Brasil
se jugaba su orgullo, su prestigio y la Copa Mundo´14
España,
plana… Brasil, profundo
Por Miguel Miró
España, plana... Brasil, profundo. Nada más exacto para valorar los méritos de
Brasil en la final de Maracaná. Ambición, compenetración, ideas fijas, concentración
y fútbol ofensivo. Un derroche de energías y confianza en su poderío que
terminaron arrollando a España. Un finalista
que se apagó en una noche de luces. No dio la talla. Pareció un queso “gruyère”.
Con demasiados agujeros, demasiadas dudas, muchas pérdidas de balón y más
corazón que cabeza.
Seguimos sin comprender:
¿Por qué Del Bosque sólo hizo un cambio en
el equipo?
Con un día menos de recuperación y el
extenuante esfuerzo realizado por España frente a Italia en 126 minutos.
¿Por qué no arriesgó con cuatro cambios y
reforzó la retaguardia?
No
habría pasado nada si preservara, por precuación, a tres titulares para no
tener que hacer las tres variantes demasiado de prisa.
La
falta de cambios aparentemente lógicos en el equipo español –después de la
prórroga con Italia– condicionaron el partido.
(No se podía salir a cara descubierta. Había
que estructurar un andamiaje defensivo como hizo Uruguay. Cerrar las bandas,
las dos, y saber encarar las oleadas del adversario. Si España lo hizo ante
Francia en el segundo partido de las eliminatorias con dos jugadores “tocados”…
¿Por qué no lo hizo en esta ocasión?
Había que apretar los dientes y tener la
cabeza despejada. Porque los grandes favoritos, incuestionables favoritos eran
los brasileños).
Los
goles condicionaron el partido.
(Resulta triste reconocerlo, pero España lo
sabía. Sólo tenía que poner los vídeos de los partidos del rival. Sólo Uruguay
e Italia le supieron jugar a Brasil. Uruguay, sobre todo, que además de frenar los
“impulsos frenéticos” de los seis delanteros locales a principios de cada
tiempo, le empató el match y le plantó cara).
La
actitud del árbitro Kuipers, también condicionó el match.
(Cometió un error de libro e intentó
subsanarlo. La falta de Arbeloa a Neymar es de tarjeta roja. Se dio cuenta en
seguida. Era el último hombre y a medio metro pasado de la línea central. Se
pudo comprobar por la cantidad de amonestaciones verbales a los brasileños, en
sus constantes faltas (27) en el eje y en las bandas. Y eso que no hablamos del
primer gol donde Arbeloa toca el balón con la mano y después Fred, que se
acomoda el balón.
¿Y el segundo gol en fuera de juego de
Neymar?
Según las nuevas normas de la Internacional
Board, el brasileño estaba en posición adelantada en su pase hacia atrás, luego
se retrasa y el linier tenía que haber levantado el banderín, porque Oscar le
devuelve el balón).
LOS
GOLES
Aquí está la diferencia. Brasil tiene gol y
España carece de gol. Y las oportunidades que se le presentaron las
desperdicia. Un penalty y la espectacular acción de David Luiz que lo despeja
en la misma línea. Si hubiera tenido gol, en caso contrario, hubiera ganado a
Italia antes del tiempo reglamentario o en la prórroga.
No sólo por la esencia del gol en sí, que es
donde se deciden los partidos, sino por
los minutos puntuales en los que se marcaron, todos ellos psicológicos en los
grandes duelos. Al principio y al final del primer tiempo… Al principio del
segundo. Una carga que conlleva ir por debajo en el
marcador; supone más tensión y nervios del equipo que los recibe. Nerviosismo y
también un mayor desgaste, porque hay que remar a contra corriente.
Si añadimos la intensidad y la presión de
Brasil, que por primera vez en la competición jugó colectivamente. Concentrado,
fiel a su fútbol, con mucho músculo como un auténtico bloque, muy compacto y
combativo. Por supuesto que ha sido muy superior a España. Parecía volar con el
grito de las gradas, rememorando a los aficionados británicos que no dejan de
cantar en los estadios.
