Rui Aguas juega lesionado en
Valencia y Oporto, clasificado
Resulta sumamente difícil y complicado
enseñarle a un jugador que “su función específica” es abrir espacios, fijar al
fullback, arrastrar a un defensa, abrir calles o cruzarse en el momento
oportuno para darle la apertura a un compañero.
Para decirlo más claro: “jugar SIN BALÓN”.
Es fácil imaginarse la cara del futbolista.
Ser útil sin el “útil”, en este caso la
pelota.
Pero eso sí, además de las indicaciones, el
técnico le explica el sistema defensivo del adversario y las características de
los rivales. Nunca está demás, aunque entre los futbolistas existen auténticos
estudiosos que leen fácilmente este deporte y saben mucho para crear “espacios
cerrados”.
No estamos hablando de ciencia ficción.
Por
Miguel Miró
Aunque muchos se sorprendan hubo un escocés
(Steve Archibald) que lo hacía de maravilla en el FC Barcelona, cuando sólo se
permitían alinear a cuatro extranjeros en el equipo. Sorprendía por sus
movimientos sin balón. Una estrella de la Premier League, que ya había ganado
una Liga, una Copa y una Copa de la UEFA en las filas del Tottenham Hotspur.
Sin embargo, no vamos a hablar de Steve
Archibald (quién ocupó el sitio de Maradona) ni de Barcelona en aquellos años.
Sería como sumergirnos en la tristeza de una derrota en la final de Copa de Europa disputada
en Sevilla ante el Steau de Bucarest. No sólo por eso, sino por lo entregado del público sevillano en el estadio Sánchez Pizjuán.
Lo que intentamos es simplemente contar otra
historia verídica que, sin venir a cuento, nos tocó vivir en Valencia. Previo
al partido de vuelta entre Valencia y Oporto en el estadio de Mestalla,
correspondiente a la Copa de la UEFA. El conjunto español tenía que remontar el
3-1, que ganaron los “dragoes” en Das Antas. Estamos hablando del año 1988.
LA LESIÓN DE RUI AGUAS
Viajamos con tiempo suficiente para
completar un reportaje del equipo blanquiazul y de su entrenador Artur Jorge.
El campeón de Europa 1986-1987. Aunque ya le faltaban algunas de sus figuras
(Futre ya vestía de rojiblanco). Igualmente, queríamos saber más del “Rei
Arturo” –así le llamaban los periódicos de Portugal– al técnico de Oporto. Sus
estudios en la Universidad… Sus inquietudes. La experiencia de su estancia en
el fútbol alemán y algunos datos más del maestro José María Pedroto, que
conocía él perfectamente.
Todavía nos quedaron en la memoria algunas
frases de Pedroto:
“Los
presidentes, entrenadores y jugadores son gente de paso. Lo importante siempre
es la Institución que permanece”. O, aquella que hablaba de los jugadores: “No es bueno mantener la misma plantilla
muchos años…”
La charla con el técnico, inconfundible por
sus mostachos, fue realmente interesante pero nos encontramos con una sorpresa.
El goleador del equipo Rui Aguas le vimos renqueando en el hotel. Con cara de
preocupado. Y después, en la sala de televisión con la pierna en alto en un sillón y una bolsa de hielo.
--¿No podrá jugar contra Valencia? le
preguntamos a Jorge.
--Por supuesto que sí. Será titular en
Mestalla.
Con la mosca detrás de la oreja, nos
enteramos después que muchos no opinaban lo mismo que el entrenador. Estaba
lesionado y jugó lesionado. Lo más curioso es que pocos –o ninguno– se enteró
de ese pequeño y gran detalle. Pero eso sí corrió lo justo y fue importante
“SIN BALÓN” para el equipo.
UN “MOSCARDÓN” EN EL
CAMPO
Artur Jorge sabía, de antemano, que lo más
“fuerte” de Valencia era precisamente la defensa. Un libre y cuatro zagueros.
Lo sabía por el partido de ida en Das Antas y no podía dejar fuera a Rui Aguas,
el goleador del equipo aunque estuviese lesionado.
Oporto dispuso un claro 1-4-4-2, pero
adelantó las líneas 30 metros y excepto Rui Aguas más adelantado pobló con muchos
jugadores el centro del campo. (La fórmula de Sven Erikson en el Gotemburgo).
Presión y recuperación del balón, y cuando fuera posible arrinconar a su rival en su propio
campo.
