sábado, 26 de abril de 2014

Champions/ “SEMIS”… ABIERTAS



Atlético y Real no saben
“rematar” a sus rivales

Por Miguel Miró
Los goles son amores –dicen– y también buenas razones.
Máxime si se trata de semifinales de la Copa de Europa. Dos matches y un raquítico gol. Del franco-argelino Karim Benzema, por supuesto.
La fiesta termina con el puro en el café y la casa sin barrer.
¿Se ha perdido una gran ocasión?
Si lo miramos crudamente, sin duda. Ninguno de los dos equipos madrileños supieron “rematar” la eliminatoria en su campo.

La racanería del equipo inglés Chelsea ha sido total. No jugó al fútbol, se limitó a destruir el juego. De forma descarada, con una intensidad absoluta. Excepto Fernando Torres -arriba, esperando los pelotazos largos-  los teóricos delanteros -William y Ramires, cada uno en las bandas, colaboraban en el sistema defensivo,   No sorprendió Chelsea, porque la fórmula es del italiano Roberto di Mateo. Mourinho se la tomó prestada para el primer partido de las semifinales de la Champions ante Atlético de Madrid.

Primero, Atlético de Madrid. Lo intuíamos. No por el rival británico, sino por la ansiedad y los nervios de Diego Simeone en el match frente a Elche. Un manojo de nervios que nunca es bueno antes de jugar las semifinales del campeonato reina europeo.
¿Por qué?
Un técnico nervioso contagia a todo el plantel.
Y si además añadimos la derrota de Chelsea en la Premier, es lógico suponer la presencia de un “autobús” al estilo italiano plantado por Roberto di Mateo. Un plagio demasiado evidente. (Lo saben muy bien los aficionados del Camp Nou)
Una “copia semejante” hace Mourinho después de decir adiós a la Liga. Y lo más triste del caso, con los más veteranos de la plantilla (el club +30 años). Faltaba Ivanovich, lesionado, Drogba y alguno más, por poner un ejemplo. Una fórmula made-in-Di Mateo.
Un cúmulo de circunstancias hizo que se “bloquease” el equipo rojiblanco. La aceleración y la falta de precisión en los pases. La actitud, la frialdad en la acción individual, el uno-contra-uno. Un dominio inútil ante un fútbol de destrucción masiva.
Un error lamentable de Simeone. Contagiar la “ansiedad y los nervios” al equipo que optaría a su último recurso: “Centro a la olla”, algo que los británicos son especialistas.
En una palabra, poco fútbol. Pocas ideas. El cuadro rojiblanco se estrella ante un frontón vestido de azul.
Por eso no pudieron rematar el match, aunque sí demostraron contar con un sistema defensivo muy ordenado y un escudo impenetrable. Nos referimos al trío Courtois, Miranda y Godín.

Durante el primer tiempo se pudo comprobar el "mecanismo defensivo" del conjunto londinente. Cuatro  líderes  corregían los errores. Veteranos, por supuesto. Cech y Terry dirigían en la primera línea, mientras que el brasileño David Luiz actuava de "libero-escoba" por delante de la línea de zagueros. Al principio, Obi Mikel se incrusbaba  atrás aumentando a cinco, y si el rival creaba peligro, también Ramires. Algo así como en el rugby, que es a lo bestia de banda a banda. Lampard, el más adelantado (por decir algo) actuaba de lanzador, mientras que Fernando Torres siempre estaba, solitario en un mar de camisetas rojiblancas. Algunos amagos de Williams y Ramirez suponían los esporádicos (en cuenta gotas) ataques del cuadro visitante. Se plantó en su área con "cemento" y formó una pared que se convirtió en un frontón.



R MADRID DEJA VIVO A BAYERN
Un partido clásico de Copa de Europa con dos apuestas diferentes, pero jugado con “el rabillo del ojo” entre los contendientes. Decimos clásico porque ambos especularon y se vigilaron celosamente en el campo.
Presión y dominio absoluto en la elaboración del cuadro muniqués, pero sin acierto en las oportunidades que se le presentaron. Además, a raíz de su jugada de gol más clara, llega un contragolpe en tres toques en velocidad que acaba en el primer y único tanto del equipo local. Un gol de Karim Benzema y dos ocasiones clarísimas.
En teoría pudieron “rematar” la eliminatoria.
Las otras dos oportunidades fracasan. Cristiano se precipita antes de pisar el área y el balón se va a las nubes. Di María, completamente solo junto al palo izquierdo de Neuer. El argentino lo ve tan, pero tan fácil que quiere romper las redes del ángulo derecho y la pelota que apunta a la escuadra se abre con un efecto endiablado.




