jueves, 2 de mayo de 2013

A TODA VELA… SUPER-MEX CARLOS VELA



Real Sociedad: un “tren bala” a toda máquina y “sin frenos”
Super-mex Carlos Vela, embajador de la Organización Mundial de la Paz, es el motor de la Real Sociedad. El equipo que va a toda Vela en el sprint final de la Liga española.

¿Quién será capaz de frenar al “tren bala”?
Muchos equipos lo intentaron y terminaron con la lengua fuera o goleados.
Real Sociedad sigue haciendo estragos. Como un “tren bala” japonés. A toda máquina, sin paradas y sin frenos.
Ya lleva 15 partidos, que se dice pronto, sin perder en el tramo final de la Liga.
En el camino se llevó por delante al Atlético de Madrid y su impresionante record. El último equipo que mantenía –como oro en paño– invicto el fortín del estadio Vicente Calderón. Invicto con todos los partidos ganados.  Y Valencia, su última víctima, claudicó en su intento.
¡Y pensar que en la décima jornada de la presente Liga figuraba en el fondo de la clasificación! Entre los candidatos al descenso de categoría.

Desde finales de los setenta nadie a podido batir el record de partidos imbatidos de Real Sociedad. Un record que dio un salto mortal para el equipo en la siguiente década: Dos campeonatos de Liga, dos Copas de España y una Supercopa nacional.

Por Miguel Miró
Por un momento se pensó que había perdido combustible.
“Se atasca,” llegaron a insinuar algunos informadores distraídos.
Los matches entre vascos y navarros siempre han sido de puro músculo y con una rivalidad de muchos años. Es un clásico del Norte de España… Aunque suene como al chicharro y a San Fermín, por un lado y al bonito o las angulas, en el otro. Valen su precio en oro. Similar al paté de Oca en Francia o el caviar de Irán.
Vamos a ver… sólo basta con fijarse en la historia. Los navarros (Osasuna) y los vascos (R Sociedad y Ath Bilbao), siempre se tomaron sus duelos en serio. Como una auténtica fiesta del fútbol. Además de amor propio también están los músculos. Siempre han sido confrontaciones de fuerza física.
La toma y daca de todos los años en la Liga. El empate se produjo en los dos enfrentamientos entre Osasuna y Real Sociedad (Anoeta y El Sadar) y nadie puede sorprenderse en una nueva revancha para la próxima temporada. Además, un empate no significa que ambos equipos se vaciaran en el campo.
La fiesta continúa, como los San Fermínes, el bonito o las angulas.

MÁS CERCA DE EUROPA
Sin embargo, el envite ante el Valencia estaba en juego algo más. La clasificación para el play-off de Copa de Europa 2013-2014. Y el conjunto donostiarra se jugaba mucho (75%) en el match. Y el rival, además, está en un gran momento. Por eso había que jugarlo con inteligencia, sin precipitaciones.
No había tiempo de tantear al rival, ni tampoco “regarle” el balón para que se confíe el rival. El partido fue intenso, muy táctico, muy dinámico y sin tregua. Con alternativas para los dos equipos. Aunque Real Sociedad buscó más la experiencia al poner a Vela-Castro juntos, capaces de inventar y de entrada al larguirucho Aguirreche que siempre huele el gol con el olfato de un cazador. La apuesta dio resultado.
Aunque Valencia mostró la calidad y visión de juego de Parejo en el centro del campo, junto a la experiencia de David Albelda, siempre seguro como stopper. Y atrás el músculo del reconvertido Mathieu, como dueño y señor del centro de la zaga. Diferentes conceptos y un fin común: el gol y el triunfo. La meta: Europa.
Una carrera de 100 metros lisos, con pausas para los “cerebros” en los pases cortos o largos en profundidad. Tal vez por eso fue eléctrico el partido (similar al Ath Bilbao-Barcelona, en San Mamés). Ambos a pecho descubierto. Ocasiones hubo para los dos equipos, por la “ratonería” de Soldado y las pinceladas de calidad de Vela y Castro. Pero el delantero del Valencia no es el mismo de antes. Protesta más que juega.
Cuestión de “cabeza”, como en los dos primeros goles. Cabeza de Soldado y cabeza de Íñigo Martinez en un corner lanzado al segundo palo de Castro y después llegó el festival de Aguirreche. No perdonó al centro pasado de Prieto, y la dupla Aguirreche-Castro en el tercero con tiralíneas, aprovechándose del adelantamiento de líneas de Valencia.
A pesar del 3-1 local el match no estaba cerrado. Se mascaba en las gradas, y llegó el segundo tanto valenciano de Jonás, después de una espectacular intervención de Bravo, dejando el balón “boyando” en el área pequeña.
Cuando se estudiaron los cambios en los matches de fútbol (International Board) se pensó en la lesión de los guardametas, de algún jugador de campo o por cualquier circunstancia similar. Los técnicos, no todos, se equivocan en hacer cambios cuando el equipo funciona a toda máquina.
Le pasó a Ernesto Valverde, tal vez por la ansiedad de ganar el partido y se equivocó. Bajó a Parejo, quitó a Albelda y Sissokho (un stopper y el más incisivo por la línea de cal) y puso más delanteros: Piatti-Valdéz. Una contra individual de Aguirreche –¡quién si no!–  y llegó el cuarto gol de vaselina.
Algo similar hizo el técnico francés de la Real Sociedad. Quitó a Gonzalo Castro por Zurutuza para reforzar el marcaje… y se produjo el segundo gol de Valencia. ¡Increíble pero cierto!




