Barcelona cae en 4´
en “infierno” Anoeta
Por Miguel Miró
¿Se puede pensar más en el rival que en su propio equipo?
Es posible que se diga por el mal segundo tiempo en Anoeta. Es normal. Barcelona
debe ser, por lo general, el “primer actor” en cada partido. Protagonista.
Nunca un timorato telonero como lo fuera Real Sociedad en el segundo match de
la Copa de España. Cuando se toman demasiadas precauciones del adversario está
claro que se autoexcluye su verdadero potencial como equipo.
¿Se puede hacer un experimento porque salió bien otras veces?
No ha sido un experimento. El equipo que jugó ante Real Sociedad, ya lo
había hecho más de una vez durante la temporada. Alex Song, Montoya y Bartra
habían brillado en esos partidos. No es ningún secreto. Eso dio lugar a que el
club renovara a los dos zagueros, y no traspasara al volante. Se confiaba en los
tres porque darían mucho juego. Además, el entrenador intuía que los titulares iban a
sufrir un “bajón físico” después del esfuerzo ante Manchester City. Algo
parecido le sucedió a Atlético de Madrid en Pamplona. No hay nada nuevo bajo el
sol.
¿Se puede hacer rotaciones en un partido que puede ser trascendental?
Todos los partidos deben ser transcendentales. Las rotaciones son por
necesidad. Siempre lo dijimos e incluso criticamos duramente. Por lesionados y
un máximo de tres. Lo razonable. Para poder rectificar durante el juego.
No sabemos el motivo ni las razones que les induce a exagerar a ciertos
medios de información. Solamente en el equipo azulgrana se hicieron estas tres rotaciones para el match
ante Real Sociedad. Adriano sustituía a Jorge Alba por una lesión. Lo de Neymar
como suplente nos parece de chiste. En cuanto a la posición de Sergio Busquets
como volante en una zona más avanzada ya había jugado en ese puesto. En su club
y en la selección nacional dirigida por Vicente del Bosque.
¿SE PUEDE “CEGAR” UN
ENTRENADOR?
Son muchos los entrenadores que se ciegan y se mantienen en sus trece. En
el pasado, desde el banquillo y en el presente, de pie chupando frío. Es innato
en el ser humano. No obstante, el técnico azulgrana no se cegó. Su dibujo
estaba bien planteado. Otra cuestión fue la constante provocación y las
circunstancias adversas que se produjeron en el estadio. Dentro y fuera, aunque
nadie hable de ello. Algunos piensan que ha sido una “encerrona”. La misma que
le hicieron a Atlético de Madrid en Almería.
¿Se puede protestar por las tarjetas a los dos centrales y un volante?
Resulta normal un “calentón”. Y también por el circo “arbitral” que suelen montar
algunos medios informativos. Es verdad que merma en un 50% la tarjeta amarilla:
no deja de ser la antesala de la expulsión por una simple provocación del
rival. Sin embargo, protestar no soluciona… perjudica.
¿Por qué?
No sirve para nada. El tinglado del fútbol está montado así.
Existe, eso sí, falta de reacción del entrenador al no hacer el cambio de
Mascherano por Bartra y quitar a Song por Fábregas en el descanso. Y esperar cómo
se presenta el segundo tiempo para darle entrada a Xavi por Neymar. Esto es lo
que pensamos sobre el plan de Martino, pero el árbitro le expulsó sin motivo
aparente. Y todo por una provocación del banquillo del equipo local. Ahora se
sabe lo que dijo el técnico de Barcelona, pero se “esconde” y no se dice nada
de lo que le dijo el segundo entrenador de Real Sociedad José María Lumbreras y
algunos jugadores. El error fue contestarles.
¿Se puede expulsar a un entrenador por decir “pelotudo?
En absoluto, no es un insulto. Significa “vago” o “tonto” lisa y
llanamente. La ignorancia de la gente –en este caso el linier– es libre de
equivocarse y perjudicar a un tercero.
¿Se puede pensar en poner muchos delanteros para garantizar la victoria?
La máxima del fútbol es el gol. Pero si no se elaboran jugadas desde el
mediocampo para que llegue el balón al área resulta una soberana estupidez
llenar de delanteros. Un error que comenten muchos técnicos. Unay Emery tiene
el diploma de honor, por ejemplo. A veces sale bien, a veces sale mal.
¿SE PUEDE PENSAR EN
PERDER LA LIGA?
Al perder el match de Anoeta en unas circunstancias anómalas y en un
ambiente tenso, Barcelona se mete en un charco. Pero todavía le quedan dos
cartas para jugar en los próximos dos meses. En Liga, en Chamartín y en la Copa
de España, su segundo clásico en la
final de Mestalla. Todavía no hay nada escrito. El fútbol es un juego y es
impredecible. Ahora bien, a nadie puede sorprender que Real Madrid esté líder.
