lunes, 15 de diciembre de 2014

BARCELONA: “FOC i FUM”

Falta confianza y “regularidad”

Por Miguel Miró
Las dudas constantes del entrenador confunden y enredan a todo el equipo. Y si nos apuran, a toda la plantilla. Parecido a las tertulias de las radios y televisiones. En lugar de informar, confunden.
No es la primera vez que lo decimos:
a)   Entrenador nervioso o preocupado: “transmite nervios y preocupación al vestuario”.
b)   Entrenador que cambia de equipo todos los partidos (22) significa: “Todavía no tiene in mente a los titulares”.
c)   Entrenador que cambia el sistema varias veces: “desconoce o duda de las características y calidad de los jugadores”.
Luis Enrique Martínez está cometiendo los mismos errores que en su etapa en “la” Roma de Italia y lo peor de todo: parece no tener la fórmula para solucionarlo. No tiene él que solucionar el problema, sino  “todos”, entrenador y jugadores. Sin excusas.
Luis Enrique no está dirigiendo a canteranos ni jugadores jóvenes (Barcelona B o Celta)… sino a un equipo de estrellas rutilantes y de calidad. No estamos en la pre temporada… Nos encontramos a cuatro jornadas de Liga para terminar la primera vuelta, la primera eliminatoria de la Copa de España y en octavos de final en la Copa de Europa, que se dilucidará en febrero…Mes y medio (febrero) que pasa a toda prisa.
Desde el comienzo de la presente campaña 2014-2015 ha conseguido “confundir” a los jugadores por estar obsesionado primero “por el rival” y segundo, por “el sistema defensivo”.
El técnico dejó buenas sensaciones en el Real Club Celta de Vigo, y lo reconocemos… pero una cuestión es la permanencia y otra muy distinta “ganar títulos”. El RC Celta no es, para entendernos, el FC Barcelona.
Para decirlo de otra forma y para no dejar dudas:
Luis Enrique todavía no ha ganado ningún título como entrenador (en las divisiones inferiores no se ganan trofeos), mientras que la plantilla azulgrana está “empachado de cetros y títulos”. Fue, sin discusión, el mejor equipo de Europa y del Mundo en el S. XXI (hace prácticamente dos cursos).
Además, en los últimos 20 años superó con creces a Real Madrid con tres épocas extraordinarias: la de Johannes Cruyff, Frank Rijkaard y José Guardiola en el banquillo.   

REY DEL MILLENIUM
El equipo azulgrana se mantiene como el “Rey del Millenium” y mantiene actualmente su hegemonía nacional, europea e internacional.
El FC Barcelona, con su victoria en Wembley, se ha erigido como Rey de Europa y aumenta su hegemonía en el Nuevo Millenium (S. XXI), superando con tres coronas europeas [2006-2009 y 2011] al AC Milán de Italia [2003 y 2007]. Mantiene igualmente su supremacía en España, con respecto a su tradicional rival. Le supera en la consecución de trofeos durante las últimas dos décadas. Desde que el equipo merengue conquistó –con el mexicano Hugo Sánchez de máximo goleador– cinco Ligas consecutivas [1985-1990].
Para ser exactos: 21 años.

TOTALES (31-18)
1991-2000.- FC Barcelona: 16 títulos / Real Madrid CF: 7 títulos.
2001-2011.- FC Barcelona: 15 títulos / Real Madrid CF: 11 títulos.
2001-2011.- FC Barcelona: 3 títulos / Real Madrid CF: 1 título.
Campeonato de Liga (11-6)
1991-2000.- FC Barcelona: 6 títulos / Real Madrid CF: 3 títulos.
(At Madrid: 1 título. Deportivo La Coruña: 1 título)
2001-2011.- FC Barcelona: 5 títulos / Real Madrid CF: 3 títulos.
(Valencia: 2 títulos)