PLANTEL CON TALENTO Y MÚSCULO
Aunque no es nada novedoso la Real Sociedad cuenta con la tranquilidad de una buena y segura defensa. Esto se traduce en una gran ventaja. Full-back como Íñigo Martínez hay pocos, escasos en el fútbol español, por más que se hable de múltiples nombres. Nos recuerda a Larrañaga de otros buenos años.
Para la suerte del equipo, no es el único en la línea de zagueros y lo más importante, pocas veces el cuarteto titular se lesiona.
Este pequeño detalle hace más fuerte la retaguardia: Carlos Martínez, Miguel González, Íñigo Martínez y Alberto de la Bella. Cada uno en su sitio supone una póliza de seguro sin apenas riesgo. Un complemento, junto con el chileno Claudio Bravo, que da confianza a todo el equipo. Otro detalle más: el lateral izquierdo De la Bella, con su doble función también es otra garantía. Hace tiempo que debería estar en la selección nacional.
El recambio en la banda izquierda es José Ángel Valdés, 24 años, procedente de la cantera del Sporting de Gijón y fichado a la Roma (Italia). Y para el centro de la zaga, el veterano Juan Ansótegui (polivalente) y Liassine Cadamuro.
Tres stoppers tiene el equipo, Asriel Illarramendi, Daniel Estrada y Marcelo Bergara. Con distintas características pero sobresale el más joven, de 22 años, que dice Illarra en su zamarra, aunque se complementa mejor con Bergara.
En el centro del campo están, además Ruben Pardo, David Zurutuza, Javier Prieto, Javier Ros, Gonzalo Castro y Carlos Vela. Un verdadero lujo para el equipo albiceleste. Una explosión de juventud y experiencia con técnica y clase.
Ruben Pardo y Javier Ros son el futuro. Dos diamantes en bruto con mucho fútbol en su cabeza. De manera muy especial Pardo, por su singular visión del fútbol práctico y la precisión en los pases. La sapiencia de Prieto y de Castro. Sin olvidar, por supuesto a Zurutuza un “corre-caminos” muy interesante que brilló con esplendor las anteriores temporadas. La garra y calidad de Gonzalo Castro demasiado olvidado por el técnico galo.
Y… la joya de la corona, Carlos Vela. Un verdadero predigitador con el balón en sus pies. El super-mex con la lámpara mágica. Inventa sobre la marcha, un jugador completo. Resulta hasta increíble que el Arsenal  no viera  –como el seleccionador de su país, que parece cegato– su enorme potencial como futbolista. Aparece cuando menos se lo espera y muy generoso con sus compañeros. Un verdadero fuera de serie que solo se ha perdido dos partidos esta temporada y 13 goles anotados.
Los artilleros, por otro lado, son rápidos con el gatillo preparado. Emanuel Aguirreche se le consideraba un delantero de área, con presencia y casi metro noventa. Sin embargo, tiene más recorrido y más repertorio. Si el técnico quiere gol, tendrá que ponerle de titular más a menudo. En lugar de  jugar minutos basura. Lo mismo decimos de Diego Ifrán, que también le niegan partidos completos y puede jugar de mediapunta (enganche) o delantero.
Por último, la otra perla del conjunto: Antoine Griezmann de 23 años. Rebelde con o sin causa. Depende como se mire. Un extremo zurdo y veloz. Veloz como el viento y eléctrico en el dribling a la carrera. Con mucho futuro por delante.




SISTEMA E INSPIRACION PERSONAL
Le costó bastante al francés Philippe Montanier aprender dos cuestiones importantes. Comprender la política del club y la mentalidad de los jugadores. La política de la institución es especial. Se vuelca en la cantera y en las relaciones sociales, como un club tradicional y deportivo. Y no sale de su presupuesto (€40 millones). Un nexo de unión entre el deporte y la sociedad guipuzcoana. Esto lo comprendió inmediatamente el galés John Benjamín Toshak por su raíz británica.
También tuvo que rectificar Montanier ante el plantel de jugadores. De nada vale un sistema, si no se adapta a las características de los jugadores. La escuela de Zubieta siempre tiene algo que decir. Las reglas parten de Zubieta. Por eso la psicología o la intuición suele ser tan importante en el fútbol o cualquier deporte colectivo.
Lo mejor que tiene el equipo guipuzcoano no sólo es el músculo, también tiene calidad. Montanier cuenta con un plantel muy flexible y bien unido por la misma causa. Pero con una diversidad de variantes para los planes de juego, sin frenar la inspiración personal que muchos de sus titulares atesoran.
En una palabra, sacar jugo a la plantilla, bien compensada y equilibrada.
Si algo importante tiene el equipo guipuzcoano es por un lado el cambio de ritmo, un trabajo continuado en defensa, y la imaginación para desconcertar al adversario.
Pongamos algunos de ejemplos.
Del pase corto a la explosión del contragolpe. Del engaño –regalar el balón– para que el rival se confíe y adelante las líneas… y  también saber guardar la ropa para resistir un asedio.
Dicho esto parece un galimatías. Pero no lo es. Todo supone una estrategia  para llevar al contrario, precisamente a la esencia de su fútbol. La fórmula de la sorpresa.
Así “rompió” el invicto del Barcelona en la Liga. Así empató al Betis en un espectacular partido (un rival eminentemente ofensivo) y así “rompió” el invicto del Atlético de Madrid en el Manzanares. Y no se arruga nunca cuando le marcan un gol. Casi siempre lleva a su rival a su terreno y tiene siempre la sutileza de no perder nunca la anticipación y la concentración.
Lo mismo sucedió el último encuentro contra el Valencia. Empezó perdiendo, pero tiene armas –y también talento– para revertir el resultado. Además  de encontrar los espacios en el eje o en la defensa para encontrar el camino del gol.


0 comentarios:

Publicar un comentario