Mourinho recupera
1-4-1-4-1, el trío de Copas del Inter Milán
Todo es cuestión de gustos.
“Lo decía
un viejo y se chupaba los mocos”.
¿Parece fuerte, verdad? No; simplemente crudo.
Hay quien no le gusta el sistema italiano.
“¡Eso no es
fútbol!”
De hecho, siempre se le ha criticado a Mourinho y a su ayudante cada
vez que pusieron en práctica un sistema defensivo y la especulación, desde su
llegada al Real Madrid. Sin ir más lejos ésta misma semana. Cuando el conjunto
merengue cayó ante el Bayern Munich.
También los ingleses criticaron al Chelsea, dirigido por su ex jugador
Roberto Di Mateo. Y más aún, las “payasadas” y el teatro de Didier Drogba en el
encuentro frente al Barcelona.
Miguel Miró
Todo es cuestión de gustos.
El objetivo es ganar.
“La
cuestión es que la pelota entre o no,”decía Di Stéfano.
O Santiago Bernabéu:
“Ganar en
el último minuto y de penalty injusto”.
¿Qué han dicho los periódicos del triunfo del Real Madrid?
Muchos elogios, estadísticas, versos, prosas…
¿En qué quedamos entonces?
Todo es cuestión de gustos.
RECUPERA SU SISTEMA
El técnico José Mourinho recuperó el esquema la
noche amarga de la derrota del Real Madrid ante el Bayern Munich. (Primer round
de las semifinales europeas). El mismo esquema que utilizó en el Inter de
Milán.
La temporada dorada del equipo “neroazzurro”.
El mismo que ganó el Escudetto–Copa de Italia y la
Copa de Europa en Madrid. En el Allianz Arena de Munich no dio resultado porque
la segunda línea perdía su zona y el “punch” del contragolpe se diluyó como un
azucarillo.
Sin embargo, tomó buena nota del Chelsea que
venció al Barcelona. El equipo inglés adelantó líneas (30 metros) y no se metió
en la “cueva” de su área en el primer período.
El otro detalle importante –inadvertido para
muchos– ha sido una noticia que apareció el mismo día del clásico en un
periódico. “Mourinho renueva con el Real
Madrid”. Insólito, el entrenador firmó por cuatro años. No obstante, menos
insólito parece para la mente de los jugadores madridistas. Y no es necesario
explicarlo. Los problemas de la “cocina” que saltaron a la luz pública.
Los retoques del sistema de juego se apreciaron en
el campo. Líneas juntas, pero adelantadas. En la zona central. Con la finalidad
evitar la subida del adversario a su propio terreno. Un 1-4-1-4-1, “fijando” a
los azulgranas en la zona, con salida y cruce de dos jugadores (2X1). Un
trabajo de mucha coordinación y “tres pitbulls” (Ramos, Coentrao y Pepe) atentos
a los movimientos de Messi.
La primera línea también al principio estaba fija.
La línea de zagueros la conocen todos (Arbeloa,
Pepe, Ramos, Coentrao). Por delante, prácticamente pegado (Alonso), que hace de
“escoba”. Una segunda línea (Di María, Ozil, Khedira, Cristiano) y un solo delantero
(Benzema) que en el repliegue también colabora en tareas defensivas. Frente al
Barcelona, el técnico repitió la misma alineación de Munich.
Ponemos un ejemplo: Alonso hace la misma tarea que
hacía Cambiasso.
Otra cuestión son los cambios de posición. Algo
que se pudo ver en Munich. La situación de Alonso –demasiado retrasado– y la
razón de mandar a Özil a la banda derecha, al ver que Di María no cubría su
zona y arrancaba en diagonal por el centro. En la segunda línea cumplieron su
doble función, solamente Cristiano y Kherida. Tal vez por eso no lucieron
individualmente, pero hicieron su tarea. El problema se produjo en los últimos
20 minutos, por la ofensiva del equipo bávaro que hizo recular a los
madridistas a su área.
VENTAJA DE LÍDER
Si a este esquema rácano y especulativo si le añadimos
que el cuadro merengue jugaba con ventaja (cuatro puntos y también le valía el
empate) la reacción de los jugadores y su trabajo en el campo ha sido cuasi perfecto.
Aunque no faltó la “provocación”, una fórmula que siempre le gusta al
entrenador portugués.
Lo más sorprendente del Barcelona-Real Madrid:
se repitió la historia de Londres, 48 horas antes. Incluso la lluvia a raudales
que cayó en la Ciudad Condal. Sólo cambiaron los “tiempos”. Nos explicaremos.
El gol llegó temprano y la provocación, más tarde. El fallo defensivo se
produjo en los primeros minutos y el pisotón de Alonso al empeine de Alves, más
tarde, sin que el colegiado le mostrara la cartulina amarilla.
Otro detalle. El Real Madrid ganó en el Camp Nou
porque funcionó el sistema de contención e igualmente supo aprovechar sus
oportunidades. Eso que los entrenadores llaman “control de los tiempos” y
sentido práctico. El segundo gol de la victoria madridista ha sido otro ejemplo.
Se aprovechó de la relajación del rival después del empate, algo que había
costado un riñón.
¿Adónde estaba Özil y Ronaldo?
El alemán
pegado a la banda derecha (7) y el portugués…delantero centro (9).
¿POR QUÉ PERDIÓ EL BARCELONA?
Mucho se ha criticado al Barcelona y también a
José Guardiola. El técnico azulgrana tendría sus informes del rival. Nos
imaginamos, también, que había visto el partido Bayern-Real Madrid. Sin
embargo, toda la semana se habló de “cara o cruz” y que “sólo valía la
victoria”.
De cualquier manera pensamos que no haría cambios
con respecto al partido ante el Chelsea. Los rumores apuntaban la salida de
Xavi y la entrada de Piqué. Había que apuntalar la defensa.
Ni lo uno ni lo otro. Dio entrada al joven Tello
como único delantero-delantero y llenó la zona central de mediocampistas. Lo
mismo que en el partido contra el Santos de Sao Paulo en el Mundial de Clubes.
Con una diferencia sustancial en la banda izquierda, recordamos que se turnaban
en las subidas Thiago e Iniesta, como enganche e interior de ataque.
Tampoco le funcionó su mejor hombre y la “llave”
en Japón: Alves de extremo derecho. El brasileño armó el taco ante sus
compatriotas. Pero en esta ocasión no fue la “retranca”, sino una doble muralla
de piernas con la lección bien aprendida. Aún así, Guardiola adelantó a Xavi
Hernández. Una variante interesante que siempre le había dado buen resultado al
equipo.
Indudablemente, ha sido valiente. Sobre todo, al colocar
a una defensa de tres y la mantuvo durante todo el partido. Lo mismo hizo con
Tello –salió en los minutos finales– cinco
disparos y la mirilla averiada. Pero de nada le sirvió, porque delante tenía un
equipo de infantería, que iba cuerpo a cuerpo, al choque y al músculo. Ante un
rival con figuras, pero de fútbol-resultado.
El primer gol del Real Madrid, que árbitro y
linier se “tragaron con patatas” el offside de Kherida –ver el vídeo antes del
cabezazo de Pepe y léanse la nueva regla del fuera de juego– demostró que no es
lo mismo emparejarse dos jugadores de metro ochenta, en lugar que Adriano
(1,72) y Pepe (1,86).
La derrota del equipo azulgrana se fraguó, (a) por
la ansiedad del gol y ganar el partido. (b) Porque entró en el juego de la
provocación y perdió muchos balones en el centro del campo. (c) Porque el Real
Madrid jugó mejor y supo medir los tiempos.