Mudos, sordos y ciegos
Por Miguel Miró
Cualquiera, que tenga sentido común, sabe o debe saber
que la campaña mediática contra el técnico Rafael Benítez ha sido provocada por
las estrellas, estrellitas y estrellados del plantel merengue. Los llamados,
mudos, sordos y ciegos que delante de un micrófono dicen una cosa y
“off-the-record” rajan y dicen lo contrario contra el entrenador y compañeros.
Es una fórmula vieja, anticuada, con doble arista y
peligrosa.
Y por más que los Medios de Información –y nos duele
decirlo– se pongan las medallas, han sido simples “transmisores” de los
jugadores durante los últimos siete meses.
Verde (más bien blanca) es la evidencia. Y quién no lo
quiera entender son las estrellitas o casi-mitos o las figuritas mediáticas de
un equipo los que “despiden al
entrenador”.
No es sólo una afirmación contrastada, es la pura y dura
verdad.
CAMPAÑA DE PRENSA
Otra cuestión es la persona que “ejecuta” el despido. El dúo Florentino Pérez, presidente y José
Ángel Sánchez, director general. Éste último amigo íntimo de Jorge Mendes-José
Mourinho y totalmente en contra de la continuidad del técnico.
Ambos intentaron jugar con la “campaña de Prensa” (una afirmación
que siempre surgió efecto con el mejor presidente que tuvo Real Madrid en toda
su historia: Santiago Bernabéu), pero les salió el tiro por la culata.
Fue, precisamente, Rafael Benítez quién repitió, con
puntos y comas, las mismas palabras del presidente en la rueda de
Prensa. En privado, Florentino Pérez se lo había dicho a los jugadores y cuerpo
técnico en la cocina de la Ciudad Deportiva.
Ésta circunstancia terminó por sacar de quicio al
principal responsable del club merengue, un día antes del encuentro frente a
Valencia.
En ese mismo momento Florentino Pérez le hizo “cruz y
raya” a Benítez y decidió su sustitución. Le daba exactamente igual el
resultado del partido. El técnico ya estaba “condenado”.
¿POR QUÉ?
El técnico ya le había hecho lo mismo al presidente con
la alineación “llegada de las alturas” previo al match frente a Barcelona en
Chamartín. (Algo que nunca negó Carlo Ancelotti, que cenaba con Florentino
Pérez y Sánchez antes de los partidos y se publicaron fotos).
Dejó en el banquillo a Casemiro y alineó a Kroos, James;
al trío Bale-Benzema-Cristiano y dio entrada a Isco.
Y todos conocen el resultado final (0-4)… que provocaría
un infierno permanente para el entrenador Rafael Benítez.
¿Querían jugar al ataque?
¡Toma tomate!
Sólo en los primeros compases del match contra Barcelona, los jugadores blancos
aceptaron el sistema-Benítez (1-3-3-3-1, ataque con líneas en diagonal),
después se refugiaron- en el sistema-Ancelotti (1-4-4-2, defensa/ataque).
Pero hay más:
¿Alguien reparó los errores de Sergio Ramos y Marcelo Vieira en tres de
los cuatro goles?
Ninguno de los dos “capitanes” estuvieron a su altura, en los tantos de
Luis Suárez (2) e Iniesta. (¡Y los dos desaparecieron “por lesión” en el
partido de la Copa de Europa!)
Se criticó, sin embargo, el poco sacrificio de los delanteros (Bale,
Bencema y Cristiano) y el volante ofensivo (James Rodríguez). El francés bajó
para ayudar, a pesar de su falta de forma física y el colombiano fue el más
activo en el centro del campo.
El galés Gareth Bale, tampoco bajó a defender, pero en el plan ofensivo
fue el autor de los pases a gol (4). A Cristiano, dos -mano a mano con Bravo y
cabezazo a quemarropa- y centros a Benzema, dentro del área que no fueron goles
de puro milagro.
DESAJUSTE
Y FALTA DE APOYO
¿Dónde estuvo el desajuste del equipo?
Desconfianza, actitud, desgana. Algo de eso hubo, pero lo
más grave y evidente: la falta de anticipación en salida, contundencia
(no-patadas) en el marcaje en cada uno de los movimientos del cuadro visitante
y el apoyo (cruce) en la presión de la cobertura.
Además, nunca tuvo las líneas juntas -demasiados espacios,
por el medio y los costados- y faltó la basculación banda a banda (en diagonal
y horizontal) que frenara la circulación azulgrana. Una fórmula muy repetida en
la presente temporada.
