Simeone “juega”
al despiste
Por Miguel Miró
Luis Enrique Martínez necesitó cuatro días para reconocer
su “mea culpa” de la derrota de
Barcelona en Chamartín en el presente Campeonato Nacional de Liga. Lo hizo, sí,
obligado y sumamente contrariado. O tal vez, bien aconsejado por un amigo.
El “golpe” de la derrota ante Real Madrid (3-1), se
centró pura y llanamente en las “dudas” y los “nervios” del bisoño técnico que
contagiaron al equipo. Asimismo, su preocupación por el sistema defensivo azulgrana. El
entrenador estaba más pendiente del juego rival, en lugar de hacerlo con su
equipo.
Diego Simeone, mejor jugador y mejor técnico que el
asturiano, se niega en rotundo reconocer
sus errores. Más cabezota que su colegui, y obstinado como un auténtico
escocés, de la vieja estirpe.
Sigue “erre-que-erre” en su teoría:
“Hasta la expulsión de Arda Turán, el partido tenía el
guión previsto”. Y entonces nos cuenta una milonga,
entretejiendo éxitos –que no fracasos– de los últimos años de vinos y rosas.
¿También estaba previsto el gol de Real Madrid?
¿FÚTBOL RÁCANO Y DEFENSIVO?
Tampoco quiso hablar de su “espantada” de Chamartín en un
coche particular, dejando al grupo de jugadores rojiblancos en el autocar con
el alma en pena de la derrota. Un verdadero “portazo” al no continuar en la
Copa de Europa (Champions).
El técnico argentino jugó al “despiste” en una rueda de
prensa posterior, contando milongas o argumentos que no convencen a los
periodistas. La única excepción: acepta las críticas aunque dice que acepta
algunas y otras, no. Y que en el fútbol todos tienen razón. Otra generalidad
que tampoco se entiende, salvo para las personas que se niegan a discutir.
Pero se olvida de una cuestión: No puede, ya, ganar nada.
“Rien de rien”.
Eliminado en la Copa de España en circunstancias extrañas…
¿Tapar un escándalo por otro? (la ridícula y sorprendente sanción a Cristiano,
después de agredir a tres jugadores de Córdoba, con cinco expulsiones en su
curriculum y sin imponer más partidos como reincidente… arbitrajes nefastos en
la ida y la vuelta frente a Barcelona…).
Eliminado, recientemente, en la Copa de Europa y… resulta
imposible revalidar el Campeonato de Liga. Además, no debemos olvidar que
todavía no tiene asegurado el tercer puesto en la tabla de clasificación.
CERO MÁS CERO: CERO PATATERO
Atlético de Madrid, a pesar de las “milongas” de Diego
Pablo Simeone se quedó sin títulos la presente temporada. No vamos a negar la
realidad. 0+0=0. Un cero patatero, después de resurgir de las cenizas. Después
de años de gloria y alegrías para los aficionados del equipo rojiblanco.
Un poco de autocrítica le vendría bien al argentino de
origen italiano. Y reconocer su “mea culpa”, que le permitiría, quizá, dormir más
tranquilo.
A los colchoneros sólo les quedan en el recuerdo los “5
lobitos”.
Imbatido en cinco partidos del clásico madrileño. La paliza
y humillación tremenda que significó a su vecino y encopetado Real Madrid. De
seis matches en Copa España, Liga y Copa de Europa, ganó cuatro, empató uno y
perdió el otro.
¿Algunos o todos de los hinchas de At Madrid no se va a
olvidar de la goleada (4-0 a Real Madrid) en el estadio Vicente Calderón?
NUESTRA TEORÍA Y SU DESARROLLO
Hay un tango (Cambalache) que fue prohibido por el
régimen militar argentino. En su letra hay un párrafo que dice (…) “el que
no llora, no mama / y el que no mama es un gil”/(…).
Real Madrid lloró más de la cuenta. Las lesiones de sus
titulares. Los Medios de Comunicación se hicieron eco de todos y cada uno de
los detalles. No dejaba de ser un estímulo añadido para el cuadro de Carlo
Ancelotti, cuyo técnico decía todo lo contrario.
Sin embargo, un medio de tirada nacional hizo un estudio
comparativo entre los dos equipos durante la temporada. Se trataba de las
rotaciones de los jugadores, cuya reflexión fue la siguiente:
“Estaban más frescos los futbolistas de Atlético de
Madrid y más cansados los de Real Madrid, de acuerdo a los minutos disputados”.