Todavía no ha jugado la Copa de Europa. Supone una ventaja de calendario, ni
más ni menos. Se puede decir, sin temor a equivocarse, que “es líder favorecido
por el calendario de la Champions”.
Tampoco es para ponerse nerviosos. Ya lo comentamos en un artículo anterior.
Sabíamos que la Copa de España y la Champions –con un formato diferente, por
eliminatorias– iba a repercutir en el Campeonato de Liga. Son partidos a tres
días muy intensos y de mucha concentración y suele ser normal un relajamiento
en momentos semejantes. Algo así: como si le quitáramos el relleno a un
sandwich o bocadillo. El relleno es la Liga.
ERRORES ENCADENADOS
No es que se pueda pensar… Son hechos consumados. Los errores se pueden
corregir, pero pueden ser irreversibles si se producen de una manera
encadenada. Mucho más si añadimos “la falta” de respuesta inmediata en el
segundo tiempo en el estadio de Anoeta con el empate (1-1) en el marcador.
Y sobre todo por la solución de Gerardo Martino en el segundo match de Copa
ante el mismo rival y mismo escenario (Ver Gráfico 5). Unos relevos combinados
que frenaron a Real Sociedad. Cambiar esta estructura defensiva con tres
jugadores distintos fue la causa del desbarajuste en la última zona. Aunque en
muchos casos Adriano se cruza el ancho del campo para cubrir el agujero
increíble que deja constantemente Martín Montoya (gráfico 4). Primero con la
velocidad de Griezmann en la calle derecha azulgrana y después con el letal
Carlos Vela en la segunda parte. Si errático es Montoya, Alex Song marca un
autogol al salir a destiempo en un corner, cruzándose a Elustondo.
Y para rematar, el pase de cabeza mal dado y corto de Bartra, que se
convierte en el origen del segundo gol. (Al ser un pase, nunca puede ser
off-side). Barcelona adelanta demasiado las líneas (separadas, no juntas) sin
dejar a un full-back para el cruce como reserva.
Y con pases largos –en este partido sí cuenta con lanzadores– de Íñigo
Martínez, Miguel González, Sergio Canales y… hasta el guardameta Bravo.
El equipo azulgrana no aprovecha el “boquete” enorme dejado por el rival en
el eje del campo (Gráfico 3) en los contraataques puntuales durante la primera
parte. Y cuando domina la zona ancha se encuentra con una desventaja de dos
goles y su adversario –todo el equipo– basculando en la jaula del área.
FACILIDADES EN LA
LÍNEA DE CONTENCIÓN
Nadie discute la victoria de los blanquiazules que en esta ocasión realiza
cuatro variantes, con calidad y
experiencia contrastada, tratando de engañar “sin un 9 específico”. La llave de
su éxito estuvo por fuera, por las bandas y la espantada de pájaros en contras
mortales en los comienzos de cada uno de los dos períodos.
Pero a Barcelona le falta intensidad y movilidad en la zona de elaboración.
No está fino como “6” Busquets ni tampoco Neymar, después de su lesión.
Igualmente falta la presión en campo contrario y no todos trabajaron en la
recuperación del balón. Hay desajustes que se pagan. No sólo del entrenador,
sino también de todo el equipo. La milonga de un guión distinto no cuela en
este partido.
Las facilidades en la línea de contención –confiando en el trabajo de las
otras líneas– termina con su tercera derrota en 2014. ¿Es consecuencia de la
presión de la Champions? Sin duda, porque
al día siguiente le sucedió algo similar a Atlético de Madrid y otros equipos europeos. Aunque también
empieza a pesar al equipo, ya que son humanos, la cantidad de errores y falsedades en el “caso Neymar” y la dimensión que está teniendo.
La plantilla puede estar unida, aceptar y comprender, pero no que el club esté enredado por las gestiones de un fichaje de un presidente irresponsable que en lugar de afrontar sus errores y consecuencias abandona la sociedad. Todo se amontona en una
institución de prestigio como lo es el FC Barcelona. Si la situación convulsa
de por sí empeora llega el contagio en todos los sectores, incluso el
deportivo.
…Y no se trata de un resfriado o una gripe.
La presencia de lanzadores favoreció las contras del cuadro local que hizo cuatro variantes. |
Los blanquiazules dejaban vacío el eje del campo, que los azulgranas no aprovecharon. |
Real Sociedad supo aprovechar el "agujero Montoya" a través de pases largos y cortos. |
La innovación de Gerardo Martino en el sistema defensivo en el segundo match la Copa. |