Exhibición “sin premio” de At Madrid, tiene groggy al
Barça
Todo es cuestión de bailar solamente la vocal de una palabra. Una sóla
letra en la primera sílaba para explicar en síntesis el desarrollo del match. Un
Atlético de Madrid-Barcelona correspondiente al primer round de la Super-Copa
de España en el estadio del Manzanares.
Presión-Atlético de Madrid
Prisión-FC Barcelona
Si no están de acuerdo vuelvan a ver otra vez el partido por vídeo. Merece
la pena. La presión la pone Atlético y Barcelona en prisión provisional.
Sólo faltaron dos detalles importantísimos para que la sorpresa (victoria
neta) de Atlético de Madrid fuera “total y plena”:
(a)
Marcar otro gol, que se lo merecía por oficio, confianza,
motivación, músculo… por su estrategia (sentido posicional y presión
asfixiante) y plan de juego.
(b)
Realizar pausas durante el primer tiempo. Precisamente en
el momento más lúcido de su impresionante exhibición ante Barcelona.
Así, de sencillo. Así, sin más. Sin vuelta de hoja. Una carencia que lo
pagaría caro tras el descanso. La excepcional exhibición rojiblanca se agotaría
(se le acaba la gasolina) por el gran desgaste físico de su planteamiento en el
campo.
Por Miguel Miró
¿Marcar un gol?
David Villa los fabrica dos veces. En el primer tiempo. Piqué se juega el
tipo para evitar el remate del asturiano trabando el balón al delantero. Tras
el descanso, que otra vez Villa a golpe de cintura elude a tres defensas y
remata al segundo palo. Víctor Valdés evita el gol despejando con la pierda
izquierda, cuando el balón iba envenenado.
¿Pausas?
En el fútbol existen muchas fórmulas de hacer pausas. Aguantar más la
pelota en campo contrario. Tirar el balón a las tribunas y muchos más
truquillos que conocen de sobra los técnicos argentinos e italianos.
Por supuesto. Nos dirán, sin apenas razonar:
Todo se puede apreciar muy nítido a toro pasado.
Por un lado, estamos seguros que el entrenador rojiblanco lo sopesó en la
zona técnica. Y muchos aficionados. La intensidad, sin pausas, provoca un
suicidio. (Lo mismo a equipos cuando practican el fútbol total sin tener a los
jugadores apropiados para hacerlo; en bloque o el marcaje al hombre en todo el
campo).
Sin embargo, la final de la Super Copa no es a partido único y faltan otros
90 minutos en el campo azulgrana. Cualquier reflexión puede valer para el
segundo match entre los campeones de Liga y de Copa 2012-2013.
ATLÉTICO MADRID:
POSITIVO Y NEGATIVO
POSITIVO.- Demostración impresionante. La exhibición de un fútbol defensivo
que sorprendió a propios y extraños. Principalmente a su rival, que se encontró
“prisionero” entre líneas ante una labor de “obreros” con sobrada experiencia. Presión
e intensidad en el marcaje. Asimismo en la salida en velocidad. Un gol y un
casi-gol de Villa, muy activo en la segunda barrera defensiva y en la salida al
contraataque de su equipo.
NEGATIVO.- Se le agotó la gasolina a los 10 minutos del segundo tiempo,
pero no bajó la guardia. Su intensidad en la presión menguó, por el desgaste
físico y el calor (32º) asfixiante en una hora poco habitual. Le faltó hacer pausas
en el primer período. El ritmo demasiado endiablado.
Diego Costa nos recordó a Julio Salinas con “sus alas de avión”. Los brazos
sirven para la arrancada explosiva, no para agarrar y dar “mamporros” al rival.
El árbitro lo permitió todo. Una patada en el gemelo a Jorge Alba, pitada por
el linier y perdonada por Undiano fue la causa de que a renglón seguido no le
sacara la segunda tarjeta a Busquets, que también se la merecía.
BARCELONA: POSITIVO Y
NEGATIVO
POSITIVO.- La reacción tras el descanso. El cambio de actitud –algo pasiva
y desesperante del primer tiempo. Se activaron los volantes, más velocidad y al
primer toque. La entrada de Fábregas ha sido importante, tanto como el acierto
de Neymar en el empate.
La razón, bien sencilla: Cesc (o Francisco) suele ser un jugador que no se
rige a cualquier táctica ni cumple una misión determinada. Sigue actuando como
en el Arsenal: libre como un ave e inteligente como un águila. Neymar, por su
parte, abandonó su absurda posición en la línea de cal para entrar en diagonal,
picando hacia abajo el balón pegado al palo izquierdo de Courtois.
NEGATIVO.- La poca imaginación de los azulgranas al encontrarse atados y
bien atados por el At de Madrid. Faltó movilidad, picardía y sorpresa. No
creemos que fuera la ansiedad repentina –como ante el Chelsea– pero casi.
Ningún pase al primer toque, lerdos con el balón, y juego largo a “tutti plain”.
Nada que ver con su estilo. El rival les borró del campo.
