jueves, 23 de diciembre de 2010
sábado, 11 de diciembre de 2010
Los jugadores ni los árbitros son angelitos
No sólo es Cristiano Ronaldo
quién se tira “a la piscina”
En la lista también están los sevillanos José Antonio Reyes (At Madrid), Diego Capel (Sevilla) y Joaquín Sánchez (Valencia); el brasileño Daniel Alves (Barcelona), el camerunés Pierre Webo (Mallorca), el argentino Marco Rubén (Villarreal), el uruguayo José Cáceres (Sevilla) y algunos más… en la Liga española.
Sin olvidar, tampoco, el teatro que ofreció del Athletic de Bilbao en el comienzo de la Liga, donde los jugadores parecían de “papel”, estaba prohibido “tocarles”. El equipo vasco cambió y ahora son los jugadores que más protestan a los árbitros.
Por Miguel Miró
El árbitro danés Bo Larsen no se equivoca, pero se queda corto. Cristiano Ronaldo, la estrella del Real Madrid, como vulgarmente se dice tiene “mala milk” en muchas ocasiones. Aprovecha el contacto para tirarse a la piscina. En cierta forma, el juego del fútbol es un engaño. ¿O no es un engaño el regate? Más, todavía. ¿No hay que engañar al portero en un penalty? El colegiado dice que es “irritante” el ex jugador del Manchester United.
Recordamos a Vicente del Bosque en Hamburgo. El ahora seleccionador nacional español, tal vez por la impotencia o la ofuscación, terminó dándole un capón a Kevin Keegan en una noche aciaga de la Copa de Europa (Hamburgo 5 Real Madrid 1). El británico volvió locos a los merengues, mientras que el tanque alemán Horst Hrubesch marcaba goles a cabezazos “desparramando gente en el área” por su poderío físico.
Keegan también fue “irritante” pero destelaba una luz especial por su clase y talento. Y no se tiraba a la piscina. Ni tampoco provocaba a los rivales, como muchas veces hace el extremo portugués. Bo Larsen, esto último, se “lo traga” porque estaba descubriendo sólo algunas de las artimañas de Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, no es solo la estrella actual del cuadro madrileño quien se tira a la piscina. En el actual campeonato nacional, la lista se agranda con José Antonio Reyes en el Atlético de Madrid. ¿Imita a al portugués? Se puede apreciar en los tiros libres. Se planta con los pies separados y resopla. En relación al engaño o teatro de tirarse en el mínimo contacto, se puede ver otra vez en vídeo los partidos del cuadro rojiblanco durante la presente temporada.
No se diferencia mucho a Cristiano Ronaldo. Juega para él y la galería. Mide sus pases. No mira al espacio o el compañero desmarcado. Lo hace solo a quién le puede devolver el balón. Lo pueden comprobar en los partidos disputados de la Liga. Sus provocaciones son más burdas, sus empujones los ve todo el estadio.
MÁS DIFÍCIL TODAVÍA
Sobresalir haciendo “teatro” en un equipo de estrellas resulta difícil. Pero el brasileño Daniel Alves, del Barcelona, también le gusta lucirse cara a la galería. Principalmente en el Camp Nou donde muchas veces magnifica las caídas y las faltas. Es generoso con sus compañeros –algo que CRonaldo y Reyes no lo son- pero tiene ramalazos de pretender ser el protagonista, algo que sí lo era en el Sánchez Pizjuán, y le gusta salir en los papeles como comer con los dedos.
El camerunés Pierre Webo, del Mallorca, con o sin intención –eso lo tendrá que contar él a sus amigos- perdió la verticalidad en el área, sin que nadie le tocara y provocó un penalty inexistente. Su caída ha sido providencial para su equipo contra el Valencia en Mestalla, ya que ganó 1-2. Lo más sorprendente ha sido la actuación del colegiado, que no lo dudó al señalarlo.
