lunes, 25 de febrero de 2013

VALLADOLID: MEJOR DEFENSA


Miroslav Djukic lo sabe: el fútbol empieza “desde atrás”

Los directivos y técnicos del Bayern Munich siguen lamentándose, todavía, del traspaso de Mats Hummels al Borussia Dortmund por €15 millones. Un “fullback” nacido en la cantera del equipo muniqués. Lo mismo que Philipp Lahm, Holger Badstuber, David Alaba, Tony Kross o Sebastian Schweinteiger.
Un error lamentable, sí, máxime cuando los rectores del club son famosos ex jugadores. Y entre ellos el presidente de honor, el Kaiser Franz Beckenbauer, impresionante como “cerebro” en el medio del campo y sus últimos años jugando de “líbero” en la defensa.
Hoy, Mats Hummels es el zaguero más codiciado por los grandes equipos europeos, incluido el FC Barcelona. Campeón de Liga y Copa con el Borussia Dortmund es una de las piezas fijas de la retaguardia de la selección germana. De lejos, el mejor “fullback” de Europa.
Se pudo repetir también con Sebastián Schweinteiger, tentado por una cifra millonaria del Manchester United. Sin embargo, el club muniqués le ató con un nuevo contrato.
Valencia, en cambio, también regala “figuras” por €7 millones –diez millones menos de los que debe abonar de intereses por el nuevo estadio cada año– y pide celeridad al comprador.
¡Increíble!
Isco Alarcón es estrella en el Málaga (el chileno Manuel Pellegrini tiene ojos de águila) y ya se estrenó en la selección española. Un error descomunal de ex entrenador Unai Emery, el secretario técnico, Braulio Sánchez y el propio presidente. Incluso el técnico vasco le hizo debutar en Primera División para “presumir” de cantera.


Por Miguel Miró
Si grave ha sido lo de Franc-Isco Alarcón, más aún lo de Miroslav Djukic, que termina cansándose de entrenar a las divisiones inferiores en la Ciudad Deportiva del club valenciano. Un entrenador (y ex jugador) que le sale prácticamente “gratis” y es de la casa.
Levanta vuelo (clasifica sub campeón de Europa a la selección Sub 21 de Serbia; dirige Partizán de Belgrado (2º en Liga) y Selección absoluta de Serbia) pero mantiene su residencia en Valencia.
Djukic brilló 6 años en el club ché. Ha sido un jugador técnico-táctico con unas cualidades extraordinarias y don de mando en el área. Un zaguero o líbero que estaba siempre en el momento justo y en el lugar adecuado para darle seguridad a la retaguardia del equipo. Amigo de sus amigos (ex jugadores valencianos) y el fútbol, su gran pasión.
No sería una exageración decir que tenía –y tiene– una visión clara y brillante del juego. Bien como jugador (era difícil engañarle en un mano a mano); bien como técnico. Lo demostró en el campo, en el FK Macva Sabac, FK Rad Depos, en su tierra y Deportivo de La Coruña, Valencia, Tenerife (España) y la selección Yugoslava (hoy, Serbia).
Campeón de Copa en el Deportivo y campeón de Liga (2002) y Copa con el Valencia. Serio, profesional y reflexivo en las entrevistas, cuando se habla de fútbol. Lo del Hércules fue una experiencia más, aunque suponía un imposible (solamente nueve jornadas) y condenado ya desde el inicio de Liga por ciertos “escándalos” publicados a principio de Liga.
El fichaje de Miroslav Djukic por Valladolid supuso otra “cruz” para el Valencia. El presidente del club puzelano apostó por él para cumplir un proyecto de tres años.. pensando en el retorno a Primera División. 


