Campeón brilla sin TV, sufre ante Francia... record-share TV
Cualquiera, con sentido común, hubiera
dicho: “No se acaba el mundo porque España empate frente a Francia” O tal vez,
alguien más reflexivo: “Las circunstancias primaron, España es un equipo
ofensivo y no defensivo”.
No entendemos cómo la crítica ha sido feroz
contra la selección española. Se reparten “culpas” como si fueran un cura dando
la “confirmación”. Llueve sobre mojado. Ya había pasado en el primer partido
contra Suiza en la Copa del Mundo 2010. ¿Volvemos a las andadas? Seamos sinceros, de los errores también se aprende. No es cuestión de buscar un
culpable por el resultado.
Lo más triste, según la mayoría, fueron muchos
los culpables en la película del partido.
A ver si se frena el forofismo y no señalen,
ahora, con el dedo a Vicente del Bosque, Sergio Busquets, Juanfran o Sergio
Ramos. Al seleccionador por poner a Fernando Torres en lugar de Javier
Martínez. A Busquets porque estaba fuera de su sitio. A Juanfran por perder el
balón, antes del gol de Giroud. Y a Sergio Ramos por habilitar al delantero
francés.
Por Miguel Miró
Recordamos a Juan José Castillo, brillante
periodista aragonés. En cierta ocasión nos aclaró: “No sé por qué, pero en
nuestra profesión en lugar de curar una herida abierta en cualquier deporte, la
mayoría suele meter el dedo para que sangre más…”
Siempre nos sorprendió por su franqueza.
España brilló frente a Bielorrusia sin TV en
Minsk a cinco grados de temperatura y le tocó sufrir con “una mayor audiencia
en TV” ante Francia.
¿Habrá que jugar los partidos sin televisión?
No se trata de dar ideas, sino reflexionar y analizar las causas de este cambio. Un cambio radical… que sólo se produjo en los segundos 45 minutos en el estadio Vicente Calderón. Precisamente cuando “reculó” ante un rival que llegaba como oleadas en un mar embravecido.
¿Habrá que jugar los partidos sin televisión?
No se trata de dar ideas, sino reflexionar y analizar las causas de este cambio. Un cambio radical… que sólo se produjo en los segundos 45 minutos en el estadio Vicente Calderón. Precisamente cuando “reculó” ante un rival que llegaba como oleadas en un mar embravecido.
Un partido completo y con goleada…y un partido incompleto
–según como se mire, porque sus rivales
fueron difíciles a pesar de los comentarios de lengua suelta– el segundo
después de una buena primera parte.
Cualquiera podría preguntarse: ¿A qué viene
esto de hablar de los dos encuentros? Muy simple. Porque la defensa, con
Busquets y Ramos como centrales realizaron una actuación magnífica en Minsk. Y además, a
excepción de un cambio, jugó el mismo equipo frente a Francia. Por tanto, tiene
mucho que ver. Una sola variante hizo Vicente del Bosque en el estadio Vicente
Calderón. Puso desde el inicio a Andrés Iniesta de titular y sentó a Cazorla. Ese mismo equipo
que saltó en Madrid fue el mismo que mandó y goleó en campo del
adversario a Bielorrusia.
ESPAÑA
Y SUS CIRCUNSTANCIAS
Más que el nivel físico-técnico España
encajó siete circunstancias adversas durante el partido contra Francia, pero
fueron suficientes para bajar su estado anímico y mental. Por lo general, los
jugadores acusan estos pequeños y grandes detalles. No son máquinas, son
personas.
La primera circunstancia –que dejó helados a
sus compañeros– ha sido la inoportuna lesión de David Silva (12´). Precisamente
el mejor jugador del primer tiempo, de lejos, ante Bielorrusia. Un cambio
forzado o tal vez, un mazazo para el equipo español. Un problema añadido para
Del Bosque. Se demostró en el campo, ya que España siguió jugando con 10
jugadores durante casi diez minutos, hasta que se comprobó su lesión muscular a la figura del Manchester City.
La segunda circunstancia ha sido el penalty. Una
ocasión perdida para dar más tranquilidad y “matar” si cabe el partido, al
final del primer período.
La tercera ha sido el pisotón alevoso en el
empeine de Evra a Busquets, sin que el árbitro alemán se enterara. El central
postizo acusó el golpe y estuvo cojeando unos minutos.
La cuarta circunstancia han sido las entradas
duras de los galos y el marcaje 2X1 o 3X1 a Andrés Iniesta, que le faltó chispa
ante agarrones, empujones y faltas de los adversarios.
