sábado, 13 de julio de 2013

¡QUÉ POCA MEMORIA!



"Julio César hace de Bruto" en el Brasil-Holanda en cuartos



Ponerse la zamarra de Casillas para recibir el “guante de oro” en la ceremonia de cierre de la Copa de las Confederaciones no fue compañerismo. Tampoco fue de apoyo, aunque lo pareciese. De haber sido así, no se la hubiera puesto al revés.
Simplemente ha sido una pose.
No vamos a negar que realizara una buena actuación en la semifinal y en la final frente a las selecciones de Uruguay y España.
Para nosotros y para muchos aficionados (y profesionales) al fútbol fue toda una sorpresa. Felicitaciones por el guante de oro.
Sin embargo, su gesto de compañerismo con Casillas nos ha parecido una pose. Una chiquillada. Una oportunidad que se le presentaba y la aprovechó. Lo que no comprendemos es la publicidad gratuita que le dieron dos periódicos deportivos españoles, uno de ellos decano de la prensa deportiva.
El ex meta del Flamengo, del Chievo (Verona), del Internazionale de Milán, del Queen´s Park Rangers y la selección brasileña pudo ser guardameta del Real Madrid. Precisamente en el momento que se lesionó Enrique Casillas durante el pasado Campeonato Nacional de Liga, por una patada en una mano de su compañero Arbeloa al intentar despejar un balón en el área.
Fue el nombre (Julio César) que dio el técnico merengue José Mourinho para reemplazarle, pero no “coló”. Tal vez por su frenética actitud de encontrar al “culpable” de la filtración del vestuario a un periódico o el enfrentamiento directo con el guardameta internacional.
Fueron otros técnicos del club quienes apostaron por Diego López, que procedía de la cantera de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. En ese momento jugaba en el Sevilla, tras su paso triunfal por el Villarreal del hispano-brasileño Marcos Sena y Juan Capdevilla, campeones de Europa de Naciones / 2008. 


Por Miguel Miró
Julio César Soares sabía toda la historia de la lesión de Casillas de primera mano y también que el entrenador blanco había sugerido su nombre para sustituirlo. Por eso nos resultó extraño que el portero carioca dijera que no conocía al titular de la selección española personalmente. Y se guardara para sí la conversación que mantuvo con el jugador español.
Además, Robert Green (¿se acuerdan la “pifiada” de Green en los últimos mundiales?) había sentado en el banquillo al meta brasileño. Había perdido la titularidad en el Queen´s Park Rangers.
¿Por qué decimos que ha sido una pose?
Porque Julio Cesar de compañerismo no tiene nada. Sólo faltaría recordar la acusación que hizo (impropio de un deportista) a Felipe Melo (hoy, en el Galatasaray de Estabul) y de Juan Gonçalves para evitar ser culpado de la eliminación de la selección canarinha en la última Copa del Mundo FIFA disputada en Sudáfrica.
El guardameta salió “a cazar uvas” en el gol del empate frente a Holanda y el tanto se lo encasillaron a Felipe Melo –que no tocó el balón– en el tiro libre de Sneijder. También se “tragó” el segundo gol del ex jugador madridista y compañero del Inter de Milán que significó la victoria de la selección holandesa y la clasificación para los cuartos de final.
Además, la prensa brasileña –una gran parte– “crucificó” a Felipe Melo y Juan Gonçalves sin que Julio César les defendiera ni por asomo a sus compañeros de la selección, con tal de salvarse él de la “quema”.
La otra parte de los medios de comunicación del gran país que es Brasil, no se resignaron a creer la voz oficial de FIFA que concedió el autogol al entonces jugador de la Juventus de Torino, Felipe Melo. Precisamente el mismo jugador que reaccionó mal, tras los desmanes y errores del guardameta, con una agresión sin venir a cuento a Robben, que le costaría la expulsión del partido.


