Jugadores-maletas
Por Miguel
Miró
Los errores y las “mentiras” siempre tienen
las patas cortas.
¿Ahora se enteran que el plantel de
Real Madrid carece de una pre temporada específica?
La cuestión física es fundamental en
todos los deportes.
Máxime cuando en el fútbol se debe
estar preparado para una temporada larga y llena de obstáculos inesperados.
Se disputan una media de 64 partidos o
más. Real Madrid lo debería conocer de sobra y lo sabe.
Antes del arranque: Está en cuatro
frentes bien distintos. Bien por la dureza del calendario o bien con los
formatos de las competiciones.
Además, éste año se disputa la
Euro´2016 de Naciones en Francia.
Sin embargo, parece que los dirigentes
merengues apenas se percataron de estos importantes detalles.
¿Cómo pueden echarle la culpa a Rafael
Benítez de todos los errores cometidos por el club?
¿Tienen pavor que se descubra la verdad
de los tres entrenadores anónimos?
El técnico madrileño ya se encontró con
un programa de amistosos confeccionados por Real Madrid. Una pre temporada cerrada y con contratos firmados.
No es la primera vez que sucede en el
club.
YA LE PASÓ A
ANCELOTTI
El mismo disparate lo vivió Ancelotti la
anterior campaña donde el equipo se quedó “en blanco” y sin saborear ningún título.
No ganó na de na… pese a un comienzo impresionante (¿Tristiano tenía que ganar
su Balón de Oro? La pregunta es para un agente amigo del presidente) en el
Campeonato de Liga y después se fue apagando como un móvil sin batería en las
demás competiciones que participó.
Se culpó a Carlo Ancelotti sobre el
“estado físico de los jugadores” y el técnico italiano (con una temporada más
de contrato) se defendió:
“No ha sido el aspecto físico de los jugadores, sino la pre temporada y
los partidos amistosos programados”.
La despedida del técnico italiano se debió,
según dicen en el club, por contar siempre con los mismos titulares y también
por no haber ganado títulos en 2014-2015.
Aún aceptando los argumentos, Carlo
Ancelotti merecía haber terminado su contrato después de ganar junto a los
jugadores la décima Copa de Europa en Lisboa de su historia.
Con respecto a los stages se suelen hacer en un país específico. Una moda que lleva
muchos años. Real Madrid, desde la época de José Mourinho, se había adaptado a
Estados Unidos. Sin viajes largos, aunque el equipo, eso sí, disputaba
amistosos en suelo norteamericano e incluso torneos con equipos europeos.
¿Quién programaba el stage?
Fue el club en definitiva quien cambió
de rumbo. Tanto el presidente como sus dos compadres anónimos que vieron otra
forma de aumentar los beneficios y de exhibir a las estrellas para elevar su
valor. Unas ganancias que supusieron casi €20.000.000 en la gira por Australia,
China, Noruega, Alemania… y en lugar de una compleja y dura pre temporada,
convirtió a los jugadores-maletas que
recorrieron 44.000 kilómetros, además de traslado a hoteles y no poco
trastornos.
Australia, China, Noruega, Alemania y siete
matches amistosos.
Como si se tratara de un tour de golf
“a lo bestia”.
Este plan de pre temporada lo
confeccionó el club merengue.
A través de los genios de la lámpara
mágica –Florentino Pérez, José Ángel Sánchez y el ínclito Jorge Mendes– que no
pensaron para nada en la temporada, ni tampoco en el trajín de los jugadores
que tenían que disputar un día sí y otro también encuentros en puntos lejanos
del planeta.
LO QUE SE
EMPIEZA MAL… ACABA PEOR
Se empezó mal. El plan general de la pre temporada ha sido
un infierno para el plantel. Rafael Benítez no pudo hacer la pre temporada
que tenía prevista. Se encontró con un programa de partidos amistosos ya
firmados por el club, y no pudo mantener un ritmo continuado y adecuado en la
preparación física.
Este detalle, al mismo tiempo, entorpeció cualquier
hipotético plan intermedio. Por el comienzo de la Liga en agosto y asimismo por las competiciones
internacionales.
Debemos añadir los “parones” semanales que se produjeron por
los partidos entre selecciones de la UEFA y FIFA, y las lesiones inoportunas
que se multiplicaron durante los primeros tres meses de la temporada.
Después de los tres primeros partidos de Liga Rafael Benítez
tenía en la enfermería a cinco titulares. Por eso tuvo que echar mano de los
jóvenes. Aún así los once primeros matches (con pruebas en el sistema
defensivo) el equipo respondía: imbatido y el meta Keylor Navas con sólo dos
goles anotados.
VIRUS FIFA Y
CALENDARIO
Aún así, el equipo sufrió el “virus” FIFA y perdió a James
Rodríguez, Karim Benzema y Gareth Bale. Lo del virus fue un invento maligno
para disimular, porque la FIFA o UEFA hacen la programación con antelación y se
cumple siempre con fechas predeterminadas y concertadas.
Los parones de la Liga por los partidos entre selecciones
perjudicaron a los equipos (se cambió el calendario tres veces) y las fiestas
en familia se “estropearon” para los profesionales y los sindicatos del ramo
“pasmaos” y ausentes.
Algunos, para salir del aprieto pensaron: “sirve para
recuperar a los lesionados”. Pero no todos los equipos se beneficiaron.
A Real Madrid, le ocurrió todo lo contrario. Le crecieron
los lesionados, como los enanos en un circo. Y para solucionarlo hubo problemas
y altercados con el responsable de los servicios médicos de Real Madrid.
(Alguno jugadores llamaron despectivamente: “Doctor estiramientos”) y el rechazo casi unánime del plantel
merengue con los nuevos fisioterapeutas que había contratado el club. Y el que
más protestó ha sido el capitán.
