Directivos tensaron la cuerda
Miguel Miró
Muchas, demasiadas versiones surgieron entre los
jugadores y socios a finales de los sesenta sobre la llamada “Patada de Manises”.
Una expresión espontánea. Tan clara y fulminante
como la decisión del comandante de la Base Aérea, Rafael Bordehore Moreno a
clausurar la entrada al campo de golf un 14 de marzo de 1969, hace más de cuarenta años.
Y por añadidura la correspondiente expulsión tajante a todos los socios,
jugadores y no-jugadores, que superaban los 500, sin dar ninguna explicación al
respecto.
Interesadas o no, puede pensarse que las distintas
versiones trataron de confundir en un asunto que dejó perplejos a los socios de
la sección de golf. Al mismo tiempo, permitir a todos aquellos que vivieron las
drásticas medidas, difundieran su contrariedad y sus protestas.
Una forma directa de inculpar, de forma injusta, a
los militares de la Base Aérea.
“Nos
trataron como apestosos”.
“Nos
hicieron vaciar la taquilla con una metralleta en la mano…”
“Fue
denigrante como nos trataron los militares”.
Una manera muy sutil de encubrir las causas reales
en relación al cierre del campo de golf.
El primer course (inaugurado sin tracas en 1957)
que se construyó en la región valenciana, pero no pudo inscribirse como tal al
pertenecer a la “sección deportiva” del Aero-club Manises dentro de la Base
Aérea.
VERSIONES FALSAS
Las versiones que adquirieron más fuerza fueron
dos.
“El nuevo
Jefe de la Base se molestó por la invitación a la fiesta y entrega de trofeos”.
(Primitivo Gómez Senet)
“El
coronel Murcia pidió a un profesor que le diera lecciones de golf”. (Un
profesional)
Unas historias sin fundamentos, que sirvieron como
excusas piadosas para intentar de disimular la verdadera razón. No era, por
tanto, culpa de los militares, tal como se dijo o se intentó demostrar. Sinceramente
fue un grupo de socios –los que dirigían la sección, que presuntamente insistían
que era club deportivo– y además conocían de antemano las consecuencias de dicha
decisión.
Los terrenos de la Base, dependían de la III
Región Militar y por consiguiente del Ministerio del Aire y los directivos se
excedieron en sus funciones. Habían llegado demasiado lejos. Los militares,
simplemente, cumplieron las órdenes superiores y nada tuvieron que ver con el
suceso.
REGLAS AERO-CLUB
Éste es el documento. La carta firmada por el General Jefe del Sector Aéreo
de Valencia, Jaime Murcia Rubio. La misiva estaba dirigida a Señor D. José
Albiñana, presidente de la sección de golf. Su fecha: 8 de octubre de 1968.
“Mi
querido amigo:
La
autorización que, hace tiempo se concedió para que una parte de los terrenos de
la Base Aérea de Manises pudiese ser utilizada por la Sección de Golf del
Aéreo-Club de Valencia, siempre que no interfiriera las normales actividades
militares y normas aeronáuticas de dicha Base, ha creado con el tiempo una
situación de confusiones que conviene aclarar.
Por
ello y a fin de evitar conceptos erróneos y anomalías, debe orientarse el funcionamiento
de la Sección de Golf del Aéro-Club, dentro de las siguientes normas:
1ª La autorización se concedió
para fomentar la afición a la Aviación y lograr una mayor compenetración entre
Valencia y el Ejército del Aire.
2ª Por ser el Campo de Golf parte
de la Base Aérea de Manises con instalaciones aeronáuticas situadas dentro del
mismo, está bajo la dependencia directa del Jefe de la Base y sujeta a las
normas de vigilancia y seguridad que él ordene.
3ª El acceso, tanto de los
socios como del personal empleado ha de ser con la exclusiva y personal
autorización del Jefe de la Base.
4ª La organización del Golf de
la Base Aérea de Manises debe tener únicamente carácter de una Sección del
Aero-Club con un vocal de la Junta encargado de dicha sección, pero NO como
Presidente de la Sociedad de Golf.
5ª Cualquier decisión tomada
por la Junta del Aero-Club o por el vocal de la Junta que afecte o puede
afectar a los terrenos de juego e instalaciones en los mismos, deberá ser
aprobada antes de su puesta en práctica, por el Jefe de la Base, que podrá
asistir a las Juntas relacionadas con dicha actividad.
6ª Los Generales, Jefes,
Oficiales del Ejército del Aire y familiares, tendrán libre acceso a los
terrenos y dependencias del golf y podrán utilizar los servicios y dependencias
del Golf y podrán utilizar los servicios de las instalaciones, previo pago, el
precio normal que abonan los socios. Siéndoles facilitadas gratuitamente la
tarjeta de socio correspondiente.
7ª La utilización de los
terrenos de la Base y sus instalaciones como Club de Golf quedará suspendida
cuando la Autoridad Aeronáutica lo considere conveniente”.
Son en
resumen las normas generales que estamos obligados a cumplir en todas las Bases
y Establecimientos Aeronáuticos y que no suponen molestia para nadie.
Firmado: Jaime Murcia Rubio.
General
Jefe de sector aéreo de Valencia
A ESPALDAS DE LA BASE AÉREA
El aumento masivo de socios fue el primer detonante.
El éxito no se recibió entre la satisfacción y la prudencia.
Como mandaban los canones.
Todo lo contrario. Un grupo de socios se hicieron
más fuertes. José Manuel Gómez Trenor, uno de los pioneros y excelente piloto,
intentó poner orden y trasmitió las advertencias del Jefe de la Base Aérea. Pero
todo fue en vano.
Pongamos algunos ejemplos:
a) La
vajilla del restaurante de la Casa Club se cambió. Lucía el dibujo de un “escorpión” marrón.
b) Los
carnets de los socios, igualmente, se cambiaron con el nombre: “Club Escorpión de Manises”.
d) Ya
tenían decidido la constitución de un
nuevo club de golf, y mantenían cedido un local en el centro de la ciudad.
Sin embargo, la gestión y el compromiso con la
Real Federación Española de Golf que confirmaba a la “Junta Directiva del club”,
ha sido estoque final y se produjo la reacción del jefe de la base militar de
Manises.
Podríamos seguir, pero el entente cordiale con la
RFEG rebasó el vaso de la paciencia a la cúpula militar del Aero-Club Manises
que tomaría la decisión del cierre. Y se
produjo la rimbombante frase de:
La patada de Manises.
Unas palabras muy repetidas pero sin ninguna
revelación real de los hechos.