sábado, 17 de agosto de 2013

SCOTT: AÑO MÁGICO, PERO…



Adam Scott, por favor deja el “putter escoba” en un rincón

Bigote marcial, derecho como un militar –aunque no comprobamos si llevaba una tablilla de madera en la espalda– y alto como un militar. Nuestro amigo observaba cómo la luna llena iluminaba un flamante course de golf en la Costa del Sol.
Nunca había disimulado su entusiasmo por el golf y los toros.
“El golf es como los toros”, nos dijo.
Y nos hizo una demostración a base de movimientos, gestos y palabras.
“Hola, señor”---- Llamando al toro
 “Buenos días, señor”---- Bajando los brazos
 “¿Cómo está usted?”---- Eludiendo la embestida
“Adiós muy buenas”---- Levantando las manos en sentido contrario
(Las cuatro normas del torero con la capa (según él), una especialidad muy compleja y las cuatro normas del swing de golf: backswing, downswing –los británicos también le llaman throughswing–  follow through (impacto) y finish.)


Por Miguel Miró
Sin olvidarnos de la frase de Henry Cotton:
“El swing del golf es un ajuste constante”... El swing del australiano Adam Scott es actualmente una “obra de arte”. Una coordinación excelente, un backswing veloz/poderoso y un ritmo fantástico.
Lo demostró con creces en los cuatro campeonatos del Grand Slam 2013.
En cuatro campos terroríficos. Augusta National CG, Merion CG, Muirfield Park-links y Oakland Hills GCC, diseñados por los escoceses Alister McKenzie, Hugh Wilson, Morris Senior y Daniel James Ross, los tres últimos en los “locos años veinte” y los treinta, para incluir a Augusta”.
***Es cierto también que Robert Trent Jones hizo modificaciones (Hoyo 16, par 3) en Augusta. Fazio, en el nuevo Millenium, lo alargó erróneamente. ¿Por qué? Eliminó la inteligente estrategia-de-juego programada por Bobby Jones y Mackenzie. Sin embargo, la remodelación de Muirfield por Henry S Colt aumentó su gran prestigio y su fama mundial. 



Masters

US Open

British Open

US PGA Open
Long drive

306 m

305 m

309 m

  268 m
Drive avg

268 m

278 m

253 m

  255 m
Drive accuracy

57,14%

57,14%

78,57%

  53,57%
Drive total

67

66

55

  82

Adam Scott gana el Masters Tournament, queda tercero en el British Open Championship, quinto en el US PGA Open Championship, mientras que clasifica 45º en el US Open Championship. Tres veces Top 5 y en el foco permanente como una de las máximas estrellas del golf mundial.
Un año mágico y con un juego espectacular.
Sin embargo, su cacería en los campeonatos grandes podría haber sido probablemente mayor con un mayor acierto en el green, sin el putter-escoba que en gran parte le estropearía su brillante juego.
Excelente de tee a green –incluso su juego de hierros y el approach– pero totalmente irregular en la plazoleta verde.
No lo decimos ahora. Lo comentamos en el Masters Tournament aduciendo, en la vuelta final, que había perdido confianza con el putter-escoba, al no arriesgar en las ocasiones que se le presentaron (eagle-putts). Demasiado conservador. Asimismo, que había ganado el primer campeonato del Grand Slam por su gran amalgama de golpes, por su fantástico swing y su espectacular juego, pero no en el green… como dicen que se ganan los campeonatos.


ACIERTO EN LOS PUTTS CORTOS (90cm-1,50m)
Las estadísticas igualmente son testarudas. Adam Scott no estuvo afortunado en el green durante toda la temporada en el US PGA Tour. Su acierto solamente se centra en los putts muy cortos. Es decir, de 90 centímetros hasta metro y medio, cuyo porcentaje de efectividad es de 87,35%. Incluso baja a la mitad cuando hablamos de una distancia entre 1,5m a 3m (50%).
Lo mismo ocurre si hablamos solamente de 1,5m, con 96,34%, casi, casi, un pleno. Pero su porcentaje se reduce a distancias más largas en el green. Por ejemplo en el tramo de 4,5m y 9m (suponen 15 y 25 pies), el acierto sólo alcanza a un 21,11%. Entre 4,5m y 6m, un 28,3% y 3m hasta 4,5m, 24,68%.
No queremos aconsejarle –los consejos nadie los escuchan– pero sí sugerirle que por favor, deje el putter-escoba en un rincón o lo tire al río y se compre un putter normal.
Ese artilugio surgió en los años ochenta con buena intención. Fue para las personas mayores (Senior US PGA Tour que no los aceptó, ni tampoco los amateurs) que sufren de la espalda o tienen problemas con la columna vertebral. Para evitar que se agachen.
Si ayer se prohibieron con motivos demasiado evidentes los drivers que alcanzaban los 400-450 metros, frenando el disloque colectivo de agrandar los courses para que ganara Eldrick Woods…
Ya es hora de ponerse al día y retirar esas “jabalinas” o “putter-castigos”, como les llamaba un amigo australiano que dirigía una revista de la Costa del Sol. Con las modas pasan estas cosas. Y ha tardado demasiado la USGA y la Royal Ancient St. Andrews en la prohibición de los putter-escoba o de tripa en los torneos profesionales.
¿Hay tantos jugadores profesionales que padecen los “yipps” o están enfermos de la espalda para usarlos?