El almeriense Diego Capel parece un artista para tirarse y hacer teatro. El jugador del Sevilla abusa de las caídas ante cualquier roce. Como si se tratara de un consumado especialista, que dobla a la estrella en las películas.
Los árbitros españoles ya conocen sus artimañas, pero abusar de las caídas con engaño puede traer malas consecuencias. Una lesión grave, por ejemplo. El árbitro piensa que está fingiendo su dolor y deja seguir el juego. En un encuentro de la selección Sub 21, creemos que fue frente a Holanda o Dinamarca, hizo picar muchas veces al árbitro y el equipo rival estaba de uñas contra él.
EL DRAMA DEL HÉROE
La puesta en escena que hizo el uruguayo José Martín Cáceres en el Sánchez Pizjuán (Sevilla-Valencia) pareció un drama griego. Dio la sensación de que le habían roto la pierna, cuando todavía no se había cumplido la media hora de partido. Mehmet Topal, que terminó lesionado, recibió la roja directa del colegiado.
El turco había recibido una zancadilla de Fabiano y salió trastabillándose hacia la banda para trabar el balón a Cáceres. Es cierto que levantó la plancha, pero también es cierto que José Martín Cáceres se convirtió en la figura del partido ante un adversario con 10 jugadores. Increíble, pero cierto.
Joaquín Sánchez es otro de los jugadores que le gusta exagerar las faltas, y de vez en vez las jugadas que pierde el balón. El andaluz no tiene la velocidad ni la hinchada que le aplaudía en el Benito Villamarín en sus galopadas por la banda. Aún así –con un solo dribling, por dentro o por fuera ya conocido por sus rivales- todavía tiene cuerda. Pero pierde muchos balones en el arranque. Tal vez por eso tienda a exagerar, tanto en los contactos como en las faltas.
El argentino Marco Rubén, del Villarreal, buscó la pierna del guardameta (Dínamo de Zagreb) para tirarse en el área después de adelantar el balón suavemente hacia un lado. Por más que vemos la acción en vídeo, parece evidente. Sin embargo, el árbitro pitó penalty. No es la primera vez, ni será la última, que un jugador utiliza esta picardía. ¡Hubo contacto! Claro que hubo contacto, pero dicha acción no es ninguna novedad para nadie. Pudo haber saltado… pero no lo hizo.
Sin embargo, lo más sorprendente han sido los primeros partidos de Liga que disputó el Athletic de Bilbao. No sabemos si fueron órdenes del banquillo o una forma más rebuscada para perder tiempo. Parecía que los jugadores eran de papel. Cualquier contacto y caían como moscas. ¿Una estratagema? ¿Una forma de provocar?
El equipo bilbaíno practicó dicha fórmula con un extraño sistema de juego, super conservador. El primer tiempo: todos a defender, agazapados en la cueva del área. Cuando el rival se confiaba: en el segundo tiempo se transformaba en un cuadro eminentemente ofensivo, de mucha presión en la zona central y adelante. Es cierto que arrancó valiosos puntos, pero también los perdió.
No obstante, con su defensa “rocosa” cambió su sistema por un juego más vistoso. Más acorde con los jugadores de talla que posee. (Iraola, Martínez, Susaeta, Fernando Llorente, Gabilondo, Muniain, Toquero). Ya no se caen tanto, ahora toca protestar. Eso, sí. Los rojiblancos son ahora los más protestones de la Liga.
El engaño en el fútbol está a la orden del día. El problema consiste en que el árbitro pique o se lo permita, que también sucede. El fútbol ha cambiado por los intereses creados y los millones de euros en juego.
Hay de todo, como en la botica. Bo Larsen tendría que dar más detalles y más nombres. Los futbolistas no son unos angelitos ni los árbitros tampoco. El colegiado danés se quedó corto. Aunque queda bien claro que Cristiano Ronaldo no es el único que hace teatro y juega para la galería.
jueves, 9 de diciembre de 2010
La trampa del offside está en peligro
¡Vuelve el “fullback”
o líbero al fútbol!
o líbero al fútbol!
