Justin
Rose “doma” al dragón
con sangre fría de un “killer”
Frío como un témpano, encerrado en sí mismo, humilde, concentrado y con una
palabra fija en su mente:
“Autocontrol, autocontrol, autocontrol”
Sabía, de antemano que el trabajo iba a ser durísimo el último día. Por eso
había que abastecerse por el camino. No dejar escapar ninguna oportunidad.
“Autocontrol, autocontrol, autocontrol”
El golf es un deporte mental y de sensaciones.
Es cierto, pero en este caso Justin Rose ya le había tomado la medida al
campo inglés en territorio americano. Sabía también que debía jugar de
“puntillas” y sin hacer ruido para no despertar al monstruo.
“Autocontrol, autocontrol, autocontrol”
Control con el palo en cada uno de los hoyos.
Control en el golpe.
Control “perfecto” a la bola.
Control para memorizar el punto exacto del agujero.
Control en las emociones.
Control en el green y “super-gélido” con el putter.
Control, en definitiva, para sumar birdies en los 13 primeros hoyos del
recorrido. Un suministro clave con la finalidad de no pasar apuros en la parte
final… El “tren fantasma” que le había robado seis golpes durante el recorrido,
¡sin poder marcar un mísero birdie!
¿Estrategia de supervivencia?
Por Miguel Miró
Aparentemente, por las dificultades del campo que castiga cualquier
despiste, cualquier error. Pero en el caso de Rose se trata de un plan
preconcebido después de analizar y estudiar unoXuno los hoyos de los 54 hoyos.
Y por supuesto intentar seguir la senda de los felinos y no la madriguera de
los conejos.
Sin serlo –tan sólo parecerlo– se convirtió en un lobo de afilados
colmillos dentro de una Naturaleza infinita. En el misterioso y sorprendente
Jardín del Edén (el course de Merion es una auténtica joya de la
Naturaleza).
Actitud, paciencia, regularidad, concentración y sobre todo
consistencia-solidez en su juego. Tan solo dos gestos en el último recorrido.
En el tee del par-3 del penúltimo hoyo para llenar de oxígeno a los pulmones.
¿Recuerdo del primer bogey del comienzo?
¿O sus dos bogeys finales del día anterior, que le rompió su “viaje” al
bajo par que manchó su tarjeta?
Dos veces se sale del stance y toma aire para recuperar el autocontrol. Y
ataca a bandera. Un golpe perfecto que bota a un palmo del agujero y se frena
en el segundo escalón del rough a unos cuatro metros del birdie.
El otro gesto lo hace al final. En el 72 del campeonato. Mira al cielo,
pone el pulgar y el índice en cruz sin soltar la bola. Un recuerdo para su
padre Ken, fallecido en setiembre de 2002.
LA LLAVE DE JUSTIN ROSE
La paciencia del
campeón, la confianza en sí mismo y el ritmo de su juego. Una actitud muy
profesional, su sapiencia, su constancia supina y su genial control de la bola.
Su regularidad nunca se quebró, ni siquiera cuando los “cuernos” anunciaron
tormenta y las “odiosas” rondas inacabadas. Esos trastornos inesperados, que
suelen influir en el juego. Como el frío y el calor. La inspiración y el fuego.
El británico demostró su flema y su profesionalidad.
Se puede hablar del
“front-nine” (-2), el tramo duro del alargue del campo (hoyos 7-13) que los
elementos (la lluvia, la tormenta) transformaron… Su juego de tee a green, su
sensacional approach y la forma de negociar los greenes.
Justin Rose se adaptó a
todo, incluso a las inclemencias del tiempo (cayó un chaparrón en la vuelta
final) y hasta en la colocación de banderas (baskets o cestas). Greenes duros,
blandos y el peligro de una ida-vuelta de la bola a calle, según la situación
del agujero.
Lo más resaltable de su
juego uniforme ha sido su estrategia en los 13 primeros hoyos, que supuso la
llave de su victoria final. En ellos se acumularon los 15 birdies conseguidos
durante el recorrido de los 72 hoyos. (15/ R1-4 R2-3 R3-3 R4-5). El cómputo total fue de 15 birdies, 41
pares y 16 bogeys. La mitad de dichos bogeys en los últimos cinco agujeros del
“túnel de los horrores” de Merion Golf Club.