El despliegue ofensivo-Benítez (1-3-3-3-1), por lo general,
parte desde las bandas, con salidas en tromba (velocidad) o con cambios de
frente. No obstante, este detalle no se produjo en el primer tiempo. Aunque lo
intentó James varias veces en diagonal, autor de uno de los pocos disparos
entre los tres palos. Tampoco se vieron salidas de los zagueros laterales. Es
más: fueron superados una vez sí y otra, también.
Asimismo, habría que achacar la ausencia de unión en el
equipo (apoyo mutuo, asociación), aunque sí hubo protestas entre compañeros por
la falta de ayuda de los delanteros en el campo.
En la segunda parte mejoró tímidamente, por impulsos, aunque
tuvo más de cuatro ocasiones de gol en las que Bravo las desbarató, con el
mismo temple de los grandes y famosos guardametas de antaño.
AUSENCIA
DE CASEMIRO
Muchos han puesto en evidencia la ausencia del brasileño
Casemiro. La historia de los titulares/ausentes. No debemos engañarnos. Sólo
serviría para sospechar que Rafael Benítez participó un poco o nada en la
alineación para el match frente a Barcelona. Porque el novel jugador poco
podría haber hecho sin el apoyo de sus compañeros. El estático Toni Kroos, que
estaba actuando de “media-punta” en la penúltima línea de tres de Real Madrid
en los anteriores partidos, sin convencer a nadie y Modric que parecía un pato
mareado al adelantarse para intentar poner orden, pero sin frenar el juego de
Barcelona.
Pero lo más alarmante aún: ¿Nadie sabe por qué Benítez no
puso en práctica su sistema y tampoco por qué no eligió a los jugadores
titulares frente a Barcelona?
SISTEMA-BENÍTEZ
En el fútbol, como cualquier deporte colectivo, se compone
de piezas (como un puzzle) que deben encajar en un sistema. Dicho esquema se
acopla a las características de los jugadores. Ahora bien, tales piezas deben
coordinarse para conseguir una sincronización correcta.
El esquema y la fórmula de juego que proponía Rafael Benítez
fue correcto y el más adecuado. En su “construcción” e igualmente su
desarrollo. Muy a pesar de las críticas
histéricas de algunas estrellas del cuadro blanco desde el anonimato.
Lo más importante del sistema: se mantiene el contraataque
en velocidad buscando la sorpresa por distintos sectores del campo. Al mismo
tiempo, se aprovecha la inspiración personal, dentro de un ordenamiento
flexible y bastante sencillo.
La única modificación –coherente y dentro del mismo sistema–
está en el dispositivo defensivo en el que se incluye “la basculación” para
cerrar espacios. De ahí que el plan de juego lo considerábamos elástico y al
mismo tiempo práctico e ideal para los jugadores que dispone el plantel.
¿CUÁL HA
SIDO EL PROBLEMA?
Aparte de las ausencias por lesiones –importantes, sin duda–
estuvieron presentes los dichosos egos de los profesionales de Real Madrid. Se
transformaban en “entes autónomos” y algunos se negaron a interpretar el
funcionamiento del esquema. Tal vez, por testarudez, por una mala interpretación
de los movimientos en el campo sin intención o con intención ante la angustia
de un mal resultado.
Hablemos directo y claro: en el momento preciso que se
debería tener una total concentración y coordinación o asociación de ideas abandonaban
el guión diseñado, aparecían los errores y se pecaba de individualismo. Esto
provocaba, a su vez, un desajuste en el sentido posicional y el equipo se
descomponía por los dichosos personalismos.
INGLATERRA:
ESQUEMA SIMILAR
Cualquier buen aficionado al fútbol pudo comprobarlo
perfectamente y de forma nítida a través de la televisión. Nos referimos a los
dos partidos amistosos de Inglaterra en directo:
España-Inglaterra,
en Alicante e Inglaterra-Francia,
Londres.
Ambos matches fueron ofrecidos por TVE. El seleccionador
británico Roy Hodges ejecuta de forma perfecta y con éxito el mismo sistema (10
matches imbatido en la clasificación Eurocopa-2016) que trabaja y pretendía
implantar Rafael Benítez en el equipo de Real Madrid.
La única diferencia: las llamadas estrellas galácticas se “negaron”
a ejecutarlo.
La antesala del “disparen al pianista Benítez” se
produjo en el estadio Sánchez Pizjuán, donde Real Madrid jugó el mejor primer
tiempo de la temporada. Pero la intensidad y buen fútbol se apagó por la falta
de gasolina tras el descanso y perdió ante Sevilla.
La goleada de Barcelona en Chamartín fue clave. Ha sido el
comienzo el ataque a discreción contra Rafael Benítez.
(Continuará)
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