Percy Montgomery, Ignacio Coleto, Serge Blanco, Donald Clarke, Gavin Hastings, Andy Irving, Juan Martín Hernández…
- ¿Les conocen?
- Son figuras consagradas del rugby.
- ¿En qué puesto juegan o jugaron?
-¿A qué no lo adivinan?
- De fullback.
Por Miguel Miró
En el deporte del Rugby –el padre del fútbol actual– el fullback es el último zaguero. El jugador más defensivo del equipo. Se puede apreciar claramente su posición en el terreno de juego en sus distintas fases. El jugador debe reunir unas cualidades específicas ya que se trata del último hombre para detener el contraataque adversario y tiene que ser bueno en el takle (contacto o placaje).
Desde dicha posición igualmente un buen receptor. Unas cualidades especiales para el juego aéreo y a ejecutar muchos kicks (chuts con el pie) y recoger los chuts de la apertura y del fullback contrario. Al mismo tiempo poseer una extraordinaria condición física, velocidad y reflejos para subir a la línea de tres cuartos (palabras del rugby adaptadas en el fútbol actual). Es, en una palabra, el factor sorpresa del equipo, porque también se incorpora al ataque, dejando a un wing (ala) en la posición de retaguardia.
Puede que muchos se pregunten, ¿a qué viene esto? Muy sencillo, se trata del fullback: el battidore líbero o zaguero escoba en el fútbol. Una fórmula que se utilizó y se utiliza, aunque de otra manera en el fútbol actual. Igualmente, para tratar de aclarar que se inventó en el Football Rugby, a pesar de los diferentes “descubridores” que se apuntaron a patentar la idea.
Por otro lado, para aclarar que el primer técnico que adoptó -del rugby al fútbol actual- al fullback o líbero ha sido el austriaco Karl Rappan en la selección suiza en los años treinta. Respecto a quién lo reimplantó en Italia como “battidore líbero” en los años cincuenta ha sido el entrenador Nereo Rocco y no Helenio Herrera como muchos creen. El líbero o fullback pasó después a ser –en la línea de cuatro zagueros- el que daba el paso hacia atrás para cubrir la cobertura de sus compañeros.
La línea de cuatro zagueros en línea y la trampa del “offside” la implantó el francés Pierre Pibarot en el Racing de París, pero quien la perfeccionó ha sido Pierre Sinibaldi en el Anderletch en su época dorada. Después llegaría Julio César Menotti con el “achique de espacios” que era una copia del sistema de Sinibaldi.
Todo viene relacionado con el renacimiento del fullback o líbero y la posible “muerte” de la trampa del offside. Un cambio brusco que buscan algunos equipos con motivo de las nuevas normas del “fuera de juego”. Un sistema defensivo que, si es rígido lleva las de perder según la interpretación de “reglas añadidas por la International Board”.
La intención: que los equipos marquen más goles. El caso más clamoroso ha sido el tanto del empate del Barcelona al Valencia en el Camp Nou. La defensa valenciana se adelantó en la jugada y David Villa hizo la estatua en clara posición de fuera de juego. El árbitro interpretó que no participaba en la jugada y por ende dio por válido el gol azulgrana de Andrés Iniesta.
Otro ejemplo más reciente ha sido el espectáculo lastimoso que ofreció el Real Madrid ante el Barcelona. El equipo merengue puso cinco hombres en línea –Ramos/Pepe/Carvalho/Marcelo/Di María- y fue inútil. ¿Qué pasó con esa trampa? La célebre “manita” de los cinco goles azulgranas.
Podríamos seguir dando ejemplos, pero pensamos que son suficientes. Las nuevas normas del offside anulan la línea rígida y el adelantamiento de los cuatro zagueros. Sin embargo, ya se empieza a cuestionar el asunto en los equipos europeos.
