domingo, 22 de enero de 2012

ÁRBITROS Y RFEF SERÁN LOS CULPABLES

¡Algún día cazarán y lesionarán gravemente a Messi y repetirán: ¡“Fue involuntario”!


Lo mismo de lo mismo. La misma “guerra sucia” de José Mourinho en estado puro. Se repite la historia. Más patadas que fútbol. Incapaz de ganar partidos se prodiga en “ablandar al rival”. Y lo más increíble: con la presunta anuencia de los árbitros. Unos colegiados que son “semiprofesionales” y dependen de forma directa de la Real Federación Española de Fútbol.
El colegiado asturiano Muñiz  en el match copero Madrid-Barcelona debió expulsar a Pepe, Carvalho, Alonso y Ramos. No lo decimos nosotros, sino dos ex árbitros que escriben en periódicos deportivos.
--A Pepe por pisar la mano izquierda de Messi, después de amenazarle con la bota izquierda a la altura de la cadera.
--A Carvalho al entrar por detrás a Messi buscando la rodilla del rival.
--A Sergio Ramos por la patada que le da a Alexis Sánchez, a posteriori de que el linier levantara el banderín por “off-side”.
--A Alonso por sus reiteradas patadas e insultos.
Kepler Laverán Lima Ferreira (Pepe), forzado por el club, pidió perdón a Lionel Messi. “Fue involuntario”.
Acaso ¿pretende convencer con sus palabras a los millones de teleespectadores que vieron el último Real Madrid-Barcelona y la secuencia que se repitió por su brutal agresión en todo el mundo?
Acaso ¿no le pidió también perdón a Casquero (Getafe) que le dio patadas como si fuera una bolsa de patatas? Es reincidente y por tanto un “peligro público nº l” para jugar al fútbol.
Pepe tendría que pedir perdón, además, a Fábregas por simular que le había pegado en la cara, cuando las imágenes demuestran lo contrario. Pepe tendría que pedirle perdón a Busquets por su pisotón en el empeine, que le costó una cartulina amarilla. Perdón también a Xavi, Piqué...



Miguel Miró
Lo más lamentable: Fueron SEIS –¿decimos bien o nos quedamos cortos?– los jugadores del Real Madrid que le dieron “patadas” y menospreciaron al 10 del FC Barcelona. Coentrào, Lass, Carvalho, Castellón, Cristiano y Ramos. Todos ellos, según parece, ¿piensan también que fueron involuntarias?
No es la primera vez que sucede. Se trata de una “moneda corriente” desde que firmó José Mourinho como entrenador del Real Madrid.
Un ejemplo: En el segundo partido de las semifinales (Copa de Europa) del año pasado Lionel Messi recibió 11 patadas por parte de los jugadores merengues. En dicho encuentro disputado en el Camp Nou de Barcelona, el Real Madrid hizo 40 faltas (pitadas por el árbitro) por 8 del equipo local.


Recordamos que, en otros tiempos, alguien dijo y con razón:
“Hay que atacar a los árbitros, porque no se pueden defender”. 
No se podían defender, porque si lo hacían eran “sancionados”. Actualmente, en el tiempo que vivimos, desgraciadamente tampoco: “no se pueden defender” porque no tienen autonomía. No son independientes. El Comité Nacional de Árbitros, que preside el ex árbitro Victoriano Sánchez Arminio,  es un anexo de la Real Federación Española de Fútbol. El mismo organismo que designa igualmente al Comité de Disciplina y el Comité de Competición.
Y todos sabemos que el reglamento FIFA aduce que las sanciones disciplinarias deben ser determinadas por un Tribunal Disciplinario Deportivo, en lugar de los tribunales de Justicia.
No sólo sucede en la Liga Española, sino también en el Calcio, Bundesliga o Premier League. Por ende, las Federaciones –¡en las que están presentes los clubes, por supuesto!– cometen errores tan monumentales como la sanción al delantero Luis Suárez, del Liverpool “por llamar negro a un negro”. O en la FEF: Quitarle un expediente abierto y sancionador a José Mourinho promovido por todos los árbitros españoles –antes de la defensa ante la UEFA por sus acusaciones sin pruebas de los árbitros FIFA– después de varias reuniones nada secretas entre Florentino Pérez y Ángel María Villar. O la última del entrenador portugués por meterle un dedo en un ojo al segundo técnico del FC Barcelona que se “pinchó como un globo” y no se hizo justicia.