Aún así Real Madrid respetó demasiado a su rival, con un sistema defensivo anclado al borde del área grande, cerrando bandas y casi inexpugnable por el centro por la ayuda de un “líbero-escoba” muy activo, Javier Alonso.
Guardiola juega sus cartas en la segunda parte. Ajusta sus líneas y regala el balón a Real Madrid. Un regalo envenenado que pudo haber tenido un efecto contrario. Aunque curiosamente le fallan las piernas a los merengues, más preocupados en cuestiones defensivas. 
Ancelotti, fiel a sus principios y a su esquema cuadriculado, hace los cambios previstos con antelación. Sin embargo, en el banquillo alemán las pretensiones son bien distintas. Un intento  de recuperar el balón y sacar provecho del agotamiento de cuadro local en los 15 minutos finales. Guardiola pretende darle la vuelta a la tortilla.
La entrada de Javier Martínez para ajustar el eje y la presencia de dos volantes con mucha llegada. Götze y Müller con mucho fútbol en sus botas y verticales, cada uno a su manera. Müller avisa desde larga distancia y Götze, con paredes en corto abre la lata por el centro en un enjambre de piernas. Tiene el empate nada más pisar el área. Un gol cantado. Pero se anticipa Casillas y despeja con sus manoplas.
Después llegaría la jugada polémica del match. Juego peligroso de Alonso –Webb se lo traga, junto al quinto árbitro en el palo izquierdo del meta– que impide la volea de media vuelta de Muller casi dentro del área pequeña.

A falta de un cuarto de hora para el final del match, José Guardiola ajustó líneas. Cambó el sistema al darle entrada a Javier Martínez y colocar a Lahn en la banda. Igualmente, saltaron al campo Götze y Müller. Las intenciones fueron claras. Buscaba más presencia atacante, desde la penúltima línea. Y casi lo consigue: empatar y ganar el partido. Los dos volantes tuvieron ocasiones para "rematar" la eliminatoria.

EL PÚBLICO NO GANA PARTIDOS
Una vez más se demuestra que el público está para aplaudir las jugadas, gritar, cantar y disfrutar, pero no gana los partidos. Siempre corresponde a los jugadores. Eso está muy claro. No nos cansaremos de repetir que son los protagonistas, con su fútbol, su juego y sus goles, los que animan a los aficionados.
Sin embargo, los aficionados madrileños tienen derecho a soñar.
¿Una final At Madrid-R Madrid en Lisboa?
Para cualquier español sería un gran honor. No obstante, es un sueño frustrado desde el inicio del nuevo Millenium (2000). Ya nos dimos de bruces los últimos años. Real Madrid tropieza con Bayern Munich y Barcelona ante Chelsea.
¿Lo recuerdan?
Tampoco está muy lejos –la temporada pasada– con los dos equipos alemanes. El llamado “Seven-Up” o el panzer que aplasta al cuadro azulgrana, y se repite la historia de Borussia Dortmund ante Real Madrid.

AHORA… ¿ES DIFERENTE?
El fútbol es imprevisible. Todo puede ser posible.
Antes, en semifinales de Copa de Europa no valían los goles “dobles” en campo del adversario. Ahora, en cambio, sí.
Éste es el clavo ardiente donde Atlético de Madrid y Real Madrid pueden y deben aferrarse.
Un insignificante y raquítico gol en campo contrario puede ser la Llave Mágica de los dos equipos españoles para llegar a la final de Lisboa.
¿Y si uno falla?
Puede quedar el otro. Aunque de verdad las semifinales están abiertas y pueden clasificarse dos de los cuatro equipos. No somos Nostradamus para predecir el futuro. Sin embargo, podemos apostar una final Atlético Madrid-Bayern Münich.
Se repetiría la final del año 1974, que ganaron los bávaros.
Asimismo, hay otro detalle importante. Los rojiblancos madrileños tienen probablemente la fórmula para ganar en campo contrario. No debemos olvidar que es el único equipo de la presente edición de la Copa de Europa sin perder ningún partido.
Un auténtico record.
…Y en las semifinales de 1974 ganó a Celtic de Glasgow (0-0 y 2-0).
(El técnico argentino de aquél entonces fue el recordado Juan Carlos Lorenzo,  ex jugador Rayo Vallecano y ex entrenador de Mallorca, que dio un triple salto mortal. “Toto” Lorenzo colocaría al club mallorquín de Tercera a Primera División en tres años consecutivos. Igualmente dirigió a la selección argentina en la Copa del Mundo FIFA 1966).

LA "BESTIA NEGRA" VA A DESPERTAR 
Entonces se preguntarán: ¿Bayern eliminará a Real Madrid?
Desde los años setenta el equipo bávaro siempre ha sido “la bestia negra” del equipo de Chamartín. Asimismo todavía está presente el match Borussia-Real Madrid en Dormund.
Creemos que aún tiene mucho que decir Bayern Münich, defensor del título. Campeón de Europa de la campaña pasada. No es porque juegue en su campo (Allianz Arena). Lo decimos porque no demostró todo su potencial en el primer partido de semifinales.


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