Adam Scott, por favor deja el “putter escoba” en un
rincón
Bigote marcial, derecho
como un militar –aunque no comprobamos si llevaba una tablilla de madera en la
espalda– y alto como un militar. Nuestro amigo observaba cómo la luna llena
iluminaba un flamante course de golf en la Costa del Sol.
Nunca había disimulado
su entusiasmo por el golf y los toros.
“El golf es como los toros”, nos dijo.
Y nos hizo una
demostración a base de movimientos, gestos y palabras.
“Hola, señor”---- Llamando al toro
“Buenos
días, señor”---- Bajando los brazos
“¿Cómo
está usted?”---- Eludiendo la embestida
“Adiós muy buenas”---- Levantando las
manos en sentido contrario
(Las cuatro normas del
torero con la capa (según él), una especialidad muy compleja y las cuatro
normas del swing de golf: backswing, downswing –los británicos también le
llaman throughswing– follow through
(impacto) y finish.)
Por Miguel Miró
Sin olvidarnos de la
frase de Henry Cotton:
“El swing del golf es un
ajuste constante”... El swing del australiano Adam Scott es actualmente una
“obra de arte”. Una coordinación excelente, un backswing veloz/poderoso y un
ritmo fantástico.
Lo demostró con creces
en los cuatro campeonatos del Grand Slam 2013.
En cuatro campos
terroríficos. Augusta National CG, Merion CG, Muirfield Park-links y Oakland
Hills GCC, diseñados por los escoceses Alister McKenzie, Hugh Wilson, Morris
Senior y Daniel James Ross, los tres últimos en los “locos años veinte” y los treinta,
para incluir a Augusta”.
***Es cierto también que Robert Trent
Jones hizo modificaciones (Hoyo 16, par 3) en Augusta. Fazio, en el nuevo
Millenium, lo alargó erróneamente. ¿Por qué? Eliminó la inteligente estrategia-de-juego
programada por Bobby Jones y Mackenzie. Sin embargo, la remodelación de
Muirfield por Henry S Colt aumentó su gran prestigio y su fama mundial.
Masters
|
US Open
|
British Open
|
US PGA Open
|
|||||
Long drive
|
306 m
|
305 m
|
309 m
|
268 m
|
||||
Drive avg
|
268 m
|
278 m
|
253 m
|
255 m
|
||||
Drive accuracy
|
57,14%
|
57,14%
|
78,57%
|
53,57%
|
||||
Drive
total
|
67
|
66
|
55
|
82
|
Adam Scott gana el
Masters Tournament, queda tercero en el British Open Championship, quinto en el
US PGA Open Championship, mientras que clasifica 45º en el US Open
Championship. Tres veces Top 5 y en el foco permanente como una de las máximas
estrellas del golf mundial.
Un año mágico y con un
juego espectacular.
Sin embargo, su cacería
en los campeonatos grandes podría haber sido probablemente mayor con un mayor
acierto en el green, sin el putter-escoba que en gran parte le estropearía su
brillante juego.
Excelente de tee a
green –incluso su juego de hierros y el approach– pero totalmente irregular en
la plazoleta verde.
No lo decimos ahora. Lo
comentamos en el Masters Tournament aduciendo, en la vuelta final, que había
perdido confianza con el putter-escoba, al no arriesgar en las ocasiones que se
le presentaron (eagle-putts). Demasiado conservador. Asimismo, que había ganado
el primer campeonato del Grand Slam por su gran amalgama de golpes, por su
fantástico swing y su espectacular juego, pero no en el green… como dicen que
se ganan los campeonatos.
ACIERTO EN LOS PUTTS CORTOS (90cm-1,50m)
Las estadísticas
igualmente son testarudas. Adam Scott no estuvo afortunado en el green durante
toda la temporada en el US PGA Tour. Su acierto solamente se centra en los
putts muy cortos. Es decir, de 90 centímetros hasta metro y medio, cuyo
porcentaje de efectividad es de 87,35%. Incluso baja a la mitad cuando hablamos
de una distancia entre 1,5m a 3m (50%).
Lo mismo ocurre si
hablamos solamente de 1,5m, con 96,34%, casi, casi, un pleno. Pero su porcentaje
se reduce a distancias más largas en el green. Por ejemplo en el tramo de
4,5m y 9m (suponen 15 y 25 pies), el acierto sólo alcanza a un 21,11%. Entre
4,5m y 6m, un 28,3% y 3m hasta 4,5m, 24,68%.
No queremos aconsejarle
–los consejos nadie los escuchan– pero sí sugerirle que por favor, deje el
putter-escoba en un rincón o lo tire al río y se compre un putter normal.
Ese artilugio surgió en
los años ochenta con buena intención. Fue para las personas mayores (Senior US
PGA Tour que no los aceptó, ni tampoco los amateurs) que sufren de la espalda o
tienen problemas con la columna vertebral. Para evitar que se agachen.
Si ayer se prohibieron
con motivos demasiado evidentes los drivers que alcanzaban los 400-450 metros,
frenando el disloque colectivo de agrandar los courses para que ganara Eldrick
Woods…
Ya es hora de ponerse
al día y retirar esas “jabalinas” o “putter-castigos”, como les llamaba un
amigo australiano que dirigía una revista de la Costa del Sol. Con las modas
pasan estas cosas. Y ha tardado demasiado la USGA y la Royal Ancient St.
Andrews en la prohibición de los putter-escoba o de tripa en los torneos
profesionales.
¿Hay tantos jugadores
profesionales que padecen los “yipps” o están enfermos de la espalda para usarlos?
