martes, 21 de mayo de 2013

ATLÉTICO: Diego Sime-“ONE”



¡Chist!... camarero, por favor, “nos podría servir otra Copa”

Por Miguel Miró
Hay “pa toos” los gustos.
Como la vida misma. Lo de siempre o la noche del “nunca jamás”.
La Copa de España –pensará Diego Sime-ONE– se mira pero no se toca.
¿Por miedo a que Ramos la rompa?
Hay “pa toos” los gustos.
“La culpa es del árbitro”, por las faltas a Tristiano que no pitó, aunque algunas de ellas fueron provocadas por el propio jugador.
¿Cuál de ellos?
Había cinco árbitros en el campo y la mayoría de ellos del “antiguo reino” de Aragón. Carlos Clos Gómez (aragonés), Javier Estrada (catalán), Pablo Cebrián (valenciano), Javier Aguilar (catalán) y Roberto Alonso (madrileño).
Y ya que hablamos de árbitros, Iturralde después de ver la jugada del primer gol de Tristiano en un programa de TV:
“Ya sé que no es lo mismo estar en el campo que apreciarlo por la televisión, pero el gol tenía que haberse anulado por un empujón de Cristiano a Godín”. ¿Qué le agarró antes el defensa? “No estaba el balón en juego, en cambio cuando el delantero le empuja ha sido para saltar a cabecear el balón”.


UNA MANO INEXISTENTE: PEGA EN LA RODILLA
¿Y la mano “que fue rodilla” protestada por Di María y Ramos?
Un incidente que se repitió en el banquillo de Real Madrid ante el cuarto árbitro. “¡Sinvergüenza!” le llamaron a Clos. Se pudo leer en sus labios.
Una fórmula más para dejar con el “culo al aire” a más de uno.
¿Y…los palos?  Están para algo… pero no dejan de ser un fallo.
Vamos a ser sinceros: los palos, esta vez, se los llevaron los buenos aficionados de Real Madrid, que también los hay. Al comprobar los errores de su equipo y por su comportamiento. La falta de fair-play. Dos detalles les retratan. Las auto-expulsiones de Mourinho-Cristiano y el desaire de ambos al Rey Juan Carlos de Borbón, por negarse a recibir los trofeos de sub-campeón.
Hay “pa toos” los gustos.
¿Un consuelo?
 “Son mejores que nosotros,” agregó Diego Sime-ONE.
Tal vez por eso el mérito fue superior, ganar en Chamartín.
Se acabó. Fue la noche del “nunca jamás”.
Atlético de Madrid nos sorprendió estos tres últimos años con tres copas. Ante tres rivales de alto copete: Ath Bilbao en Bucarest; Chelsea, campeón de Copa de Europa en el Manzanares y ahora, Real Madrid en el estadio de Chamartín.
“Camarero, por favor, sírvanos otra Copa”.


FINAL DEL NOCK-OUT
Si dejamos de lado los incidentes después de la expulsión de Cristiano, que solamente se produjeron forcejeos sin consecuencias, el match entre los eternos rivales madrileños ha sido auténticamente copero.
Una final del KO (Nock Out), como se decía en otros tiempos.
Por la entrega, sin caer en el juego bronco. Por la emoción, ante las ocasiones de ambos equipos. Por la apuesta de Real Madrid y del Atlético de Madrid a jugar al contraataque. Además, las distintas fórmulas de juego desde los banquillos. Un detalle que pudo apreciarse en el terreno de juego.
Quién esperaba un toma-daca y un partido abierto estaba equivocado. En una final a un solo partido siempre gana el equipo que comete menos errores. A veces, el factor campo no es suficiente. Tampoco llevar la vitola de favorito.
Sin embargo, se debe tener en cuenta las circunstancias, las precauciones, la confianza, la cabeza fría y esa dosis de suerte que también cuenta en cualquier deporte.
PRIMER GOL: A balón parado. Un corner. Coincidimos con Iturralde. Difícil de ver por los árbitros. Hay empujón de Cristiano a Godín, antes del salto final y el cabezazo a la red. Sin embargo, también le empuja Falcao al portugués en el salto. Por lo tanto, es gol legal.
GOL DEL EMPATE: La jugada parte de una acción individual y técnica de Falcao en la línea media. Junto a él, Albiol, Kedhira y Alonso. Se culpa a Albiol, por el doble regate de cintura. Sin embargo, cumple su misión -marcaje al hombre a Falcao- aunque la zona izquierda es de Ramos y Alonso. El remate de Costa es forzado porque no tiene apenas ángulo. La pelota se cuela, pero llega a tocarla Diego López, por eso se lamentaba tanto.