EQUIPO BIEN ENSAMBLADO Y HAMBRE DE BALÓN
Asciende el primer año a la división de honor. Sin fichajes rimbombantes, un equipo muy joven y con buen manejo de balón. Practicando un buen fútbol y con hambre de fútbol. Su última temporada en Segunda División se pudo comprobar que no basta con correr.
Se debe tratar bien la pelota, conformar un sistema de acuerdo con las características de los jugadores. Y un plan de juego variable para tocarle las “cosquillas al rival”. Un fútbol ordenado con presión e intensidad en el centro del campo y lo más importante, ir partido a partido para acumular puntos. Djukic siempre recalca “más concentración, más presión e intensidad en el campo”.
Nadie –ni siquiera el presidente del Valladolid Carlos Suárez, uno de los presidentes más jóvenes– esperaba que el equipo ascendiera a Primera División en el primer año del yugoslavo (hoy, serbio). Se había pactado un “proyecto para tres años” y en el inventado play-off por la FEF (se sigue mirando al baloncesto) se engancha, supera las eliminatorias y dio su salto mortal.
Mucho mérito tiene Miroslav Djukick, pero los que ganaron los partidos fueron los jugadores. En especial ese grupo de jóvenes promesas, subida de la cantera como Manuel Coronado “Lolo”, Omar Ramos, Oscar Javier González, Jesús Rueda, Javier Baraja… y de otras canteras Marcos Valiente, Carlos González “Peña”, Luis Sastre (Barcelona), Miguel Valenciaga (R Sociedad), Álvaro Rubio (Zaragoza), Alberto Bueno (R Madrid), Javier Guerra y Jaime Jiménez (Valencia).
Además, no olvidemos que siete jugadores causaron baja a principios de campaña y uno de los “transferibles” se ha destapado y está causando sensación en las filas de la “cruz violeta” (que luce en el segundo uniforme). El angoleño Mateus A Contreiras, cariñosamente Manucho. Un delantero que jugó en la Premier League (Manchester United y Hull City). También hay que valorar a los jugadores extranjeros, pero así y todo el esqueleto del equipo tiene acento español.


EL FÚTBOL EMPIEZA DESDE ATRÁS
Lo que se ha demostrado, desde hace mucho tiempo, que los porteros y zagueros “aprecian con mayor rigor el fútbol y lo leen más fácil en el campo”. Cualquier apasionado al fútbol sabe que en la zaga hay un enorme panorama y la experiencia suele ser mayor a la hora de convertirse en entrenador. Pongamos un ejemplo actual: Francisco Jémez. El equipo rayista –10 bajas a principio de temporada–  divierte y entusiasma por el fútbol atrevido que desarrolla. Y sigue sorprendiendo por sus planes de juego en la Liga.
Miroslav Djukick no es una excepción a la regla. No deja de ser un estudioso y reflexivo en un deporte que es su verdadera pasión. Lo vive intensamente, sin exteriorizarlo. No obstante, sabe que “el fútbol empieza desde atrás”. Y el Valladolid, bajo nuestro punto de vista tiene la mejor defensa del campeonato.
No lo decimos sólo por los nombres que componen la retaguardia (que también se valoran), sino por el ordenamiento, colocación, seguridad, potencia física, contundencia, confianza, intuición, velocidad en salida y cruce. Son el escudo y apoyo. La combinación perfecta. Junto a la colaboración de un guardameta de muchos kilates, Daniel Hernández que confirma su gran momento tras birlarle el puesto a Jaime Jiménez, titular en el comienzo de la Liga.
El trabajo del técnico ha sido realmente formidable. Incluso en los contratiempos. Hubo un partido en que se lesionaron los titulares y se remendó el descosido. Los movimientos seguían siendo los mismos en la penúltima línea con Rueda y Peña. Ya trabajados en Segunda División por el entrenador. Rueda: su puesto habitual, mediocampista y Peña, lateral izquierdo.
La adaptación ha sido fenomenal para los dos jugadores. Lo mismo decimos de Rukavina (a veces se coloca en el centro de la zaga o sube por la banda) y Balenziaga que cumplen en la seguridad de la defensa vallisoletana. Todos parecen “hermanos” de una misma función. Porque no sólo destaca la dupla de “fullbacks”, Sereno y Valiente, sino el trabajo coordinado de todo el cuarteto.
Aparte de la salida del balón desde atrás jugado al pie hemos visto una cobertura coordinada. A veces escalonada y basculante. Cubriendo las espaldas al stopper y organizador del equipo. Apoyos contínuos ante la salida del compañero. Salidas cubiertas. Relevos y cruces rozando la perfección y automáticamente. Marcaje mixto en jugadas a balón parado. Máxima concentración y combinación. Cierres de los laterales.
El trabajo de la defensa no se mide por los goles, sino por el talento de los jugadores. Y el Valladolid cuida con mimo hasta el mínimo detalle.

0 comentarios:

Publicar un comentario