lunes, 21 de febrero de 2011

SSC Nápoles: si no labora “non fa l´amore”




El nuevo “Napoli” que despierta en la primera década del Millenium. El llamado resurgimiento después de los escándalos maradonianos y la suspensión de pagos. Una historia para no dormir o para una película. El ascenso a los cielos con Vinicio; la inolvidable fórmula mágica (“MAradona-GIordano-CAreca”)… hasta la estrepitosa caída a los infiernos de la serie C del fútbol italiano.
De película, sí, porque un productor de cine, Aurelio di Laurentis –sobrino del célebre Dino- salvó al Napoli hace ya cuatro años. Le cambió la marca: Napoli Soccer, pero le devolvió a mundo del calcio (2004).



Miguel Miró

De la marca de Laurentis a la marca del Zorro: Walter MaZZarri. El entrenador italiano –nacido en Livorno- que le ha dado vida, garra y “passione” a un equipo que figura segundo en el Campeonato Nacional Italiano.  Una “squadra” que mantiene intactas sus ilusiones. Le pisa los talones al poderoso Milán, propiedad del presidente de la República Silvio Berlusconi.



¿CUÁL ES LA LLAVE DE SU ÉXITO?
En su potencia física, el trabajo, el puro músculo y en la compenetración del grupo. El apoyo mutuo entre todos los jugadores. No hay pócima mágica. Estamos hablando de un equipo-equipo. Cada uno con sus características, calidad técnica, pero que ponen también el “músculo” para hacer más grande al Nápoles.
Hay estrellas del gol. Un trío: el argentino Ezequiel Lavezzi, el eslovaco Marek Hamsik y el uruguayo Edison Cavani. Hay estrellas en la defensa: el italo-argentino Hugo Campagnolo, los italianos Salvatore Aronica y Paolo Canavaro; el uruguayo Fucile. Y hay estrellas en el centro del campo: el argelino Hassan Yebda, los italianos Giuseppe Mascara, Christian Maggio, Andrea Dossena –repescado de la Premier League- y el capitán Walter Gargano. Para el técnico todos son estrellas en el plantel, pero todos, sin excepción, se ponen el mono de trabajo. El que no trabaja, no juega…  Algo que nos recuerda la canción de Adriano Celentano: si no labora, “non fa l´amore”. En el equipo napolitano hay que pegar el hombro y poner el músculo a trabajar.


LA FORTALEZA
Walter Mazzarri jugaba de volante o mediocampista cuando empezó su carrera de futbolista en las inferiores de la Fiorentina. Tal vez por eso basa toda su táctica al eje del campo. En esa zona se construye, se distribuye el juego, se recupera el balón y se “cocinan” los goles. Además, en esa parte del campo se realiza una asfixiante presión. Esta es la gran fortaleza del Nápoles en la presente temporada.
El técnico sigue con la idea fija de tres defensas, pero a la hora de hacer el repliegue el Nápoles se defiende con ocho o nueve hombres. Hasta Cavani baja para ayudar.
Sin embargo, en el momento de atacar o contraatacar lo hace con cuatro jugadores que se desdoblan con una pequeña diferencia. Los atacantes siempre tienen las espaldas cubiertas por el apoyo de sus compañeros. Igualmente, abre el campo por las bandas (Maggi y Dossena) y dibuja una “herradura” en el contragolpe. Desde esa plataforma, lanza sus “misiles” para sorprender al adversario.
Se trata de una sorpresa–trampa, porque los delanteros son los que arrastran a su par (su marcaje) hacia el centro del campo, y aprovechan la explosión de Cavani o Hamsik por su velocidad, además de su técnica. Aunque tanto uno como el otro arrancan en diagonal hacia los lados. En cambio Lavezzi lo hace en vertical. Directamente al área. El argentino, aunque es menos rápido que sus compañeros, se revuelve bien en espacios cortos. Se convierte en un “pescador” a los 10 metros de los tres palos.
La táctica se puede comprobar en el campo (1-3-4-2-1) en el que cada uno de los jugadores de la vanguardia tiene siempre un compañero detrás y la compenetración es total. Una fórmula de apoyos y relevos que le está funcionando a Mazzarri. Otro de los detalles importantes en la ofensiva de este equipo: el 74% de sus goles se han conseguido por el centro del área, mientras que un 12% por la banda derecha y 14% por la izquierda.


PEQUEÑO Y GRAN DETALLE
Al técnico Walter Mazzarri se le llegó a comparar con el escocés Alex Fergusson (Manchester United) que siempre “gasta” hasta el último suspiro para ganar los partidos. En los minutos finales o en el descuento. Más de una decena de victorias lo ha conseguido el Nápoles de esta forma, basándose en los tres cambios.
No debemos olvidar que la clasificación del equipo en la primera fase de la competición europea (grupos), lo consiguió de esa manera. Un gol de Cavani en el descuento supuso el pase los dieciséisavos. Precisamente, cuando ya se veía eliminado ante el rocoso Steaua de Bucarest.
El Nápoles, único equipo trasalpino que sigue vivo en la UEFA League*, lo aprovecha todo, sin perder la fe hasta el último minuto. Para que se hagan una idea, cerca del 80% de los goles los ha marcado en los últimos 20 minutos o en los minutos de descuento.
Esto demuestra que la squadra celeste gasta hasta la última gota de gasolina en cada uno de sus partidos. Como los “tercios del gran capitán”, según cuenta la historia.



NOTA: * El Nápoles es el único representante legítimo de la Copa de la UEFA. Los otros clubes trasalpinos corresponden a la repesca de la Copa de Europa: una verdadera chapuza que desvirtúa el certamen. ¿Por qué? Porque clasificaron terceros y han sido eliminados.

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