TIEMPO EXTRA
Las interpretaciones pueden ser diversas, por supuesto. No obstante se demostró en el tiempo extra. Un bando fresco como una lechuga y el otro, que había perdido los papeles. Hubo un error y tres aciertos.
ERROR: Algo que ya es endémico en el equipo blanco. Ningún jugador en el primer palo del Real Madrid tras un nuevo centro de Koke. Algunos culpan al guardameta Diego López y otros a Essien. Pero… ¿adónde estaba Arbeloa? ¿Ese sector le correspondía o no? Un despiste y gol de cabeza de Miranda, que había cambiado de palo después del corner.
ACIERTO 1: Mano a mano entre Costa y Diego López. Gana el meta español.
(Podemos discutir que el brasileño llega a la carrera, pero la acción del guardameta es excelente. Cierra los ángulos con la bisectriz y se frena.)
ACIERTO 2: Mano a mano entre Higuaín y Courtois. Gana el meta belga.
(Podemos discutir que a los porteros altos, lo mejor es tirar a ras y pegado al palo. El argentino intentó cruzarla. La atajada fue sensacional.)
ACIERTO 3: Mano a mano entre Özil y Courtois. Gana el meta belga.
(Podemos discutir que buscó cruzarla, aprovechando que Courtois estaba en el suelo, pero los reflejos del guardameta han sido extraordinarios. Una goma.) 


ESTRATEGIA DEL CAMPEÓN
Atlético de Madrid planteó bien el partido. Adelantó sus líneas 30 metros del área de gol y se mantuvo firme en su campo. Cerró los espacios por las bandas (Juanfran, que no subió al ataque y tuvo la ayuda de Gabi, mientras que cubrió el carril izquierdo con Felipe Luiz y Arda Turán) y puso un escudo en el centro (Mario, delante de la línea de zagueros; Gabi, por la derecha y Koke, por la izquierda), favoreciendo la labor a los dos full-backs, que esta vez cambiaron su posición. Miranda, a la derecha y Godín, a la izquierda.
Su sistema (1-4-1-4-1) con marcaje en zona, excepto Mario Suárez que quedaba libre, haciendo de escoba en los cruces. Y dos delanteros, uno como teórico volante (Falcao) y Diego Costa, más adelantado sobre la banda derecha. Un plan preconcebido en el que se unía el apoyo, relevo, desdoblamiento y cruce. En una palabra, la ayuda constante al compañero dejando entrever a un equipo fuerte y unido.
(Todo lo contrario que ante el Athletic de Bilbao en la final de Bucarest. Con una velocidad e intensidad nunca vista. Sorprendió a su rival y no le dejó ni siquiera pensar desde los primeros minutos del encuentro.)


ATLÉTICO: CAZADOR FURTIVO
¿Qué pretendía el Atlético de Madrid al plantarse en su propio campo?
Darle la iniciativa a su adversario, después de tapar todos los caminos hacia la meta rojiblanca. Regalarle el balón para que se confiara y cometiera errores. Así de esta forma aprovechar un robo de balón para plantarse en el área. Para ello tenían que mantener la paciencia de Job y la cabeza fría, muy fría.
Cerrar todos los espacios, sí, pero sin renunciar al contragolpe.
También es verdad que al cuadro rojiblanco le costó un cuarto de hora para asentarse en el campo. Desde ese momento el andamiaje empezó a dar resultado. Llegó el primer gol de Cristiano, a balón parado, mas no perdieron la compostura, la actitud ni tampoco la fe.
Muchos hablaron de un juego “enredado”. En efecto, Real Madrid tropezaba una y otra vez ante un frontón de camisetas rayadas. Y pocas veces pudo superar el escudo central del rival. Por el medio no consiguió tampoco hilvanar ninguna jugada ni sentirse cómodo. Lo mismo sucedía con las barreras de las bandas.
Real Madrid suele perder las luces cuando le regalan el balón.
(Le funcionó al RCD Español en Chamartín y al Granada en Los Cármenes. Ambos equipos obtuvieron buenos resultados. Un empate y una victoria en el Campeonato de Liga)
Además, ¿para qué iba a cambiar las órdenes del entrenador?
Tuvo más tiempo el balón, es verdad, y también dispuso de varias ocasiones, sin embargo la estratagema fue positiva. Otros de los detalles del partido ha sido que Özil, Alonso, Modric o Ramos no pudieron hacen un solo pase largo durante los 129 minutos que duró el encuentro. 
¿Hablamos de un robo de balón en el centro del campo?
El equipo blanco, al tener la posesión del balón adelantó demasiado sus líneas y dejó muchos espacios en la retaguardia.
(Ramos, con sus gestos, arengó a sus compañeros. Lo vio todo el estadio).
Pues así llegó el empate del Atlético. Un robo en el centro del campo y una jugada magistral de Falcao, al ver la salida de Diego Costa.
Además, el conjunto rojiblanco disfrutó de varias ocasiones de gol. No se concretaron por los aciertos de los defensas blancos (Coentrao 2, Ramos, Albiol) y del guardameta (Diego López). Aunque siempre, por defecto y por su espectacularidad, se resalten más los remates a la madera.