Explicamos todo esto para demostrar, una vez más, para que comprendan las injusticias que se cometen en el fútbol como en todos los órdenes de la vida. Sólo basta –como el Tribunal de Disciplina inglés– que en ese consejo esté presente un dirigente del Manchester United. (Y estaba) Sin tener en cuenta que crea jurisprudencia y muchos recurrirán a este ardid, si no se corta por lo sano. Un verdadero dislate.
Por supuesto que es más grave lo del brasileño (nacionalizado portugués) Kepler Laverán Lima Ferreira, más conocido por Pepe. En cuya defensa –guiado por la ocurrencia de un ex jefe de prensa del Real Madrid– ya apareció el tema “racista” (al llamar Busquets “negro o mono” a Marcelo en otro partido) para enredar y confundir a los aficionados.
En este apartado los jugadores tienen una “regla sagrada” y muy vieja: todo lo que se dice en el campo se queda en el campo. Pero no se puede comparar con una agresión. La agresión de Pepe a Messi. Estamos todos locos o vale todo para ocultar una acción reprobable de un jugador “reincidente” por sus malos modos y las agresiones.



Kepler Laverán Lima Ferreira. Maceio, Alagoas-Brasil, 28 /02/1983
Ya conocemos la brutalidad de Pepe. No es nada nuevo. Su carrera deportiva está llena de claroscuros. Pocas referencias de sus equipos en Brasil y equipos de segundo nivel en Portugal. Oficialmente, supera las 100 cartulinas en tres equipos: Marítimo, Oporto y Real Madrid.
Uno de los grandes problemas de los aficionados es, por lo general, tener mala memoria. Hace dos años, tan solo dos años (2009) el Comité de Competición le sancionó a Pepe con 10 partidos. La pena mínima (incomprensible) por su arrepentimiento.
¿Quién no recuerda la salvajada en el Real Madrid-Getafe?
Un espectáculo dantesco y denigrante. Pepe derriba en el área a Javier Casquero. Pepe se pone histérico. Pepe, enfadado por la situación, no se le ocurre otra cosa que agredir violentamente con otra patada al jugador del Getafe tendido en el suelo. Y segundos después se lía a pegarle más y más. Otras tres patadas –una de ellas en el pecho– como si fuera una bolsa de patatas. En ese momento llega Juan Albín para ayudar a su compañero y  Pepe le “saluda” con un directo a la cara que le deja KO en el suelo.
No es necesario que nos diga Carlos Queiroz, ex selección de Portugal, “que Pepe no tiene ningún problema para pisar la cabeza de un rival”. Ni tampoco las barbaridades que nos cuentan los periodistas lusos. Los españoles saben lo violento que es Pepe o Kepler. Los que siguen con amnesia son los forofos del Real Madrid. Y también los que le ficharon en su momento. Los técnicos, a pie juntillas, se confiaron de los “antecedentes del jugador” a través de Jorge Méndes. Precisamente el mismo representante de Cristiano Ronaldo, Mourinho, Di María, Carvalho y un largo etcétera.
(Ya lo publicamos en la lista de Robocops que fabrica Mourinho, 2011)



LEY DE LA JUNGLA
No sabemos si sancionarán al defensa del Real Madrid. Si los representantes del Comité de Disciplina de la FEF son honestos, lo sensato es que procedan a una sanción ejemplar contra el defensa merengue. Y, por favor, no vuelvan a cometer la última torpeza de la historia del “dedo en el ojo”, sancionando a los dos.
En este caso sería:
A Pepe por pisar la mano y a Messi por dejársela pisar.
Si la sanción es “tibia” e irrelevante pronosticamos un futuro negro al fútbol español. ¿Por qué?  Muy simple, porque si no hay disciplina y sentido común los partidos se convertirán en una guerra o en la ley de la selva. Siempre ganará el más fuerte y más poderoso. Además, sería incrementar los problemas, que no son pocos.
La Liga perdería, igualmente, todo su prestigio.
Lo mismo decimos del Real Madrid, que perderá todo su prestigio, si no toma medidas y sanciona a Pepe. Porque defenderle sería “manchar” su camiseta blanca.
Aunque Dios no lo quiera, ni los buenos aficionados, llegará un día en que “cazarán” y “lesionarán” gravemente a Lionel Messi y el fútbol perdería su magia.
Los culpables, la Federación Española de Fútbol, el Comité de Árbitros, el Comité de Disciplina y el Comité de Competición, mirarán para otro lado.
Otro Pepe, con otro nombre, entonces, pedirá perdón y tratará de solucionarlo con cara de poker, de esta manera:
¡“Fue involuntario”!

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