martes, 22 de marzo de 2016

Simeone/Luis Enrique, ¡vaya papelón!

No reconocen sus errores

Foto.- la vanguardia

Por Miguel Miró
“Por lo menos nos vieron en China”
Irónicas palabras de Diego Simeone, tras la derrota de Atlético de Madrid frente a Sporting de Gijón.
“Lo importante es sumar puntos”
Salió de esta manera al paso Luis Enrique Martínez después del empate Villarreal-Barcelona.
Dos técnicos que quedaron “inmunes” a la crítica en ambos partidos de Liga. Ninguno de los dos reconocieron sus errores ni tan siquiera apoyaron razonablemente a sus pupilos de las críticas.
La culpabilidad no existe entre ellos.
Pasaron de puntillas después de cometer varios disparates ¡mayúsculos! en la 30ª jornada del Campeonato Nacional de Liga.
No es la primera vez, ni tampoco será la última.
Los comentarios* de los matches, todos, en Mas-Media**, no hicieron ninguna mención ni palabra de los errores cometidos por los dos técnicos en cuestión.
Ni en Sporting-At Madrid, ni en Villarreal-Barcelona.
Aunque eso sí hablaron del desgaste físico de los rojiblancos. Y abusaron del verbo para atacar sin compasión al bisoño árbitro murciano Sánchez Martínez y por supuesto a Jeremías Mathieu, para variar. Por su autogol -culpa de su altura y la casualidad- que supuso el empate al submarino amarillo.


SE EQUIVOCA EN ASTURIAS
Diego Pablo Simeone tragó saliva. Sin embargo, el equipo rojiblanco salió perjudicado por la decisión de los horarios y día de los partidos/TV. Fue incomprensible la posición de la LFP.  Especialmente después de jugar 120 minutos intensos frente a PSV el jueves. También es verdad que Diego Simeone reconoció su error en las sustituciones.
Empero, no lo hizo en El Molinón. Cometió el mismo error del match europeo. Cambió a Augusto Fernández desnortado como organizador, y por perder tres balones en el eje que fueron peligro de gol para los holandeses, por otro jugador ofensivo, y recompuso nuevamente el guión cuando dio entrada a Kranevitter (que volvió a perder otro balón favoreciendo la contra del rival, pero luego se asentó como stopper sin sobresalir).
Para el partido de Gijón, Simeone oxigenó al equipo (dejó fuera a Juanfran, Gabi, y a Godin, por lesión), pero volvió a contar con Kranevitter en lugar de Oliver ó Thomas, que sería lo más lógico, teniendo en cuenta su “hambre” de partidos. Cualquiera de los dos hubieran asumido la misión del organizador, pero no el argentino que defraudó en el encuentro de Gijón.
Al mismo tiempo parece un contrasentido que Fernando Torres no fuera titular desde el inicio, al dejar fuera a Ferreira Carrasco. Simeone sabía de antemano -al citar a Gabi y también a Juanfran- que Abelardo iba “a jugar con el crono” esperando la falta “de gasolina” del rival en los últimos 20 minutos.
Y el equipo colchonero volvió a pecar de confianza -como en la final de la Champions ante Real Madrid- pero en fútbol recular no supone ir a encerrarse en “la cueva”, que es un suicidio, sino hasta la línea del área grande.
Para colmo de males también se lesionó Giménez, el segundo hombre del escudo central rojiblanco (Oblak/ Giménez/ Godin), que seguramente no podrá jugar el primer match de los cuartos de final.
Simeone se equivocó cuando pensó que “valía el 0-1” y no previó un “plan B”. Por ese motivo, Atlético de Madrid perdió una ocasión de oro para situarse a tan sólo seis puntos del líder de la Liga en lugar de los actuales 9, tras el empate del equipo azulgrana en Villarreal.