Se multiplicaron los lesionados y los problemas.
Antes de que dieran las campanas con las uvas, en 2015 el
club blanco tuvo exactamente 28 jugadores lesionados. Con Ancelotti, 12 y con
Benítez 16. La mayoría de los diagnósticos “lesiones musculares”. ¡La dichosa
gira de 44.000 kilómetros!
SIN LESIONADOS…DOS SEMANAS
Para que se hagan una idea de la
situación, el director técnico Rafael Benítez pudo contar con los 23 jugadores
de la plantilla únicamente en DOS PARTIDOS o lo que es lo mismo, dos semanas
durante seis meses en el cargo. Y no es una broma, sino la pura verdad.
Y en la cuestión táctica también hubo
sus más y sus menos.
Ponemos este ejemplo porque coincide, a pesar del tiempo
trascurrido, pero las circunstancias se repitieron. En parte por el dispositivo
defensivo de Real Madrid que quiso imponer Rafael Benítez. La basculación no
tenía continuidad en el equipo.
Apenas tenía un recorrido corto.
El equipo al perder el balón, retrocedía un zaguero lateral a
su zona (en este caso Marcelo, el señalado “jefe” para arrancar la ofensiva en
velocidad) y se formaban dos líneas de tres que tenían que bascular para tapar
los espacios y recuperar el esférico.
Hubo partidos en que la presión-basculación fue correcta. Aunque
a veces se presentaba un problema. Aún siendo mayoría (dos o tres jugadores o 2X1
y 3X1) en el marcaje a la zona… ninguno de ellos hacía rápidamente la salida, a
pesar de tener cubierta su espalda.
MODRIC Y
CASEMIRO
Sólo Modric y Casemiro lo tenían muy claro y buscaban la
anticipación de una banda a otra. En cambio Kroos, Isco o James fue todo lo
contrario. Escasamente -salvo si ocurría
en el campo o el área rival- se preocupaban del marcaje. Ni tan siquiera como medio/estorbo
ni mucho menos bascular. James lo hacía, pero siempre al borde del área rival. Isco,
por su parte, se cambiaba constantemente a la banda izquierda.
Ante la falta de Bale, Benítez probó a Kroos de media punta
(detrás de los delanteros). Un puesto para lucirse al ser el principal enlace,
pero se encontraba incómodo. Insistió varios partidos con él y parecía una
estatua. No participaba, no corría, no se desmarcaba y mucho menos disparaba a
gol desde fuera del área.
Al final, Benítez tuvo que retrasar al alemán y probar con
Kovacevic, que le costó adaptarse, pero se hizo con el puesto ante las
ausencias de Bencema y el galés. Incluso basculando para recuperar el balón.
LÍNEA DE
ZAGUEROS
Se suscitaron, al mismo tiempo, varios inconvenientes.
El más grave: los cuatro centrales merengues del plantel
madridista. Todos, los cuatro, son derechos y ninguno ambidextro. Por eso Benítez
probó a Varane, Pepe y Nacho en el sector izquierdo, sin resultados.
Al igual que Ramos, tenían problemas con la
“pierna-cambiada” o por su perfil incorrecto y perdían segundos preciosos.
De cualquier forma optaban por la falta o cualquier artimaña
para disimular sus dificultades para utilizar la pierna zurda. Parecía un “lío”
en el momento del giro en su cambio de perfil.
Además los dos zagueros centrales no se coordinaban bien como
“dos gemelos” en su función: salida, anticipación, contundencia y como segunda
opción, el cruce para cubrir a su compañero. O, lo que es lo mismo, dar un paso
atrás para guardar las espaldas a su gemelo que hace la salida.
A excepción de Varane y Pepe, que cumplían todos los
preceptos en la zona derecha, Sergio Ramos iba siempre a su aire. Se adelantaba
demasiado o aparecía en la zona central en banda derecha. Algo que se repetía
muchas veces y dejaba a su par sólo ante el peligro.
SIN EMPATÍA Y
SIN APOYOS
En un equipo de profesionales siempre es importante la
concentración y la asociación entre los cuatro zagueros. Deben tener una
empatía especial y los apoyos/anticipación controlados. Relevos al cubrir la
zona y sincronización en el marcaje.
Sin olvidar tampoco al “jefe” que siempre es uno de los dos
centrales, con gran visión del juego. Por lo general, es quién suele dar las
órdenes y al mismo tiempo ordena a la última línea (como el guardameta en los
corners o tiros libres). Siempre que el entrenador no considere en algún
partido un marcaje mixto (tres a la zona y uno al hombre).
Habría que añadir otro detalle complejo: la jefatura. No hubiera
sido difícil aparentemente ponerse de acuerdo ya que Ramos (capitán nº 1),
Marcelo (capitán nº 2) y Pepe (capitán nº 3). Más sencillo imposible. Pues, no.
Ramos se lesionó de un hombro y apenas jugó 13 partidos (de ellos el equipo pinchó
en ocho ocasiones) y cuando no participó el capitán el cuadro blanco acumuló
victorias y se produjo un solo empate.
Marcelo cumplió bien en la salida en velocidad, en los
primeros encuentros, pero después empezó a lesionarse con asiduidad, de forma
sospechosa.
Al no haber apoyos y organización en la defensa (cada uno cuidaba su sector. Es decir, como
antiguamente se hacía, con el fin de quitarse cualquier responsabilidad en cualquier
error o gol).
Al final, los desajustes en la última línea se trasladaban a
la zona central y se producían muchos espacios libres (distancias en el
marcaje) y como los delanteros no bajaban a ayudar el problema aumentaba.
(continuará)