Valencia debe fijarse
en el “fracaso” de Brasil
Por Miguel Miró
La traición a “Manu” Menezes la pagó muy caro Luiz Felipe Scolari y su amiguísimo
Carlos Alberto Parreira (coordinador) en la Copa Mundo FIFA 2014. Aunque
también colaboraron políticamente el presidente de la FBF José María Marín y
sus 15 vicepresidentes.
Ellos, precisamente, se “cargaron” a Luis Antonio Venker de Menezes.
¡Después de un trabajo de dos largos años con el scratch de Brasil y la
planificación y estudio de cientos de jugadores brasileños!
Manu Menezes, antes de aceptar el puesto de seleccionador nacional
(reemplazó a Dunga, después del fracaso de Sudáfrica) había ascendido a Primera
a Gremio de Porto Alegre, ganó dos campeonatos de Rio Grande do Sul y llevó a
la final de la Copa Libertadores de América al conjunto “gaùcho”.
Posteriormente ascendió a la serie A a Corinthians consiguiendo el
Campeonato Nacional de Brasil (Brasileirao) y la conquista del certamen
paulista.
El equipo canarinho –con Menezes– disputó 39 matches, ganó 26, empató 6 y
perdió 7. Además, el scratch brasileño marcó 82 goles y recibió 30, cuyo goal
average supone +52.
Sin embargo, tuvo dos tropiezos. En la Copa de América disputada en
Argentina, donde cayó ante Paraguay en los cuartos de final y en los Juegos
Olímpicos de Londres, que perdió la final ante México. Su destitución se
consolidó en noviembre de 2012 de forma precipitada y a un año de la cita
mundialista.
AMIGUETE LUSO DE FILIPAO
También se estrelló el amiguete luso de Escolari, quien seguramente fue co-autor
del “time” de estrellas que terminaron estrellándose.
El resultado de Alemania y Holanda es lo de menos.
Lo triste es el papelón que ofreció la selección canarinha durante todo el
torneo.
Sin fútbol, sin esquema, sin defensa, sin delantera, sin líder, sin
mediocampo… Sin nada de nada. A impulsos…y sin orden en el campo de juego.
Fútbol de andar por casa o de patio de colegio.
Como decía un amigo que no le gustaban los acentos.
“Yo escribo los artículos y al final desparramo en el escrito los acentos.
A veces acierto, pero la mayoría de las veces, no. Aborrezco los acentos”.
¿No has vuelto a escribir?
“Sí; ahora escribo en inglés, de esta forma evito los acentos”.
Brasil, Scolari, Parreira o Mendes pensaron exactamente lo mismo.
O algo así.
Los sistemas están todos inventados.
¿Para qué hacen falta los planes de juego?
Que se pongan de acuerdo los jugadores en el campo.
Brasil va a ganar la Copa del Mundo porque juega de local. Y también por el
público, igual que en la Copa de Federaciones.
Ni el público gana campeonatos, ni tampoco la camiseta o de jugar de local.
Y mucho menos un equipo sin orden ni concierto…
A la mano de “dios”.
FÚTBOL: ¿SINÓNIMO DE
“CARNAVAL”?
Scolari se fió, tal vez demasiado, de su amiguete portugués, agente y
consejero desde su época como seleccionador de la selección portuguesa.
Tal vez por eso colocó en el “time” de Brasil al guardameta Julio César
(Toronto, de la US League). Alternó con Maicon (Roma), David Luiz (Chelsea),
Paulinho (Tottenham Hotspur), Marcelo Vieira da Silva (R Madrid), Ramires
(Chelsea), Óscar (Chelsea), William (Chelsea), y Givanildo Vieira de Souza-Hulk (Zenith San
Petersburgo)…
Un total de ocho titulares. El “grueso” de la selección.
El deporte del fútbol es más serio.
No bastan las individualidades, ya que es un trabajo de equipo.
No discutimos la calidad de David Luiz, Óscar o Ramires, grandes figuras
del Chelsea londinense, pero sí ponemos énfasis en el sistema de juego. Los
escasos planes, ideas, previsiones y cambios según los variantes que se producían durante el juego. Nunca tuvo un líder en el centro del campo, a la
defensa le faltaba concentración y hacía agua por los dos pasillos laterales.
Y Neymar, a pesar de sus goles, no era el mismo jugador desequilibrante de
2010, cuando brillaba con sus regates con la camiseta de Santos en la Copa
Libertadores de América. Le faltó la chispa y el desparpajo de sus comienzos
que le convirtieron en una estrella del “uno contra uno” y capaz de sortear a rivales
con una velocidad supersónica.
El equipo siempre estaba dubitativo, con falta de ritmo y velocidad.
Acumulaba errores puntuales en las imaginarias cinco líneas del equipo. Atacaba
con cuatro delanteros o más por impulsos y pretendía defender con seis, sin
medir los metros del campo y la posición de sus rivales. Demasiada
improvisación para un evento tan complicado como una Copa del Mundo.
El fútbol, igualmente, es imprevisible. No todos los campeonatos son
iguales, ni tampoco los contrincantes.
No obstante, Scolari mantuvo al equipo que ganó la Copa Federaciones. Un
certamen menor y con otras coordenadas. Se enfrentaban los campeones
continentales. El scratch funcionó, sin duda, y sobre todo con la goleada en el
match final contra España. Un adversario que se vio sorprendido en los
comienzos y finales de cada período, quedándose sin respuesta a los “aviones”
brasileños.
Escolari pensó que lo tenía todo preparado, desde ese momento. Se durmió en
los laureles. La Copa Federaciones no era la meta propuesta por Brasil y su
maravillosa “torcida”. México le presentó batalla, con un orden marcial. Chile
le puso al borde del ataque de nervios y ante Colombia provocó el juego bronco,
duro y violento. Los últimos dos partidos, frente a Alemania y Holanda, lo
recuerdan hasta la saciedad los cientos y miles de televidentes en todo el
mundo. Un muñeco “roto” que no se pudo recomponer.
VALENCIA DEBE TOMAR BUENA NOTA
No queremos hacer leña del árbol caído.
Tampoco es nuestra intención.
No obstante, esperamos que no le ocurra a Valencia Club de Fútbol lo mismo
que a la selección brasileña.
Sabemos que siguen existiendo dudas –tan grandes como la monumental luna
llena de julio– con el nuevo propietario del club, Peter Slim y de su presidente
“postizo” Amadeo Salvo.
Según todos los indicios los propietarios del club Valencia son Peter Slim
y Jorge Mendes junto a un fondo de inversión.
Lo más grave está por llegar.
Nos referimos a los nuevos fichajes de Jorge Mendes, el amigo íntimo de
Felipe Scolari. El mismo co autor del equipo de Brasil que fracasó en la Copa
del Mundo.
Valencia ha cambiado de entrenador. Nuno Spiritu Santo “Nuno” procedente de
Rio Ave de Portugal y ex guardameta que sustituyó a José Antoni Pizzi que tenía
contrato hasta 2015.
Resulta curioso…
¿O se trata de una coincidencia?
El club Rio Ave también lo dirigió Rui Farías (ex
guardameta), ayudante de José Mourinho en Real Madrid y Chelsea. Todo, según
parece, queda en casa.