Barça: ¿repite
año de Martino?
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La dichosa señera, ¿una maldición? Mario Kempes vistió la cuatribarrada con Valencia, pero sus jugadores se rebelaron después de perder varios partidos seguidos. Decían que la camiseta era gafe y dejaron de usarla. |
Por Miguel Miró
A toro pasado y pisado, todo parece más fácil.
Ahora surgen las críticas contra Luis Enrique
Martínez, idolatrado por los medios catalanes y aclamado por su afición en el
Camp Nou, hace apenas una semana.
Los errores del entrenador de Barcelona se
veían a menudo, desde la primera temporada.(Derrota ante Real Sociedad en
Anoeta, y Messi, suplente).
Los éxitos del equipo taparon u olvidaron los
errores.
Tres títulos importantes (Liga, Copa de España
y Copa de Europa). Además, Super Copa de Europa en Tibilisi y Copa del mundo de
Clubes en Yokohama.
Ahora, se han multiplicado los problemas:
Ahora Barcelona camina sobre un alambre o lo
que vulgarmente se dice: está en caída libre.
No se trata ahora de una sorpresa aislada de
un partido… es mucho más grave. Se trata de la eliminación de la Copa de Europa
a dos escalones (eliminatorias) para llegar a la final.
SORPRESA, NO…
CRUDA VERDAD
Los errores empiezan mucho antes en aquél
primer match contra Real Sociedad la anterior y para colmo, se repite en la presente temporada.
Se complica, precisamente, en el último tramo de la presente campaña.
El problema grave de Luis Enrique Martínez es
y ha sido, bajo nuestro punto de vista, “no saber interpretar los puntos
fuertes y débiles del rival”. Y plantearlos en la cocina del vestuario. Esta
circunstancia supone, por regla de tres, que el guión siempre se repitiera.
Como un disco rayado.
Sus mismas palabras le delataron: "abracadabra"
Salvo las dichosas rotaciones, que existe un
precedente: “hundieron” a Gerardo Martino. Igualmente los cambios, a pie de campo,
que parece hacerlos el entrenador asturiano sin demasiada convicción.
Guste o no, poco ha variado el sistema-fijo y
sin retoques y, mucho menos sin planes de juego o acciones ensayadas.
Da la sensación que Luis Enrique Martínez se
apoya más en la inspiración personal de cada uno de los jugadores y de su genialidad
individual para resolver los partidos.
Pero ¿Y cuando desaparece la magia?
La derrota y eliminación de la Champion lo demostró.
Aún sabiendo de antemano la ventaja mínima, no se estudió la forma de “romper”
el cerrojo del cuadro rojiblanco. No hubo plan A, B ni C… ni Z.
¿SE VEÍA VENIR
LA DEBACLE?
Sin ninguna duda. Después de un impecable
paseo en el Campeonato Nacional de Liga y 39 victorias seguidas.
A partir del match frente a Villarreal, con un
empate que supo a gloria a los azulgranas. El submarino amarillo tuvo
suficientes ocasiones para golear y sonrojar al líder de la Liga.
La derrota frente a Real Madrid en el Camp Nou,
más de lo mismo. Añadiendo otro lamentable error en los cambios, rompiendo todo
el sistema defensivo.
Y el bofetón de Anoeta, frente a Real
Sociedad. Con 10 jugadores blanquiazules defendiendo en la cueva como gatos
panza arriba. Por un “golito” de cabeza de Oyarzábal. Una actuación que
requería otros planes de juego y soluciones para sobreponerse a tal situación.
¿SE ACUERDAN?
Un cabezazo (Oyarzábal) bastante parecido al primer
tanto de Griezmann, misma posición, en el Manzanares. Solo se cambiaría la
dirección del balón. Al palo derecho en Anoeta y el otro, en el Manzanares, al
izquierdo del meta.
Por poner algún ejemplo, se
podría estar repitiendo la temporada de Gerardo Martino como entrenador
azulgrana. Un técnico que alargó su participación en la programación de la
siguiente campaña, porque no veía claro los problemas continuados en la
Sociedad Deportiva.
El año, precisamente, del éxito de Atlético de
Madrid al coronarse campeón de Liga en el tramo final.
La misma temporada que el FC Barcelona se
convirtió en “La Casa de los Líos” por culpa de un presidente autoritario y desnortado y una Junta de Gobierno (20
miembros mudos) aferrada al sillón.
Como si chirriara el inflado, encopetado e
incombustible Elefante Blanco que sigue mandando en el histórico club
barcelonés: Juan Laporta-Alejandro Rosell-José Bartoméu estaban en el grupo.
