Ahora la selección española tiene jirafas
Por Julio Safi
La confusión –madre de muchas tertulias– es tal que seguimos viendo a una selección española “de bajitos”. Aunque también tienen mucho que ver los comentarios que leemos a diario. Es verdad que, en otros tiempos-décadas España se caracterizó por tener jugadores de baja estatura, al igual que otros equipos. Un caso bien claro es la selección argentina que ganó la Copa del Mundo FIFA 1978, donde Mario Alberto Kempes era Blancanieves. Sin embargo, los tiempos cambian y los estereotipos, que son muy obstinados, se mantienen.
Y como el hombre es un loro de repetición, seguimos llamando bajitos a los jugadores de la selección Española. Algo que no se corresponde a la realidad. La estatura media del equipo es de un metro y ochenta y tres centímetros. Los más bajos del plantel que ganó la Copa del Mundo FIFA en Sudáfrica son David Silva, Javier “Xavi” Hernández y Jesús Navas.
¡Tres, solamente tres de un total de 23 seleccionados! Por tanto, vamos a dejar de colgarle el sambenito de bajitos al combinado hispano. Los más altos son el guardameta del Liverpool, José Manuel Reina (1,94 m) y Fernando Llorente (1,93), delantero del Athletic de Bilbao. Le siguen Juan Manuel Mata y Javier Martínez (1,89); Raúl Albiol (1,87); Enrique Casillas y Gerardo Piqué (1,85); Carlos Marchena, Sergio Ramos, Javier Alonso, Pedro Rodríguez y Álvaro Arbeloa (1,83); Juan Capdevilla y Víctor Valdez (1,82); Fernando Torres (1,81) y Sergio Busquets (1,80) y Carlos Puyol (1,78), mientras que Andrés Iniesta y David Villa, aunque no lo parezca, tiene una estatura normal (1,75).
Quedan, pues, los “locos bajitos” –como la entrañable canción de Juan Manuel Serrat– que son los ordenan, dirigen, fabrican, hacen fantasías, inventan, piensan, enloquecen y sorprenden con sus jugadas. Rozando, a veces, casi la perfección la técnica del fútbol. El caso de Xavi, Silva –y habría que añadir a Iniesta– y Navas son excepcionales en sus demarcaciones. Por poner algunos ejemplos de otros “bajitos”: Héctor Rodríguez, Bobby Charlton, Osvaldo Ardiles, Gianfranco Zola, Ricardo Bochini o Julio Cardeñosa. Jesús Navas, por su parte, es algo natural en un extremo. Habría que recordar que los mejores extremos o laterales de siempre no eran altos, pero sí muy veloces y técnicos.
Haga uso del manual
El algodón no engaña, pero parece ser que la televisión –televisión es poder y manipulación– sí engaña. Las dimensiones de la pequeña pantalla han variado notablemente. Son rectángulos más anchos que largos, y los personajes que aparecen son chaparros, rechonchos y bajitos. Es más, se puede cambiar a gusto de todo el mundo. Vertical, más a la izquierda, más a la derecha, arriba, abajo. ¡Increíble! La tecnología ha avanzado una barbaridad. Y, ya se sabe, todos queremos más. De ser posible, más grande o más grande.
La ampliación de la imagen pierde calidad y nitidez, pero no importa. La distorsión es tal, que no se distinguen los primeros planos. Pero eso da igual. Sucede exactamente lo mismo con el brillo y el color. En el momento que tocamos los botones, la liamos. Al final tenemos que llamar a nuestro hijo o al vecino para que nos arregle el desaguisado. Ante y sobre todo porque nos negamos a leer el manual de la tele.
Si utiliza el manual la imagen, además de nítida, podrá observar mejor los partidos de fútbol, y cambiará de opinión. Los jugadores no son bajitos ni tampoco chaparros o rechonchos.
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