Héctor Rial, una de las figuras relumbrantes del equipo merengue de la “Belle-Epòque” –el de las cinco copas de Europa– prefería hacer crucigramas antes de hablar o discutir de fútbol en el santuario Chiquifrú. Llegó a Madrid “recomendado” por Alfredo di Stéfano, después de brillar en el San Lorenzo de Almagro, Independiente de Santa Fe (Liga Pirata) y Nacional de Montevideo.
No obstante, en cierta ocasión, en Chamartín nos explicó con un ejemplo el problema del fútbol español y la falta de espectáculo.
“En un campo de fútbol están entrenando cuatro jugadores. Dos de ellos la “rompen” y son muy buenos; los otros dos, mediocres. Llegan el presidente y un intermediario. Después de una hora de reunión en las gradas, el presidente contrata a las dos mediocridades
recomendadas por el intermediario”. “El presidente, como no sabe de fútbol, se deja convencer y así le va al fútbol”. “No se necesita –añadió– tener “ojo clínico” para comprobar la diferencia”.
Miguel Miró
Se le puede reprochar muchas cosas a Jorge Valdano –como técnico y como secretario general del Real Madrid– pero no por su “ojo clínico”. Bien en su etapa en el Real Madrid que presidía Lorenzo Sanz y la última, en el regreso como presidente de Florentino Pérez. Ambos prescindieron de sus servicios.
--Valdano, como entrenador, eligió a Figo-Suker como fichajes. Dos figuras que resultaron clave para el equipo.
--Valdano, como Secretario General, tenía en su mente una “dupla” para el técnico idóneo, que le convenía al Real Madrid. El francés Arsène Wenger y el chileno Manuel Pelegrini. La prioridad, Wenger.
Sin embargo, el manager del Arsenal, Wenger “rechazó” la oferta. Dijo “no” al Real Madrid, aunque agradecía la deferencia.
¿Por qué dijo “no”? ¿Tal vez por la “mascarada” de José Antonio Reyes o la cesión del brasileño Baptista? Wenger, cuando se enteró que el jugador sevillano se había reído de él y hablaba “mal” del Arsenal, no le quiso ver ni en pintura. Pidió enseguida que le traspasaran. De cualquier forma habría que preguntarle al francés sus verdaderos motivos.
Sin embargo, cada vez que vemos jugar al Arsenal nos convencemos cada vez más que Jorge Valdano había elegido al técnico idóneo para ganarle al Barcelona.
¿POR QUÉ?
Por varias razones. d) El manager del Arsenal es un estudioso del fútbol. b) Un psicólogo para recuperar futbolistas (Anthony Adams, Thierry Henry). e) Ganó siete trofeos –tres Ligas– con el Arsenal y otros títulos en el Mónaco. f) Vaticinó que iba a ganar “invicto” la Liga y le llamaron “charlatán” y se rieron de él. Lo logró en 2004, su equipo no perdió un partido. Algo que sólo Preston lo había conseguido en la inauguración del FA League de Primera División en 1888-89. g) Se ocupa de organizar los entrenamientos y la dieta de toda la plantilla. h) Manda repetir una final de Copa porque uno de sus jugadores no respetó el “fair play” para que fueran atendidos dos rivales.
Por último, las razones más importantes: A) Descubre y forma talentos; ejemplos: George Weah, Patrick Vieira, Francisco Fábregas... B) Se compromete hasta “la médula” con la institución, defiende a capa y espada a su plantel; no crea problemas, los soluciona. C) El Arsenal ha sido el único equipo que ganó al campeón de Europa (FC Barcelona) en su estadio Emirates la temporada pasada.
AUDACIA Y CONOCIMIENTO
Nos sorprendió la audacia de Arsène Wenger y tuvimos que ver tres veces el partido Arsenal-Barcelona. Nunca habíamos visto nada igual. Porque la mayoría de los técnicos se “ciegan” en caliente y por la emoción del encuentro. Lo habíamos visto hacer a Alfredo di Stéfano en Mestalla, ante un equipo danés hace años en un match europeo. Un rival incómodo que con su velocidad rompía en dos la defensa y amenazaba con una goleada de espanto.
Tras el primer tiempo, el genio de Di Stéfano decidió cambiar el sistema radicalmente y también la situación de los hombres en el campo. Y empató un partido (2-2) que parecía perdido.
