España reacciona y gana por penalties a la “bravísima” Italia
No es igual “correr detrás del balón” que “hacer correr al balón”.
Si “corre el balón” se multiplican los pases y aunque el movimiento de los
jugadores sean largos o cortos, el fútbol comienza a tener sentido.
No es un juego de palabras ni tan siquiera un acertijo. Se trata de algo
tan sencillo como el fútbol mismo.
Los cambios son los que invierten la situación. Y la selección española
empieza a “hacer correr el balón”. Se corrigen los errores y se cambia la
situación. De equipo dominado a equipo dominador. Equilibra las fuerzas y en
los 25 minutos finales ya controla el match.
En la prórroga, incluso, parece más fresca que Italia.
Por Miguel Miró
Vamos a explicarnos.
En el primer tiempo Italia le da una lección a España. No le deja maniobrar con comodidad. Le cierra todos los
espacios y por medio de la anticipación roba más balones en la zona central.
Igualmente, crea mucho peligro en el contraataque.
Al tener las líneas adelantadas y juntas, tiene dos ventajas. La primera,
la presión en el marcaje individual y colectivo (2X1) y segundo, el contragolpe
supone de un menor recorrido.
Esta situación sumada a la presión adelante, en las inmediaciones del área,
deja maniatada a la selección española. No es que jugase España estática y sin
ideas. Todos estaban “marcados” y los movimientos y desmarques le sitúan en la línea roja del
off-side. Lo mismo sucede con los pases
triangulados: se frenan por la presión agobiante del adversario, que se
anticipa en el robo del balón.
ESPAÑA HACE CORRER EL
BALÓN
Había que desatascar la presión de Italia y cerrar las vías que hacían agua
(los pasillos) y poner un comodín para acometer una doble función. Un jugador
de largo recorrido, capaz de tapar en el área, cambiar un marcaje en la zona
central y llegar, incluso al área.
La entrada de Jesús Navas y José Manuel Mata es cuando empieza a “correr el
balón con más fluidez” en la selección española. Y después la presencia de
Javier Martínez como comodín, permite un oxígeno complementario en la parte
interior del campo.
La entrada de los tres jugadores están “cantados”, sin embargo muchos dudan
en el “descarte” de los que estaban en el campo. La posición del seleccionador
es clara, no hace ninguna variante en el descanso. Pero ordena bajar a Silva
para ayudar a Arbeloa y Pedro a Alba en la otra banda.
Funciona el tapón en la banda izquierda, pero no así en la derecha. De ahí
viene la primera sustitución. Cambia un volante por un extremo. Silva está
prácticamente “fundido” por los más de 70 partidos en el Manchester City. Lo
mismo sucede con la variante de Pedro, que tapa las subidas de Maggio por la
banda, y ya no tiene aire en la subida donde Buffon se anticipa al balón en
clara ocasión de gol.
Aparece Mata, más clarividente en el fútbol ofensivo y con las ideas espontáneas
en la distribución de juego.
EL “COMODÍN”
DESPIERTA A BUSQUETS
La tercera sustitución se ve venir por el marcaje al hombre a Xabi
Hernández o Busquets. A éste último, Marchisio y De Rossi lo marearon en la
primera parte, ya que se abrían en abanico y le dejaban in fraganti en la
salida. Sin embargo, la opción es otra: Fernando Torres. Muy activo ante los
tres centrales italianos, pero castigado varias veces en el centro del campo.
La entrada del “comodín” Javier Martínez beneficia a los dos centrales españoles
–los mejores del equipo y sin ningún fallo en la marca– y despierta a Busquets,
que piensa en su salida. Es falso que se
convierta en un delantero centro. Su entrada le da más libertad a Piqué y Ramos
a subir en las faltas y en los corners. Y Busquets, que también tiene una
estatura respetable, se anima a asomarse a la línea central o quedarse más
retrasado.
Javier Martínez hace tareas múltiples, en el mediocampo y en el área cuando
Ramos o Piqué no suben.
OCASIONES DE GOL
España equilibra el juego del partido con los cambios y el “hacer correr el
balón” surte su efecto positivo. Porque Mata y Navas contagian a Xavi y dejan
más libre a Iniesta, otra de las figuras del equipo. Nunca se apaga. También es
cierto que algunos especialistas echaron en falta a Alonso, pero Javier
Martínez es mucho más completo.
No hace falta recordar la posición que le encomendaba Marcelo Bielsa al
jugador en su primera temporada en Athletic de Bilbao. Un central derecho con
doble función. Según la situación del partido, Javier Martínez se adelantaba
como “cerebro” en la zona central. Dos trabajos que cumplía a las mil
maravillas. O en el Bayern Münich como “escoba” o stopper delante de la línea
de zagueros.
Javier Martínez es un jugador polivalente.
Por eso, comprendió perfectamente la idea de Vicente del Bosque, de
utilizarle como comodín en la parte interior del campo.
Italia acusa físicamente la presión del primer tiempo, pero no es un equipo
que se rinda. De ninguna forma. Incluso poniéndole “torres” o “muros” que le
impidan el paso. Sin embargo, Cesare Pandrelli hizo cambios para refrescar al
equipo, como Monteolivo en la zona central y De Rossi como central, y la
entrada de Giovinco-Aquilani.
Sin embargo acusa fisuras en la banda izquierda, con la presencia de Navas
que termina por “fundir” al grandón de Chiellini. Sin embargo, Buffon saca todo
su repertorio, dejando el marco a cero.
ESPAÑA PUEDE “MATAR”
EL PARTIDO
España domina la situación pero marra muchas situaciones de gol para
“matar” el partido. Lo mismo sucede en la prórroga de media hora, en las que
Piqué –notable en la defensa– pierde oportunidades únicas. Al final el match
termina en tablas y se decide en la tanta de penalties.
Cualquiera de los dos equipos hicieron méritos para ganar, por tanto los
penalties suponían una ruleta. Trece goles de marcaron ante los dos ojos o
platos (0-0) del marcador en los 120 minutos.
Un error del “full-back” Bonuchi que tiró al balón a las gradas y un
acierto de Jesús Navas clasifica a España para la final de Maracaná ante
Brasil.
“PIROPO” DE LA
AFICION BRASILEÑA
¡Cuidado con las interpretaciones! La torcida brasileña sabe mucho de
fútbol. Por eso en el estadio Castelao iba a favor de Italia. Acaso, ¿no tenía
razón? Los “azzurri” le dieron un repaso a los españoles en los primeros 45
minutos del partido. Además, los “olés” no son ofensivos contra España.
La “torcida” brasileña siempre tiene razón.
¿Se oyeron “olés” en la prórroga? ¿Y en la tande de penalties?
Más que un “ataque” lo interpretamos como un piropo.
¿Se imaginan el motivo?
No querían ni en pintura al equipo español en la final ante Brasil. Ahora
que se juega la final en Maracaná la historia va a ser diferente.