"Julio César hace de Bruto" en el Brasil-Holanda en cuartos
Ponerse la zamarra de
Casillas para recibir el “guante de oro” en la ceremonia de cierre de la Copa
de las Confederaciones no fue compañerismo. Tampoco fue de apoyo, aunque lo
pareciese. De haber sido así, no se la hubiera puesto al revés.
Simplemente ha sido una
pose.
No vamos a negar que realizara
una buena actuación en la semifinal y en la final frente a las selecciones de Uruguay
y España.
Para nosotros y para
muchos aficionados (y profesionales) al fútbol fue toda una sorpresa.
Felicitaciones por el guante de oro.
Sin embargo, su gesto
de compañerismo con Casillas nos ha parecido una pose. Una chiquillada. Una
oportunidad que se le presentaba y la aprovechó. Lo que no comprendemos es la
publicidad gratuita que le dieron dos periódicos deportivos españoles, uno de
ellos decano de la prensa deportiva.
El ex meta del
Flamengo, del Chievo (Verona), del Internazionale de Milán, del Queen´s Park
Rangers y la selección brasileña pudo ser guardameta del Real Madrid.
Precisamente en el momento que se lesionó Enrique Casillas durante el pasado
Campeonato Nacional de Liga, por una patada en una mano de su compañero Arbeloa
al intentar despejar un balón en el área.
Fue el nombre (Julio
César) que dio el técnico merengue José Mourinho para reemplazarle, pero no
“coló”. Tal vez por su frenética actitud de encontrar al “culpable” de la
filtración del vestuario a un periódico o el enfrentamiento directo con el
guardameta internacional.
Fueron otros técnicos
del club quienes apostaron por Diego López, que procedía de la cantera de la
antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. En ese momento jugaba en el Sevilla,
tras su paso triunfal por el Villarreal del hispano-brasileño Marcos Sena y Juan
Capdevilla, campeones de Europa de Naciones / 2008.
Por Miguel Miró
Julio César Soares
sabía toda la historia de la lesión de Casillas de primera mano y también que
el entrenador blanco había sugerido su nombre para sustituirlo. Por eso nos
resultó extraño que el portero carioca dijera que no conocía al titular de la
selección española personalmente. Y se guardara para sí la conversación que
mantuvo con el jugador español.
Además, Robert Green
(¿se acuerdan la “pifiada” de Green en los últimos mundiales?) había sentado en
el banquillo al meta brasileño. Había perdido la titularidad en el Queen´s Park
Rangers.
¿Por qué decimos que ha
sido una pose?
Porque Julio Cesar de
compañerismo no tiene nada. Sólo faltaría recordar la acusación que hizo
(impropio de un deportista) a Felipe Melo (hoy, en el Galatasaray de Estabul) y
de Juan Gonçalves para evitar ser culpado de la eliminación de la selección
canarinha en la última Copa del Mundo FIFA disputada en Sudáfrica.
El guardameta salió “a
cazar uvas” en el gol del empate frente a Holanda y el tanto se lo encasillaron
a Felipe Melo –que no tocó el balón– en el tiro libre de Sneijder. También se
“tragó” el segundo gol del ex jugador madridista y compañero del Inter de Milán
que significó la victoria de la selección holandesa y la clasificación para los
cuartos de final.
Además, la prensa
brasileña –una gran parte– “crucificó” a Felipe Melo y Juan Gonçalves sin que
Julio César les defendiera ni por asomo a sus compañeros de la selección, con
tal de salvarse él de la “quema”.
La otra parte de los
medios de comunicación del gran país que es Brasil, no se resignaron a creer la
voz oficial de FIFA que concedió el autogol al entonces jugador de la Juventus
de Torino, Felipe Melo. Precisamente el mismo jugador que reaccionó mal, tras
los desmanes y errores del guardameta, con una agresión sin venir a cuento a
Robben, que le costaría la expulsión del partido.
POLÉMICA EN LA PRENSA BRASILEÑA
Desde la llegada del
binomio Parreira-Scolari a la selección verde amarelha fue discutida la titularidad
de Julio Cesar. Primero, en los partidos amistosos jugados en Europa
(Inglaterra, Italia y Rusia). Después, en los enfrentamientos en suelo
brasileño frente a Inglaterra, Francia y Bolivia. (Éste último match por una
buena causa benéfica).
