El traspaso de brazalete ante Chile ¿un gesto solidario o casualidad?
Si en la Copa América de Naciones nos sorprendió el “spray” para marcar la barrera o el lugar donde se produce la falta, en el partido amistoso entre Chile y España, nos llamó la atención el “brazalete”. Cambió tres veces de manos –de brazos, mejor– durante los 90 minutos. Puede que resulte anecdótico o casual. Creemos, realmente, que ha supuesto un gesto, una señal de concordia entre los jugadores del Real Madrid y Barcelona. Por lo menos eso es lo que pensamos.
Intentaremos explicarlo. Imaginemos que se produce una jugada:
Enrique Casillas le pasa el brazalete a Xavi Hernández y éste a Sergio Ramos. En esta jugada no hay gol, hay camaradería.
Por Miguel Miró
Algo así como el cambio del testigo en los relevos, pero con otro significado. Casillas es el capitán de la selección y Reina le sustituye en el descanso. El capitán en el segundo tiempo es Xavi Hernández. Fábregas sale por su compañero de equipo y el “cerebro” se lo entrega a Sergio Ramos, que pasa a ser el capitán del equipo.
No sabemos si ésta ha sido la idea, pero si no hubo esa intención, ha salido bordada. Casillas es el primer capitán de la selección, el segundo es Xavi Hernández y Ramos, el tercero. ¿Cuestión del seleccionador? Además, hay otro detalle significativo. Si nuestra memoria no nos traiciona, Xavi Hernández ultimamente no jugaba amistosos.
No es precisamente una norma española la designación de tres capitanes, pero sí muy británica. Algo que se respeta a rajatabla entre los anglosajones. Antiguamente, en España, siempre llevaba el brazalete el más veterano del equipo. La fórmula del guardameta, como capitán, la inventaron los sudamericanos por aquello de su posición en el campo, además de la visión y el panorama del juego.
Además, el brazalete ha significado durante un largo tiempo una jerarquía. Era el único jugador que podía dirigirse al árbitro de manera correcta, sin que fuera amonestado. Una regla que terminó por romperse ante la aglomeración de jugadores que pululan ante el colegiado de turno como una bandada de abejas. Actualmente pocos son los clubes hispanos que respeten esa tradición de los tres capitanes. Algunos técnicos parecen que sortean el brazalete en el vestuario o lo utilizan como amuleto o cábala.
La demostración de normalidad en la selección española deja de relieve, aparentemente, que la “guerra” entre Real Madrid/Barcelona parece haber tocado a su fin. La reunión entre Xavi Hernández y Enrique Casillas se produjo en la concentración. Además, la foto volcada en las redes sociales por el guardameta del Real Madrid junto a Xavi lo escenifica todo –algo que ya nos tiene acostumbrado Gerardo Piqué y las bromas con sus amigos en Twitter– y al mismo tiempo parece un gesto demasiado evidente de concordia y reflexión.
Otro de los detalles de la buena relación entre los seleccionados ha sido el comentario de un periodista que confesó: “Casillas no estaba `mourinhizado´ haciendo alusión a las formas del técnico por el juego duro y a veces violento del equipo madridista.
Existen, igualmente otros indicios que indican que Enrique Casillas viene apoyando públicamente a su entrenador por expresa petición del presidente del club, Florentino Pérez.
No obstante, está claro que al entrenador del Real Madrid no le sentó nada bien “las llamadas de Casillas a Xavi y Puyol” disculpándose de las declaraciones que realizó en el Camp Nou después de la entrada criminal de Marcelo a Fábregas. (“Se habrá tirado, como siempre. Todo el mundo lo ha visto”).
La reacción de Casillas tuvo también consecuencias posteriores. Mourinho le quitó del equipo en el Trofeo Santiago Bernabéu ante el Galatasaray. Se presagiaba esto si se conoce las buenas maneras del técnico portugués. Tras “comer banquillo como suplente” el portero declaró: “Por supuesto que he tenido algunas discrepancias con el entrenador, pero le he demostrado lealtad en el campo. Nunca he tenido ningún problema”. El pronto de su entrenador ha sido con su propio estilo:
“Nadie es intocable en la plantilla”.
¡VAYA PAPELÓN!