ANÁLISIS TÁCTICO DE
LOS DOS EQUIPOS
ATLETICO DE MADRID.- El equipo rojiblanco se plantó en el campo con un
terreno “imaginario” y cuadriculado en las zonas, eliminando los espacios y
cualquier resquicio de luz que favoreciera al rival.
Similar a Manchester United, el sistema clásico de Alex Fergusson. Para
jugar fuera de casa, o para conservar su ventaja.
Cuadriculado, sí por las distintas zonas de marcaje, con el 2X1 en la
salida y cruce. Beneficiado por el adelantamiento de la primera línea (por
delante del área grande) y un comodín (Gabi) por delante de los zagueros,
presto para sustituir al compañero y también apuntalar el cierre en las
inmediaciones del área.
Diego Simeone añadió igualmente un nuevo baile: basculación constante y al
trote en la segunda línea (derecha/izquierda/izquierda/derecha) de dos hombres por
cada lado, que se cerraban y abrían según el jugador rival que recibía o
llevara el balón. Por dentro y por el centro estaba cerrado con 10 candados,
celosos de su trabajo.
En la dura faena (intensidad en la presión) también intervino Villa, más
retrasado y al centro. Igualmente, muchas veces también ayudó Diego Costa por el
sector derecho.
El dibujo cambiaba constantemente con el movimiento, pero estaba claro el
1-4-1-4-1 con líneas bien juntas donde los jugadores se ajustaban el marcaje en
zona al hombre, pero por duplicado (2-2-2, al estilo Osvaldo Zubeldía, porque
el trabajo duro lo hacían por parejas).
El sentido posicional cuadriculado, para llamarle de alguna manera (protección
y ayuda constante de los profesionales), variaba a 1-4-4-2; 1-4-2-2-2 o 1-4-5-1
dependiendo de la situación.
Otra de la estrategia importante –la más significativa de todas– ha sido
sin exagerar, la del rugby… para recuperar o ir al rival con balón. Según la
zona y la presión, ya no suponía el 2X1, sino 3X1 o 4X1.
La paciencia de tener en orden la estrategia de contención es precisamente,
cuando rompe el contragolpe en velocidad. Lo increíble ha sido todo a un toque
y en sendas paredes, por el lado de Alves. El Atlético de Madrid buscó las dos
calles (Diego Costa, por el otro pasillo) de “cal” para hacerle daño a
Barcelona.
DECEPCIONA EL CUADRO
AZULGRANA
BARCELONA.- Por su parte, el visitante, cambiaría su estilo. Tal vez por la
pésima información que tenía Gerardo Martino de sus ayudantes. Un grosso error.
No funcionó. Ni para delante ni para atrás. Salvo la excepción de Piqué y
Mascherano, que comprendieron al segundo, que deberían prepararse para jugar seguros,
agresivos y no dejarse amedrentar. En una palabra, se pusieron a tono de la
apuesta y el talante del adversario.
Vamos a ver…
¿Cuándo jugó el Barcelona al pelotazo largo? ¿Cuándo fijó a dos de sus
delanteros pegados a la línea de cal? ¿Cuándo salieron en diagonal los zagueros
laterales?
¡¡¡Nunca!!!
Pues así jugó el equipo en la primera mitad. No obstante, el error más
grave ha sido poner a Alexis Sánchez y Pedro, pegados a la línea de cal. Como
si siguieran las vías del tren encerrados y sin campo para moverse.
¿Abrir el campo se llama a eso?
Más bien anular a los dos puntas.
(El mismo fallo lo cometería el técnico italiano del Real Madrid Carlo
Ancelotti ante el Betis: los dos “cerebros” pegados a la línea de cal: Özil, a
la derecha e Isco, a la izquierda, mientras el debilucho Modric y Khedira, dos
stoppers, dirigían la orquesta con “gallos verdiblancos” por todos lados).
En primer lugar, el juego largo o el pelotazo favorecían siempre al Atlético
de Madrid. Tenía que haberse dado cuenta enseguida el técnico. ¿Para qué
regalar tanto la pelota? Todos los pases a dos puntas encorsetados, sin
espacios, sin movimiento y sin campo.
Una bicoca para el cuadro rojiblanco.
Sin embargo, no sería el único error de Barcelona. La situación de Alves
parecía un chiste, acompañando a los volantes en el eje, y con instrucciones de
no subir demasiado… y sus salidas en diagonal (?).
No cambió el dibujo (1-3-1-3-3) pero el equipo azulgrana no sólo quedó
sorprendido de la estrategia del rival, sino que sin quererlo ni beberlo, se
vio aprisionado. Lento en los pases (todos sus compañeros escondidos en la
maraña de piernas rojiblancas), bloqueado y jugando al pelotazo.
Se rectificaría después al volver al pase corto y largo, al primer toque,
olvidándose del pelotazo. Barcelona volvió a recuperar su estilo.
La entrada de Francisco Fábregas y Neymar Jr fue importante, pero la
reacción ha sido de todo el equipo. Se pusieron las pilas y con más espacios
pudieron desarrollar su juego pero con el balón a ras del césped y sacando a
relucir su calidad técnica.
Sin embargo, nos sorprendió que se “conformara con el empate”, porque varias
ocasiones se le presentaron para dar la puntilla.
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