“LOCA IDEA” DE LUIS ENRIQUE
Lo que hizo Luis Enrique Martínez en El Madrigal, no obstante, ha sido mucho más grave.
Un embrollo descomunal. El FC Barcelona —sin exagerar— pudo perder por goleada si aciertan Bakambú, Dennis Suárez, Trigueros, Adrián, Castillejo y Leo, éste último en los últimos ocho minutos. Todos ellos tuvieron ocasiones claras de gol por el desconcierto defensivo azulgrana. 
¡Ha sido un milagro que el match terminara en un empate!
Un verdadero disparate monumental. Nunca visto en el pasado ni tampoco en el fútbol actual.
Por eso ya, a nadie le sorprende estas dichosas rotaciones o ideas alocadas y en caliente de un entrenador novato.
Descolocó a todo el equipo en el campo y favoreció la iniciativa  de su rival, que sacó al terreno a todos sus delanteros.
(En primer lugar, el técnico tendría que haberlo hablado de antemano en el vestuario con cada uno de los jugadores implicados, concretamente seis y aclararle su idea.
De forma seria, clara y precisa. Para que todos estén de acuerdo en la decisión tomada y además para poder despejar alguna duda. Y comunicárselo, inmediatamente después, al resto de los jugadores).
Incluso, si nos apuran, realizar los dos cambios previstos durante el descanso, antes de saltar al campo y de esta forma se hubieran solucionado los posibles malentendidos.
Luis Enrique Martínez hizo dos cambios. En eso estamos todos de acuerdo. El primero, Mathieu por Piqué (53´) a ocho minutos del comienzo de la segunda parte del encuentro y dos minutos después (55´), el segundo: Alves por Arda Turán. Dicho de esta forma parece normal, tanto Turán como Piqué tenían tarjeta amarilla. Algo que puede parecer lógico por el próximo clásico ante Real Madrid.


Vox Populi

DOS SALIDAS: CUATRO MODIFICACIONES 
Sin embargo, la realidad fue otra muy distinta. El entrenador asturiano hizo, además de las salidas de Gerardo Piqué y Arda Turán…¡CUATRO CAMBIOS! de posición en el equipo y varió de un soplido (3 minutos) todo el sistema defensivo.
Ni en los entrenamientos se producen estas cuestiones.
¿Cuatro cambios? ¿Se trata de una broma?
Mascherano pasó a la derecha de la zaga (Piqué) y Mathieu se situó en su zona del argentino (la izquierda). Alves se colocó como lateral derecho, su posición habitual y Sergio Roberto pasó a jugar de interior izquierdo.
El problema se produjo en la última línea de zagueros. Sin tiempo para el “calentamiento” y completamente en frío.
¡Con el segundo tiempo ya empezado!
Además, le costó bastante adaptarse a Sergio Roberto otra vez en el centro del campo (de lateral a volante) en los relevos-presión.
Se llegó a marear con dicho invento hasta Sergio Busquets en su doble función por delante de la zaga y tras comprobar la reacción inmediata de Villarreal, al divisar los agujeros que dejaba  la última línea azulgrana.

INJUSTAS CRÍTICAS A MATHIEU
Mascherano, al jugar en el lugar de Piqué dejó de ser el “full-back” y tuvo libertad para subir más. Esto hizo que quedara solo atrás Jèrémy Mathieu como Gary Cooper en “Solo ante el peligro”, porque Alves no volvía (sí lo hacía Sergio Roberto antes como zaguero lateral) y Jorge Alba, muy adelantado, se olvidaba de cubrir la banda izquierda.
Por tanto, el zaguero francés no tuvo ninguna culpa del primer gol de Villarreal, aunque intentara impedir la llegada de tres delanteros locales. Tampoco fue responsabilidad suya (el sector es de Jorge Alba y estaba ausente) cubrir el despeje de Bravo hacia la izquierda que aprovechó el marfileño Bakanbú.
El autogol de Mathieu fue, igualmente, cuestión de mala suerte  (le rebota en el pecho y nada puede hacer), al estar en el sector derecho, por las circunstancias de tener más “altura” que Mascherano en los tiros a balón parado (corner).

TELEVISIÓN: ENGAÑA

Cualquiera que sepa algo de fotografía deberá saber que la imagen, según el enfoque, junta (aunque estén a 1m) o separa  (gran angular) a dos jugadores según el ángulo de la cámara. El penal a Neymar es claro porque el brasileño desplaza el balón a la derecha y es imposible que Asenjo no se enrede con sus piernas en la atajada.
El meta lograría hacerse con el balón en el segundo intento a una distancia de 1 metro y pico de distancia.
Lo mismo sucede con la primera tarjeta amarilla a Piqué que, en ningún momento le da el balón en el  brazo. Asimismo, la acción del internacional en la “barrida limpia” al delantero rival y al caer el balón le pega en la mano. No hay intención, a pesar la insistencia de los comentarios “un tanto exagerados” (caso de García Toral, expulsado por el cuarto árbitro, que dio un mal ejemplo en la Sala de Prensa) y otro tanto en los periódicos deportivos.
No defendemos al árbitro que, sin motivos, intentó que no se le fuera el match de las manos utilizando el uso y abuso de la tarjeta. Una verdadera estupidez, porque el juego fue limpio, sin mala intención e inmaculado.
No ha sido normal que mostrara 8 amarillas a Villarreal (5 en la primera mitad de una “tacada” y 3 en la segunda) y tres a Barcelona. Es nuevo en la farándula, aunque debería ser más prudente con el abuso de cartulinas.

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