“Intensa presión” de la Super propaga un “virus”
en la Liga
Por Miguel Miró
No es la primera vez que sucede, ni tampoco
la última. Un gol de tiro libre, un gol a la escuadra, una espectacular
tijereta (chilena) suele repetirse en el Campeonato de Liga. No suponen ninguna
sorpresa. El jugador aprende y visualiza con los ojos los partidos a través de
la pequeña pantalla.
Se queda la jugada en la retina y hace la
“prueba” en el campo.
Sin embargo, el contagio –como la gripe– no aparecía en dicho guión.
La intensidad en la presión (Manzanares, Super-Copa) se repitió en muchos
campos en la segunda fecha de la temporada de Liga.
Un contagio que le dio “fuego” al fútbol
español.
La victoria del RCD Español, por ejemplo,
que dejó con el culo al aire a Valencia. Y al entrenador que se sintió
avergonzado por apostar por jugadores que son frágiles, despistados e
intermitentes. Con el escudo y la camiseta no se ganan partidos.
De cualquier forma debemos resaltar la
intensidad en la presión de los blanquiazules, añadiendo por supuesto su
espíritu de lucha… sin olvidarnos de la “garra” y el talento de sus individualidades.
Elche hizo un planteamiento perfecto en el
centro del terreno, pero con la escopeta torcida en los remates a gol. Perdonaron
demasiado. Aunque lo crucial ha sido el infortunio de un árbitro que no cumplió
con el reglamento: la flagrante no expulsión de Iñigo Martínez.
El central se olvidó del balón (primer
error) y fue directamente al encontronazo (segundo error) para pisar el pie
izquierdo (tercer error) a Corominas. Además, Martínez estaba como último
hombre (cuarto error) de la retaguardia blanquiazul.
A los ilicitanos se les acabó la gasolina en
el segundo tiempo, más por los errores del árbitro que por su intensidad en la
presión.
La sorpresa de Almería en Madrid.
Presionando con autoridad en el eje del campo. Se aprovechó pronto de las
líneas separadas y los espacios de Getafe.
Los “nuevos” están marcando la pauta en las
primeras bocanadas de la Liga por la innovación en los planes de juego y
la estupidez de sus rivales que les subestiman.
El conjunto andaluz fue superior a su rival
en su plantamiento y al ser más práctico cara al gol. El cuadro azulón
reaccionó más por el talento de sus individuales (Sarabia, Lafita y Castro),
que por su juego espeso y sin brillo para lograr el empate.
ATH
BILBAO GANA DE “CHURRO”
La intensidad y buen juego del Osasuna que
perdonó tanto que después, de churro, ganó el Athletic de Bilbao. Un clásico
que siempre es vibrante en el Norte. Churro, sí, porque el árbitro y sus líneas
(lo de asistentes suena a asistentes sociales, que no es lo mismo) no
concedieron el golazo de Armenteros desde el corner.
Un gol olímpico que también se “comió”
Herrera, el guardameta del cuadro bilbaíno. Churro, sí, por partida doble: su
primer gol del Bilbao fue en propia meta
El conjunto navarro le dio un repaso a su
rival, que sigue amontonando jugadores en el centro del campo y “juega a la
inglesa”. Centros al área para pescar. Además, su nuevo técnico tiene un
problema con dos “semidioses”:
Beñat, que juega para él y Herrera, más
generoso está en otra órbita.
Osasuna, como siempre. Los comienzos de Liga
se repiten… porque la temporada pasada pasó lo mismo en El Sadar ante el
Barcelona.
En aquél partido negoció bien el balón,
dominó y terminó perdiendo, desaprovechando las lagunas de una defensa
azulgrana despistada y sin sus dos laterales, que cumplían funciones de
extremos.
UN EJEMPLO: JUGADA BIEN ENSAYADA
Primer gol vallisoletano en estadio El
Madrigal.
Se provechó de un error muy habitual (época
nefasta de Garrido) de una línea de cuatro zagueros “fija”, que después sería
modificada al dar un paso atrás Musacchio, con galón de jefe. Un ejemplo de
entrenador con oficio (JIM), que también supo sacar mucho jugo de Rueda, que
volvió a su antiguo puesto de mediocampista.
Valladolid sorprendió con su gol pero
también al apostar por un equipo bien ordenado –sin variar la fórmula Djukic en
la solidez de su defensa– y una intensa presión en la zona central.
Sin embargo, no desarboló al equipo local
que también le plantó cara después del revés repentino. Bruno cogió la manija
(a lo Marcos Sena) y sin perder su estilo. Apretó el acelerador, pero con Gio y
Aquino –un jugador que dará muchas
alegrías– en la misma banda derecha (otro error que se subsanó por lesión de
Gio, tras de marcar de penalty justo).
Después pasaría lo mismo con la intensidad
en la presión: se le agotaría la gasolina a los pucelanos, aunque no bajaron la
guardia. Una jugada individual de Cani –más por reaños y amor propio– selló la
segunda victoria del submarino amarillo a la velocidad de Ferrari.
ATAJADA GENIAL DE LA JORNADA
La presión la puso Sevilla en el fortín de
Levante, aunque presentó un equipo descompensado, donde le sobraban delanteros
y le faltaban organizadores. A Rakitic e Iborra le faltaba hilo para dar las
puntadas, hasta que entró Kondogwia. El francés intentó resolver la situación.
Las ocasiones no faltaron ante un rival atrincherado en su área.
Un dominio de cuadro hispalense pero sin
gol. Se habían malgastado muchos en las eliminatorias europeas. Ante un match
enredado, la situación más clara la tuvo en sus botas el austríaco Ivanschitz
que lanzó un verdadero “misil” desde 40 metros, que obligó a Beto una paloma
espectacular para despejar dejando el balón en el área. El guardameta, con unos
reflejos increíbles, volvió para evitar el gol, ante el remate de Navarro al
palo derecho de la portería. Levante, en esa jugada, casi encuentra petróleo
pero el meta del Sevilla se estiró como una goma de un palo al otro.
LA APISONADORA ROJIBLANCA
Como final de fiesta de la “intensa presión”,
Atlético de Madrid –quien se preparó a conciencia durante la pre-temporada– se
mostró como una apisonadora en su estadio Vicente Calderón. Rayo Vallecana fue
la víctima. Los dichosos goles que le faltaron en el partido de ida de la
Supercopa, los consiguió en la segunda jornada de Liga. Su segunda victoria
consecutiva. De los cinco, cuatro en la primera mitad.
Simeone hizo dos cambios, pero la maquinaria
funcionó a todo trapo. Su rival ha sido incapaz de llegar con claridad a las
inmediaciones del área rojiblanca. Un arranque de furia, de fútbol y de goles.
Atlético de Madrid podrá ganar o perder la
Super Copa de España, se trata de un juego. Sin embargo, ya lo ha demostrado
varias veces. (Super Copa de Europa ante Chelsea y final de la Copa UEFA frente
al Ath de Bilbao). Tiene oficio para estas finales.
Además, Barcelona y Real Madrid se mostraron
bastante “espesos” en sus segundos partidos de Liga, sin caer en el contagio
del buen fútbol y la intensidad y presión del elenco rojiblanco madrileño.
0 comentarios:
Publicar un comentario