domingo, 17 de abril de 2011

COPA DEL REY: "BILLY EL NIÑO" EN MESTALLA

Juego subterráneo y “teatro” madridista “mata” el primer Clásico

Carlos Gurpegui se enfadó cuando le llamaron ¡“Carnicero”! en los estadios españoles. El jugador navarro en una jugada desgraciada dentro del área lesionó gravemente a Sergio Kun Agüero en el Athletic Bilbao-Atlético Madrid de San Mamés. El penalty, de libro y la tarjeta roja más que justificada.
Sin embargo, el árbitro Alberto Undiano Mallenco –el mismo que  dirigirá la final de la Copa de España, ¡qué ironía!- no mostró ni tarjeta ni tampoco señaló el penalty correspondiente.
Si de por sí la lesión fue grave –casi dos meses de baja- el Comité de Árbitros sancionó al colegiado poniéndole en la “nevera”, sin pitar durante varias semanas.
Entonces, cómo deberían llamarle los aficionados a Pepe, “¡Rompetobillos!”
, “¡Cometobillos!” o Carnicero, igual que Gurpegui.

Todavía no salimos de nuestro asombro. ¿Cómo el árbitro Muñiz no le sacó ninguna tarjeta a Pepe y a Alonso cuando le “comían” los tobillos a Xavi Hernández? ¿Cómo permitió ese juego subterráneo que no debería existir en el fútbol?
(…) Tan particular es este colegiado que, en sus constantes intenciones diplomáticas, consintió de todo a Pepe, pasado de frenada en muchas jugadas. () comenta José Sámano, El País.
¿Y el “teatro” de los jugadores madridistas? Individual y colectivamente, presionaban una y otra vez al árbitro ante el griterío de las tribunas.
¡El piscinazo de Marcelo ha sido clamoroso en el penalty del empate! Y esto, ¿qué confirma? Que la pirueta falsa del brasileño estaba ensayada para la expulsión de Peter Crouch frente al Tottenham. Puro teatro que él mismo festejó en el suelo –lo vio medio mundo- con los dos puños en alto.
Esto no fue, ni se parece en nada al fútbol genuino. Aparte de una total ausencia de fair-play. Más bien se utilizaron trucos barriobajeros para provocar al rival. Un juego sucio y manipulado que sigue manchando irremediablemente al fútbol en toda su dimensión.
Lo grave e insólito del asunto –gravísimo, según nuestra modesta opinión- es que todavía quedan tres clásicos más en el horizonte y Mr. "Big Mouth" (“bocazas”, así llaman ahora los ingleses a Mourinho) estará en el banquillo del Real Madrid.


QUEIROS YA LO ADVIRTIÓ
¿Éstas son las tácticas del técnico portugués? Entonces, desaparece el fútbol. Olvídense de ver jugar bien al Real Madrid. Algo que ya ocurrió en el Chelsea –que le despidieron porque no ganó la Copa de Europa- y donde Terry daba patadas hasta en el carnet de identidad. Y en el Inter de Milán, en el que transformó a Lucio, Samuel y Matterazzi como “Carniceros del área”.
Pero lo de Képler Laveran Lima Ferreira “Pepe”, ya roza el esperpento. Todavía los españoles no conocen al “Cometobillos” brasileño nacionalizado portugués. Tiene un largo historial en Portugal. Suficiente claro ha sido Carlos Queiróz –ex entrenador del Real Madrid- que acusó al zaguero de hacerse el bobo o adulador. “Yo no le insulto cuando patea salvajemente a otros jugadores en la cabeza”.
José Mourinho también ha transformado a Marcelo y Di María en especialistas de “caídas” o simulacros. Pero no son todos los que le bailan el agua al entrenador. Khedira y Özil, sin embargo, en el clásico jugaron al fútbol. Es más, el stopper alemán no se preocupó de los tobillos de Iniesta, que sufrió menos que Xavi Hernández en los juegos de guerra.
Y todavía hay incrédulos que se siguen preguntando:
¿Cómo es que el Barcelona no machacó a su rival, después de adelantarse en el marcador y tener superioridad numérica en el campo? 
Primero, por la lesión de Puyol y segundo por la línea roja del mediocampo, en la que estaban Alonso y Pepe, unidos a un Marcelo quejica y un Ramos, que no es ninguna hermana de la caridad. Los estragos de Pepe con la “venia” del árbitro, que miraba para otro lado, fueron muchos. ¿Para qué arriesgar si faltan aún tres Clásicos?
El repliegue del Barcelona ha sido por los ajustes en el mediocampo y en la retaguardia, tras la salida de Puyol. Busquets pasó como zaguero. También influyó lo suyo la posición retrasada de Xavi Hernández, que se marchó al área más que harto. Y lo hizo para evitar las andanadas –por no decir una salvajadas- de Pepe. El mismo que llama "loco" a Messi por lanzar el balón fuera del campo.


