Mickelson hace historia: gana Scottish-British de una
tacada
Detrás de un gran hombre hay una gran mujer |
Philip Alfred Mickelson,
43 años, San Diego (CA), marca un hito (landmark)
en la historia del golf.
Por primera vez en la historia consigue ganar de “una
tacada” el Scottish Open y el 142º British Open Championship en dos semanas
consecutivas.
El estadounidense –con
apellido de origen nórdico– firma la mejor tarjeta-66 (34-32), cinco bajo par
del campeonato, a tres golpes del record de los cuatro torneos del Grand Slam
moderno.
Es el único jugador que
“rompe el par” en los 72 hoyos.
Se convierte en el 27 jugador norteamericano que gana el
British Open, de las 48 victorias
obtenidas por Estados Unidos en el mejor y más antiguo campeonato del mundo
profesional.
Iguala a Severiano Ballesteros, Byron Nelson, JH
Taylor, James Braid, Peter Thomson al sumar cinco títulos en el Grand Slam,
y está a uno de Nick Faldo, Lee Trevino (6 majors) y a dos de Robert Tyre Jones, Harry Vardon, Arnold Palmer, Sam Snead y Gene Sarazen (7 majors).
Además, solamente le
falta el US-Open –runner up en seis ocasiones– para cerrar el anillo del Gran
Slam y ser el sexto jugador del mundo que lo consigue. Uno solo para entrar en
el privilegiado club junto a Jack
Nicklaus, Ben Hogan, Gary Player, Gene
Sarazen y Eldrick Woods.
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BRITISH OPEN CHAMPIONSHIP.- Phil
Mickelson / winner
ronda
|
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
6
|
7
|
8
|
9
|
out
|
10
|
11
|
12
|
13
|
14
|
15
|
16
|
17
|
18
|
in
|
tot
|
|
par
|
4
|
4
|
4
|
3
|
5
|
4
|
3
|
4
|
5
|
36
|
4
|
4
|
4
|
3
|
4
|
4
|
3
|
5
|
4
|
35
|
71
|
|
metros
|
409
|
323
|
345
|
207
|
511
|
422
|
168
|
403
|
507
|
429
|
354
|
347
|
174
|
434
|
410
|
170
|
526
|
430
|
6.576
|
|||
1
|
4
|
3
|
3
|
3
|
5
|
4
|
3
|
5
|
5
|
35
|
4
|
4
|
4
|
3
|
3
|
3
|
3
|
5
|
5
|
34
|
69
|
-2
|
2
|
4
|
6
|
4
|
2
|
5
|
5
|
3
|
4
|
4
|
37
|
5
|
3
|
4
|
3
|
4
|
4
|
5
|
5
|
4
|
37
|
74
|
+3
|
3
|
4
|
3
|
4
|
3
|
6
|
4
|
3
|
4
|
4
|
35
|
4
|
4
|
3
|
4
|
4
|
5
|
4
|
5
|
4
|
37
|
72
|
+1
|
4
|
4
|
4
|
4
|
3
|
4
|
4
|
3
|
4
|
4
|
34
|
5
|
4
|
4
|
2
|
3
|
4
|
3
|
4
|
3
|
32
|
66
|
-5
|
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SCOTTISH OPEN.- Phil Mickelson /
winner
ronda
|
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
6
|
7
|
8
|
9
|
out
|
10
|
11
|
12
|
13
|
14
|
15
|
16
|
17
|
18
|
in
|
tot
|
|
par
|
4
|
5
|
4
|
3
|
4
|
5
|
4
|
3
|
4
|
36
|
4
|
3
|
5
|
4
|
4
|
4
|
4
|
3
|
5
|
36
|
72
|
|
metros
|
401
|
507
|
280
|
184
|
413
|
519
|
424
|
199
|
369
|
3296
|
332
|
154
|
548
|
406
|
353
|
419
|
308
|
207
|
555
|
3282
|
6578
|
|
1
|
3
|
5
|
3
|
3
|
4
|
4
|
4
|
3
|
4
|
33
|
5
|
3
|
3
|
4
|
3
|
4
|
3
|
4
|
4
|
33
|
66
|
-6
|
2
|
5
|
5
|
3
|
4
|
4
|
5
|
4
|
3
|
3
|
36
|
3
|
3
|
5
|
4
|
4
|
4
|
3
|
3
|
5
|
34
|
70
|
-2
|
3
|
4
|
5
|
4
|
3
|
4
|
5
|
4
|
2
|
3
|
34
|
3
|
3
|
4
|
4
|
4
|
4
|
3
|
3
|
4
|
32
|
66
|
-6
|
4
|
6
|
4
|
5
|
2
|
3
|
4
|
4
|
3
|
4
|
35
|
4
|
2
|
4
|
4
|
3
|
4
|
4
|
3
|
6
|
34
|
69
|
-3
|
/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
Por Miguel Miró
Phil Mickelson nos ha
demostrado algo muy importante.