PUTTER TOTALMENTE DE MADERA
Ken Brown ha sido el
último jugador en renunciar el tradicional putter totalmente de madera de su
bisabuelo.
El escocés fue miembro
del team europeo que ganó la Ryder Cup en The Belfry en 1985. Un año grande,
grandioso, para los británicos que, junto a los profesionales europeos (Seve
Ballesteros, Manuel Piñero, Bern Langer…) recuperarían el preciado trofeo de
oro derrotando a los estadounidenses.
Severiano Ballesteros
también ha sido el último en abandonar el driver de madera (madera de Percimon
de Virginia o de Caqui en España), de la marca McGregor.
(El mismo árbol frutal
(Caqui) que se interpone en el segundo golpe del hoyo 9, par 5, en el course
Escorpión de Bétera, Valencia. Una fruta roja (caquis) que les encanta a los
cientos de patos que conviven muy cerca de la Casa Club. Los patos se reúnen
alrededor del árbol esperando al buen samaritano (jugador) para les abra ese
dulce y maduro manjar).
En esos años ochenta se
inventa el putter-escoba y publicamos un artículo amplio y extenso en la
revista Golf Digest España.
PROTOTIPO EXCLUSIVO PARA EL US SENIOR TOUR
La aparición de aquél
artilugio se construyó pura y exclusivamente para el US Senior Tour, con la
finalidad de ser un putter útil (para evitar agacharse en el green y como
protector de la espalda) para los veteranos campeones en un circuito plagado de
estrellas inolvidables.
En aquellos momentos la
televisión por cable (ESPN) transmitía todas las semanas los campeonatos del
circuito senior –mayores de 50 años–que tenía una audiencia espectacular. El
mismo o quizá más que los certámenes universitarios de basket-ball los domingos por
la mañana o la música country que ofrecía la televisión norteamericana.
El putter-escoba –como
así se llamó en un principio– no pretendía ser un nuevo instrumento para el
golfista profesional, pero sí para los mayores que tenían una lesión de
espalda. Esa fue realmente su finalidad.
Lo mismo podemos decir
del nuevo artilugio o palo del nuevo millenium –actualmente prohibido en los
campeonatos oficiales– que sirve para recuperar la bola una vez introducida en
el hoyo, sin tener que agacharse. Un palo que muchos amateurs con edades
avanzadas llevan en su bolsa, porque sufren dolencias en la columna vertebral.
Para entendernos, como la bomba para desatascar lavabos o algo así.
CRITICAS A PETER SENIOR
El primer jugador en
utilizar el putter-escoba (el primero se apoyaba en la barbilla) en el Tour
Europeo ha sido el australiano Peter Senior, un campeón de las antípodas.
Además, llevaba a su mujer June como caddie, en los tiempos que aún se admitían
los carritos o trolleys.
En aquellos años las
críticas fueron feroces en los medios británicos y europeos. E incluso los
profesionales: denunciaron que no cumplía las reglas por su putter ilegal. Sin
embargo, las protestas remitieron ante las explicaciones del australiano.
Padecía los temidos “yipps o la calambra”, como así le llamaban y le llaman los
jugadores españoles.
Un bloqueo de manos y
cabeza que impiden al golfista dar el golpe en el green. O, en algunos casos,
tembladera de manos.
En cualquier caso se
utilizaba para cuestiones excepcionales y no por norma (hace unos años la US
PGA Tour permitió a un profesional jugar con un buggy eléctrico por su
enfermedad).
Sin embargo, un empresario
avispado compró la compañía del putter-escoba, que no había tenido el éxito
esperado entre las personas mayores. Gracias a la publicidad lo fue
introduciendo en Estados Unidos y el mundo entero. Sin tener en cuenta las
consecuencias, ya que la USGA y la Royal Ancient St Andrews no le dieron la
mayor importancia y pensaron que se trataba de una moda pasajera.
Hasta que por fin
reaccionaron ambas asociaciones y van a prohibir no sólo los putters largos
(escoba), sino también los que se apoyan en la perilla o en la tripa. Algo
lógico y razonable, porque se fabricó como un “bien terapéutico” para las
personas mayores, y no para beneficiarse en los campeonatos internacionales.
SAM SNEAD, EL ÚNICO
Nunca olvidaremos el
“match de exhibición” que se organizó en La Moraleja
para la inauguración oficial de su primer campo de golf. Primer course diseñado
por Jack Nicklaus y con césped traído en aviones desde Estados Unidos. Tom
Weiskopf (US), Jack Nicklaus (US), Valentín Barrios (ESP) y el inigualable Sam
Snead (US) jugaron 18 hoyos.
¿Por qué recordamos aquella
efemérides?
Por la forma de empuñar
el putter y el stance de Sam Snead.
(Parecía que jugaba al
“crocket” o algo así. Ese juego que, por medio de una masa de madera y una bola
se tenía que recorrer un circuito marcado por alambres rectangulares clavados
en el césped. Un entretenimiento que ganaba quien hacía menos golpes)
Una manera algo similar
hacía Sammy en el green. Empuñaba el putter casi en la varilla, colocándose
detrás de él (como el mazo) abría las piernas y lo balanceaba entre las piernas
hacia delante.
No suponía un alarde
singular, ni nada por el estilo, con respecto a su espectacular golf.
Lo había pasado mal con
los dichosos “yipps”.
Ejemplos hay miles o
millones, igual que la gran cantidad de modelos de putters en el mundo. Asimismo,
las distintas y variadas formas de empuñar el grip.
El putter, único palo
diferente de la bolsa, no debe confundirse con el putter-escoba que no se hizo
pensando en la estética, sino como un soporte-bastón para evitar los problemas
de espalda para los mayores de edad.
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