Zurda prodigiosa, imaginación e instinto en la búsqueda del gol
El área es su territorio.
En su tarjeta de presentación pone delantero centro.
No es suficiente. Se requieren muchas cualidades y arquetipos para ejercer de número “9”.
Cualidades, bien; pero ¿arquetipos?
Sí; tal como suena. Hay delantero “tanque”, “pescador”, “técnico”, “con estrella”, “autónomo”, “mediapunta”, “natural”, “cabeceador” y alguno más.
Para que nos comprendan, vamos a explicarlo:
a) Tanque: utilizan su físico en el área /Rondón, Webó
b) Pescador: no se les espera, pero están /Trezzeguet, Soldado
c) Mediapunta: arrancan de la segunda línea /Pedro, Di María,
d) Ente autónomo: juegan para él; tira faltas y penalties /CRonaldo
e) Natural: no necesita ni perfil ni preparación /Rossi, Forlán
f) Cabeceador: basan todo en el juego aéreo /F Llorente, Adebayor
g) Técnico: los grandes dominadores del balón / Messi, Agüero, Villa
Estados Unidos-España. El impresionante disparo de Álvaro Negredo, al comprobar que el guardameta estaba adelantado, terminó estrellándose en el larguero. |
Miguel Miró
El fútbol tiene el mismo idioma. Un deporte que predomina la técnica, el estado anímico y el físico. Sin embargo, cuando se habla de un delantero goleador siempre aparece el “9”. Como Isidro Lángara, Telmo Zarra, Alfredo di Stéfano, o Enrique Castro “Quini”, que igualaría la marca de Zarra, al conseguir en dos equipos (Sporting de Gijón y Barcelona) seis trofeos como máximo goleador en la Liga española. Luego, vino Hugo Sánchez y la “armó”.
Todo cambia en este mundo, menos los goles. En el fondo son la gran alegría del fútbol. En Inglaterra, por ejemplo, antes se decía “centreforward” y ahora le llaman “striker”.
También los guardametas (goalkeepers) usaban rodilleras y hoy no las llevan, aunque muchos sigan la moda de Cañizares… hasta arriba de la rodilla, pero “sin ligas”.
De los “9” nombrados todos ellos tenían su estilo y su clase. Jugadores de área o de segunda línea. Pero entre los “exquisitos” técnicamente sobresalían Lángara, Di Stéfano y Quini. Entre los jugadores de área, Zarra y Hugo Sánchez rompieron todos los moldes de auténticos goleadores a la antigua usanza. Aún en distintas épocas. En cambio, Ferenc Puskas era punto y aparte. Por algo le llamaban “Pancho Pum, Pum”. Su zurda era eléctrica pero no era un delantero clásico.
Para estar acorde con las décadas más recientes, Quini y Hugo Sánchez se unieron a la elegancia de José Eulogio Gárate, los tres jugadores de área y estilistas. Del asturiano apreciamos su flexibilidad, además de su puntería. Un detalle que siempre se distinguía sobre los demás. El giro de media vuelta en una baldosa. Tenía los ojos en la nuca, porque estaba de espaldas a la portería.
Años después, apareció Baltazar. No era el rey mago, pero casi. El brasileño se acercó bastante (35) al record de Zarrra.
Aunque no era hombre de área, tenía un disparo seco, desde fuera o pisando el área. Cuando parecía que se iba fuera, el balón “cambiaba de dirección” y se metía en la portería como por arte de magia. Más bien era el efecto –fade- que le daba a la pelota.
Lo de Hugo también ha sido excepcional. El mexicano logró su segundo galardón de máximo goleador, sin que cuatro o seis de sus compañeros de su equipo le pasasen un balón en los primeros 15 o más partidos. (Primera temporada, Real Madrid). En su último año como merengue “igualó” el record-38 de Zarra en 36 partidos (1999-90). Algo que se consideró anecdótico, en su momento, porque el delantero vizcaíno los hizo en tan sólo en 30 encuentros (1950-51). Lo más impresionante de Hugo ha sido que rara vez le pillaron en fuera de juego.
Después vinieron las puntadas –con o sin hilo– de Mario Alberto Kempes y los brasileños Ronaldo y Romario. Parecía que tuvieran imanes en sus botas. Sobre todo ante los balones “sueltos” en el área. El argentino, de larga zancada y el balón pegado al pie prefería el pasillo derecho para su potente disparo de zurda. Cuestión de panorama y de goles.
