El sueño de una final
Hispana se cumple
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
(Pedro Calderón de la Barca)
Por Miguel Miró
Durante las últimas cuatro o cinco temporadas,
ante la supremacía del FC Barcelona, se soñaba con una final de Champions (Copa
de Europa) española. Unos para “romper” el mito del “tiki-taka” y otros para
subir el último peldaño en busca de la gloria.
Una cuestión de tozudos… que no de fe.
Con la famosa frasecita:
“Este
año, sí. Este año toca, ya lo verás”.
Pasaron los años y tanto azulgranas como
madridistas se quedaban siempre con un sabor agridulce. En el penúltimo
escalón.
Italianos, alemanes e ingleses se adueñaron de la
Copa de Europa, con la excepción del FC Barcelona, todo hay que decirlo. Hasta el
autobús de Chelsea y tristemente recuerdo del 7Up.
La final fue alemana: Bayern München-Borussia
Dormund.
Y cuando menos se esperaba –no nos engañemos, el
fútbol es una tómbola– el sueño se cumplió.
¿Un regalo del cielo?
¿Para contradecir a Calderón de la Barca?
Todo es posible en la dimensión desconocida del
fútbol.
Los sueños como los milagros –cuestión de fe– se
cumplen pero no se anuncian.
Con todos los honores, este año tenemos una
Champions Española.
Y para no variar la dirección, a veces incorrecta
(y para que no se equivoquen como siempre), el éxito corresponde a los jugadores
blancos y rojiblancos. Ni más ni menos. Tampoco hay que hacer leña de los
rivales, que parecemos marujonas “pelando” a los que se quedaron en el camino.
Vamos a ser sinceros. Antes de cada
partido-revancha nadie pensaba –aunque lo desearan– que los dos matches serían
épicos. Ganados con autoridad, como corresponde en el campeonato reina europeo.
¿La corriente… el contagio?
Nada. No nos engañemos a pesar de que los dos
equipos españoles finalistas estén peleando, codo a codo como auténticos
purasangres, el Campeonato Nacional de Liga.
EL MÉRITO… DE LOS JUGADORES
Por adaptarse al momento –crítico, por supuesto–,
a las distintas circunstancias, el mérito corresponde a los jugadores. La
actitud, la frialdad, la concentración, el acierto… Y por supuesto el talento,
la técnica, la precisión y la comunión en el campo. El triunfo del “grupo”. La
unión y la fe.
Si bien Real Madrid nos dio la primera alegría
espantando a los fantasmas germánicos. (Schalke 04, Borussia Dormund y Bayern
München). Todos y cada de ellos en una tacada, con goleadas incluidas y en la
misma temporada. Catorce años después de su última final.
Atlético de Madrid nos hizo recordar a la final de
1974, que también tenía un equipazo. Manteniendo, de forma increíble, su
imbatibilidad en la Copa de Europa. No perdió ningún match en el evento, y fue
el primero en clasificarse en la primera fase (Grupos) de manera intachable.
Sin embargo, su mérito se alarga como un chicle
por un detalle que prevalece. Significativo. Los presupuestos de los cuatro
semifinalistas y el valor estimativo de sus respectivos planteles.
Veamos:
Real Madrid: €520
millones.
Chelsea: €395
millones.
Bayer München: €256 millones.
Atlético de Madrid: €74 millones.
REAL Y ATLÉTICO JUEGAN CON FUEGO
Real Madrid está jugando con fuego y Ancelotti lo
sabe. Una nueva recaída de Cristiano dos Santos, Aveiro por su tendinitis
rotuliana, podría alargar su recuperación de seis meses como mínimo o “un año”.
Le pasó a Nadal, no hace mucho, y otros muchos deportistas.
Lo mismo sucede con Raphael Varane, que tendría
que volver a pasar por el quirófano… más pronto que tarde. Y como punto final,
el galés Gareth Bale, según los médicos del club debería operarse cuanto antes
o al finalizar la temporada… por sus problemas de espalda.
Javier Alonso, además, no podrá participar en la
final de Lisboa. Una pieza básica (el jefe) en el sistema defensivo que se la
perderá por sanción. Un verdadero problema que podrá ser cubierto por
Illarramendi pero sin “don de mando”.
Por otra parte, Atlético de Madrid sigue “forzando”
a Diego Costa que sigue con molestias. Un problema que no es nuevo. El
delantero se encuentra entre algodones, rodeado de médicos, fisios y preparador
físico. Lo de Adrián López (autor de goles vitales ante Barcelona y Chelsea en Champions)
su problema ha sido una tendinitis rotuliana (lo mismo que Cristiano). Esta ha
sido la razón de la falta de asiduidad en el equipo titular rojiblanco. Y con
respecto al volante Arda Turán
igualmente padece osteopatía de pubis (pubalgia) y no se le puede cargar de
partidos.
No intentamos provocar alarmas, simplemente son
secretos a voces que se ocultan. Algo que pasa en todos los equipos a final de
temporada. No nos engañemos.
Aunque, en honor a la verdad, quien más tomó decisiones drásticas en algunos casos por
precaución ha sido el club rojiblanco. Las ausencias de Mario Suárez, Tiago
Cardozo, Diego Godín, David Villa Diego Costa, Arda Turán y Adrián López han
demostrado un consenso entre el cuerpo técnico y los servicios médicos.
…Aunque el jugador se revele y quiera jugar.
REVANCHA PENDIENTE O SUPER-COPA BIS
Por último, cuando se dispute la final de la UEFA
Champions League en Lisboa, ya se conocerá el campeón de Liga. La diferencia será
de apenas una semana o seis días. Algo atípico como el calendario de
competiciones.
(Algo que no ocurre en otros campeonatos
nacionales europeos)
No obstante, muchos de los profesionales de la
final de la Champions tendrán que hacer un “sobreesfuerzo” porque empieza la
Copa del Mundo FIFA en Brasil.
De cualquier manera, supondría una revancha
pendiente o una Super Copa de España “bis” para los equipos madrileños. Aunque
sólo se podría hablar de una revancha pendiente.
Todavía se mantiene, entre ceja y ceja, la
eliminación de Atlético de Madrid en la Copa de España. Precisamente ante su
más directo enemigo. Los rojiblancos, que defendían el título tuvieron un doble
tropiezo después de “mojarle la oreja” en la final de la temporada pasada
(2013-2014).
Por eso, ahora, existen aires de revancha
(vendetta, en italiano) en la final de Lisboa. El cuadro colchonero puede
perdonar, sí; pero olvidar nunca. La ocasión podría única, a un partido. Máxime
cuando el título de Copa lo posee Real Madrid.
Lo único importante –por lo menos, así lo pensamos–
que este año seguro-seguro lo gana un equipo español. Sea cual sea el color de
la camiseta de los contendientes.
Algo así como un sueño. Un sueño que se ha convertido
en una cruda e irrefutable realidad.
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