EXAMEN DE CONCIENCIA
No tratamos de buscar una “cabeza de turco”. También se han cometido errores graves, por no decir gravísimos, en la Junta Directiva (lo que se llama ahora pomposamente Junta de Gobierno). Un grupo de directivos (20) que son “interinos”, después de la dimisión de Alejandro Rosell, la no-continuidad de José Guardiola, la desgraciada muerte de Francisco Vilanova y los disparates del fichaje de Neymar da Silva.
Hace muchos años, Pablo Porta Bussons -con sus errores y virtudes que también los tenía- decía que para dirigir un club se necesita “hombres de fútbol”. Al principio no le comprendíamos, pero tenía razón. No por ser un buen empresario o comerciante puede ser un buen presidente de un club de fútbol.
Una sociedad deportiva no es una empresa ni un comercio. Los que rigen tienen que saber de fútbol. Porque la parte deportiva es vital para conseguir el éxito.
La actual directiva del FC Barcelona carece de esta virtud.
Y lo dice y repite, con razón, Johannes Cruyff.
Por eso hay que hacer examen de conciencia para que un club que ha llegado a la “cima del mundo” no siga viviendo del pasado inmediato y recupere la autoestima y todos se comprometan para solucionar un problema que puede convertirse en un problemón.


¿QUÉ LE PASA AL EQUIPO?
Tiene todo para ser un equipo ganador, pero carece de confianza y regularidad. Su juego es a ráfagas, por impulsos. Le falta coordinación y eso parece imposible cuando se hacen cambios constantes. Veintidós equipos distintos en los 22 partidos disputados. Las rotaciones son por lesiones y no por “norma”.
No hay equipo-tipo. Sigue “tocado” desde el partido en Chamartín. Se preocupa más del rival en lugar de explotar sus propias virtudes. La posesión es importante, sin duda, pero siempre acompañada por una mayor movilidad, velocidad, desmarque, precisión en el pase y presión constante en campo rival.
Le falta creerse de lo que son capaces de hacer.
Están “encorcetados” en un sistema que varía según el rival. Se confunden. Un sistema es la posición general en el campo, pero lo que importan son los planes del juego. Los distintos movimientos y variaciones para frenar al rival y encontrar el camino del gol.
Podríamos seguir, pero vamos a ser prácticos:
La victoria de un partido no significa “jugar bien”.
En el último partido europeo quién da más sensación de equipo-equipo es París St Germain. Y si nos apuran, desarrolla un juego más vistoso y más práctico teniendo en cuenta el escenario.
El conjunto parisino además de estar bien ensamblado y sincronizado juega al contragolpe y encuentra muchas facilidades por fuera (bandas) y por dentro.
Ahí, en ese match, se vieron las deficiencias de Barcelona, que recurrió al célebre 1-3-2-2-3 de Herbert Chapman (típico de José Guardiola con modificaciones en el plan de juego).
En las contras del equipo visitante (vestido de blanco, emulando a Real Madrid), obliga a los azulgranas una carrera “al galope” de la defensa hacia atrás, tras la pérdida del balón. (Un error que nos recuerda al partido en Chamartín). Se rompía la conexión de líneas. Primero, porque no está escalonada la defensa y segundo, exceptuando a Busquets y Pedro que se prodigan en tareas defensivas, los demás se “quedan” estáticos, sin intervenir.


Esto ocurre en varias ocasiones y el técnico rectifica después de hablar con Mascherano (pegado a Ibrahimovic). El argentino apoya a Mathieu (desbordado por Lucas Moura y Matuidi), mientras que Busquets-Pedro para tapar a Alves de la subida de Cavani.
Ya, en la segunda mitad, Neymar baja a ayudar en la banda para evitar sorpresas.
Está claro que se lee mal el match y al rival.  La línea de retaguardia francesa no subía. Motta se queda pegado a Messi; Ibrahimovic está en la segunda línea (desde atrás) pegado a Mascherano y Verrati protege su zona. Los que salían como flechas son Cavani y Lucas Moura por fuera y Matuidi, por dentro.
Tampoco se advierte y critica la pérdida de balones de Barcelona en el eje y el exceso de pases hacia atrás. Dichos pases son, por lo general, para hacer pausas no por costumbre.


La alegría fueron los tres goles y clasificar como cabeza de serie en la fase de grupos. Es verdad. Pero el equipo no juega con confianza y no tiene alegría. La alegría y la confianza se consiguen con la concentración, actitud, cabeza fría e inspiración.


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