¿Intervino Villa en la jugada del primer gol del Barcelona?
Bajo nuestro punto de vista, sí. Por una circunstancia básica. Iniesta arranca desde las espaldas del asturiano y el pase de Xavi es en diagonal, precisamente hacia donde estaba Villa. Cualquiera, con sentido común, puede interpretar e interpreta que César estaba siguiendo más los movimientos de Villa –se adelanta, se retrasa y se pone a dos metros por delante– que los de Iniesta en el mismo momento de la jugada. Por supuesto que distrajo al guardameta.
Por Miguel Miró
Se puede discutir –es algo inevitable– pero el off-side “posicional” no existe en el reglamento y resulta un mero artilugio para confundir. Es, en definitiva, el criterio y la interpretación del árbitro lo que prevalece. Pero el juez de línea tiene y debe levantar el banderín cuando Villa se queda en fuera de juego al adelantarse la defensa del Valencia y posteriormente –está a una distancia de dos metros– antes de que se elaborara la jugada del empate del Barcelona.
Vamos a imaginar que hubo hipotéticamente una conversación entre el linier y el árbitro.
- Jefe… ¿me escuchas?
- Dime…
- Villa está en fuera de juego, ¿levanto el banderín?
- ¿Interviene en la jugada?
- ¿Cómo?
- ¿Si interviene en la jugada?
- ¿Qué jugada? Está en off-side.
- No levantes nada, déjamelo a mí.
- De acuerdo, pero ahora además de Villa, también está Alves en fuera de juego.
Esta podría ser la conversación del árbitro con el linier, segundos antes del primer gol del Barcelona a través del pinganillo. Sin ánimo, claro está de poner en duda la interpretación del árbitro. Pero aún así, el linier no sancionó la infracción y continuó con el banderín pegado al cuerpo incumpliendo así la regla 11. La ficticia conversación también la escucharía el cuarto árbitro en el Camp Nou.
Se puede saber ¿para qué sirve el pinganillo?
Pues, sí. Para anular un gol por off-side a un equipo español en la Copa de Europa, como ya ocurriera en una ocasión. A través, precisamente, del cuarto árbitro que curiosamente era… español.
REGLA 11
Posición de fuera de juego
Un jugador estará en posición de fuera de juego si:
--Se encuentra más cerca de la línea de meta y el balón y el penúltimo adversario.
Un jugador no estará en posición de fuera de juego si:
--Se encuentra en su propia mitad de campo
--Está a la altura que el penúltimo adversario
--Está a la misma altura que los dos últimos adversarios
(Ésta es la auténtica regla que siempre se utilizó en el fútbol y está vigente)
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¿Intervino Villa en la jugada del gol del Barcelona?
Por supuesto que sí. Iniesta arranca desde las espaldas del asturiano y el pase de Xavi se dirige en diagonal adónde estaba Villa. Cualquiera, con sentido común, puede interpretar que César estaba siguiendo más los movimientos de Villa que los de Iniesta en el mismo momento de la jugada. Por supuesto que distrajo al guardameta.
Sin embargo, con las nuevas normativas –confusas, por cierto– todo depende del juicio del árbitro. En este caso, la trampa del fuera de juego (adelantamiento en línea de Navarro y Ricardo Costa) se contrarresta con el ardid de Villa: hacer la estatua y no intervenir en la jugada, pero se mueve para delante y para atrás y hace de “medio estorbo”. Una fórmula nueva que ha impuesto por primera vez José Guardiola y dio resultado. El árbitro y el linier se tragaron el anzuelo.
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(Dos añadidos al reglamento)
Un jugador en posición de fuera de juego será sancionado solamente si en el momento en que el balón toca o es jugado por uno de sus compañeros, se encuentra, a juicio del árbitro, implicado en el juego activo:
--Interfiriendo en el juego
--Interfiriendo a un adversario
--Ganando ventaja de dicha posición
--en saque de meta
--en un saque de banda
--saque de esquina
¿Gana ventaja Villa? Por supuesto que sí y también el Barcelona. César Sánchez no pierde de vista al número 7 del equipo local. ¿Acaso es el hombre invisible?