Lo de Arsène Wenger –que no fue improvisación– nos sorprendió más aún. Para ganarle al Barcelona varió ¡tres veces! el sistema. Un partido “limpio”, sin discusiones arbitrales y en una lid pura y dura.
En el equipo inglés la disciplina fue total en aquél encuentro frente al FC Barcelona. Durante los noventa minutos Arsène Wenger varió “tres veces el sistema”.
Del 1-4-4-2 del primer período pasó al 1-4-3-2-1, tras el descanso. Una pirámide invertida y Van Percy como único delantero. Y cuando faltaban 20 últimos minutos optó con una línea de retaguardia fija –cuatro zagueros en línea- y un mediocampo “basculante” con marcaje 2X1 en cada una de las zonas. Además, sorprendió con un contraataque en velocidad para liquidar a su adversario. La estratagema resultó perfecta, por la efectividad de sus delanteros que le dieron vuelta al resultado (0-1).
No fue, para nada, una improvisación. Wenger lo preparó todo. Paso a paso. Utilizó “el crono” en todo momento. De esta forma calculó el desgaste del adversario, que había realizado un fútbol espectacular y a fuerte ritmo durante los primeros 45 minutos.
El DT francés lo calculó tan al milímetro que el Barcelona –efectivamente– empezó a acusar su fondo físico en el minuto 70.
Después, en el partido de vuelta en el Camp Nou, José Guardiola le ganó la partida. La expulsión de Van Percy fue simplemente una excusa para Arsène Wenger.
El delantero holandés participó en todos los “fregados” en el primer tiempo. El árbitro se lo advirtió tres veces y su insolente actitud terminó por desquiciarle. Y todos conocemos los “prontos y las faltas” que realiza van Percy, incluso en la selección naranja durante la Copa del Mundo FIFA disputada en Sudáfrica.
ESPECTÁCULO
Pierda, empate o gane el equipo que dirige Arsène Wenger siempre ofrece espectáculo. Algo que Jorge Valdano lo sabía y lo sabe. Por eso había elegido al técnico francés. “Espectáculo” en lugar de agresividad y malos modos. “Espectáculo” en lugar de polémicas arbitrales. “Espectáculo”, algo que siempre piden los buenos aficionados al fútbol y los madridistas.
Al final, el ex secretario general del club, tuvo que decidirse por su segunda opción. Manuel Pelegrini, de la escuela del inolvidable Fernando Riera. El chileno había realizado una etapa más que notable en el Villarreal, pero también por su dilatado curriculum (Universidad de Chile, Palestino, Liga Ecuador, San Lorenzo, River Plate (Argentina).
Los resultados de Pelegrini en el Real Madrid han sido irreprochables en el Campeonato de Liga. Consiguió 96 puntos y se quedó muy cerca del record de goles (102 de 106), además de un increíble porcentaje de victorias (81,58%). Arriesgó con un sistema sumamente competitivo y ofensivo en el sprint final del campeonato. El mismo esquema que “copiaría” su sucesor en el cargo.
Sin embargo, la derrota ante el Alcorcón, en Copa y la eliminación en los cuartos de final de la Copa de Europa, le pusieron una gruesa piedra en su zapato durante su primer año en el equipo merengue. Florentino Pérez rescindió su contrato, en contra de “la línea” que siempre siguió el recordado ex presidente Santiago Bernabéu.
Al final, pasó lo que tenía que pasar. Tal como decía Héctor Rial.
“El presidente, como no sabe de fútbol, se deja convencer”.
Y ahora, tiene que ir a defender a su entrenador en todos los estamentos del fútbol. Porque tiene por costumbre de acusar “sin pruebas”, “manda a la mierda a un árbitro”, le mete “un dedo en un ojo al contrario” y sale de rositas. Lo que sucede y sucedió con los clásicos ha sido esperpéntico y seguirá siendo esperpéntico porque el “Manager” que dirige al Real Madrid se cree que tiene la verdad absoluta y también un dios. (Ya lo dijo en el Chelsea: “Después de dios, yo”, una de sus muchas gracietas ante los periodistas británicos).
Lo triste, y esa es otra, Florentino Pérez no le puede rescindir su contrato al entrenador elegido por él. Lo tiene “blindado” como los directivos de los bancos. Sólo de ficha tiene €80 Millones por cuatro temporadas, más sueldos y primas dobles, a los que hay que sumar por título conseguido.
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