Su performance en el
campeonato:
Fairways 42 de 56 Rank
2º 75% (10/14, 10/14, 10/14, 12/14!)
Greenes 50 de 72 Rank
8º 69% (12/18, 16/18!, 11/18, 11/18)
Driving avg 275 mts. Campo 263
mts.
Bunker 1 de 2 Rank 12º 50% Campo avg
35,46%
Putts 120 avg
1,66 Campo avg 1,74
DOMINGO DE GLORIA – US PATHER DAY
La marathon del sábado
fue un regreso al pasado (como la máquina del tiempo) o el retintín de los
supermercados (2X1). Se completó la segunda ronda y se jugó la siguiente en la
que el descanso más corto supuso hora y media, lo suficiente para ir a comer. Decimos
bien, cuando hablamos del pasado. Antiguamente los campeonatos se jugaban los
fines de semanas. Dos rondas el sábado y otras dos, el domingo. De cualquier
forma, aclaró el debacle de los dos favoritos del campeonato.
El course se
“engulló” en 54 hoyos a Eldrick Tiger
Woods que, aunque parezca mentira siguió diciendo que “jugó bien” y a Rory
McIlroy que en la vuelta final dobló su putter… aunque la intención fue
romperlo. Mas no encontró un árbol cerca. Lo mismo le ocurrió a Adam Scott, que
aún jugando mejor que los favoritos, su putter-castigo terminó por
decepcionarle.
Salvo una inesperada
sorpresa o un milagro –en el golf existen y se puede esperar cualquier cosa– el
vencedor estaba en los cuatro matches finales. (Match 4) Jason Day
+2 y Bill Hoschel +1. (Match 3) Luke Donald +1 y Justin Rose +1. (Match 2)
Charl Schwartzel Par y Steve Stricker Par. (Match 1) Phil Mickelson -1 y Hunter
Mahan Par.
Los ocho jugadores
sabían, de antemano, la situación de las banderas (más difíciles todavía). Sin
embargo, el desafío iba a comenzar a pleno sol, similar al sábado. En plena
ebullición por la circulación y pisadas de los 65 jugadores restantes en un
course. Merion Este para muchos… parece La
Divina Comedia de Dante, pasaje por pasaje, hoyo por hoyo.
REFLEXIÓN, APUESTA Y MONTAÑA RUSA
Estando fuera del grupo
Dustin Johnson y Sergio García, nos inclinamos por Jason Day, Phil Mickelson y
Justin Rose. Por un simple detalle.
“Por la forma de caminar en el campo, siempre podrás
apreciar a un gran jugador”. La frase no es nuestra, sino del recordado Seve Ballesteros en Toledo, Ohio
(US PGA). Los tres son grandes jugadores.
Los cuatro primeros
hoyos parecen una invitación para desahogarse (pares 4, 5, 3, 5) desde el tee y
probar fortuna en el approach y putt. Decirlo así es fácil pero jugarlos es
completamente diferente. No debemos olvidar que la precisión juega mucho en
este campo “escocés”. Además es engañoso. Tiene “cuatro pares 5”, si contamos a
los pares 4 largos del 14 y 18, que hacen temblar las rodillas. Sobre todo el
último que parece el santuario del demonio.
En el comienzo de la
última vuelta sólo tres salieron “sin rasguños”: Hunter Mahan, Jason Day y
Justin Rose, tras una gran recuperación. El primero no frunció el bigote ni su
aire marcial. Cuatro hoyos, cuatro pares. El aussi, tres pares y un birdie.
Rose hizo par en los dos primeros hoyos. Su golf agresivo –a bandera– le hizo
cometer algunos errores, pero su reacción fue inmediata. Sin perder el ritmo de
juego. Bogey, birdie, bogey, birdie y birdie para colocarse líder solitario en
el par-4 del 7th de 329 metros.
El birdie-putt seco del
inglés se frenó a milímetros del hoyo. Rose iba marcar la bola, pero
increíblemente dio una vuelta más y se enterró en la copa.
