Exhibición de Real Madrid
ante Barcelona “desnortado”
Real Madrid apostó por el orden,
concentración, intensidad en la presión, escasa y nula precipitación y supo
utilizar las “pausas” con los tres planes de juego dibujados en el campo. Menos
individualidades y más equipo. Un examen –con vistas a la revancha de Old
Traford ante al Manchester United– dejando entrever una superioridad
inapelable. Más que transformación ha sido asociación, ideas claras y
sincronización en un fútbol más compacto y de juego colectivo.
Además, pocas veces o ninguna perdió el
equilibrio en todas sus líneas y presentó “un guión variable” y tremendamente
eficaz –por no decir demoledor– que le permitió superar con nota a su eterno
rival. Y plantarse con todos los honores en la final de la Copa de España.
Barcelona tiene un problema “gordísimo”. No
es cuestión de jugadores ni de estilo, ni de sistema. Las virtudes de la
plantilla se mantienen intactas… sólo necesita urgentemente un entrenador que organice
y decida cuáles son las variaciones y los planes de juego en el campo.
El equipo lleva “descabezado” prácticamente dos
meses y por tanto no se puede pedir responsabilidades a los jugadores. Vamos a
ser serios: no se puede “dirigir” a un equipo por control remoto (WhatsAPP) y
dar las órdenes como si se jugara con la Play-Station.
Por
Miguel Miró
El control de los tiempos y la variedad de
los dibujos mostrados en el campo permite una interpretación más profunda. Real
Madrid, desde la “plataforma” de la retaguardia ha aprendido una verdad de
Perogrullo: recorre menos kilómetros que antes. Aún con una concentración
infinita y una presión intensa, al mismo tiempo dosifica esfuerzos.
Nos explicaremos mejor. Hizo más pausas que
otros partidos y no terminó con la lengua afuera o falto de gasolina al final.
En una palabra, esta cuestión siempre suele ser importante si juega
colectivamente de forma inteligente y hace los relevos/coberturas en los
momentos oportunos. Puede que algunos o muchos le sorprendieran sus nuevas fórmulas
–marcada por el crono– sin embargo, tiene una explicación lógica: Hacerse el
amo del partido, dominar y ganar.
REPITE SU PATRÓN CON LÍNEAS MUY JUNTAS
Su patrón de juego (1-4-2-3-1) aparentemente
siguió siendo el mismo, pero con algunas diferencias. En el campo se pudieron
apreciar. Una línea adelantada (16 metros) de cuatro zagueros, uno de ellos
(Varane) algo más retrasado. Sin embargo, los jugadores de la media y delantera
bascularon (de tres en tres como dos triángulos) a la zona donde se encontraba
el balón. Con las líneas bien juntas cubriendo todos los espacios hacia la
portería de Diego López. Cerrar filas para recuperar el balón.
Al mismo tiempo esperar el arreón inicial
del rival, con relevos en la segunda línea (movimientos de Cristiano a la
derecha y Özil, a la izquierda) con dos lanzaderas (pase largos) que se
repartieron Di María y un muy activo Khedira, cruzando a la banda izquierda el
argentino y por el medio al milímetro el alemán para el sprint de Higuaín, acompañado por
Cristiano y Özil para la sorpresa de las líneas adelantadas del rival.
El penalty se produce por el banda izquierda
azulgrana. Un despiste mal calculado de Piqué ante el quiebro de cintura de
Cristiano. Equivocado o no (esa zona le correspodía al otro zaguero, ante la
ausencia de Jorge Alba) el penalty fue gol y condicionó el partido a Barcelona.
Un gol supone autoestima y dominio a un
equipo y, al mismo tiempo, una desconcierto (minutos y errores) para su rival.
ENGAÑOSA DEFENSA DE “CINCO”
El segundo tiempo, Real Madrid cambió el dibujo,
incrustándose como teórico lateral derecho Di María. Una defensa de cinco
hombres (1-5-4-1). ¿Para frenar cualquier intento del rival y amarrar bien el
golito? Nada de eso. Simplemente fue un espejismo para “pillar” al rival desprevenido
y adelantado. Asimismo aprovechar la autopista vacía de Alves (banda izquierda)
y Piqué a contrapié, ambos en acciones ofensivas.
Así fue como llegó el segundo gol, en un
pelotazo de Kedhira al sprint de Di
María, en veloz salida en diagonal. Vendida la retaguardia y vendido Puyol ante
el argentino –Cristiano por la derecha e Higuaín, en el área, completamente
solos– y despeje de Pinto con el pie.
Un despeje defectuoso que cayó a los pies
del extremo portugués. Sin casi perfil prefirió rematar en lugar de ceder el
balón a Higuaín en punto de penalty. Un
gol que “mataba” el partido, la eliminatoria y la clasificación de Real Madrid
a la final de la Copa de España.
Inmediatamente después el equipo merengue
varió su dibujo para disponer más control del juego. Dos barreras de cuatro
hombres y dos delanteros (1-4-4-2), volviendo a cerrar los espacios al
contrincante.
BARCELONA: ERROR DE LIBRO
Estamos de acuerdo que el equipo azulgrana no
sabe especular. Igualmente que la defensa antes la realizaba en campo
contrario, con intensa presión a la salida del balón. Pero fue en los tiempos
de José Guardiola. Un conjunto que
actuaba con tres defensas y le marcaban pocos goles.
Nos sorprendió que salieran los dos
laterales “ofensivos” (Alves y Alba), después de trabajar desde principio de
campaña en una línea de cuatro. Precisamente en la que los defensas laterales
suponían los recursos del cierre en la cobertura. ¿Por qué tanto trabajo con
Adriano?
(Dos “sombreros”, de la banda al centro bien
sincronizados y que actuaban de “fullbacks”, ante cualquier despiste defensivo).
Nos sorprendió que no saliera Villa para
fijar a los centrales.
Y nos sorprendió que Barcelona saliera desde
el primer minuto buscando el gol. ¿En una eliminatoria? ¿Acaso el 0-0 no le
bastaba? Enrabietado, con prisas, sin espacios y sin tantear la respuesta de su
rival que le cerraba constantemente todos los caminos.
Lo intentó, claro que lo intentó dejando
“agujeros” en los pasillos, sin presionar arriba y perdiendo oportunidades, al
no jugar con inteligencia. Por más que intentemos razonar, no comprendimos la ausencia
de un plan preconcebido. A sabiendas que el match tendría resonancia y un
examen para los futuros compromisos.
Barcelona cometió los mismos errores de su
partido contra el Milán. No estuvo a la altura de las circunstancias. Y carece
de entrenador “a pie de pista” desde hace prácticamente dos meses. Un problema
que se está convirtiendo en un drama. En el campo y en los entrenamientos. En las
charlas con los jugadores. Además, los dirigentes del club no han reaccionado a
tiempo para solucionar una situación anómala que está perjudicando a la
institución.
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