At Madrid: líder, tacita a tacita
Por Miguel Miró
Carmen Maura nos decía, con una sonrisa que encandilaba y
unos ojos picarones… luciendo un abrigo de pieles.
“Tacita a tacita…”
Un anuncio de un café y cupones que aparecía en la tele.
Puede que recuerde algo Diego Pablo Simeone, en su época
de jugador. Los slogans buenos siempre quedan grabados…
También alguien nos recordaba que, a principios de los
sesenta, surgió otro slogan en Montevideo (Uruguay) de una cadena de ropa sport
de caballeros (exclusiva de McGregor) muy sugestiva:
“Permítame que insista…
deje que El Mago le vista”
Con el timbre de voz de un famoso locutor de la radio.
Y todavía hay gente que se niegue a reconocer que “la
historia se repite” en cualquier parte del mundo. En España, las modas y los
slogans reaparecen, aunque el anuncio sea de una compañía de seguros.
Lo mismo pasa en el fútbol.
¿Cuáles son los jugadores más cotizados?
Los goleadores.
Por eso el alemán Philipp Lahm, estrella de Bayern Munich,
tiene más razón que un santo al criticar al Balón de Oro y los goleadores. Hace
una reflexión que todo el mundo conocía, pero que nadie lo decía tan alto y
claro. Pero le honran sus palabras finales a Lionel Messi, que reconoce al
argentino no sólo como goleador sino como futbolista-completo.
REGULARIDAD+PUNTOS, SUPERA A LOS GOLES
En un campeonato regular, lo que importa muchas veces son
los equipos. El trabajo de una asociación de jugadores, por su espíritu, confianza,
actitud, sincronización y profesionalidad. De ahí viene la insistencia de los
británicos con el foot-ball association.
Hace muchos años lo demostraron hasta la saciedad famosos
técnicos: Herber Chapman, Hugo Meisl, Karl Kappan, Zezé Moreira, Ondino Viera,
Pierre Sinibaldi, Benito Díaz, Bela Gudman, Mario Zagalo, Juan Carlos Lorenzo,
Fernando Riera, Alfredo di Stéfano, Johannes Cruyff, Hennes Weisweiler, Luis
Suárez, Osvaldo Zubeldía, Alexander Ferguson… y un largo etcétera.
Sin embargo, para poner acento a la frase clásica de
“partido-partido” o “tacita a tacita de los cupones” nos acordamos del equipo
de Valencia las temporadas 1970-71 y 1986-87.
Título de Liga y retorno a Primera División.
Nos referimos claramente a Alfredo Stéfano Di Stéfano,
que le hizo una estatua a la pelota en su casa de Madrid (“Gracias, vieja”). Si
fue grande (enorme) como jugador, también como entrenador.
Pocos elogios (en los papeles) se le hicieron en su
segunda etapa, pero
fue un superdotado del fútbol en sus respectivas facetas.
Y no era precisamente por su nombre, sino por sus claros conocimientos en lo
técnico-táctico y sabía leer perfectamente los partidos.
TACITA A TACITA
Con Alfredo di Stéfano como entrenador Valencia Club de
Fútbol ganó una Liga con algunos jugadores “despreciados” por sus clubes y
pocas figuras relumbrantes. Hoy, muy pocos pueden decir de carrerilla el equipo
y mucho menos su delantera, con Pellicer de ariete (ex Barcelona).
Los medios informativos tildaron “de carambola” el título legítimo de Valencia en la Liga 1970-1971.
Al no ganar Real Madrid y Atlético Madrid (la gran
rivalidad en ese momento) o Barcelona, desacreditaron a Valencia y su
entrenador.
¿Acaso no fueron ellos, precisamente, los mismos que proclamaron:
la Liga es un “campeonato de la
regularidad”?
Pues bien, la mayoría de sus victorias –salvo dos, en
Mestalla, ante Las Palmas y Ath Bilbao– fueron por una diferencia mínima de un
gol (1-0 ó 2-1). Como el trabajo de la hormiga y la regularidad de una máquina.
Su goal-average por partido fue corto en cuando a goles,
pero no en triunfos. Bastante corto, sí, pero suficiente. Aunque debemos
recordar que derrotó a Real Madrid y Atlético de Madrid en Mestalla –con el
mismo resultado: 1-0– y se impuso a Barcelona en el Camp Nou (0-2) y le empató
(1-1) en Valencia.
Y para que vean la “mano” de Di Stéfano, el técnico
hispano-argentino aceptó el reto otra vez para dirigir a Valencia (1986) cuando
el club destituyó a Rúben Valdez. Un desafío más difícil todavía, porque el
club tenía problemas (muchas deudas) y había descendido a Segunda División.