PUTTER TOTALMENTE DE MADERA
Ken Brown ha sido el último jugador en renunciar el tradicional putter totalmente de madera de su bisabuelo.
El escocés fue miembro del team europeo que ganó la Ryder Cup en The Belfry en 1985. Un año grande, grandioso, para los británicos que, junto a los profesionales europeos (Seve Ballesteros, Manuel Piñero, Bern Langer…) recuperarían el preciado trofeo de oro derrotando a los estadounidenses.
Severiano Ballesteros también ha sido el último en abandonar el driver de madera (madera de Percimon de Virginia o de Caqui en España), de la marca McGregor.
(El mismo árbol frutal (Caqui) que se interpone en el segundo golpe del hoyo 9, par 5, en el course Escorpión de Bétera, Valencia. Una fruta roja (caquis) que les encanta a los cientos de patos que conviven muy cerca de la Casa Club. Los patos se reúnen alrededor del árbol esperando al buen samaritano (jugador) para les abra ese dulce y maduro manjar).
En esos años ochenta se inventa el putter-escoba y publicamos un artículo amplio y extenso en la revista Golf Digest España.



PROTOTIPO EXCLUSIVO PARA EL US SENIOR TOUR


La aparición de aquél artilugio se construyó pura y exclusivamente para el US Senior Tour, con la finalidad de ser un putter útil (para evitar agacharse en el green y como protector de la espalda) para los veteranos campeones en un circuito plagado de estrellas inolvidables.
En aquellos momentos la televisión por cable (ESPN) transmitía todas las semanas los campeonatos del circuito senior –mayores de 50 años–que tenía una audiencia espectacular. El mismo o quizá más que los certámenes universitarios de basket-ball los domingos por la mañana o la música country que ofrecía la televisión norteamericana.
El putter-escoba –como así se llamó en un principio– no pretendía ser un nuevo instrumento para el golfista profesional, pero sí para los mayores que tenían una lesión de espalda. Esa fue realmente su finalidad.
Lo mismo podemos decir del nuevo artilugio o palo del nuevo millenium –actualmente prohibido en los campeonatos oficiales– que sirve para recuperar la bola una vez introducida en el hoyo, sin tener que agacharse. Un palo que muchos amateurs con edades avanzadas llevan en su bolsa, porque sufren dolencias en la columna vertebral. Para entendernos, como la bomba para desatascar lavabos o algo así.




CRITICAS A PETER SENIOR


El primer jugador en utilizar el putter-escoba (el primero se apoyaba en la barbilla) en el Tour Europeo ha sido el australiano Peter Senior, un campeón de las antípodas. Además, llevaba a su mujer June como caddie, en los tiempos que aún se admitían los carritos o trolleys.
En aquellos años las críticas fueron feroces en los medios británicos y europeos. E incluso los profesionales: denunciaron que no cumplía las reglas por su putter ilegal. Sin embargo, las protestas remitieron ante las explicaciones del australiano. Padecía los temidos “yipps o la calambra”, como así le llamaban y le llaman los jugadores españoles.
Un bloqueo de manos y cabeza que impiden al golfista dar el golpe en el green. O, en algunos casos, tembladera de manos.
En cualquier caso se utilizaba para cuestiones excepcionales y no por norma (hace unos años la US PGA Tour permitió a un profesional jugar con un buggy eléctrico por su enfermedad).
Sin embargo, un empresario avispado compró la compañía del putter-escoba, que no había tenido el éxito esperado entre las personas mayores. Gracias a la publicidad lo fue introduciendo en Estados Unidos y el mundo entero. Sin tener en cuenta las consecuencias, ya que la USGA y la Royal Ancient St Andrews no le dieron la mayor importancia y pensaron que se trataba de una moda pasajera.
Hasta que por fin reaccionaron ambas asociaciones y van a prohibir no sólo los putters largos (escoba), sino también los que se apoyan en la perilla o en la tripa. Algo lógico y razonable, porque se fabricó como un “bien terapéutico” para las personas mayores, y no para beneficiarse en los campeonatos internacionales.


SAM SNEAD, EL ÚNICO


Nunca olvidaremos el “match de exhibición” que se organizó en  La Moraleja para la inauguración oficial de su primer campo de golf. Primer course diseñado por Jack Nicklaus y con césped traído en aviones desde Estados Unidos. Tom Weiskopf (US), Jack Nicklaus (US), Valentín Barrios (ESP) y el inigualable Sam Snead (US) jugaron 18 hoyos.
¿Por qué recordamos aquella efemérides?
Por la forma de empuñar el putter y el stance de Sam Snead.
(Parecía que jugaba al “crocket” o algo así. Ese juego que, por medio de una masa de madera y una bola se tenía que recorrer un circuito marcado por alambres rectangulares clavados en el césped. Un entretenimiento que ganaba quien hacía menos golpes)
Una manera algo similar hacía Sammy en el green. Empuñaba el putter casi en la varilla, colocándose detrás de él (como el mazo) abría las piernas y lo balanceaba entre las piernas hacia delante.
No suponía un alarde singular, ni nada por el estilo, con respecto a  su espectacular golf.
Lo había pasado mal con los dichosos “yipps”.
Ejemplos hay miles o millones, igual que la gran cantidad de modelos de putters en el mundo. Asimismo, las distintas y variadas formas de empuñar el grip.
El putter, único palo diferente de la bolsa, no debe confundirse con el putter-escoba que no se hizo pensando en la estética, sino como un soporte-bastón para evitar los problemas de espalda para los mayores de edad.

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