavía faltan muchos ajustes por realizar y a pesar de sus últimas goleadas, el Real Madrid no ha conseguido su puesta a punto. No se les saca partido a los dos jugadores alemanes (Özil y Khedira) y en algunas ocasiones existen indecisiones en las cinco líneas del campo. Estos detalles, con goles y resultados se disimulan y nadie se acuerda de los errores pasados. Algo natural cuando se vive “deprisa, deprisa” y los partidos se multiplican en las tres competiciones.
Las indecisiones en defensa: Casillas sigue sin blocar el balón.  La línea de zagueros en la salida y cobertura; las subidas sin retorno de Ramos y la “agresividad” de Marcelo en algunos casos. El egocentrismo de Alonso; la escasa ayuda de los “volantes” al centro del campo cuando surgen los problemas.

Con respecto a los alemanes, aún no hemos visto a Khedira, que parece el “ayudante” de Alonso. La situación que ocupa en el campo le queda pequeña. Su lugar de stopper en el repliegue, lo cumple a rajatabla, pero no se aprovecha su salida explosiva y su presencia en el área. En cuanto a Özil parece más dotado para fabricar fútbol en el centro del campo que de enganche a los delanteros. Está jugando igual que en la selección alemana, pero tiene detrás a Alonso, que no es Bastian Schweinsteiger

PUNTOS NEGROS
En los 19 partidos disputados (12 Liga, 5 Copa Europa y 2 Copa del Rey) el Real Madrid ha tenido altibajos. Malos y buenos encuentros.
Liga.- Su inicio ha sido titubeante. Empató ante el Mallorca y el Levante, tuvo que sufrir para ganarle al Osasuna, Real Sociedad, Hércules, Atlético de Madrid y Sporting de Gijón. A excepción de una resonante victoria en La Rosaleda, sus goleadas siempre se produjeron en el estadio Santiago Bernabéu. 
Sin embargo, el punto más negro ha sido en el enfrentamiento contra el RCD Español por el ya famoso “escándalo” del árbitro aragonés Carlos Clos, que se sacó de la manga un penalty en un tiro indirecto –el jugador se protegió la cara con las manos, algo instintivo- y estropeó el espectáculo favoreciendo al equipo blanco por sus decisiones y expulsiones equivocadas.
Copa de Europa.- En la competición continental ha brillado más que en la Liga. Su mejor y más completo partido lo realizó en el Giuseppe Meaza ante el Milán. Sin embargo, una actitud fea y desafortunada de Cristiano Ronaldo (pisó a Abate con sus tacos en el muslo, cuando el italiano estaba en el suelo) provocó la reacción del público y del equipo “rossonegro” que empató y se puso en ventaja (2-1) y el Real Madrid tuvo que hacer un sobre esfuerzo para empatar.
Copa del Rey.- Poco que resañar. Doble partido ante el Murcia y la clasificación en el Bernabéu, después de 135 minutos sin goles.


CONTRA-TÁCTICA
Aunque parezca mentira, todo lo que tiene de favorable el sistema puede volverse en su contra si el gol no llega pronto. Las andanadas ante la portería contraria y la presión que intenta ejercer en el campo, se diluyen al no haber pausas.
El ritmo es demasiado frenético y la falta de puntería se convierte, a veces, en imprecisión, precipitación y desánimo. Al mismo tiempo, todos sabemos que un ritmo tan alto no se puede aguantar durante todo el partido. Se pierde gas y se multiplican los problemas.
Además, la presión adelante se vuelve discontinua tras el alud de los primeros minutos de juego y un “poblado mediocampo y un ordenado sistema defensivo” por parte del rival puede desajustar todo el andamiaje ofensivo. No hay que olvidar que el Real Madrid tiene individualidades que pueden ganar un encuentro, pero en el marcaje son completamente “nulos” según como se desarrolle el encuentro y el resultado.
Lo ha demostrado el Mallorca y el Levante en la Liga y el Auxerre en la Copa de Europa, aunque el conjunto galo perdió por la mínima, a pesar de sus dos ocasiones claras en el contraataque. También el Hércules (sin Drenthe por la dichosa cláusula) que se adelantó en el marcador por intermedio de Trezeguet y tuvo en jaque al equipo blanco. Hasta que abandonaron el campo, por lesión, Thorner y Valdez.
Esteban Vigo (Hércules), Michael Laudrup (Mallorca) y Luis García Plaza (Levante) han sido los que tomaron buena nota de la pasada Copa del Mundo de Sudáfrica. Una especie de laboratorio –todos los mundiales lo han sido– en cuanto a sistemas de juego.
Algunos de ellos se lo tomaron al pie de la letra y otros, utilizaron parte de ellos. Esteban Vigo, transplantó, según los partidos, el de Holanda. Sorprendió al Barcelona en el Camp Nou y estuvo a punto de hacerlo en el Rico Pérez ante el Real Madrid. No es una copia, teniendo en cuenta a los jugadores, pero se le asemeja bastante.
Lo que puede parecer un esquema eminentemente defensivo -divide las zonas (parcelas imaginarias) del campo a distancias cortas- al desdoblarse se convierte en ofensivo. Lo hace en diagonal y escalonadamente. De forma coordinada para abrir o cerrar los espacios. Las líneas del equipo parecen inclinadas en el repliegue y el despliegue, dependiendo de la posesión del balón. Los apoyos, relevos se realizan con disciplina y concentración. Son la constante del esquema. Un trabajo de hormiga que marca sus tiempos y cuando menos se espera salta la sorpresa.




ESTEBAN VIGO
Esteban Vigo lo hizo frente al Barcelona con buen resultado, sin dejar espacios y tratando de impedir el adelantamiento de líneas al equipo azulgrana. Anuló a los motores, taponó las bandas y esperó, como buen cazador, la sorpresa para batir a la presa.
Ante el Real Madrid fue aún más osado y el desdoblamiento ha sido mayor. Anuló al motor (Özil por intermedio de Frizler), pero no taponó los pasillos… atacó por la banda que más le duele al equipo merengue: la de Sergio Ramos. Puso al francés Thorner en punta, Trezeguet de Martín Pescador y Valdez descolocando a toda la defensa.
Ante esta estratagema, la defensa quedó atada, los stoppers se replegaron y los delanteros se quedaron sin apoyos ni distribuidor de juego. Prácticamente “partió en dos” al adversario o, mejor dicho, le apagó las luces. El Hércules dominó la situación y de haber cristalizado las ocasiones que tuvo para aumentar el marcador estaríamos hablando de un “matagigantes”. O de un técnico que conoce bien su oficio y no se ciega desde la banda o el banquillo.
En ese partido, aunque perdió el Hércules, Esteban Vigo dejó al descubierto cuál es una de las   contra-tácticas frente al Real Madrid. Demostró que la defensa es vulnerable, que deja vías libres cuando suben Ramos, Carvalho o Marcelo. La descoordinación de los stoppers, y las lagunas que ofrece el esquema blanco, al cortarle la fluidez de su juego.





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