Nueva versión “picante” del sistema-Rappan en
Ginebra
Chile muerde, pero no pica.
La historia se repite.
En el anterior amistoso estuvo 2-0 por
delante y le faltó fe para ganar a España. Asimismo, sus propios errores
puntuales hicieron que sucumbiera ante la selección española en la Copa Mundo
FIFA 2010 de Sudáfrica.
Con Marcelo Bielsa y con Jorge Luis Sampaoli
ha pasado lo mismo. Aunque las apuestas técnico-tácticas fueron diferentes. No
concuerdan los dos esquemas sobre el césped ni tampoco los planes de juego.
Sólo tienen un fin en común: la victoria.
Lo único que le falta a los jugadores
trasandinos es una mayor motivación, humildad y solidaridad para estar
convencidos del triunfo. Creérselo cada uno de ellos antes, durante y después
de cada match.
Una tarea que no sólo corresponde al técnico,
sino a todo el grupo.
Sólo de esta forma se conseguirá el éxito.
Por
Miguel Miró
Chile le dio un repaso al vigente campeón de
Europa y del Mundo. Sin puntos por delante, pero dejó entrever un potencial muy
interesante. Superó a España en orden, coordinación, presión, velocidad, “posesión
y sobre todo táctico”. En cierta forma “desarmó” su juego para dominar la mayor
parte del match amistoso en Suiza.
Es verdad, igualmente, que Vicente del
Bosque no puso al equipo titular para poder comprobar a nuevos valores. Sin
embargo, a pesar de su pésimo partido supo corregir errores y recuperar su
orgullo en los minutos basura del partido para nivelar el score (2-2).
Lo más interesante del encuentro ha sido la
apuesta táctica del equipo trasandino. Y por supuesto, le puede sacar “mucho jugo”
con vistas a los enfrentamientos de octubre ante Colombia (11-10-2013, Bogotá)
y Ecuador (15/10/2013, Guayaquil). Dos victorias y seis puntos en juego que podrían
ser vitales para conseguir la clasificación de la Copa Mundo FIFA 2014 que se dirimirá
en Brasil.
VARIANTES EN EL SISTEMA DE RAPPAN
El austríaco Kurt Rappan inventó “la verrau” (cerrojo: 1-3-3-3-1) en los años
treinta. Precisamente cuando era seleccionador de Suiza. Un sistema de repliegue
y marcaje al hombre, para evitar la goleada de los rivales. La fórmula tuvo
éxito ayer y hoy, aunque en honor a la verdad suponía un variante de la fórmula
aún vigente del visionario Herber Chapman (1-3-2-2-3, Arsenal 1931).
Decimos ayer y hoy, porque tuvo repercusión
en los años cincuenta (Benito Díaz), dándosele diferentes nombres. La retranca
en Brasil, catenaccio en Italia, cerrojo en España… Debemos remarcar en “el hoy”,
porque varios entrenadores la utilizaron con éxito, al revertir en faceta
ofensiva.
Dos ejemplos son los técnicos Benjamín
Toshak, con rotundo éxito en la Real Sociedad de San Sebastián con jugadores
jóvenes y de la cantera. (Después intentó hacerlo en Real Madrid en su segundo
temporada y no funcionó por sus jugadores-estrellas). Y el holandés Louis Van
Gaal que fracasaría en Barcelona y Bayern Münich y le destituyeron.
El técnico galés lo modificó a jugar en
bloque. Cerrando los espacios en el repliegue y abriendo, también en bloque, en
ataque. Fue a finales de los ochenta. Más reciente ha sido Van Gaal (el
empecinado). El sistema fracasó porque se convirtió en una espantada de pájaros.
Sin cuidar los apoyos y relevos y muchos
otros grandes detalles. Pero sobre todo porque pretendió mezclar el sistema de
Rappan (1-3-3-3-1) y el fútbol-total de Marinus Jacobo Michels. Al final, el
embrollo fue descomunal. Cabe recordar también que el técnico holandés fue “el
niño de los recados” de Michels. (Por no decir “lame-cu…”, como dicen los técnicos
holandeses)
SAMPAOLI: MÁS SENCILLO Y MÁS PRÁCTICO
Jorge Luis Sampaoli ha trasformado con retoques
el sistema de Rappan. El director técnico de Chile le ha sacado jugo al
1-3-3-3-1, que varía en defensa y ataque. En pocas palabras lo hace más
sencillo, más práctico y más resolutivo. Buscando, eso sí, una combinación explosiva:
las características y la complicidad de los jugadores.
Si explosiva es la combinación que deja en “bragas”
al rival.
Forma tres calles, por los laterales y por el
centro. Hace presión intensiva en todo el campo y cada uno de los jugadores tiene
una misión encomendada. Sólo en momentos de agobio la línea de atrás (tres
hombres) tiene el apoyo del libre (Medel) y los dos volantes-laterales (Isla y
Mena) de la segunda línea. Uno o dos, según la circulación del balón.
El mecanismo defensivo provoca que Isla y
Mena tengan dos funciones (sube-baja, aunque la velocidad de Isla desequilibra
más), lo mismo que Vidal que le toca el marcaje al mejor hombre del rival, pero
en la recuperación del balón se dispara hacia arriba como un delantero más.
Otro detalle importante es el marcaje al
hombre. Algo que corresponde al libre (Medel, siempre al cruce), al stopper
(Marcelo Díaz, al 9 rival) y al volante
central (Vidal, que se encarga de anular al distribuidor de juego).