La quinta circunstancia llegó a cinco minutos
del segundo tiempo. Una nueva lesión, esta vez en la zaga. Arbeloa sufre
molestias musculares y tiene que abandonar el campo. Otro puntal que había
sobresalido en Minsk. Segundo problema para el seleccionador, que sólo le
queda un cambio por hacer y faltaba un poco más de de media hora de partido.
La sexta circunstancia ha sido recular la
defensa por la baja de Arbeloa. Un error por el efecto de verse diezmada, pero
dejando en franquicias a los delanteros galos en sus contragolpes.
La séptima y última, la salida de Fernando
Torres para que se estirara más el equipo local y ganar metros para desahogar a
la defensa en las proximidades del área. Por más que se discuta, el cambio tuvo
sus mejores intenciones. Sin embargo, se perdieron demasiados balones en el
medio del campo, y los rivales, a pesar de tener la mirilla torcida, siguieron
atacando con cuatro delanteros.
FRANCIA PREFIERE EL
“MÚSCULO”
Didier Deschamps, por su parte, siguió al
pie de la letra la filosofía del anterior seleccionador Laurent Blanc.
“Deseo constituir a un equipo que
sufrirá lo menos posible, que controlará lo más posible y a quien, lo espero,
impondré su manera de jugar, un equipo que tenga fija las intenciones ofensivas.”
Tan sólo le faltó mantener a los jugadores
creativos –el caso de Nasri, entre otros– y dar más oportunidades a volantes
ofensivos de gran clase como Ben Arfa (Newcastle). Un jugador de gatillo fácil. Nos
sorprendió de verdad. Porque el seleccionador formó un tándem mágico en la
Juventus junto a Zinadine Zidane.
No obstante, en Madrid saltó al campo con “nueve”
jugadores del plantel de la pasada Eurocopa de Naciones. Sus
métodos fueron más de “músculo” y trabajo duro y subterráneo, en lugar de un fútbol más
técnico y preciosista.
No lo decimos como crítica, sino porque
creemos que Francia tiene un gran potencial en el momento actual en cuanto a
jugadores y un enorme futuro en este deporte.
El plan de juego fue claro desde un primer
momento. Un sistema defensivo de diez jugadores –contando al guardameta Lloris,
que salvó tres goles claros– y un delantero. Una línea de cuatro zagueros, otra
de cuatro volantes en la que se incrustaba también Cabaye y Benzema como libres
por el centro como plataforma para el contragolpe. La segunda línea, por otra
parte, basculaba de banda a banda para cerrar los espacios. Bien ordenado en el
terreno de juego y con salida 2X1 en el marcaje a la zona.
El equipo, eso sí, estuvo algo titubeante a
la hora arrancar en el contragolpe. Tímidos y contados pases largos a Benzema, pero una o
dos veces llegaron con peligro al área adversaria. El gol anulado a Menez ha
sido una prueba de su potencial ofensivo, pero estaba en off-side el
franco-argelino. El linier lo vio enseguida, pero no levantó el banderín hasta
que le llegó el balón al delantero. De ahí la confusión de Deschamps y de los especialistas. Precisamente cuando hizo el pase a Menez
desde el palo derecho de Casillas.
DOMINIO
GALO
En la segunda parte, aprovechó la banda
izquierda –al lesionarse Arbeloa– donde estaba Ribèry y también el error de España al
recular demasiado hacia área de Casillas. Despertó al cuarto de hora con
numerosos contraataques. Mediante oleadas, una vez conquistada la zona central
y recuperando rápidamente el balón. Sin embargo fue impreciso en el remate
final. A excepción de Benzema que probó los reflejos del guardameta hispano. Los franceses perdieron varias ocasiones de gol, incluso en la boca de la portería rival.
Igualmente, Deschamps jugó con los tiempos.
Y se pudo comprobar en los cambios. La delantera mejoró notablemente con el
ingreso de Valbuena (57) y Sissokho, 10 minutos después, que le dieron más
velocidad y más profundidad el conjunto galo. La entrada de Giroud, sin embargo,
fue providencial a tres del final, ya que acertó en su remate de cabeza y
significó el empate de Francia en el segundo partido oficial que se enfrentaban
los dos equipos.
Una igualada agónica en el tiempo extra
dejó buen sabor de boca a los galos. Importante por jugar en suelo español.
Importante para desquitarse de la eliminación (0-2) en los cuartos de final de
la Eurocopa de Naciones. E importante también porque “rompieron” la marca de
España como "ganador" durante 24 matches en las últimas fases de clasificación. Le arrancaron un punto.
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