Tiene una inteligencia
muy alta –algo que había demostrado ya en la Universidad donde se graduó en psicología–
y sabe aprender de sus propios errores.
Asimila rápido, estudia
minuciosa y mentalmente con una claridad meridiana los campos de golf.
Lo sucedido en el US
Open Championship en Marion, le sirvió como llamada de atención. No es lo mismo
prepararse en el mismo escenario, que en otro course de California y llegar el
jueves para la primera vuelta.
Por eso hace su primera
aparición en el European PGA Tour. Participa en el tradicional Scottish Open de
Inverness, la capital de los grandes Lagos (Highlands) que tiene 14 magníficos campos de golf. Y se lleva a toda su familia. Una
preparación previa para el British Open en Muirfield Park Links. Para muchos,
la esencia y la cuna del golf. Y comprende in situ el esplendor y la “grandeza”
de los campos naturales escoceses.
Gana el Scottish Open
en el primer hoyo extra (18) del play-off ante el sudafricano Branden Grace. Sí;
sabemos que Mickelson es un especialista en la muerte súbita, pero lo hace con
un birdie de diploma de honor. Cambia de estrategia tras su error tonto en el
green, bogey en el 72.
Toma un atajo.
El birdie de Mickelson
para ganar el torneo (play-off) es realmente espectacular. Sin seguir la línea
de calle, opta por un atajo. Su segundo golpe cruza la bola hacia la derecha y
cae justo en medio de los dos bunkers del antegreen. Sin duda alguna con la
finalidad de “liquidar” el campeonato. Un chipping y la pelota a un palmo del
hoyo, pasándole la presión a su contrincante.
Mickelson ganó
brillantemente el torneo.
Sin embargo, Lefty no olvidaría su última tarjeta de
Inverness. Marca 7 birdies, pero tropieza al inicio (doblebogey-bogey, 55th y
57th) y al final, acaba con bogey (72th).
Unos errores que no
cometería en Muirfield durante la ronda final.
ASIMILACIÓN RÁPIDA Y JUEGO MENTAL
El campeón
estadounidense se “enriquece” la semana antes del British Open Championship. Por
su profesión actual y la futura, después de diseñar su primer campo de golf en
Estados Unidos.
Por los elementos
(frío, calor, lluvia y viento) que hacen cambiar notablemente las distancias en
cada una de las vueltas. Comprende que debe usar todos los palos de la bolsa.
La dificultad que representa el rough. Lo exigente del primer y segundo golpe,
la situación de los bunkers y los pianos de los enormes greenes.
Por supuesto que Castle
Stuart Golf Links de Inverness, cerca del Lago Ness, no es comparable a
Murfield. Es más franco aunque también exigente. Sin embargo, la filosofía de
los diseñadores escoceses suele ser la misma desde hace muchos años.
“Golpes de tee largos y precisos, juego preciso con los
hierros y habilidad en el juego corto y mucha consistencia en el putt”.
En Muirfield comprendió
rápidamente que la distancia no tiene tanta importancia como la estrategia. El
estudio de cada golpe. Y que tanto el rough como los bunkers redondos son los
obstáculos a saltar. En una palabra no es un juego para divertirse, sino para
pensar. Un juego absolutamente mental.
Y otro de los aspectos
diferenciales con Inverness son los greenes. En el Scottish son francos y se
aprecian las caídas, en cambio en Muirfield las caídas son prácticamente
“fantasmas”. Son la interpretación de cada jugador y si nos apuran la intuición
y la velocidad de la bola.
SIN FAVORITOS EN LA VUELTA FINAL
“¿Qué presión?”
Lo decía y repetía Lee Westwood.
No tenía ninguna presión después de la tercera vuelta, como tal dios-sol sentado
en el trono del liderato.
Cuando un jugador dice
y repite que “no acusa la presión” está visto que la presión se lo come antes o
después.
Entonces ¿la “presión”
del British se llamaba Phil Mickelson?