El truco de Villa se puede repetir en la Liga, pero podría ser distinto a juicio de otro colegiado y otro linier. El delantero azulgrana, además, cumple las indicaciones del entrenador, pero en este caso no hay duda de que se produce el fuera de juego.
El detalle, gran detalle porque termina en gol, influyó indudablemente en el resultado del partido. Benefició a un equipo y perjudicó al otro. Un tema de rabiosa actualidad por los “cambios confusos y poco prácticos” que se han hecho en el fútbol últimamente y que los ideólogos piensan que “se van a marcar más goles”.
Lo que van a provocar es más polémica. Además, se olvidan que se pueden malinterpretar las “nuevas normas” y que el dicho “crea la ley, crea la trampa” vuelve a cobrar mayor vigencia.
¿Por qué perdió el Valencia?
El Valencia realiza uno de los encuentros más completos que le hemos visto. Orden, disciplina, organización, apoyo, líderes en cada una de las líneas, motivación y es dueño y señor del partido. Bien en el despliegue como el repliegue (escalonado y basculando en el marcaje hacia el balón). Maniata al Barcelona y no le da ventajas eclipsando a sus estrellas más importantes. Messi, desaparecido; Xavi, diezmado y ahogado; Iniesta, neutralizado y Villa, aunque más activo, sin campo para moverse con soltura.
Se achicaron los espacios y no se pierde el balón en el centro del campo por la profesionalidad de Albelda, el temple y la calidad de Manoel Fernandes y la colaboración efectiva de Banega y Mathieu, convertido el francés en volante ofensivo. Además, se producen pausas, y el desgaste físico, en distancias cortas. Tenso y duro, pero en distancias cortas. (Como si montara las bases o zonas igual que la selección holandesa).
El equipo valenciano, después de una demostración de excelente juego, puede incluso marcharse al descanso con una ventaja más amplia… si Pablo busca el otro palo. Así y todo, el entonces líder demuestra por primera vez en la temporada su mejor repertorio, y que no era cuestión de correr kilómetros y mucho espíritu de lucha.
Sin embargo, todo cambia en el segundo período. El Valencia no se diluye como un terrón de azúcar, como opinan algunos, sino que se desconcentra y queda “tocado” a raíz del primer gol del Barcelona. Un tanto que no debería haber subido al marcador por el clamoroso fuera de juego de Villa, que supone una vez más la eterna y confusa canción del off-side “posicional”.
Está “grogui” durante los primeros 20 minutos del segundo tiempo. El suficiente para que el Barcelona pase de dominado a dominador. Con un error del árbitro llega el empate y después el segundo gol en un despiste defensivo. Ambos tantos por la misma banda y ambos pases del mismo jugador (Xavi).
¿Por qué se produce esa reacción del Barcelona?
Muy simple. El Barcelona modifica sus líneas en el descanso. Varía su dibujo, recupera la movilidad y el balón. Y lo más importante, hace cambios sorprendentes que desajustan el esquema del Valencia.
Xavi se adelanta –ya lo hizo en la selección contra Alemania en el mundial– y juega de libre quitándose las ataduras del centro del campo. Iniesta pasa a ocupar el puesto de Xavi, retrasando su posición. Villa se sitúa como delantero centro y Messi, como media punta, a las espaldas de Xavi. Y otro detalle importante, Alves se adelanta muchos metros como extremo y Puyol está más activo que Piqué.
José Guardiola reproduce de esta forma la misma táctica de su colega, Unai Emery. Carga toda la infantería hacia el flanco derecho del Valencia. Contra Jorge Alba. Un calco, pero en la otra banda. Al técnico del rival no le da tiempo para reaccionar. Primero: por el atontamiento del injusto primer gol y después, por no hacer cambios rápidos y fijar nuevamente los marcajes a la zona.
Ese desbarajuste provoca un desconcierto en las filas valencianistas y lo aprovecha el Barcelona para recuperar el balón y el dominio del mediocampo. Además, mantiene la presión adelante y crea muchas más ocasiones de gol, hasta los últimos 20 minutos que, con los cambios, el cuadro blanquinegro vuelve a recuperarse mientras que los azulgranas se dedican al contragolpe para aumentar el tanteador.
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