Durante el primer período el goleador abría
“calles” a sus compañeros en recorridos largos. La estratagema se basaba en jugar por sorpresa con los
volantes y por la banda izquierda, el argelino Madjer que no había perdido su
explosiva salida desde atrás. Rui Aguas se situaba igualmente a las espaldas de Quique,
para favorecer las subidas de Joao Pinto. Todo funcionaba como estaba previsto. Igual que el primer gol de Fenoll y la réplica inmediata de Madjer (1-1).
También es verdad que la expulsión de Torres
(por agarrón al argelino antes de pisar el área) favoreció las cosas al equipo
luso. Valencia se quedó con 10 jugadores a falta de un cuarto de hora para el
descanso.
Este contratiempo obligó al equipo local a modificar la defensa y poner una línea de cuatro hombres
(Voro-Arias-Camarasa-Quique). En ese momento y el segundo tiempo ya Rui Aguas se movía a sus anchas dentro del
área rival, en recorridos más cortos.
El goleador del Oporto fijaba o
arrastraba los zagueros centrales. Se convirtió en un auténtico “moscardón” molesto, que también
revoloteaba por las bandas. Al final, Camarasa tuvo que ser sustituido, tras el
segundo empate del Oporto ante el total desacierto en el marcaje por su zona.
El cuadro lusitano se clasificó para la
siguiente ronda en la Copa de la UEFA, al acabar el partido 3-2 (4-5, total) y apenas
se notó que Rui Aguas estaba lesionado. Un goleador que no remató ni una sola vez a
gol.
MESSI PODÍA JUGAR “SIN BALÓN”
Si Rui Aguas jugó “sin balón” y provocó
peligro en el área de Valencia, lo más lógico sería que también Lionel Messi podría realizar una tarea similar. Por eso nos sorprendió en el Allianz Arena de Münich. Corría al tranquillo pegado a sus compañeros, en lugar de abrir “calles”, descolocar a
la defensa o
cualquier invento que se le hubiera ocurrido durante el partido.
Además, hay otro detalle que muchas veces se repetía antes de las sustituciones:
Si se lesionaba un
jugador, el técnico por lo general le ponía de delantero. En este caso el
técnico azulgrana se le olvidó de este detalle.
Frente al Bayern Münich hubiera tenido la gran ocasión de
demostrarlo. Por el lado de Dante, el zaguero que siempre daba un paso atrás
para convertirse en el último hombre. O intentar sorprender a Alaba para abrirle una
apertura a Pedro Rodríguez… O, tal vez, a las espaldas de Javier Martínez, que
actuaba de escoba por delante de la línea de zagueros. La cuestión, en definitiva, crear
problemas al rival.
Algo que no sucedió. El argentino estaba más pendiente de su lesión (la pierna) y el entrenador, igualmente, tampoco le había dado ninguna indicación en concreto.
Algo que no sucedió. El argentino estaba más pendiente de su lesión (la pierna) y el entrenador, igualmente, tampoco le había dado ninguna indicación en concreto.
Tampoco podemos olvidar la primera parte del choque. Otro detalle que consideramos importante y no pasó inadvertido. El cuadro germano no jugó desde
el principio a “toda máquina”. Se mostró respetuoso durante los primeros 45
minutos ante su rival. Sin embargo, a Francisco Villanova no reaccionó como sí lo hizo Artur Jorge en Mestalla.
Sinceramente, nos dio cierta pena la
posición de Messi en Münich. Siempre atrás o en la línea media, en lugar de
convertirse en un “medio-estorbo” para el rival. Una actuación más convincente, aunque fuera un farol. Ante todo porque lo necesitaba como agua de
mayo el equipo azulgrana en una semifinal de la Copa de Europa.
ÚLTIMO EJEMPLO
El otro ejemplo muy claro ha sido la presencia de Lionel Messi
en el match revancha ante el equipo francés en el estadio de Barcelona.
Los minutos que entró el argentino frente al
París St Germain fueron más que interesantes. No sólo porque diera el pase que
originó el empate y la clasificación. Se mostró más activo en las inmediaciones del área.
Por eso no nos explicamos su posición y postura
contra el Bayern Münich en Alemania. Un error que costó cuatro veces más caro. Con relación al segundo partido, razones
tendría el técnico para su no-alineación en Barcelona. Aunque muchos se quedaron sin saber la razón. Francisco Vilanova se mostró demasiado hermético, como si no creyese, realmente, que había que marcar cinco goles.
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