No; hombre, la presión
que supone un cable pelado lleno de electricidad, donde salen chispas siempre
es el escenario. El imponente y maravilloso course de Muirfield Park Links, el
gran enemigo.
Además, muchos se
adelantaron a dar favoritos por aquí y aquillá como grandes entendidos.
Si se hubieran fijado
en la clasificación antes de la salida del tee 1, había un porrón de
candidatos. Por lo menos una decena, teniendo en cuenta la diferencia de golpes
entre ellos. Y por último, nunca hay que descartar la posibilidad de un
“tapado” que puede hacer una vuelta sensacional desde atrás y dar un zarpazo que
hace temblar al más valiente.
Otro detalle
importante: en las tres vueltas del recorrido se pudo apreciar claramente que
muchos jugadores levantaban vuelo y después caían como moscas.
La grandeza de este
deporte está en la humildad, el fair play y el trabajo mental en el campo.
Máxime cuando se
presenta la oportunidad, puede que sin precedentes. Los más grandes jugadores
pueden compartir una experiencia inolvidable con ese ramillete de courses o
park links más vetustos y apasionantes de la historia del golf.
Merion, US Open Championship;
Muirfield, British Open Championship
y la próxima cita al increíble Oakland
Hills, US PGA Championship donde los campeones deben tener bien amueblada
su cabeza… si no quieren morir en el intento.
Ante tal magnitud, cada
uno de ellos son “batallas mentales”, porque el campo no perdona nada, ni los
despistes ni los malos golpes. Son, sin exagerar, de una precisión matemática.
CONCIERTO VIOLÍN: “LOS CRITICONES”
Los dos “criticones”
terminaron siendo los grandes protagonistas de la ronda final del 142º British
Open Championship, en el que también participa un gran elenco especial-muy competitivo
ante un campo exigente, duro y espectacular y un público fervoroso amante del
gol.
Philip Mickelson, con
polo blanco, pantalón negro, cinturón negro-ancho (que parece una cábala),
junto a sus clásicos zapatos negros. Y la visera blanca con las siglas de una
fundación para niños.
El inglés Ian Poulter,
por otra parte, pantalón a cuadros (tweed escocés, azul/blanco/rojo/gris), polo
blanco, jersey sin mangas azul (mitad del uniforme de la Ryder 2011)… y la visera
rosada haciendo juego con sus zapatas blancos con detalles rosados.
Ambos dieron un concierto
de violín imitando al virtuoso maestro genovés Niccolo Paganini a través de su Capricho nº 24 en la menor, Opus 1… La
gran composición que dio inspiración a grandes músicos. Phil e Ian también se
inspiraron… con su violín (putter) en el green.
El norteamericano ganó
por el acierto en el approach (indudablemente, el rey – parece que tira la bola
dirigiéndola con la mano) y la gran amalgama de su maravilloso golf.
Impresionante alrededor del green. Sin embargo, el violín ha sido decisivo.
El inglés también dio
un recital sólido con los hierros. Pudo, incluso, por su garra y su destreza quedar
perfectamente segundo o jugar el play-off, de no ser por sus tres birdie-putts
que arañaron el hoyo en el back-nine que hubiesen “roto la banca” por el lado
inglés.
RESURGE EL MONSTRUO AMERICANO DEL LAGO NESS
La resistencia y
consistencia de Phil Mickelson parece ser infinita. Dice “presente” en el round
inaugural, repleto de americanos. Sin embargo, la paliza de Inverness la acusa
en la segunda ronda (+3). Nos recuerdan sus tropiezos en el Scottish (bogey y
doblebogey al principio y doblebogey (16) al final), pero rápidamente se recuperaría
en los últimos 36 hoyos.
La paciencia del
campeón, la concentración, la consistencia y la imaginación del californiano.
¡Y la precisión con los hierros! (El viento hacía variar la distancia en cada
una de las jornadas en Muirfield) hicieron resurgir al “monstruo americano” del
Lago Ness.
Bien colocado entre los
diez primeros –seis golpes no son nada en los Park-links de Gullane que parece
comerse crudos a los jugadores– Mickelson suele ser agresivo cuando se le
presenta la ocasión, nunca ha sido conservador. Siete pares y dos birdies (los
par-5 de 511 y 507 metros) en el front-nine. Un tropiezo inesperado (bogey en
el 10, par-4 de 429 metros) al comienzo del back.
Ataca el aussi Adam
Scott y se coloca líder (-2 / birdie, birdie, birdie, par, birdie, del 7 al
11th) y llega el momento de arriesgar para “el derecho que juega a zurdas” con
su fiel escudero (caddie).