Un desbarajuste total en el sistema defensivo resultó letal y España sufrió el cuarto papelón de su corta historia como campeón del mundo. Sólo se salvan en el primer tiempo David Silva y si nos apuran David Villa. Chile le dio un baño a España en los primeros 45 minutos. Es verdad que la defensa era de “circunstancias” pero no se puede medir peor las salidas y mucho menos la falta de presión en el centro del campo.
Los centrales no medían bien las distancias, subían alegremente sin pensar en los relevos y los apoyos. Es cierto que Albiol y Martínez jugaban por primera vez juntos, pero bastaba la regla fundamental del paso adelante. Si yo salgo, tú me cubres. Algo parecido les sucedió a los laterales. Beausenjour “fijó” a Ramos en la banda y sin poder subir y Arbeloa se llevó la peor parte: si no se le desbordaba en velocidad Islas, detrás llegaba Alexis Sánchez, que era peor.
En el eje, prácticamente lo mismo. Anulado Xavi siempre por dos jugadores, Busquets y Alonso se estorbaban en la misma zona. Total: el marcaje era 3X1 o 4X1 y los agujeros se multiplicaban. Un auténtico colador. Los españoles no juntaban sus líneas ni esperaban en zona en el despliegue, al contrario, parecía una espantada de pájaros. El único que intentaba distribuir y crear fue Silva, el único volante que cumplía las dos funciones. La del marcaje en su zona, distribuir juego y rematar a gol. Hasta que se despertó Villa que intentó el tiro a media y larga distancia.
Negredo, aunque se desmarcó mucho intentó ayudar en la zona media, y se encontró con un impresionante Medel, además de un duro y despierto Vidal que cumplía como fullback. El desbarajuste ha sido tan evidente que parecían muñecos ante un rival bien plantado, con calidad en cada uno de sus hombres y desequilibrantes sus delanteros.
Muchos dicen que estaban dormidos, pero no es así. Fueron “superados olímpicamente” por un rival que tiene muchas marchas en la caja de cambios.
Hubo, sin embargo, algo muy importante en el descanso. Se estudiaron los ajustes defensivos. Muy importante decimos, porque lo más lógico era bajar como central a Busquets y colocar a Ramos en el área. Sin embargo, suponía reconocer el error de la pareja de zagueros, que no son principiantes. Del Bosque corrigió los errores en las distancias, juntó más las líneas y las torpezas desaparecieron en los relevos y apoyos.
Pronto se dio cuenta el seleccionador que no podía seguir haciendo pruebas. (Botía, Montoya y Domínguez siguieron en el banquillo). Y le supuso un respiro y aliento al equipo la entrada de Iniesta y la velocidad Pedro en el ataque. Pero también se produjo otro detalle que rompió el dominio chileno, el manchego fue el nexo de unión entre Xavi y Silva para “robar” el balón. Los tres se juntaron más y se apoyaron. España mejoró. Está claro: cuando el equipo tiene el balón todo cambia.
Sin embargo, no podemos olvidarnos que el primer gol ha sido desde el borde del área. Otra cuestión ha supuesto la entrada de Fábregas que significó darle a España una mayor profundidad en el ataque por dentro.
Sobró, no obstante, el “piscinazo” de Arbeloa en el área –un penalty inexistente– y el conato de trifulca que el árbitro cortó por lo sano y pitó el final del partido, a falta de tres minutos del tiempo extra. El empate hubiera sido lo más lógico en un encuentro que tuvo dos caras bien distintas. Pero que sirvió la lección para el próximo compromiso de la selección en la Eurocopa de Naciones. Los desbarajustes en el sistema defensivo parecía de principiantes.
CHILE BIEN PICANTE
Los españoles se quedaron sorprendidos por el fútbol que desarrolló Chile. Normal. Pocos aficionados vieron a Chile en Sudáfrica al coincidir los partidos a la misma hora. Y por otro lado, la Copa América de Naciones disputada en Argentina. Parece que no interesa a los españoles tampoco el fútbol de América del Sur. Por eso resulta lógico que se sorprendieran del equipo trasandino, que en realidad es el decano y dueño de “La Roja”. No es necesario explicar este motivo al ser obvio, pero sí las razones del supuesto “menosprecio” al fútbol sudamericano. Una sola televisión de pago (Canal+ /p.p.v.) transmitió los partidos de la Copa de Naciones y los horarios demostraron evidentemente el desinterés casi total: 0:15 y 2:45 de la madrugada hora española.