La sorpresa la dio el
sudafricano Schartzel, con dos subidones (birdies) y dos tropiezos
(bogey-bogey). Sin embargo, no le vimos seguro en el green. ¡Esa manía de
sujetar el putter con una mano, próximo a la bola, antes del stance! En el
par-3 de 225 metros la bola le hizo una corbata y en el siguiente, tres putts.
Un liderato frágil y fugaz.
Mickelson tocó hoyo en
el primero para birdie y visitó el bunker en el par-3, corto en la salida
(doblebogey), birdie en el hoyo 4. No obstante, se le presentaron problemas en
el siguiente (5th, de 468 metros). Su approach parece el correcto, por la
caída… mas la pelota no rueda y se queda largo de bandera (doblebogey/+2).
Las dos peores
papeletas fueron para Donald y Stricker. El inglés se fue al rough de la
izquierda en el primer par 5 y su bola golpeó a una espectadora. Fue un shock
para él y después, en el segundo largo visitó el mini-arroyo de la entrada a
green. Un mal golpe desde el agua y perdió prácticamente toda la concentración.
Se hundió tras marcar en cuatro bogeys consecutivos (del 3 al 6/+5).
El estadounidense
Striker hizo 8, triplebogey, en el segundo agujero. Su primera bola desde tee
se fue out of bounds. Acusó el pinchazo y dos bogeys en los siguientes (+5).
Tuvo que frenar su ímpetu para no cometer fallos. Con cuatro pares cerró el
front-nine.
Por último, Bill
Horschel que había presumido en la Sala de Prensa que “no es la primera vez que
no fallo ningún green”. El americano, con un pintoresco pantalón con dibujo de
pulpos, hizo tres bogeys en los cinco primeros agujeros.
Y desapareció del
“scoreboard”. Algo parecido le sucedió a Luke Donald, Steve Stricker, Charl
Schwartzel.
Clasificación parcial.- 63 hoyos (54+9 front)
En el cenit de la competición y a falta de cumplir los
nueve últimos hoyos (back nine) la situación estaba así en el cómputo global de
los 63 hoyos disputados:
1, Justin Rose (Ing) Par; 2, Jason Day (Auss) y Hunter
Mahan (US) +1; 4, Phil Mickelson (US) +2; 5, Bill Harschel (US) +4; 6, Steven
Stricker y Rickie Fowler (US) +5; 8, Ernie Els (SA), J Dufner (US) y Charl
Schwartzel (SA) +7.
DOS EAGLES EN LA RONDA FINAL
¡¡¡Un ace en el par-3
del 17, 225 metros!!!
Un hoyo-en-uno
histórico. Es la primera vez que se consigue en un US Open disputado en el
Merion Golf Club. Lo consiguió el estadounidense Shawn Stefani en una auténtica
carambola con el hierro-2.
El basket (cesta)
estaba a la derecha a menos de un metro del bunker. El impacto y bote fue en el
lado contrario. Golpeó la bola en el lado contrario. En el primer escalón del
rough y empezó a rodar horizontalmente y se enterró en el hoyo, con la alegría
y salto correspondiente del autor. Verlo para creerlo.
Sin embargo, el mejor
golpe de la jornada final –el segundo eagle– lo consiguió
Phil Mickelson,
cinco veces runner-up del US Open. Desde el rough de la
derecho y a ciegas. Ocurrió en el par-4 del hoyo 10, de 277 metros. Un bolón
impresionante con draw en su segundo golpe y a una distancia de 161 metros.
Clavó el pique de la bola a un metro de la cesta y clavó también la pelota en
un recorrido prácticamente corto de un metro y dos dedos.
Un eagle que le
permitió igualar el liderato a Justin Rose y Jason Day, ponerse por delante en
el siguiente (Par), y volver a marcar un bogey en el par-3 más corto del campo
(Hoyo 13/ 115 metros), permitiendo de esta forma la escapada del inglés hacia
el título.