Hay varias opciones:
La fórmula inglesa. Un sistema defensivo más armónico, colectivo y de apoyo mutuo en la cobertura, donde el marcaje es al hombre dentro de la zona. Lo demostró el Manchester United ante el Valencia, durante los últimos 20 minutos en Old Traford con su repliegue intensivo, cubriendo todos los espacios y caminos hacia la portería.
La fórmula italiana. La presencia de cuatro defensas y un líbero o fullback, además de un segundo bloque de mediocampistas que se desdoblan en sus funciones. Siempre que las líneas estén muy juntas para evitar sorpresas. El Inter, vigente campeón de Europa lo realizó con una variante. El líbero (el argentino Cambiassso) actuaba por delante de la línea de cuatro final.
Frank Rijskaard, según los partidos, fue líbero en el área y distribuidor en la zona central en el Milán. |
EL SARAMPIÓN CONTAGIA
Ya se pudo comprobar en la Copa del Mundo FIFA disputada en Sudáfrica y se vuelve a repetir en la Copa de Europa de Naciones en la fase previa la presencia del líbero.
Suiza, en el mundial, jugó su primer partido ante España con una línea de cuatro prescindiendo del líbero a pesar de las características de Phillippe Senderos (Everton). Ocasionalmente, Senderos se lesionó (35´) y el técnico alemán Osttmar Hitzfeld optó por bajar a Benjamín Huggel (1,90 metros) y poner a Steve van Bergen como fullback por delante de los zagueros.
La selección helvética apuntaló más la defensa, ante el acoso de España y ganó el primer match. Una lesión casual cerró con cinco llaves la portería del gigantón Diego Benaglio (1,93).
Escocia, rival de España en el grupo de la Eurocopa de Naciones, también utiliza el fullback (David Weir) en la línea de cinco zagueros. Lo hizo en todos los partidos que disputó tratando de sorprender por la velocidad de Kevin Miller y Steven Naismith en el contraataque
Y en la Copa de Europa, el Glasgow Rangers que dirige Steve Smith, igualmente pone cinco defensas, en las que David Weir actúa de fullback o líbero.
Poco tardaron los españoles en imitar la fórmula del contragolpe y cinco defensas de los escoceses. Primero ha sido el colista Zaragoza y después el Deportivo de La Coruña. El equipo aragonés lo hizofrente al Valencia en Mestalla y con éxito, ya que descolocó a su rival, que fue incapaz de reaccionar por las discutidas rotaciones de su entrenador, Unai Emery. Sin embargo el fullback del equipo maño, el italiano Lanzaro precisamente, le facilitó las cosas. Primero, abriendo el marcador al fallar la trampa del offside y cerrarlo con un autogol en su portería.
Muy similar a lo que había pasado en Glasgow, en la Copa de Europa, donde el Rangers mereció una goleada por su juego vertiginoso. Aunque, también es verdad, en este caso fue el mediocampista Maurice Edu quien marcó los dos goles en distintas porterías.
Lo del Zaragoza ha sido fugaz, porque cambiaron a su entrenador, pero al Deportivo de La Coruña su “taponazo” en el área (con fullback, como en la etapa gloriosa del yugoslavo Miroslav Djukic) le ha venido de maravilla. No juega un fútbol vistoso, pero ya está a siete puntos de la zona del descenso al que parecía condenado.
Tres victorias consecutivas en Riazor, bastaron para que se apagaran, por ahora, todas las alarmas. En un principio –por las modificaciones de las reglas- la posición de líbero se había traspasado al guardameta, que en los últimos años se convirtió en “jugador de campo”. Pero parece que la idea no termina de convencer a algunos técnicos y prefieren recurrir al fullback, que ofrece mayores garantías.
Una medida que puede ser contagiosa como el sarampión en el fútbol español. Máxime si tenemos en cuenta que los “grandes” equipos (Barcelona y Real Madrid) vienen ganando últimamente por goleada.
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