El cerebro del equipo (Pizarro) se apoya en
la tercera calle. El pasillo izquierdo. Una fórmula que también utiliza Prandelli
en la selección italiana. En esa zona tiene mayor espacio, más libertad y
parece destacar menos.
SE REVOLUCIONA EL ATAQUE
Aparentemente Chile tiene una solo punta en
el ataque (Vargas), pero no deja de ser un engaño para el adversario. De la
tercera línea se descuelgan tres jugadores más, cada cual más veloz. Cada uno
más desequilibrante en el uno contra uno. Isla, en vertical; Alexis Sánchez, en
diagonal y Vidal con esa chispa de jugador que no ha roto un plato, y su
cabeza funciona a 6.000 r.p.m.
Todavía –bien Barcelona, bien selección
chilena– no hemos visto a Alexis Sánchez en toda su dimensión, y creemos que tiene
muchos recursos. Lo que le hace perder concentración son las protestas.
¿No se da cuenta que cuanto más protesta más
patadas le van a dar?
No está jugando en el potrero ni en la
calle, está en un campo de fútbol y pensamos que puede dar resultados
extraordinarios. Siempre que se centre en su trabajo. Tiene explosión de
salida, tiene regate corto y largo, y debe divertirse en lugar de protestar.
El sistema de Chile ha hecho chirriar al
campeón del mundo, que no estuvo en su mejor momento. Le quitó el balón, se
hinchó en recuperarlo con anticipación y
presión. Fue un espectáculo en Ginebra. Si mantiene todo su poderío que le
brinda el sistema calcado para el éxito, machacando la complicidad del grupo,
cuenta con todas las cartas para
cualquier reto.
¿ ERRORES DE ESPAÑA?
La falta de sincronización de la trampa del
fuera de juego por los zagueros, en la que Ramos habilitó a Vargas en el primer
gol transandino. Lo mismo decimos de Arbeloa, que se vio desbordado por Isla. Y
más de lo mismo, Raúl Albiol, creyó que otra vez Vargas estaba en fuera de
juego en el segundo gol, cuando le habilitaba Arbeloa mal colocado.
La fragilidad de la línea de retaguardia,
fundamental para la armonía del resto del equipo, provocó el desajuste general.
No debemos olvidar, tampoco, los continuos adelantamientos de Sergio Ramos –que
ya son demasiado reiterativos en los últimos encuentros– dejaba otro boquete
enorme en la banda izquierda al no hacer los respectivos relevos con Monreal (el
mejor jugador del equipo en el marcaje y las subidas).
El colador de la defensa por la práctica
errónea del fuera de juego se unió además a las dudas tremendas del stopper
(Javier García) que no sabía a quién salir por el esquema del adversario.
FALLOS DEFENSIVOS: LO ACUSA TODO EL EQUIPO
No es necesario ser un genio para darse
cuenta que si falla todo el sistema de contención… se resiente todo el equipo.
Las demás líneas del centro del campo y la delantera. Sólo las jugadas
individuales tuvieron que salir a relucir ante el brillante juego del equipo
chileno. La reacción se comprobó en las ocasiones de gol: acciones individuales
de Xavi (en posición adelantada, para evitar el marcaje de Vidal), Pedro,
Cazorla, Fábregas y Pedro.
El motivo fue evidente, imprecisión en los
pases, continuos robos del balón del rival y la falta posesión del balón. Algo
fundamental en el juego español. Pero la calidad individual y el orgullo fueron
recompensados con el gol del empate. (Minutos antes Fábregas, en jugada
individual, estrella el balón en la cruceta, sorprendiendo a Bravo). El centro
en corto al segundo palo de Pedro que Soldado con la frente remató con un
misil. Imposible para el guardameta Bravo pegado a su palo derecho. Máximo
teniendo en cuenta la velocidad del balón y el frentazo pleno a un metro de la
línea de gol.
La réplica del equipo chileno llegó en el
último minuto del primer tiempo, aprovechándose Vargas las espaldas de la
defensa española, incapaz de ponerse en línea para provocar el fuera de juego.
AJUSTES, REACCIÓN Y DESGASTE DEL RIVAL
Tras el descanso, Del Bosque ajustó mejor la
trampa del fuera de juego y la situación del stopper y mejoró la retaguardia. Y
los cambios fueron “clavados” para revertir el resultado.
La entrada de Navas abrió el campo e hizo
retroceder a Isla. La presencia de Iniesta, situándolo en la banda junto a
Pizarro (conductor del equipo chileno) y la consistencia de Koke, que frenó la
sangría por el centro. (Las llegadas de Vargas y Vidal). Por último, Negredo
mucho más positivo que Soldado (el ex valencianista muy aislado y sin ningún interés
de sacrificarse en el trabajo duro) en el apoyo y solidaridad con los volantes.
Por supuesto que Chile mantuvo el dominio,
pero menos el balón. Y España se fue agrandando, no por juego sino por espíritu
de lucha, y resultó favorecido por el desgaste de su rival. La falta de
gasolina de los trasandinos, por no hacer pausas en la anticipación y presión
intensiva, ha sido la consecuencia de la reacción española.
Y lo que pudo haber sido una goleada de
Chile al bi-campeón de Europa y campeón del Mundo, se refrendó en un empate
después de varias cargas de “caballería ligera”. Algo impensable, si analizamos
los pros y contras de cada uno de los equipos. Una nueva ocasión desperdiciada
por la selección chilena que no se reflejó en el marcador por el pundonor y la
calidad técnica individual de varios jugadores españoles.
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