sábado, 29 de junio de 2013

LAS SEMIFINALES Y LA PIZARRA (y2)


España reacciona y gana por penalties a la “bravísima” Italia

No es igual “correr detrás del balón” que “hacer correr al balón”.
Si “corre el balón” se multiplican los pases y aunque el movimiento de los jugadores sean largos o cortos, el fútbol comienza a tener sentido.
No es un juego de palabras ni tan siquiera un acertijo. Se trata de algo tan sencillo como el fútbol mismo.
Los cambios son los que invierten la situación. Y la selección española empieza a “hacer correr el balón”. Se corrigen los errores y se cambia la situación. De equipo dominado a equipo dominador. Equilibra las fuerzas y en los 25 minutos finales ya controla el match.
En la prórroga, incluso, parece más fresca que Italia.

Por Miguel Miró
Vamos a explicarnos.
En el primer tiempo Italia le da una lección a España. No le deja  maniobrar con comodidad. Le cierra todos los espacios y por medio de la anticipación roba más balones en la zona central. Igualmente, crea mucho peligro en el contraataque.
Al tener las líneas adelantadas y juntas, tiene dos ventajas. La primera, la presión en el marcaje individual y colectivo (2X1) y segundo, el contragolpe supone de un menor recorrido.
Esta situación sumada a la presión adelante, en las inmediaciones del área, deja maniatada a la selección española. No es que jugase España estática y sin ideas. Todos estaban “marcados” y los movimientos y  desmarques le sitúan en la línea roja del off-side. Lo mismo sucede con  los pases triangulados: se frenan por la presión agobiante del adversario, que se anticipa en el robo del balón.
 


ESPAÑA HACE CORRER EL BALÓN
Había que desatascar la presión de Italia y cerrar las vías que hacían agua (los pasillos) y poner un comodín para acometer una doble función. Un jugador de largo recorrido, capaz de tapar en el área, cambiar un marcaje en la zona central y llegar, incluso al área.
La entrada de Jesús Navas y José Manuel Mata es cuando empieza a “correr el balón con más fluidez” en la selección española. Y después la presencia de Javier Martínez como comodín, permite un oxígeno complementario en la parte interior del campo.
La entrada de los tres jugadores están “cantados”, sin embargo muchos dudan en el “descarte” de los que estaban en el campo. La posición del seleccionador es clara, no hace ninguna variante en el descanso. Pero ordena bajar a Silva para ayudar a Arbeloa y Pedro a Alba en la otra banda.
Funciona el tapón en la banda izquierda, pero no así en la derecha. De ahí viene la primera sustitución. Cambia un volante por un extremo. Silva está prácticamente “fundido” por los más de 70 partidos en el Manchester City. Lo mismo sucede con la variante de Pedro, que tapa las subidas de Maggio por la banda, y ya no tiene aire en la subida donde Buffon se anticipa al balón en clara ocasión de gol.
Aparece Mata, más clarividente en el fútbol ofensivo y con las ideas espontáneas en la distribución de juego.


EL “COMODÍN” DESPIERTA A BUSQUETS
La tercera sustitución se ve venir por el marcaje al hombre a Xabi Hernández o Busquets. A éste último, Marchisio y De Rossi lo marearon en la primera parte, ya que se abrían en abanico y le dejaban in fraganti en la salida. Sin embargo, la opción es otra: Fernando Torres. Muy activo ante los tres centrales italianos, pero castigado varias veces en el centro del campo.
La entrada del “comodín” Javier Martínez beneficia a los dos centrales españoles –los mejores del equipo y sin ningún fallo en la marca– y despierta a Busquets, que piensa en su salida.  Es falso que se convierta en un delantero centro. Su entrada le da más libertad a Piqué y Ramos a subir en las faltas y en los corners. Y Busquets, que también tiene una estatura respetable, se anima a asomarse a la línea central o quedarse más retrasado.
Javier Martínez hace tareas múltiples, en el mediocampo y en el área cuando Ramos o Piqué no suben. 

OCASIONES DE GOL
España equilibra el juego del partido con los cambios y el “hacer correr el balón” surte su efecto positivo. Porque Mata y Navas contagian a Xavi y dejan más libre a Iniesta, otra de las figuras del equipo. Nunca se apaga. También es cierto que algunos especialistas echaron en falta a Alonso, pero Javier Martínez es mucho más completo.
No hace falta recordar la posición que le encomendaba Marcelo Bielsa al jugador en su primera temporada en Athletic de Bilbao. Un central derecho con doble función. Según la situación del partido, Javier Martínez se adelantaba como “cerebro” en la zona central. Dos trabajos que cumplía a las mil maravillas. O en el Bayern Münich como “escoba” o stopper delante de la línea de zagueros.
Javier Martínez es un jugador polivalente.
Por eso, comprendió perfectamente la idea de Vicente del Bosque, de utilizarle como comodín en la parte interior del campo.
Italia acusa físicamente la presión del primer tiempo, pero no es un equipo que se rinda. De ninguna forma. Incluso poniéndole “torres” o “muros” que le impidan el paso. Sin embargo, Cesare Pandrelli hizo cambios para refrescar al equipo, como Monteolivo en la zona central y De Rossi como central, y la entrada de Giovinco-Aquilani.
Sin embargo acusa fisuras en la banda izquierda, con la presencia de Navas que termina por “fundir” al grandón de Chiellini. Sin embargo, Buffon saca todo su repertorio, dejando el marco a cero.
 

ESPAÑA PUEDE “MATAR” EL PARTIDO
España domina la situación pero marra muchas situaciones de gol para “matar” el partido. Lo mismo sucede en la prórroga de media hora, en las que Piqué –notable en la defensa– pierde oportunidades únicas. Al final el match termina en tablas y se decide en la tanta de penalties.
Cualquiera de los dos equipos hicieron méritos para ganar, por tanto los penalties suponían una ruleta. Trece goles de marcaron ante los dos ojos o platos (0-0) del marcador en los 120 minutos.
Un error del “full-back” Bonuchi que tiró al balón a las gradas y un acierto de Jesús Navas clasifica a España para la final de Maracaná ante Brasil.

“PIROPO” DE LA AFICION BRASILEÑA
¡Cuidado con las interpretaciones! La torcida brasileña sabe mucho de fútbol. Por eso en el estadio Castelao iba a favor de Italia. Acaso, ¿no tenía razón? Los “azzurri” le dieron un repaso a los españoles en los primeros 45 minutos del partido. Además, los “olés” no son ofensivos contra España.
La “torcida” brasileña siempre tiene razón.
¿Se oyeron “olés” en la prórroga? ¿Y en la tande de penalties?
Más que un “ataque” lo interpretamos como un piropo.
¿Se imaginan el motivo?
No querían ni en pintura al equipo español en la final ante Brasil. Ahora que se juega la final en Maracaná la historia va a ser diferente.