Lo que no decía la citada estadística: la mayoría de las
rotaciones rojiblancas fueron por lesiones y sanciones, ya que los árbitros le
“frieron” a tarjetas. Y, por lo que se aprecia en los partidos: los merengues reciben
pocas tarjetas.
Otra de las cuestiones posibles está en el catenaccio
italiano. No se olviden que Diego Simeone jugó más en Italia que en Argentina.
Y todo se contagia en un match de dos vueltas para la clasificación a las
semifinales de la Copa de Europa. En este caso, se estudia demasiado al rival y
termina siendo una obsesión. (Lo mismo que le ocurrió a Luis Enrique Martínez en
su visita a Chamartín).
LA MOTIVACIÓN
Por último, la motivación que suele darle Diego Simeone a
los jugadores de Atlético de Madrid para que rindan el 100%. En ciertos casos
abusa de la “ración mental” (como psicólogo-jugador, o capitán o líder del
equipo) en el vestuario y los profesionales a veces se “pasan de revoluciones”.
Y nunca se debe olvidar que los futbolistas son los que ganan los partidos.
Igualmente, sus cabezas por lo general tienen que estar
“desamuebladas” de los problemas mundanos antes del encuentro.
Alfredo Stéfano di Stéfano siempre decía que la
aportación de un entrenador es de un 10%, algo así como la dosis de suerte en
cualquier juego o deporte durante su práctica.
El entrenador, por su parte, debe leer el match y
descubrir la fragilidad del rival. Una base importante, para variar un juego ofensivo
o cualquier deficiencia en su equipo para corregirlo. En caso de no estar
concentrado, las acciones se producen en cuestión de segundos.
CONCLUSIÓN FINAL
Diego Simeone basó toda su estratagema para el partido del
estadio Santiago Bernabéu estudiando milímetro a milímetro la última final de Copa
de Europa disputada en Lisboa entre ambos equipos, pero a la inversa.
Un empate en los minutos reglamentarios, reservando todas
las energías del equipo para la prórroga de media hora (15´+ 15´).
(Como recordarán, Atlético de Madrid se quedó sin oxígeno
y sin piernas en el suplemento, siendo goleado por su adversario).
De ahí, lo del guión: hasta la expulsión de Arda Turán, estaba dentro de lo previsto. Y también un pacto de “no agresión”
con Ancelotti, que asumió el guante. El técnico de Real Madrid lo predijo antes
del match:
“Si Atlético no tiene prisas, tampoco nosotros tenemos
prisa…”
Demasiado riesgo para plantear un partido con estas
características. Similar al calcio italiano, o lo que es lo mismo
motivar al límite a los jugadores del eje del campo y defensa para que el
partido terminara 0-0 a los 90 minutos. O, lo que es lo mismo, con el crono en
la mano esperando el momento oportuno, como un cazador furtivo.
Resulta evidente que Simeone comunicó su plan a los
jugadores. Y también leyó la estadística incompleta del periódico de tirada
nacional. Algo que el técnico se aferró a ello. At de Madrid jugó a un ritmo
bajo de un encuentro trabado. Para que los rojiblancos estuvieran frescos para
la prórroga. Supuestamente, el asalto final.
TANTO TENSAR LA CUERDA…
Lo que no estaba en el guión de Diego Simeone fue la
expulsión de un jugador. La perla más importante del equipo, no sólo por su técnica
depurada (el turco es un artista con el balón en los pies) sino también porque
es el único del plantel que aguanta el balón arriba.
El hecho, en sí, no tenía por qué romper la estratagema,
pero de tanto tensar la cuerda… se rompió con el desajuste del equipo
rojiblanco en los últimos minutos. Y tanto Simeone como Atlético de Madrid lo
pagó demasiado caro. Jugó con fuego y se quemó.
O lo que es lo mismo: SE EQUIVOCÓ en su estratagema.
El riesgo de jugar “a la italiana”, con un gol basta,
supone una ruleta rusa o tener en la mano una granada sin espoleta. Al final,
un error defensivo supuso la victoria de Real Madrid y el pase a las
semifinales de la Copa de Europa.
Un amigo, antes del sorteo, nos avisó que el
emparejamiento del equipo merengue sería con la Juventus de Torino. Acertó.
Carlos Ancelotti ya tiene ahora una segunda vez. Una
fórmula que sabe de memoria, y que le sirvió para eliminar a su eterno rival.
Dependiendo, por supuesto, quién de los dos equipos
marque el primer gol y cierre la cortina.