Aquella temporada el equipo azulgrana pisó el
freno… (o por lo menos nos pareció) y se quedó en blanco. Sin ningún título en
la buchaca (cartera).
No fue normal lo que sucedió, pero sucedió.
NOS ENSEÑÓ
GUARDIOLA
Hay fórmulas para evitar la presión y romper
el cerrojo. La imaginación de José Guardiola es infinita.
¿Un ejemplo?
Un partido Barcelona-Valencia en la Liga. Unai
Emery dirigía en ese entonces al equipo “che”.
No se nos borró de la cabeza.
Mediante presión, intensidad y un orden
implacable, Valencia controló y dominó el match durante el primer período.
Sin embargo todo cambió tras el descanso.
Tampoco necesitamos decir que ganó Barcelona.
Guardiola cambió de posición a todos los
volantes y delanteros. Fue un verdadero shock. Un lío para los valencianos, que
no entendían lo que había pasado. Todos ellos tenían instrucciones estrictas en
el marcaje al hombre en la zona con nombres, apellidos y características.
Lo mismo que hace e hizo siempre Diego Simeone para
pasar a semifinales de la Copa de Europa en los cuartos de final de la Copa de
Europa (Champions).
OTRO DETALLE
Como detalle extraordinario en aquél partido, Guardiola
utilizó a David Villa aprovechando un cambio de la regla del off-side: la
singular presencia del off-side pasivo. Una modificación que siempre habían
pedido los árbitros españoles y, aún así se siguen equivocándose como algunos o
muchos periodistas.
Todo depende de la jugada, desde el principio
hasta el final, pero en muchos casos son los jueces de línea los que levantan
el banderín o se lo trasmiten al juez principal por el pinganillo.
Un jugador en off-side pasivo se convierte en
“activo” en el momento que participa o termina la jugada “tocando el balón”.
No es muy difícil de interpretar…
No obstante, muchos yerran.
El delantero asturiano (David Villa) no participaba en la
jugada, pero a la vez creaba una gran confusión en el área de Valencia al
situarse en fuera de juego… pasivo, sin participar en la jugada..
NOS ENSEÑÓ
PELLEGRINI
De esto se acordará Demichelis y seguramente
todos los buenos aficionados malacitanos. El chileno Manuel Pellegrini las pasó
canutas en el estadio de los “dragoes” (Oporto), en la competición europea. Málaga
perdió 1-0.
El central argentino –volante en contadas
ocasiones– estaba igualmente estaba muy sorprendido por la intensidad de los lusos
y el bloque, y el ritmo e intensidad que transmitían enel campo.
Oporto seguía utilizando el sistema de Villas
Boas.
La presión del equipo luso consistía en
adelantar sus líneas y por sorpresa pasaba de la defensa al ataque, sin hacerlo
escalonadamente y sin previo aviso. Con la lección bien aprendida de Villas
Boas:
Todos defienden y todos atacan. Sin puestos
fijos, pero sí de forma ordenada y en bloque. Una forma clara de ahogar al
rival sin posibilidad de recuperación.
CAMBIO DE
FRENTE
Sin embargo Pellegrini, viejo estratega como
entrenador (de la Escuela del chileno Fernando Riera*) sabe leer los partidos. Por
eso buscó una fórmula ideal para
eliminar a Oporto.
La idea fue genial como también muy ensayada
antes de la revancha.
Se trataba de repentinos y rápidos cambios de
frente. La velocidad de los zagueros laterales y extremos rompían toda la
cobertura del conjunto luso.
Y los dos full-backs rivales perdían una y otra vez su
sitio. Creemos recordar que uno de ellos fue Otamendi, una figura estelar en el
equipo de los dragones.
Surtió efecto, porque el sistema se abría. A
la vez se multiplicaba el sistema defensivo y perdía su concentración al
recomponerse. Un auténtico golpe al hígado.
LOS ERRORES SE
PAGAN
A toro pasado y pisado, todo parece más fácil.
Pero debemos hacer un análisis y una
reflexión. Algo que para algunos pueda parecer una redundancia, pero no lo es. En el planteamiento táctico
de los dos cuartofinalistas y en los planes de juego. Este último detalle sí existieron en
Atlético de Madrid, pero no se apreciaron en el equipo azulgrana.
Aún hay más, y puede que se sorprendan. El
conjunto colchonero jugó mejor en el Camp Nou, pero se truncó por la niñería de
Fernando Torres. Igualmente, Barcelona jugó más inteligente en el Manzanares y
“encerró” a su rival en su área durante 15 minutos en la segunda mitad. Aún con
el resultado en contra, el equipo azulgrana intentó el empate y la victoria.
