lunes, 13 de mayo de 2013

MESSI PODÍA JUGAR (y II)



Rui Aguas juega lesionado en Valencia y Oporto, clasificado
Artur Jorge, uno de los mejores entrenadores de Portugal, junto a José María Pedroto..
Resulta sumamente difícil y complicado enseñarle a un jugador que “su función específica” es abrir espacios, fijar al fullback, arrastrar a un defensa, abrir calles o cruzarse en el momento oportuno para darle la apertura a un compañero.  Para decirlo más claro: “jugar SIN BALÓN”.
Es fácil imaginarse la cara del futbolista.
Ser útil sin el “útil”, en este caso la pelota.
Pero eso sí, además de las indicaciones, el técnico le explica el sistema defensivo del adversario y las características de los rivales. Nunca está demás, aunque entre los futbolistas existen auténticos estudiosos que leen fácilmente este deporte y saben mucho para crear “espacios cerrados”.
No estamos hablando de ciencia ficción.

 
Por Miguel Miró
Aunque muchos se sorprendan hubo un escocés (Steve Archibald) que lo hacía de maravilla en el FC Barcelona, cuando sólo se permitían alinear a cuatro extranjeros en el equipo. Sorprendía por sus movimientos sin balón. Una estrella de la Premier League, que ya había ganado una Liga, una Copa y una Copa de la UEFA en las filas del Tottenham Hotspur.
Sin embargo, no vamos a hablar de Steve Archibald (quién ocupó el sitio de Maradona) ni de Barcelona en aquellos años. Sería como sumergirnos en la tristeza de una derrota en la final de Copa de Europa disputada en Sevilla ante el Steau de Bucarest. No sólo por eso, sino por lo entregado del público sevillano en el estadio Sánchez Pizjuán.
Lo que intentamos es simplemente contar otra historia verídica que, sin venir a cuento, nos tocó vivir en Valencia. Previo al partido de vuelta entre Valencia y Oporto en el estadio de Mestalla, correspondiente a la Copa de la UEFA. El conjunto español tenía que remontar el 3-1, que ganaron los “dragoes” en Das Antas. Estamos hablando del año 1988.


LA LESIÓN DE RUI AGUAS
Viajamos con tiempo suficiente para completar un reportaje del equipo blanquiazul y de su entrenador Artur Jorge. El campeón de Europa 1986-1987. Aunque ya le faltaban algunas de sus figuras (Futre ya vestía de rojiblanco). Igualmente, queríamos saber más del “Rei Arturo” –así le llamaban los periódicos de Portugal– al técnico de Oporto. Sus estudios en la Universidad… Sus inquietudes. La experiencia de su estancia en el fútbol alemán y algunos datos más del maestro José María Pedroto, que conocía él perfectamente.
Todavía nos quedaron en la memoria algunas frases de Pedroto:
“Los presidentes, entrenadores y jugadores son gente de paso. Lo importante siempre es la Institución que permanece”. O, aquella que hablaba de los jugadores: “No es bueno mantener la misma plantilla muchos años…”
La charla con el técnico, inconfundible por sus mostachos, fue realmente interesante pero nos encontramos con una sorpresa. El goleador del equipo Rui Aguas le vimos renqueando en el hotel. Con cara de preocupado. Y después, en la sala de televisión con la pierna en alto en un sillón y una bolsa de hielo.
--¿No podrá jugar contra Valencia? le preguntamos a Jorge.
--Por supuesto que sí. Será titular en Mestalla.
Con la mosca detrás de la oreja, nos enteramos después que muchos no opinaban lo mismo que el entrenador. Estaba lesionado y jugó lesionado. Lo más curioso es que pocos –o ninguno– se enteró de ese pequeño y gran detalle. Pero eso sí corrió lo justo y fue importante “SIN BALÓN” para el equipo.


