En tan solo dos meses el equipo de Valencia
cambió de música. Música de la buena como corresponde a una orquesta que no
desafina. Como corresponde a una ciudad que adora y ama la música.
No se trata de una música ramplona, de
calle. Ni tampoco de cambiar los instrumentos entre los jugadores. Ya, desde
comienzo de la temporada, sabíamos que tenía un plantel excelente. Uno de los
mejores planteles de la Liga, equilibrado y con jugadores de calidad
contrastada.
Sin embargo no respondió a las expectativas
y se convirtió en un equipo descosido, individualista y lleno de extranjeros
(la afición lo resaltó). Capaz de seguir en la Copa de Europa y de perder por
fallos propios.
Sólo faltaba coordinación, orden y
concierto.
¿Cómo es posible que cambiara de música?
Los números lo demuestran. Los fríos números
conseguidos desde la destitución de Mauricio Pellegrini y la marcha de Gago al
Velez Sarsfield.
¿La importancia de llamarse Ernesto?
J
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G
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E
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P
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Gf
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Gc
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Liga
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8
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5
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1
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2
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13
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12
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Copa
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4
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1
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2
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1
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5
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5
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Tot
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12
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6
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3
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3
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18
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17
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A excepción de la Copa –volvió a ocurrir
lo mismo con el Sevilla hace dos años; nada nuevo bajo el sol– y el revolcón que
le propinó Real Madrid en la Liga, Valencia apostó por más riesgo, más
intensidad y más compromiso. Y, lo más importante, se mostró como un equipo
compacto, de asociación y comunión entre los jugadores.
Sí; la importancia de llamarse Ernesto. Un
nuevo técnico que hizo pruebas con cuentagotas (sin que apenas se notara) y sin
aspavientos, transformó y unió completamente a un plantel sin Norte. Valencia,
hoy, es un equipo competitivo y con las ideas claras.
Los entrenadores, por lo general, se suelen “desnudar”
con sus sistemas. Jugar a la defensiva o jugar a la ofensiva.
Para algunos puede ser aparentemente una
incoherencia. Un equipo tiene cinco líneas en el campo. No es cuestión de
pensar en el fondo como un recurso o adelante, como una espantada de pájaros.
También se debe tener en cuenta el eje, santo y seña de la unión de las líneas
y el enganche. De acuerdo, pero no es un contrasentido. El esquema es el orden
en el campo. También está el plan del juego. Y es en este sentido por lo que
nos inclinamos a decir que Ernesto Valverde es ambicioso.
Ya lo decía Herbert Chapman: “Mi plan de
juego es defender con cinco y atacar con siete”.
Valverde demostró ser ambicioso. Y sabe
perfectamente que las piezas encajan en su plan de juego. Aunque parezca
mentira se pudo ver y se pudo comprobar en los dos partidos de Liga ante Real
Madrid y Barcelona.
BATACAZO Y ÉXITO
Frente Real Madrid se demostró que el equipo
“che” no sabe jugar a la defensiva. Intentó especular buscando anular a las
estrellas merengues y lo pagó caro. Valencia adelantó líneas y creó demasiados
espacios y fruto de ello la canasta de goles. De acuerdo a las características
de los jugadores el cuadro valenciano no puede dejar todas las “ventanas”
abiertas y preocuparse demasiado del rival.
No es que Real Madrid estuvo plagado de
aciertos, sino que Valencia dio demasiadas facilidades.
(También es verdad que influyó también el
partido de Copa, donde el trío arbitral estuvo decepcionante. Esto creó un
clima de revancha y Valencia además jugó con demasiada tensión y sin la cabeza
fría).
Fue totalmente distinto el último partido
ante Barcelona. No le dio la iniciativa al adversario, le jugó de “tú a tú” con
sus propias armas sin olvidar un entramado defensivo eficaz (2X1) y un ataque
veloz que dejó a contrapié al rival.
(El 2X1 del marcaje en zona consiste en la
presión de dos jugadores ante el jugador rival que tiene el balón. La salida y
el cruce, que se hizo con una coordinación impresionante. Una presión que,
lógicamente, supone una concentración altísima.)
Algo similar realizó con Lionel Messi, que
siempre tenía a Tino Costa que le presionaba y Víctor Ruiz atento para cruzarse
en el camino. Aún así, el argentino dio un pase en profundidad largo a Fábregas
que pudo terminar en gol.
El otro detalle importante ha sido la
velocidad en el contragolpe con cuatro jugadores y la posición de los jugadores
en los centros. Cada uno en el vértice del área grande. De esta forma llegó el
gol de Banega.
Lo triste del caso fue que algunos
especialistas hablaran del bajo rendimiento de Barcelona por sus pérdidas de
balón en el centro del campo y no se hablase para nada de la actuación fantástica
de Valencia. El equipo que tuvo la victoria al final en las botas de Soldado pero neutralizó con dos paradas soberbias Víctor Valdés.
VALENCIA NO RENUNCIA
AL JUEGO OFENSIVO
Las circunstancias han cambiado
completamente. La ambición y el compromiso son “vitales” en el equipo. Se comprobó
desde el cambio de entrenador. Ernesto Valverde tiene las ideas claras. Clarísimas.
Propone un fútbol dinámico, competitivo, de presión, intensidad, de mucha
movilidad, generosidad… fundamentado todo en su conjunto a un juego ofensivo.
Sus fórmulas quedaron a la vista. No sólo
trabaja a balón parado, su ambición es mayor. Encontró un escudo (Rami-R
Costa-V Ruiz), le dio resultado Banega como enganche, con o sin cobertura a sus
espaldas (Parejo). Recuperó la confianza de Bernat y su velocidad.
Le sacó a la luz todas las cualidades que tenía
escondidas el mejicano Guardado (lateral, volante con salidas en diagonal, extremo).
Le dio más oxígeno y apoyo a Rami en la defensa. Le respondió Tino Costa cambiando
su posición en el campo. A veces como “libre” y a veces como atacante. Devolvió
la confianza a Viera y su excelente técnica. Explotó el peligro que supone
Valdez en el área, la libertad de Soldado.
Son muchas y variadas las combinaciones que Valencia
ha realizado hasta el momento (ocho semanas) pero debemos resaltar: el plantel
está equilibrado y por delante quedan dos competiciones importantes. La Copa de
Europa y la Liga y vamos a disfrutar del fútbol del equipo. Con la incorporación
(por lesión) de Parejo y Canales que ya demostraron su clase en un par de
partidos.
Sin olvidar las facultades extraordinarias del argelino Feghouli que jugó con su selección en la Copa de África.
Sin olvidar las facultades extraordinarias del argelino Feghouli que jugó con su selección en la Copa de África.
Sabemos de antemano que la eliminatoria de
la Champions será difícil ante el Paris Saint Germain –cabeza de serie tras
ganar al Oporto– con muchas figuras. Pero los dos partidos habrá que jugarlos.
Primero en Valencia y París. Otro examen más para el cuadro valenciano que ha
cambiado de música.
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