POLÉMICA EN LA PRENSA BRASILEÑA
Desde la llegada del binomio Parreira-Scolari a la selección verde amarelha fue discutida la titularidad de Julio Cesar. Primero, en los partidos amistosos jugados en Europa (Inglaterra, Italia y Rusia). Después, en los enfrentamientos en suelo brasileño frente a Inglaterra, Francia y Bolivia. (Éste último match por una buena causa benéfica).
Y durante la Copa de Confederaciones. Muchas columnas de los diarios del país (Sao Paulo y Rio de Janeiro) pidieron la rotación de guardametas en el equipo. Sin olvidar las consecuencias y la reprobación de la acusación y silencio de Julio Cesar. No se olvidan la eliminación de Brasil  hace dos años y medio por la eliminación de Brasil.
Pero los técnicos de Brasil, especialmente Felipe Scolari, mantuvieron al portero carioca, por su situación deportiva, ya que el QPR descendió la temporada pasada de la Premier League del fútbol inglés y tendrá que buscarse club para poder continuar su carrera deportiva.


GUARDAMETA CHAPADO A LA ANTIGUA
Un año después de la industrialización del caucho que eliminaba el balón ovalado (Football Rugby), nacía el goalkeeper en el Soccer (1871). Un jugador considerado como “especialista” y que podía moverse por todo el campo utilizando las manos y los pies. Hasta que le colocaron delante de los tres palos, tal como lo hacía el “full-back” (último hombre) en el Football Rugby. Un especialista (con distinto uniforme) y también porque podía utilizar las manos dentro del área grande. Como contrapartida  recibía las mayores “palizas” de los delanteros.
El guardameta fue evolucionando como el Soccer (hoy, fútbol), pero en las últimas décadas la International Board (IFAB) con sede en el Reino Unido le fue bombardeado con nuevas reglas (fuera las rodilleras, botar el balón, los cuatro pasos, ley de los cuatro segundos, la estatura, los guantes, no pueden marcar goles, etcétera) que fueron alterando igualmente su situación en el campo de juego.
Hasta que en la última década, sin dejar de ser un especialista se convirtió en un “jugador de campo”, con más amplitud de competencias y eliminando normas consideradas absurdas.
Rompiendo en cierta forma su posición –salvo excepciones– de estar atado a la “goal-line” o en el área pequeña (hasta los años setenta). Algo que se fue superando con el tiempo.
Ésta y no otra interpretación nos referimos a un guardameta “chapado a la antigua”. Julio César Seares no progresó y sigue jugando atado en la línea de gol a pesar de las grandes oportunidades que le dieron los equipos donde participó. Incluso, la selección brasileña.
Que haya tenido la suerte de cara, no es suficiente.
Tampoco se puede evaluar así a un guardameta que no sabe salir a pesar de su altura y corpulencia. Julio César es bastante limitado (sólo en la colocación bajo los palos), y todas sus intervenciones se reducen en el  área pequeña.
¡Cuidado, porque durante décadas hubo grandes porteros –tanto en Europa como en América– que fueron figuras con similares limitaciones! Pero no viene al caso, estamos hablando de hace 40 años.
Otro de los detalles que apreciamos en el guardameta carioca que pocas veces bloquea el balón y las salidas a balón parado (corner, tiros libres) suele ser un auténtico peligro. Por lo general, sus salidas las hace con los ojos cerrados. Puede tener rapidez de reflejos, pero desconoce la bisectriz y la forma de “cerrar” los tres palos en un mano a mano.
No sale del área pequeña.
Y por último, ya lo dijimos en el Brasil-Uruguay. En ese encuentro semifinal de la Copa de Federaciones se produjo un hechizo. Todo lo bueno que tiene Muslera le salió mal y todo lo malo que tiene Julio César le salió bien.
                                                                             
COMENTARIO DE HUGO GATTI
Al ex guardameta argentino Hugo Gatti se le preguntó en un programa deportivo en TV su opinión sobre la actuación de Enrique Casillas en la final de la Copa Federaciones, después de cinco meses inactivo. “En dos goles pudo haber hecho más”- dijo.
Al final, de refilón y antes de cerrar la conexión con Buenos Aires, se le preguntó sobre el detalle de Julio César con la zamarra de Casillas:
“No comparemos, Julio César es un meta mediocre…”
Sin comentarios.

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