Rose, después de
pinchar en el par-4 del 11th encadenó dos birdies seguidos en los dos
siguientes (12-13) y se situó con uno bajo par a falta de los cinco hoyos más
difíciles del certamen. Un par de birdies en sus alforjas, cuando empieza a
llover a cántaros. Jason Day no logra salvar el par en el 14. Momentos después,
Justin Rose visita el bunker en el segundo golpe y pierde un punto en el mismo
hoyo, par-4 largo de 424 metros. La reserva (el otro punto) se le agota en el
16 en el green, donde la bola –pese al putt-line– se niega a entrar. Dos hoyos
para la gloria.
El 15 fatídico de
Sergio, con la bandera al fondo y en alto, también fue maldito para los
norteamericanos Mickelson y Mahan. Un fin de trayecto para Hunter Mahan después
de un bogey (hoyo 6) y 13 pares, pegado como una ventosa al campo y un juego de
auténtica hormiga atómica. Se cae con un doblebogey (+3), al quedarse corto de
green y después corto del hoyo.
Dramático, también,
para el derecho que juega a zurdas, Mickelson. El approach perfecto a dos
metros del hoyo, pero esta vez la bola rueda y pone la marcha atrás y vuelve al
mismo sitio. Un bogey trabajado, pero pierde terreno al ponerse a dos sobre par
(+2).
El otro drama lo
sufriría también Jason Day en el complicadísimo hoyo 72, el más largo par 4 del
campo (477 metros). El aussi se la jugó después de fallar el birdie-putt largo
del anterior agujero. Cayó en el bunker de la izquierda. Buena salida de la
arena, no consiguió el birdie y marró el siguiente (2,1 metros) después de
bailar (corbata) la bola alrededor de la copa, +3 en el computo total y 71 en
su tarjeta del domingo.
Justin Rose, en cambio,
confirmó su control absoluto de la situación. Aunque en el tee del 17 se salió
dos veces del stance para tomar aire después del bogey en el anterior agujero.
Un swing puro con hierro-5 y gran precisión. Como corresponde en un par-3 de 225
metros. La pelota picó por delante de la bandera y se frenó en el segundo
escalón del rough. Putt corto que no entró de milagro… a un palmo del hoyo.
El último hoyo –los
especialistas locales insinuaron la misma estrategia de Ben Hogan para ganar el
US Open en 1950– prácticamente similar al anterior. Impresionante drive al
centro de la calle, hierro 4 a la bandera. Bota a un metro del agujero y la
bola se acurruca en los escalones del collar del green.
Un toque certero a la
bola con madera-3 y prácticamente queda a tres dedos del hoyo. Un final
extraordinario.
NO TOCABA, NO TOCABA
Mickelson, que no
estuvo en los entrenamientos previos al campeonato y llegó con su avión privado
el jueves, increíblemente marra un putt corto de 2,4 metros en el par-4 del 16.
Una oportunidad fantástica para igualar a su rival. Puede parecer cosas de
brujas… o no tocaba, no tocaba y sería el sexto US Open “runner up”.
El penúltimo hoyo se
quedó corto desde el tee en el par-3. Un putt largo de 7,5 metros cuesta
arriba. Interpretó a la perfección la línea correcta, pero no la caída. Elige
izquierda-derecha y le sale al revés. Al final rompió a la izquierda.
El hoyo 72 ya fue una
auténtica lotería. Su approach se quedó más corto que el anterior, intenta un
chip con el chiping-wedge. Se pasa la bandera y marca otro bogey en su tarjeta,
empatando en la segunda posición con Jason Day.
Cinco líderes o
co-líderes.-
Hoyos 1 y 2: Phil Mickelson y Charl Schwartzel, -1
Hoyo 3: Hunter Mahan y Charl Schwartzel, Par
Hoyo 6: Hunter Mahan y Justin Rose, +1
Hoyo 7: Justin Rose, Par
Hoyo 10: Justin Rose, Jason Day y Phil Mickelson, Par
Hoyo 11: Phil Mickelson, Par
Hoyo 12: Phil Mickelson y Justin Rose, Par
Hoyo 13: Justin Rose, -1
Hoyo 14: Justin Rose, Par
Hoyo 16: Justin Rose, +1
Más tiempo líder: Justin Rose, nueve hoyos; en solitario
una tanda de tres y durante los últimos seis hoyos del recorrido.
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