La intención del presidente fue solucionar el desfase
económico sin gastar un duro en lo deportivo. Las figuras habían “volado” a
otros equipos y Di Stéfano trabajó con jugadores de la cantera y procedentes de
equipos de Tercera División. Pongamos dos ejemplos: Quique Sánchez Flores
(Pegaso) y Carlos Arroyo (Alcorcón).
Ascendió a Valencia… tacita a tacita y resultados de 1-0
y 0-1, sin goleadas y formó jugadores que después serían figuras.
LECCIÓN: ATLETICO MADRID
Los goles son importantes, sin duda, pero el team
rojiblanco no cambió de estrategia: “partido
a partido”.
Sus títulos de Liga, Copa, Copa UEFA, Super Copa Europa…
del siglo XXI fueron todos muy “trabajados”. No sólo por su dispositivo
defensivo, sino también por la capacidad y regularidad de sus jugadores además
del plan de un cuerpo técnico competente. Quizá por esto, a medio camino del
campeonato de Liga esté como líder, con el simbólico título de campeón de
invierno.
Es verdad, igualmente, que Diego Pablo Simeone se formó
como jugador más en Italia que Argentina. Y conoció la dureza de los
entrenamientos (doble sesión) y la preparación física-anímica y técnica de los
italianos. Tal vez por eso tenga la etiqueta de “defensivo”.
Sin embargo, no olvidemos que las circunstancias se
repetían en el club: renovación obligada de la plantilla a la salida de
goleadores y defensas.
La situación cambió y Atlético de Madrid compró más que “vendió”.
Y le ha permitido soñar con un equipo más imaginativo, al contar con jugadores talentos-creativos
que llegaron al plantel. No obsante Simeone mantiene su teoría práctica y no
espectacular.
¿Por qué? El espectáculo no se puede repetir todos los
partidos y lo importante es ganar más que “golear”.
Y otro detalle: para qué malgastar tantos goles si la
competición es larga y pueden escasear en otros partidos más importantes. Los
goles, al fin de cuenta, son rachas.
NÚMEROS Y GOLES
Si nos fijamos en los goles a favor el equipo rojiblanco consiguió 27 goles en 19 partidos
(primera ronda). Los mismos que Eibar (6º), Athletic Bilbao (8º), superado por
Celta (28-5º) y Villarreal (4º) con un gol menos (26).
Y no digamos nada de los llamados equipos grandes de la
Liga, que le superan en goles. Barcelona, 44… 27 más, en segunda posición y
Real Madrid 52… 25 goles más, en tercera posición.
Esto demuestra que estamos mal informados. Deslumbrados
por la propaganda de la MSN y BBC a través de los Medios. Nos mareamos y los árboles
no nos dejan ver el bosque.
Vamos a ser sinceros. La idea no es nueva. Ha sido requeterrepetida
en los años setenta.
Siempre le “chirriaba” a Miguel Muñoz cuando le
preguntaban si iban a jugar “los tres puñales”. La respuesta, ya pueden
imaginarse. Quedaba siempre en el off-the-record entre los periodistas.
No dejaban de ser fuegos artificiales.
También es evidente si observamos los goles “en contra” seguro
que saltan las alarmas en la lista de los 10 primeros equipos en la tabla de
clasificación. Muchos clubes se sonrojarían, excepto Atlético de Madrid.
La lectura es otro muy distinta porque el conjunto
rojiblanco sólo recibió 8 goles en 19
partidos.
La información es bien distinta y no se trata, como
muchos dicen, del trabajo exclusivamente del guardameta sino del sistema
defensivo. A partir de la presión del delantero, el trabajo en el eje del campo
y la sobresaliente línea de retaguardia (zagueros) en la que se incluye al guardián
del área (goalkeeper).
FRÁGILES DEFENSAS, PÉRDIDA DE PUNTOS
En esta cuestión se deja en evidencia dos cuestiones:
a) No hay mejor defensa que un buen ataque
b) La mayoría de los errores son defensivos
Real Madrid, por ejemplo, recibió 18 goles. Diez más que
Atlético de Madrid. Barcelona, en cambio 15 tantos, siete más que el conjunto
rojiblanco. Lo mismo podemos decir de los goles en contra de los otros equipos:
Celta, encajó nada menos que 27 goles; Villarreal, 16; Athletic Bilbao, 22 y
Eibar, 26.
Son números concretos que indican fehaciente los verdaderos
fallos de los equipos se encuentran en la retaguardia durante el primer tramo
de la Liga.
Igualmente se rigen por el equilibrio en todas sus líneas
y la lección de un Atlético de Madrid más regular y que figura como líder. Y lo de la “tacita a
tacita” no es un cuento chino. El fútbol, como cualquier deporte, es un juego
de puntos y no solamente de goles.
Tampoco es exacto como las matemáticas.
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