Clasificación
(front-nine):
|
-1 Lee Westwood, Adam Scott, Henrik Stenton
|
Par Hunter Mahan, Phil
Mickelson
|
+1 Ángel Cabrera, Zach Johnson
|
+2 Eldrick Woods, Francesco Molinari, Brandt
Snedeker
|
SIN PRISAS Y SIN PAUSAS: LEFTY “ATTACK” A
BANDERA
Lo hace en el hoyo
corto (par-3 del 13, de 190 metros) tras un excelente golpe desde el tee y un
putt de 2,4 metros e inmediatamente después, en el par-4 más largo del campo
(14th de 434 metros) y emboca un putt de 6 metros. Lo que no sabemos si su
reacción ha sido por el bogey-10th o la escapada de Scott. Todo puede ser
teniendo en cuenta la dimensión y las dificultades del campo.
Pasa de puntillas
(15-16) y cierra la vuelta con dos birdies más, en el temible par-5 del 17, de
526 metros. Mickelson llega a green en su segundo golpe con madera. Tiene
posibilidad de eagle-putt, ya que su bola
queda a 7,5 metros de la bandera. Dos putts y birdie.
El final es apoteósico,
su approach del 18 (72), par-4 de 430 metros deja la pelota a tres metros del
hoyo en su segundo golpe. Acaba con otro birdie-putt preciso (abre suave a la
derecha y la bola se cierra a la izquierda y se entierra en la copa). El mejor
registro del back-nine, 32 golpes, cuatro bajo par.
Su primer British y
su quinto torneo del Grand Slam (3 Masters, 1 US PGA Championship y 1 British
Open Championship). Una victoria indiscutible y temprana –quedan seis matches
en el campo– y firma 66 golpes, cinco bajo par (en el cómputo de las cuatro
vueltas, 281 -3). Un total de 16 birdies, 45 pares, 9 bogeys y dos doblebogeys.
Su final es
espectacular: cuatro birdies en los últimos seis hoyos.
CAEN… Y VUELVEN A CAER
Adam Scott paga cara su
osadía después de su cadena de birdies (cuatro en cinco hoyos). Muirfield le
castiga y hace otra cadena de… cuatro bogeys consecutivos (del 13 al 16).
También se derrumban Hunter Mahan, que parecía recuperarse con un magnífico
eagle en el 9 (287 +3) y Zach Johnson, nueve pares en el front-nine (286 +2).
El argentino Ángel
Cabrera (286 +2) y el italiano Francesco Molinari (287 +3) se agarran al campo
como lapas. Eldrik Woods no levanta cabeza (286 +2) y se enreda su juego en el
green. (Ningún medio critica la actitud
del Nº 1 del Ranking mundial. En el hoyo 16, tras el enfado por otro bogey
escupe en el green. Se merece una sanción, porque no son modos ni maneras para
demostrar su gran fracaso en Escocia).
Punto y aparte, son Henrik
Stenton y Lee Westwood.
Un claro-oscuro
sorprendente.
UP.- El escandinavo trabaja como una
hormiga para conquistar el sub-campeonato. Y los números y la bandeja de plata
así lo atestiguan. No es tan frío como aparenta y su regularidad, increíble. Presenta
unas tarjetas intachables (70-70-74-70). Es capaz de golpes brillantes, pero le
falta una mayor efectividad con el putter. La velocidad y la caída de los
greenes en Muirfield son diabólicas, es cierto, pero su juego progresaría con
menos putts de los utilizados en los 72 hoyos. Su mejor marca: 32 putts en la
última jornada.
Importante es la
clasificación y más aún su trabajo en el campo. Consiguió un 80% en los tiros a
green y un 80% de tiros a fairways. Una regularidad asombrosa teniendo en
cuenta el escenario.
DOWN.- El inglés juega 54
hoyos primorosos. Impresionante de tee a green, y para sorpresa de muchos, con
un feeling especial en el green. (110 putts a los 72 hoyos). Sin embargo, los
nervios y la tensión le juegan una mala pasada en la última vuelta del British
Open.
Errático con los
hierros, demasiadas caídas en las trampas redondas de arena. Un solo birdie
(par-5 del hoyo 5th) y una losa demasiada pesada de cinco bogeys. Un día de
tormenta, después de la fiesta de las tres primeras vuelta. Al final, manchón
en su tarjeta (75 +4) y a remar otra vez en busca del mirlo blanco. (285 +1, el
total).
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