REAL MADRID: ACIERTOS Y ERRORES
El equipo blanco hizo algunos retoques en su plan de juego. Con precauciones en la retaguardia, donde tapó con tres jugadores el flanco derecho (Essien, Khedira y Özil) previendo las salidas de Arda Turán y un marcaje al hombre (Albiol a Falcao), mientras que Ramos, Coentrao y Alonso lo hacían por la derecha de la zaga. La novedad ha sido de Modric en el centro como mediocentro (la manija) dejando a Di María en el banquillo.
Un sistema (1-4-3-2-1) que buscaba siempre la jugada de Cristiano, el movimiento de Benzema arrastrando a los zagueros y la llegada de Khedira u Özil, que se relevaban en los marcajes por su zona. Confiaba en el contraataque en velocidad para así sorprender a su rival. No esperaba el regalo del balón, ni tampoco la telaraña construida por el Atlético de Madrid, flexible y con apoyos en su terreno, esperando y tanteando al rival.
Con todas las vías cerradas, el cuadro local se encontró con un gol tempranero.
A balón parado Cristiano puso la guinda junto al palo derecho de Courtois (13´), en un corner lanzado por Modric –que no Özil, como en toda la temporada.
Un tanto que, por lo general, proporciona autoestima y más confianza, pero se dejaron entrever los errores del planteamiento.
Errores de cálculo como el del marcaje al hombre. Albiol no tuvo de cara (a la derecha) la presencia de Falcao, que suponía la primera barrera en el marcaje a Cristiano (a la izquierda). El zaguero tenía que adelantarse a buscar al colombiano al medio del campo o en la banda contraria. Por lo general, Raúl Albiol estaba siempre descolocado por la pasividad de su entrenador o la picardía del técnico rival.
El segundo fallo ha sido pensar que Arda Turán iba a crear problemas en la banda derecha, cuando el turco cumplía más acciones defensivas que ofensivas, como primera barrera del flanco izquierdo ayudando a Felipe Luiz.
Atlético se volcó además por la banda de Coentrao, colocando a Diego Costa que tuvo dos ocasiones claras para abrir el marcador. El brasileño no sólo creaba peligro, sino también fijaba a Ramos a Coentrao, este último demasiado acelerado en sus acciones.


UN “BASE” DEL BASKET A LA ANTIGUA
Otro de los errores más llamativos estaba en la posición de Modric (como un base antiguo del basket en desuso, ya que todos rotan). Su posición de mediocentro fue inocua, porque a pesar de tener constantemente el balón fue prácticamente imposible el pase largo o en profundidad a los delanteros. No gravitó como se esperaba porque el sistema del adversario le obligaba a hacer cesiones cortas y sin trascendencia en la línea central del campo.
No obstante Real Madrid tuvo suerte –a medias– ante un rechace de la zaga rojiblanca, pero Özil desperdició una ocasión al estrellar el balón en el palo izquierdo de Courtois. Un balón que no esperaba, remató a sobre-pique y terminó en un “churro”.
Real Madrid con gol a favor intentó aperturas y jugadas ofensivas, que morían pronto ante un Atlético bien plantado, que no le permitía moverse con comodidad por dentro ni tampoco por fuera. Pero se confió de la inspiración de las individualidades y adelantó sus líneas al tener el control de la pelota.
Otro error.
La confianza y la ventaja son en ciertas circunstancias malas consejeras y el local lo pagó caro. Ese fue en definitiva el guión planteado por su eterno rival, ya que dejaba un espacio vacío (45 metros) a las espaldas de los zagueros.
Así llegó el empate, ante una defensa descolocada. Una jugada elaborada por Falcao (teórico volante de enganche), llegaría el gol de Diego Costa.
Después se producirían dos remates más al palo –que no dejan de ser fallos– pero también dos ocasiones del rival que no se concretaron. El primero en un mal rechace en corto de la zaga rojiblanca que Benzema apareció como una luz, y el tiro libre a ras del césped de Cristiano con la mira torcida.
Aún así, cualquiera de los dos equipos pudo ganar la final en el tiempo reglamentario, aunque la chance más clara ha sido la de Özil que despejó Juanfran en la línea de gol.
Después, en el tiempo extra llegaría el gol de Miranda y se acabaría el match.

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