ÚLTIMA TEMPORADA
En lo que respecta a la última temporada, buscamos el “9” ideal en la Liga española. David Villa y Diego Forlán, por su trayectoria, parecían ser los señalados. Pero “sin pre temporada” por el Mundial de Sudáfrica no explotaron de la forma que todos esperábamos. Pesaron igualmente las circunstancias. La adaptación de Villa a su nuevo equipo (Barcelona) y la tozudez de un entrenador (no es nuevo: ya lo había hecho en el Valencia) que suele cruzársele los cables. No obstante, vamos a pasar página. Ya lo dijeron en su momento Morientes, Barajas, Albelda… y Miguel Ángel Ruiz. Ya es pasado y es mejor olvidarlo.
Volvemos a remarcar lo del gusto. No hay nada escrito. Indudablemente, cada aficionado tiene su carta y su favorito. No decimos nada nuevo que nos entusiasmaron Giuseppe Rossi, Sergio Agüero y Lionel Messi, pero ocuparon posiciones distintas en el campo. El hambre de Roberto Soldado, letal en el área, pero sin la continuidad que necesita. La técnica del brasileño Nilmar, que una operación le privó de más partidos. La potencia del venezolano Rondón, que tiene un pie en el fútbol inglés.
Pero buscábamos algo más. Y el delantero del Sevilla Negredo lo tiene: personalidad y liderazgo. Un jugador que está en subida libre.
Álvaro Negredo ha sido, bajo nuestro punto de vista, el mejor “9” de la Liga durante la temporada 2010-11.
A sabiendas del “pique” con Luis Fabiano, que exigía sus galones después de ser titular con Brasil en Sudáfrica. Y a sabiendas de lo que esto implica. Negredo no sólo supo ganarse el puesto, sino que demostró unas cualidades extraordinarias en el Sevilla. Un equipo que levantó –todavía no sabemos cómo – Gregorio Manzano después de unos comienzos titubeantes en la Liga, su fracaso en la Copa de Europa y la “depresión” de los jugadores en un momento crítico y desalentador.
Nos sorprende siempre la “paciencia” de Álvaro Negredo, después de valorar su resistencia, sacrificio y sentido colectivo. Un delantero que nunca espera el balón en posiciones avanzadas. No se le caen los anillos por sus intentos de ayudar al equipo hispalense en la zona central del campo, ni tampoco en defensa ante momentos de agobio. Su estatura (1 metro 86) y su potencia física también se lo permitía. Aún así su salida siempre ha sido explosiva, buscando el desmarque y la colocación idónea. Por un lado, con una gran intuición, pero también un sentido práctico y efectivo.
Esta circunstancia le obligaba muchas veces estar sacar petróleo, bordeando el área grande del rival. Asimismo ha dejado entrever una sobrada y exquisita técnica con el balón en los pies. Su zurda es prodigiosa y también su imaginación en la búsqueda del gol. Estamos seguros que, de haber jugado más partidos, ahora mismo no estaríamos hablando de 20 goles. Además, se trata de un jugador que inventa sobre la marcha, piensa y dibuja en su cabeza el disparo. Y no es nada egoísta en el pase, cuando ve a un compañero en mejor posición que él cede el balón. Trabaja para el equipo.
Otro detalle que nos sorprende siempre es su flexibilidad dentro del área, en el que también es certero con la cabeza. Es explosivo en la salida y también en el giro, de espaldas a la portería. Tiene, además, sentido de distancia y un regate en seco muy interesante. Se encuentra entre los delanteros que piensan y aunque utiliza poco la pierda derecha, no lo duda dos veces si está delante del gol.
No sólo es un “9” de lujo para el Sevilla, también lo está siendo en la selección nacional. En agosto cumple 26 años y su progresión va in crescendo. Se encuentra, realmente, en un momento ideal. Igualmente, tiene una experiencia contrastada. No es ni mucho menos un recién llegado a la Primera División ni tampoco amigo de “hacer teatro” en el campo. Todo lo contrario, tiene genio e ingenio para eludir entradas duras e imponerse en el uno contra uno.
“NO” DEL VALENCIA
Se puede comprender que el Valencia quería “dinero en metálico” por el traspaso de David Villa. Tal vez por eso, el presidente Manuel Llorente rechazó la marcha del delantero asturiano al Real Madrid. Los problemas económicos del club y un estadio sin acabar.
Sin embargo, pensamos que el Valencia se equivocó. Precisamente cuando Villa creía que iba a vestirse de blanco, porque ya lo había pactado. Algo que no se produjo en su momento. La oferta del club madrileño fue de €25 Millones y Álvaro Negredo. En esta cuestión, no sabemos si se pidió la opinión del director deportivo o el técnico. No obstante, ahora mismo lo tendrá que estar lamentando.
Pero no solamente el Valencia –¡cuidado!– también el Real Madrid, que sigue contratando jugadores extranjeros y se desprende de grandes delanteros nacionales. Un “9”, un auténtico delantero centro como Álvaro Negredo.
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