“BILLY EL NIÑO” EN MESTALLA
Ya lo hemos advertido, y ojalá nos equivoquemos, pero Undiano Mallenco ya “la armó” en el Alemania-Serbia de Sudáfrica. Los periodistas alemanes le llamaron “Billy el Niño”, por la rapidez en sacar tarjetas. Tres amarillas y una roja en tan sólo cinco minutos. Expulsó al goleador de la selección teutona, Klose.
Y si nuestra memoria no nos falla, ha sido el árbitro que anuló el gol a Luis Fabiano en el Sevilla-Real Madrid del Sánchez Pizjuán. Precisamente, en las semifinales de la Copa. El presidente del Comité de Árbitros, Sánchez Armiño, no ha estado acertado en la elección del colegiado “estudiante” para pitar la final en Mestalla.
Lo que tampoco entendemos es por qué se le está dado tanto “bombo” a la Copa del Rey. Un torneo “secundario” por su poco interés y los privilegios que se les da a los equipos de Primera División. Si no lo creen pregúntenselo a los técnicos madridistas que la ganaron. Antes tenía su importancia por la Recopa de Europa, pero la UEFA eliminó ese torneo.
Otra cuestión: habrá que estar muy atentos en las nuevas argucias de Big Mouth. Sobre todo en el terreno de juego. No olvidamos que en el primer Clásico dirimido en el Santiago Bernabéu, se dejó el césped alto y se regó. Se llegó a decir que al dejar la gramilla alta no permitía la circulación del balón. Más bien para que no se vieran las patadas en los tobillos. Cierto o no, los sudamericanos están acostumbrados a este tipo de campo.
Pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa –como decía Alfredo Zitarrosa.
¿Será igual o no diferente el campo de de Mestalla?
No nos olvidamos del último Valencia-Barcelona de Liga. No llovía y el balón no corría bien y se frenaba en el terreno de juego. Una dificultad añadida para el juego que suele practicar el conjunto azulgrana. No se trataba de que el césped estuviera mal. No. Ha sido el entrenador Unay Emery que se pasó de listo. Mandó que “llenaran de arena el campo”, como si se tratara de greenes de los campos de golf, con el fin de pincharlos y oxigenarlos.
Un truco sucio que le salió mal al técnico del Valencia, porque perdió el partido. Sería ya el colmo de los colmos que le pusieran arena a la hierba y que encima “Billy el Niño” mostrara tantas tarjetas como en la final del Mundial (15).

AL FINAL, MUCHA SOPA…
Nos imaginamos, por un momento, a la inconfundible Mafalda dibujada por Quino. Odiaba la sopa. A la sopa boba nos vamos a tragar cuatro clásicos y en lugar de fútbol será como los play-off de baloncesto. Terminaremos hasta las narices de ver siempre lo mismo. Para muchos es probable que les agrade por el morbo, pero resulta reiterativo y no deja de ser una posible “muerte de la gallina de los huevos de oro”. Lo decimos, más que nada, por los aficionados que pasan por  taquilla.
Tal vez por eso le recomendamos ver los dos partidos correspondientes a la Copa de Europa. Allí puede haber buen fútbol. Se jugará el prestigio y el honor de los dos clubes más famosos de la Liga española.

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