UN “MOSCARDÓN” EN EL CAMPO
Artur Jorge sabía, de antemano, que lo más “fuerte” de Valencia era precisamente la defensa. Un libre y cuatro zagueros. Lo sabía por el partido de ida en Das Antas y no podía dejar fuera a Rui Aguas, el goleador del equipo aunque estuviese lesionado.
Oporto dispuso un claro 1-4-4-2, pero adelantó las líneas 30 metros y excepto Rui Aguas más adelantado pobló con muchos jugadores el centro del campo. (La fórmula de Sven Erikson en el Gotemburgo). Presión y recuperación del balón, y cuando fuera posible arrinconar a su rival en su propio campo.
Durante el primer período el goleador abría “calles” a sus compañeros en recorridos largos. La estratagema se basaba en jugar por sorpresa con los volantes y por la banda izquierda, el argelino Madjer que no había perdido su explosiva salida desde atrás. Rui Aguas se situaba igualmente a las espaldas de Quique, para favorecer las subidas de Joao Pinto. Todo funcionaba como estaba previsto. Igual que el primer gol de Fenoll y la réplica inmediata de Madjer (1-1).
También es verdad que la expulsión de Torres (por agarrón al argelino antes de pisar el área) favoreció las cosas al equipo luso. Valencia se quedó con 10 jugadores a falta de un cuarto de hora para el descanso.
Este contratiempo obligó al equipo local a modificar la defensa y poner una línea de cuatro hombres (Voro-Arias-Camarasa-Quique). En ese momento y el segundo tiempo ya Rui Aguas se movía a sus anchas dentro del área rival, en recorridos más cortos.
El goleador del Oporto fijaba o arrastraba los zagueros centrales. Se convirtió en un auténtico “moscardón” molesto, que también revoloteaba por las bandas. Al final, Camarasa tuvo que ser sustituido, tras el segundo empate del Oporto ante el total  desacierto en el marcaje por su zona.
El cuadro lusitano se clasificó para la siguiente ronda en la Copa de la UEFA, al acabar el partido 3-2 (4-5, total) y apenas se notó que Rui Aguas estaba lesionado. Un goleador que no remató ni una sola vez a gol.


MESSI PODÍA JUGAR “SIN BALÓN”
Si Rui Aguas jugó “sin balón” y provocó peligro en el área de Valencia, lo más lógico sería que también Lionel Messi podría realizar una tarea similar. Por eso nos sorprendió en el Allianz Arena de Münich. Corría al tranquillo pegado a sus compañeros, en lugar de abrir “calles”, descolocar a la defensa o cualquier invento que se le hubiera ocurrido durante el partido.
Además, hay otro detalle que muchas veces se repetía antes de las sustituciones:
Si se lesionaba un jugador, el técnico por lo general le ponía de delantero. En este caso el técnico azulgrana se le olvidó de este detalle.
Frente al Bayern Münich hubiera tenido la gran ocasión de demostrarlo. Por el lado de Dante, el zaguero que siempre daba un paso atrás para convertirse en el último hombre. O intentar sorprender a Alaba para abrirle una apertura a Pedro Rodríguez… O, tal vez, a las espaldas de Javier Martínez, que actuaba de escoba por delante de la línea de zagueros. La cuestión, en definitiva, crear problemas al rival.
Algo que no sucedió. El argentino estaba más pendiente de su lesión (la pierna) y el entrenador, igualmente, tampoco le había dado ninguna indicación en concreto.
Tampoco podemos olvidar la primera parte del choque. Otro detalle que consideramos importante y no pasó inadvertido. El cuadro germano no jugó desde el principio a “toda máquina”. Se mostró respetuoso durante los primeros 45 minutos ante su rival. Sin embargo, a Francisco Villanova no reaccionó como sí lo hizo Artur Jorge en Mestalla.
Sinceramente, nos dio cierta pena la posición de Messi en Münich. Siempre atrás o en la línea media, en lugar de convertirse en un “medio-estorbo” para el rival. Una actuación más convincente, aunque fuera un farol. Ante todo porque lo necesitaba como agua de mayo el equipo azulgrana en una semifinal de la Copa de Europa.

ÚLTIMO EJEMPLO
El otro ejemplo muy claro ha sido la presencia de Lionel Messi en el match revancha ante el equipo francés en el estadio de Barcelona.
Los minutos que entró el argentino frente al París St Germain fueron más que interesantes. No sólo porque diera el pase que originó el empate y la clasificación. Se mostró más activo en las inmediaciones del área.
Por eso no nos explicamos su posición y postura contra el Bayern Münich en Alemania. Un error que costó cuatro veces más caro. Con relación al segundo partido, razones tendría el técnico para su no-alineación en Barcelona. Aunque muchos se quedaron sin saber la razón. Francisco Vilanova se mostró demasiado hermético, como si no creyese, realmente, que había que marcar cinco goles.

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