Y durante la Copa de
Confederaciones. Muchas columnas de los diarios del país (Sao Paulo y Rio de
Janeiro) pidieron la rotación de guardametas en el equipo. Sin olvidar las
consecuencias y la reprobación de la acusación y silencio de Julio Cesar. No se
olvidan la eliminación de Brasil hace
dos años y medio por la eliminación de Brasil.
Pero los técnicos de
Brasil, especialmente Felipe Scolari, mantuvieron al portero carioca, por su
situación deportiva, ya que el QPR descendió la temporada pasada de la Premier
League del fútbol inglés y tendrá que buscarse club para poder continuar su
carrera deportiva.
GUARDAMETA CHAPADO A LA ANTIGUA
Un año después de la
industrialización del caucho que eliminaba el balón ovalado (Football Rugby),
nacía el goalkeeper en el Soccer (1871). Un jugador considerado como
“especialista” y que podía moverse por todo el campo utilizando las manos y los
pies. Hasta que le colocaron delante de los tres palos, tal como lo hacía el
“full-back” (último hombre) en el Football Rugby. Un especialista (con distinto
uniforme) y también porque podía utilizar las manos dentro del área grande.
Como contrapartida recibía las mayores
“palizas” de los delanteros.
El guardameta fue
evolucionando como el Soccer (hoy, fútbol), pero en las últimas décadas la
International Board (IFAB) con sede en el Reino Unido le fue bombardeado con
nuevas reglas (fuera las rodilleras, botar el balón, los cuatro pasos, ley de
los cuatro segundos, la estatura, los guantes, no pueden marcar goles, etcétera)
que fueron alterando igualmente su situación en el campo de juego.
Hasta que en la última
década, sin dejar de ser un especialista se convirtió en un “jugador de campo”,
con más amplitud de competencias y eliminando normas consideradas absurdas.
Rompiendo en cierta
forma su posición –salvo excepciones– de estar atado a la “goal-line” o en el
área pequeña (hasta los años setenta). Algo que se fue superando con el tiempo.
Ésta y no otra
interpretación nos referimos a un guardameta “chapado a la antigua”. Julio
César Seares no progresó y sigue jugando atado en la línea de gol a pesar de
las grandes oportunidades que le dieron los equipos donde participó. Incluso,
la selección brasileña.
Que haya tenido la
suerte de cara, no es suficiente.
Tampoco se puede
evaluar así a un guardameta que no sabe salir a pesar de su altura y
corpulencia. Julio César es bastante limitado (sólo en la colocación bajo los
palos), y todas sus intervenciones se reducen en el área pequeña.
¡Cuidado, porque
durante décadas hubo grandes porteros –tanto en Europa como en América– que
fueron figuras con similares limitaciones! Pero no viene al caso, estamos
hablando de hace 40 años.
Otro de los detalles
que apreciamos en el guardameta carioca que pocas veces bloquea el balón y las
salidas a balón parado (corner, tiros libres) suele ser un auténtico peligro.
Por lo general, sus salidas las hace con los ojos cerrados. Puede tener rapidez
de reflejos, pero desconoce la bisectriz y la forma de “cerrar” los tres palos
en un mano a mano.
No sale del área
pequeña.
Y por último, ya lo
dijimos en el Brasil-Uruguay. En ese encuentro semifinal de la Copa de
Federaciones se produjo un hechizo. Todo lo bueno que tiene Muslera le salió
mal y todo lo malo que tiene Julio César le salió bien.
COMENTARIO DE HUGO GATTI
Al ex guardameta argentino Hugo Gatti se le preguntó en
un programa deportivo en TV su opinión sobre la actuación de Enrique Casillas
en la final de la Copa Federaciones, después de cinco meses inactivo. “En dos
goles pudo haber hecho más”- dijo.
Al final, de refilón y antes de cerrar la conexión con
Buenos Aires, se le preguntó sobre el detalle de Julio César con la zamarra de
Casillas:
“No comparemos, Julio César es un meta mediocre…”
Sin comentarios.
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