Nosotros vimos a Chile en la Copa del Mundo, pero sabíamos además que Brasil le tiene tomada la medida, algo inexplicable pero cierto. En cuanto al torneo disputado en Argentina, el equipo trasandino empezó de forma implacable la competición, pero se desinfló por los sucesivos cambios.
Si nos remontásemos a 1962 (Chile, sede de la Copa del Mundo), el combinado local quedó cuarto, perdiendo en semifinales. Pero hay un detalle curioso: El fútbol que practicaba el equipo dirigido por Fernando Riera (Benfica, Español…) fue bastante similar al de España en la actualidad. Siempre bromeamos con el técnico cuando dirigía: “en lugar de un sistema es un pullover”. Pases cortitos y al pie y la sorpresa por las bandas. Lo del pullover se lo pusimos porque escribimos, en su momento, que Chile se pasaba tejiendo y tejiendo y si le robaban la “lana” (balón) volvía a empezar de nuevo a tejer.
Podríamos seguir hablando de las estrellas chilenas, que las hay y muchas… pero vayamos al partido.
Su sentido posicional ha sido impecable, equipo serio, concentrado, y con las ideas bien claras. Chile basa su fútbol –después de la etapa de Marcelo Bielsa– en la practicidad de su juego, haciendo fácil lo que parece difícil. Sigue manteniento a tres defensas atrás y Medel se multiplica como “escoba” por delante de los zagueros. Dos volantes que se desdoblan, Islas y Carmona, un “cerebro” con talento (Valdivia), y tres delanteros peligrosos por dentro o por fuera.
Lo de la primera parte del encuentro ha sido una orquesta sinfónica. Una orquesta que no desafinó nunca. Incluso Bravo, el meta. No solo porque se adelantó dos veces por alto arrebatándole el balón a Negredo, sino también se mostró como un resorte en los disparos de Silva y Villa. Su presión en todas las zonas del campo ahogó a su rival y se hizo el dueño de la pelota. Pudo “matar” el partido en el primer tiempo, pero perdonó en dos ocasiones clarísimas de Beausenjour y Alexis.
Lo mejor de la selección trasandina no fue solo la presión, sino también la sincronización y comunión que hay en el conjunto. El sistema defensivo se ha mostrado contundente, firme y seguro. El apoyo y la recuperación del balón, como igualmente la anticipación. Del mismo modo evidenció el doble trabajo de los delanteros: fijan y/o arrastran a sus defensas, aprovechan y provocan los espacios y como remate, punch en su llegada. No fue un espejismo su dominio, ni tampoco sus dos goles.
La llave, en los brillantes 45 minutos de juego, se produjo al desenchufar o cortarle la dinamo al equipo español por el marcaje a Xavi, y en la rapidez /anticipación en cada una de las jugadas, la solidez de su defensa y el peligro que suponen sus delanteros. Y lo más importante, brillan todos por igual.
Su repliegue del segundo tiempo también fue normal. Aprovechar el contraataque. La ventaja de dos goles se lo permitía, pero no esperaba una reacción tan rápida y consistente del adversario, y mucho menos la conexión de los tres “ratones” colorados (Xavi-Iniesta-Silva). Así y todo, España no pudo pisar el área con alegría y el primer gol llegó en un disparo desde 14 metros. Y aunque Vargas abandonó el campo, dando a entender que el seleccionador Borghi apuntalaba la defensa, no fue así. Hubo dos o tres contraataques que provocaron auténtico peligro por la velocidad y los cambios de ritmo de sus delanteros.
Es verdad que Vidal se excedió en las entradas, pero también Arbeloa le hizo una entrada fea a Seymayor. Y de esos piques llegó el conato de pelea que no condujo a nada.
AMISTOSOS
La selección española no debe tomar los amistosos como una “pachanga”. No lo decimos por perder el primer puesto de ranking en la FIFA, algo anecdótico. Tampoco por el caché (€ 2M) y el interés por recaudar que tiene la Federación Española. (No se debe olvidar que Brasil canceló su partido contra España por su actuación en Bari, frente a Italia). A pesar de la victoria ante Chile, los resultados siguen siendo malos: J/8– G/3–E/2 –P/3 –Gf/4 –Gc/11.
No son un simple entrenamiento y se deben afrontar con cierta responsabilidad e intensidad.
España, amistoso u oficial, se juega su prestigio siempre.