LOS
AGUJEROS
Pese a que se habló en Río de una
conversación privada entre Daniel Alves y Felipe Scolari al final del último
entrenamiento y trascendió que le dio la información de todos los jugadores
–especialmente, de sus compañeros azulgranas– el plan de juego de Brasil fue
muy similar al de Italia en las semifinales.
Anular a Xavi Hernández, Iniesta, Mata y
Busquets con un marcaje aunque sea pasando las líneas rojas del juego limpio.
Y la profundidad por los laterales
especialmente por la derecha, lugar donde estaba Jorge Alba y Mata. Por
intermedio de Alves, Oscar y Hulk que se mostraron muy activos. En la otra
banda Neymar y Marcelo no tenían problemas para superar a Arbeloa. Por otro
lado, Paulinho se adelantó para buscarle las costillas a Busquets y Luis
Gustavo, un verdadero pistón cerraba el paso a Xavi y tenía recorrido para
ayudar a la defensa.
Aún así, el primer gol (no se cumplían ni
los dos minutos de juego) partió de las botas de David Luiz, enorme por su
calidad y visión del fútbol. Un pase largo a Hulk que perdió el balón rebotó en
Alba y volvió al delantero para centrar al área pequeña.
Allí se encontraban Neymar, Fred, Arbeloa, Piqué y
Casillas. Con tan mala fortuna que no llega a despejar el central, y la pelota da
en la mano del lateral favoreciendo al “9” carioca. El festejo de los
jugadores fue insólito, permitido por el árbitro, ya que se acercaron a las
gradas.
Agujeros
en las bandas y por el centro, por las buenas, por las malas, por fútbol,
por golpes, por ideas y hasta por fuerza bruta. La cuestión que conseguían
todos los propósitos. Demasiados balones se perdieron en la zona ancha. La
anticipación, con las líneas adelantadas y en algunos casos la altura fue
primordial en las oleadas de la canarinha.
Pero el agujero (era un socavón) estaba en la banda derecha, donde Arbeloa no logró
parar nunca a Neymar, excepto en la falta que le valió la tarjeta. El
madridista estaba despistado siempre y se agrandó la actual figura brasileña
del FC Barcelona.
ENGAÑOSO
FAVORITISMO
Scolari fue fiel a sus palabras. “El mejor
jugador de Italia es Balotelli”. El bueno del ariete recibió más patadas de
Brasil que en ningún partido del Calcio trasalpino. Lo mismo dijo de “Iniesta”,
que se pasó más tiempo en el suelo (le cosieron a patadas) que de pie.
También trascendieron mucho las palabras del
técnico de la selección canarinha, cuando afirmó durante toda la semana que “el
favorito de la final es España”. Unas palabras que resaltaron, a pesar de
la contradicción, muchos medios de comunicación españoles. Un engaño con
publicidad gratuita, basándose en el ranking FIFA. España, primero y Brasil,
vigesimosegundo.
Una verdadera falacia. Brasil siempre ha
sido, desde el comienzo de la Copa Federaciones, el claro favorito. Y más en
una final que lleno el nuevo estadio de Maracaná. Ahora, la mayoría de los
periódicos brasileños seguramente estarán diciendo que los españoles somos unos fanfarrones.
LAS
TERTULIAS
La derrota inapelable de la selección
española ante Brasil traerá cola en las tertulias deportivas. El rendimiento de
los jugadores, a quién hay que cambiar. Que patatín, que patatán…
Un error se puede cometer, pero cuando se
produce una goleada suenan las alarmas. El error de Del Bosque se podrá
subsanar con los tres partidos que restan para las eliminatorias: Finlandia fuera, Biolorusia y Georgia, en casa. Si no, al
tiempo. Se puede seguir teniendo fe y creer en los jugadores de la selección.
Siempre se aprende en las derrotas y las que duelen, más todavía.
Sirven para apagar los egos y pensar en el futuro.
Ya lo hizo, precisamente, Oscar W Tabarez
con la selección uruguaya. Su participación en la Copa Federaciones le sirvió
para recuperar a su equipo con vista a las eliminatorias correspondientes a la
Copa del Mundo FIFA 2014 que se celebrará en Brasil.
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