El problema fueron los planes previstos y los dos cambios (64´): usar los
pasillos y buscar el centro alto al área o a ras de césped (intentar el
buscapiés o a Luis Suárez). Algunos remates desde fuera del área pero por lo general la insistentencia de la
jugada por el centro, prácticamente imposible por la maraña de piernas.
CAMBIOS
ERRÓNEOS
Luis Enrique Martínez volvió a fallar en los
cambios, ya que no tuvieron el resultado pretendido. Sergio Roberto repitió el
fútbol del extremo: llegada al fondo y centro al área.
En lo que respecta a Arda Turán (Olvidado por
el técnico. Sin ningún partido completo ni tampoco una continuidad razonable en
el equipo). Además, si la intención de utilizarle como revulsivo, lo sensato hubiera sido que saliera
de titular, desde el primer minuto en Madrid y no a 26 minutos del final del partido.
Al salir Rakitic, Barcelona perdió un puntal. Por su doble función en la línea de volantes. El croata, incluso, había salvado in extremis
un gol en el área (primer periodo) y trabajaba como escudero de Messi, cuando bajaba al eje. El entrenador no le ha
sabido sacar provecho al croata –como sí lo hacía Unai Emery en el Sevilla, donde siempre
cumplía, como puntal y cierre en el sistema defensivo, y la sorpresa de la
segunda línea o líder del mediocampo-.
Ante el control y dominio de la situación de
Barcelona y con la defensa en la cueva, Diego Simeone cortó por lo sano: cambió
músculo por velocidad (Thomas por Carrasco). Y más tarde quiso “matar” el match,
tras dar entrada a un delantero (Correa) por un volante (A Fernández).
La consecuencia fue letal. Dos ocasiones de
gol locales y el penal de Iniesta, para frenar la velocidad rojiblanca desde el
vértice del área izquierda.
SIN PLANES DE
JUEGO
Lo que adoleció Barcelona ha sido la ausencia
de planes de juego para contrarrestar el hermético sistema defensivo de su
rival. Es cierto que le encerró en su campo, pero no pudo rematarle cuando ocupaba
su área con 10 jugadores.
Se repitió la derrota de Anoeta.
Suelen llamarle erróneamente estrategia (plan general
para todo el año), pero los planes son detalles o engaños que permiten una
cierta ventaja, según los movimientos del adversario. Cualquier
artilugio diferente o la rendija precisa para encontrar su punto débil.
Por poner un ejemplo: Messi no estaba cómodo
–por el férreo marcaje rojiblanco- ni en la banda derecha ni por el área, donde sí estuvo bastante tiempo. Pero aquello parecía la hora punta del Metro. En la segunda parte lo intentó por el centro, más
adelantado o atrasado, con pases en profundidad que morían en la cabeza o pie del adversario.
El astro argentino podría haberse convertido en un "anzuelo" (tal como lo realizaba el escocés Archibald sin balón hace bastante años) arrastrando al medio a los laterales, a las bandas o sacar
de sitio a los centrales.
O al mismo tiempo, retrasar a Luis Suárez en segunda línea y
Neymar (siempre controlado con el aliento en la nuca) como falso ariete. Apenas
hubo relevos posicionales (las verdaderas rotaciones) en el cuadro azulgrana. Por eso fue previsible y por tanto una fácil presa de su rival, en un marcaje férreo e intenso.
Todo lo contrario de Atlético de Madrid:
parece que Saúl y Koke están en todos lados como San Sebastián. Gabi, un fantasma por los sustos que daba en sus apariciones por sorpresa: siempre surgía buscando el balón. A
Carrasco le daba lo mismo la vía derecha/izquierda de la banda de cal. Como Griezmann
que se mueve con pilas Durasell. Igualmente, se presenta por sorpresa cuando menos se le espera, en el
momento justo y en el lugar adecuado.
El conjunto azulgrana no tuvo la magia de sus estrellas,
jugadas ensayadas ni planes de juego. Esa ha sido la razón de su eliminación.
Los rojiblancos en cambio en lo único que son
previsibles: cuando tienen que proteger con orden y candado el sistema defensivo.
Con riesgo o sin él, lo cumplen a rajatabla. A pesar del agobio y también del riesgo (dentro del área).
*Fernando
Riera, chileno (1920-2010) fue quién inventó el tiki-taka en La Roja, (Chile) tercer puesto en Copa Mundo FIFA 1962.
Una fórmula que intentó plasmarla en Benfica (dos títulos), Oporto, Deportivo
La Coruña y RCD Español.
Más
conocido por su apodo en el país andino: “Tata”, durante su época de jugador en
la U Católica y fue el primer chileno fichado por un club europeo: Stade de
Reims, Francia.